jueves, 25 de junio de 2015

GUERRAS RELIGIOSAS EN FRANCIA


Francisco I, buen vividor, príncipe del Renacimiento, jamás comprendió a su segundo hijo, Enrique II quien era obstinado, melancólico, sombrío. Lo casaron con Catarina Médicis.  Pasó dos años en España como rehén con su hermano mayor, hasta que su padre pudo pagar el rescate.
Tuvo una sola pasión en su vida; Diana de Poitiers, su amante: Enrique tenía 17 años y Diana 36, la primera vez que se encontraron. Le fue fiel y, cuando su hermano el delfín murió siendo ya rey, muy joven, Enrique pasó a ser la persona más influyente de su reino. El era católico, casado con la italiana, hija de mercaderes, bisnietas de Ludovico de Médicis.
Catarina estuvo siete años sin tener hijos, tenía 14 cuando se casó; después tuvieron 9 hijos, entre ellos 4 hijos varones y tres hijas se casaron con reyes.
Felipe II sube al trono con María Estuardo por pocos años. Muere muy joven de tuberculosis y Enrique II sube al trono.
Los Guisas, tíos carnales de María Estuardo,  quisieron casarla de nuevo con algún noble, aunque  ella prefirió ser reina en Escocia que duquesa o condesa, luego de haber sido la reina de Francia.  Los Guisas había soñado con verla a María reina de Francia y reina de Escocia, quitarle a Isabel I reina de Inglaterra el trono y nombrarla a ella, Reina de Inglaterra, pero sus planes fallaron. Cuando fue a Versalles tenía cinco años y era la niña deliciosa, muy bien educada y encantadora. Al regresar a su país era la reina de Escocia y la viuda del rey de Francia: tenía veinticinco  años  Fue una década  de relativa paz entre las religiones.
Enrique de Navarra, casado con Margarita de Valois, era  jefe de los hugonotes; cuando celebraron el casamiento, muchísimos hugonotes llegaron a París –porque también  era el jefe de dinastía de los Borbones: hubo momento de gran tensión y esa noche de Saint Bartolomé se ensangrentó el país. El pueblo asesinó a miles de la nobleza protestante. La sangre corrió también en Burdeos, Orleans, Lyon, Rouen y Toulouse; murieron diez mil protestantes.
Se hizo imposible la coexistencia de católicos y hugonotes.
 El sueño del  ministro Coligny que soñaba  la paz entre las religiones  no se cumplió; fue asesinado en la calle, cuando llegaba a su casa.
Enrique de Anjou,  hijo predilecto de Catarina,  III estaba en Polonia, mientras su hermano Carlos IX reinaba, bajo la mano férrea de su madre- Su madre deseaba protegerlo de cualquier peligro.
Enrique odiaba su nuevo destino por el clima helado, donde  no comprendía su idioma. Cuando supo con un año de atraso la muerte de su hermano, se escapó una noche al galope con algunos de los hombres de su confianza. Sería rey de Polonia y de Francia. Su pueblo lo aplaudió encantado con la adquisición polaca. Era joven bello, licencioso,  superficial y en pocos años la veneración pasó a ser desprecio. Perdió la corona de Polonia, la de Francia y con el tiempo  su vida.
En 1574 regresó a Francia. El personaje más poderoso seguía siendo su madre, Regente hasta  ese hijo a quien amaba regresara de Polonia. Los calvinistas lo detestaban. Catarina le aconsejó luchar contra ellos. Enrique III no quería pero cedió. Fue una guerra civil que terminaría con ellos. Marcharon hacia París a las órdenes  del duque de Alenzón y de su cuñado Enrique, -yerno de Catarina. La corte no podía defender la capital. Se firmó la paz en una pequeña ciudad. Los hugonotes tuvieron el derecho de celebrar su culto en cualquier lugar de Francia, salvo París y alguna residencia real. Podían ejercer funciones públicas y se les otorgaban 8 fortalezas: Los juicios serían trabados con una tribuna mixta de ambas religiones. Pero esto no trajo una reconciliación entre ellos. Era una paz falsa con nuevos conflictos en el futuro.

Enrique de Guisa da era católico, Fue asesinado.
Enrique III rey de Francia también lo fue.
No le gustaba la caza ni otro deporte viril como a su padre y a su abuelo. Era culto y su plan era hacer de Francia una nueva Academia Platónica. Era un masoquista religioso, afeminado y homosexual; en las procesiones se  flagelaba hasta sangrar. Tomó bajo su protección a varios jesuitas que recorrían el país como propagan de la liga y pretendía instaurar un sistema feudal con el mismo poder real que obtuvo Luis XI, un gran rey. Se lo comunicaron al Pontífice, explicándole que era incapaz de reinar. Era necesario confiar en el duque de Guisa la dirección contra los herejes y el gobierno de Francia. La corte era disipada; tenía varios mignons, una docena de jovenzuelos vestidos de mujer, empolvados, maquillados y con peinados femeninos con gorros de terciopelo con remeras de burdeles.

Los dos Enriques, potenciales herederos de la corona de Francia desaparecidos: sube Enrique de Navarra, jefe de los hugonotes y marido de  Margarita de Valois,  hija del rey Enrique II y Catarina.  Lo primero que hace es convertirse al catolicismo.
Odia a la reina intrigante italiana, su suegra y a su último hijo lo despreciaba.
Enrique de Navarra y su mujer Margarita de Valois se tenían una honda antipatía desde el primer encuentro y cada uno hacía su vida. Ella era culta, bella, refinada, inteligente; su marido era brusco, impulsivo, muy meridional.
Luego de la sangrienta batalla con los Hugonotes denominada la noche de Saint Bartolomé vivió varios años en el silencio y en el olvido. No le gustaba la Corte, donde lo trataban como a un prisionero. Se dedicó a su reino en Navarra y a reorganizar a los hugonotes. En su posición como rey de su región y jefe de los protestantes en Francia, Enrique era una persona muy importante, pese a sus modales rudos. Era también el jefe de la dinastía Borbón, posible heredero del reino francés, luego del duque d´Alençon y el de Guisa. Pero ambos muertos asesinados, no quedaban más enemigos en su camino. Salvo el rey, Enrique III el bello Enrique, también asesinado.
Catarina enferma muere a las pocas semanas. Ya no ejercía influjo alguno en el gobierno; la reina pidió a su hijo antes de morir que se reconciliara con el rey de Navarra, ya que era el posible sucesor a la corona de Francia.  París   estaba, sitiada por las tropas de su cuñado. Un mensajero pidió audiencia de parte de la liga, Cuando llegó el rey de Francia sacó un puñal y se lo clavó en el vientre. Al día siguiente murió Enrique III.
Enrique de Navarra sube al trono como Enrique IV.  Su primer acto fue convertirse al catolicismo; obtuvo esa victoria con 20.000 soldados. Felipe II en España estaba atento. Con la armada Invencible no pudo contra Inglaterra pero tal vez podía contra Francia, en Pro de defender la religión católica. Estaba casado por cuarta vez con Isabel de Valois, hija de Enrique II y Catarina de Médicis, hermana de tres reyes de Francia. Isabel le dio una hija, Isabel Clara Eugenia y tal vez podía en algún momento aspirar al trono de Francia, como nieta. Así uniría un reino católico desde el Mediterráneo hasta el Mar del Norte.  Felipe II le ordenó a Farnesio, que se encontraba en los Países Bajos, que liberara París.  Pero al convertirse  el rey a la religión católica, ya  no fue necesario defenderla por el rey de España y se derrumbaron sus esperanzas.  Lo coronaron en Saint Denis. Para ese entonces ya estaba separado de su primera mujer Margot, Los hugonotes estaban tristes pues sentían ese acto como una traición.
La paz entre Francia y España fue el fin de las guerras religiosas. Enrique IV fue un  rey pacífico, tolerante, sin luchas religiosas. Eran los proyectos que antaño soñó el Almirante Coligny y que pagó con su vida, veintiséis años atrás.
En el edicto de Nantes restableció el culto oficial de la mayoría católica aunque dejaba la libertad a los hugonotes para ejercer su culto; podían ejercer funciones públicas y recibieron un número de plazas fuertes, La Rochelle entre otras. Se respetaba desde ese momento a los calvinistas.