Francisco
I, buen vividor, príncipe del Renacimiento, jamás comprendió a su segundo hijo,
Enrique II quien era obstinado, melancólico, sombrío. Lo casaron con Catarina
Médicis. Pasó dos años en España como
rehén con su hermano mayor, hasta que su padre pudo pagar el rescate.
Tuvo
una sola pasión en su vida; Diana de Poitiers, su amante: Enrique tenía 17 años
y Diana 36, la primera vez que se encontraron. Le fue fiel y, cuando su hermano
el delfín murió siendo ya rey, muy joven, Enrique pasó a ser la persona más
influyente de su reino. El era católico, casado con la italiana, hija de
mercaderes, bisnietas de Ludovico de Médicis.
Catarina
estuvo siete años sin tener hijos, tenía 14 cuando se casó; después tuvieron 9
hijos, entre ellos 4 hijos varones y tres hijas se casaron con reyes.
Felipe
II sube al trono con María Estuardo por pocos años. Muere muy joven de
tuberculosis y Enrique II sube al trono.
Los
Guisas, tíos carnales de María Estuardo, quisieron casarla de nuevo con algún noble,
aunque ella prefirió ser reina en
Escocia que duquesa o condesa, luego de haber sido la reina de Francia. Los Guisas había soñado con verla a María
reina de Francia y reina de Escocia, quitarle a Isabel I reina de Inglaterra el
trono y nombrarla a ella, Reina de Inglaterra, pero sus planes fallaron. Cuando
fue a Versalles tenía cinco años y era la niña deliciosa, muy bien educada y
encantadora. Al regresar a su país era la reina de Escocia y la viuda del rey
de Francia: tenía veinticinco años Fue una década de relativa paz entre las religiones.
Enrique
de Navarra, casado con Margarita de Valois, era jefe de los hugonotes; cuando celebraron el
casamiento, muchísimos hugonotes llegaron a París –porque también era el jefe de dinastía de los Borbones: hubo
momento de gran tensión y esa noche de Saint Bartolomé se ensangrentó el país.
El pueblo asesinó a miles de la nobleza protestante. La sangre corrió también en
Burdeos, Orleans, Lyon, Rouen y Toulouse; murieron diez mil protestantes.
Se
hizo imposible la coexistencia de católicos y hugonotes.
El sueño del ministro Coligny que soñaba la paz entre las religiones no se cumplió; fue asesinado en la calle,
cuando llegaba a su casa.
Enrique
de Anjou, hijo predilecto de Catarina, III estaba en Polonia, mientras su hermano
Carlos IX reinaba, bajo la mano férrea de su madre- Su madre deseaba protegerlo
de cualquier peligro.
Enrique
odiaba su nuevo destino por el clima helado, donde no comprendía su idioma. Cuando supo con un año
de atraso la muerte de su hermano, se escapó una noche al galope con algunos de
los hombres de su confianza. Sería rey de Polonia y de Francia. Su pueblo lo
aplaudió encantado con la adquisición polaca. Era joven bello, licencioso, superficial y en pocos años la veneración
pasó a ser desprecio. Perdió la corona de Polonia, la de Francia y con el
tiempo su vida.
En
1574 regresó a Francia. El personaje más poderoso seguía siendo su madre, Regente
hasta ese hijo a quien amaba regresara
de Polonia. Los calvinistas lo detestaban. Catarina le aconsejó luchar contra
ellos. Enrique III no quería pero cedió. Fue una guerra civil que terminaría
con ellos. Marcharon hacia París a las órdenes
del duque de Alenzón y de su cuñado Enrique, -yerno de Catarina. La
corte no podía defender la capital. Se firmó la paz en una pequeña ciudad. Los
hugonotes tuvieron el derecho de celebrar su culto en cualquier lugar de
Francia, salvo París y alguna residencia real. Podían ejercer funciones
públicas y se les otorgaban 8 fortalezas: Los juicios serían trabados con una
tribuna mixta de ambas religiones. Pero esto no trajo una reconciliación entre
ellos. Era una paz falsa con nuevos conflictos en el futuro.
Enrique
de Guisa da era católico, Fue asesinado.
Enrique
III rey de Francia también lo fue.
No le
gustaba la caza ni otro deporte viril como a su padre y a su abuelo. Era culto
y su plan era hacer de Francia una nueva Academia Platónica. Era un masoquista
religioso, afeminado y homosexual; en las procesiones se flagelaba hasta sangrar. Tomó bajo su
protección a varios jesuitas que recorrían el país como propagan de la liga y
pretendía instaurar un sistema feudal con el mismo poder real que obtuvo Luis
XI, un gran rey. Se lo comunicaron al Pontífice, explicándole que era incapaz
de reinar. Era necesario confiar en el duque de Guisa la dirección contra los
herejes y el gobierno de Francia. La corte era disipada; tenía varios mignons,
una docena de jovenzuelos vestidos de mujer, empolvados, maquillados y con peinados
femeninos con gorros de terciopelo con remeras de burdeles.
Los
dos Enriques, potenciales herederos de la corona de Francia desaparecidos: sube
Enrique de Navarra, jefe de los hugonotes y marido de Margarita de Valois, hija del rey Enrique II y Catarina. Lo primero que hace es convertirse al
catolicismo.
Odia
a la reina intrigante italiana, su suegra y a su último hijo lo despreciaba.
Enrique
de Navarra y su mujer Margarita de Valois se tenían una honda antipatía desde
el primer encuentro y cada uno hacía su vida. Ella era culta, bella, refinada,
inteligente; su marido era brusco, impulsivo, muy meridional.
Luego
de la sangrienta batalla con los Hugonotes denominada la noche de Saint Bartolomé
vivió varios años en el silencio y en el olvido. No le gustaba la Corte , donde lo trataban
como a un prisionero. Se dedicó a su reino en Navarra y a reorganizar a los
hugonotes. En su posición como rey de su región y jefe de los protestantes en
Francia, Enrique era una persona muy importante, pese a sus modales rudos. Era
también el jefe de la dinastía Borbón, posible heredero del reino francés,
luego del duque d´Alençon y el de Guisa. Pero ambos muertos asesinados, no
quedaban más enemigos en su camino. Salvo el rey, Enrique III el bello Enrique,
también asesinado.
Catarina
enferma muere a las pocas semanas. Ya no ejercía influjo alguno en el gobierno;
la reina pidió a su hijo antes de morir que se reconciliara con el rey de
Navarra, ya que era el posible sucesor a la corona de Francia. París estaba, sitiada por las tropas de su cuñado.
Un mensajero pidió audiencia de parte de la liga, Cuando llegó el rey de
Francia sacó un puñal y se lo clavó en el vientre. Al día siguiente murió
Enrique III.
Enrique
de Navarra sube al trono como Enrique IV.
Su primer acto fue convertirse al catolicismo; obtuvo esa victoria con
20.000 soldados. Felipe II en España estaba atento. Con la armada Invencible no
pudo contra Inglaterra pero tal vez podía contra Francia, en Pro de defender la
religión católica. Estaba casado por cuarta vez con Isabel de Valois, hija de
Enrique II y Catarina de Médicis, hermana de tres reyes de Francia. Isabel le
dio una hija, Isabel Clara Eugenia y tal vez podía en algún momento aspirar al
trono de Francia, como nieta. Así uniría un reino católico desde el
Mediterráneo hasta el Mar del Norte. Felipe
II le ordenó a Farnesio, que se encontraba en los Países Bajos, que liberara París. Pero al convertirse el rey a la religión católica, ya no fue necesario defenderla por el rey de España
y se derrumbaron sus esperanzas. Lo
coronaron en Saint Denis. Para ese entonces ya estaba separado de su primera
mujer Margot, Los hugonotes estaban tristes pues sentían ese acto como una
traición.
La
paz entre Francia y España fue el fin de las guerras religiosas. Enrique IV fue
un rey pacífico, tolerante, sin luchas
religiosas. Eran los proyectos que antaño soñó el Almirante Coligny y que pagó
con su vida, veintiséis años atrás.
En el
edicto de Nantes restableció el culto oficial de la mayoría católica aunque
dejaba la libertad a los hugonotes para ejercer su culto; podían ejercer
funciones públicas y recibieron un número de plazas fuertes, La Rochelle entre otras. Se
respetaba desde ese momento a los calvinistas.