Las tres primeras
cruzadas
Pedro el Ermitaño fue
un exaltado de las masas oprimidas, de siervos extenuados, de vasallos en
pésimas condiciones por los eternos conflictos entre los nobles, y las guerras
que destruían sus magros cultivos. Los lideraba el espíritu de aventura
evangélico.
1095
Cosechas pésimas,
hambruna y peste en diferentes lugares. Las cruzadas fue un elevar la mirada de
la tierra hacia el lejano Oriente, por donde despierta el sol. Conocer el Santo
Sepulcro era una meta en la vida y al coser la cruz roja en la túnica pasaban a
ser iniciados de una nueva vida llena de aventuras.
1096
Pedro el Ermitaño
reunió casi diez mil cruzados entre hombres, mujeres y niños. Todos
deseaban liberar Jerusalén. Por la ruta vivieron de la caridad pública
y muchos murieron por el camino. Quienes llegaron a Constantinopla
fueron llevados por barcos bizantinos a Asia menor y fueron aniquilados por los
turcos.
La nobleza también
reclutaba ejércitos de cruzados pero de 60. 000 sólo 10.000 poseían armas,
sobre todo los normandos, siempre ávidos de peleas y el deseo de encontrarse
con los bizantinos para crear un nuevo reino en Oriente.
Entre los caballeros
franceses, Godofredo, duque de La Baja Lorena , encabezaba un ejército. Raimundo
ese mismo año inauguró la ruta por Asia hasta alcanzar Siria. Una
cruzada arrolló el poder de los turcos y restableció la
autoridad del emperador romano de Oriente; en otoño cruzó y sitió Antioquia, al
norte de Siria, cercada por el sultán, aunque lo vencieron y se hicieron con un
enorme botín de guerra.
Ésta fue la más
brillante acción de los cruzados.
1099
Llegaron a Jerusalén,
asediaron la ciudad, construyeron torres móviles y máquinas especiales para
hacer boquetes en el extremo de la muralla, mientras Raimundo forzaba la puerta
de Sión: faltaba la torre de David. Los cruzados finalmente vencieron y
se llevaron el oro, la plata, los caballos, las mulas y saquearon
las casas. Después fueron a llorar de felicidad frente al sepulcro de Jesús.
Al octavo día
deliberaron en el modo de gobernarla. Ofrecieron a Godofredo el trono, pero el duque se negó a
llevar la corona donde Cristo se ciñó la de espinas. Fue nombrado gobernador y
defensor del Santo Sepulcro
Segunda Cruzada
En los combates
pelearon con coraje para terminar siendo señores en Tierra Santa; en la
guerra eran violentos y tolerantes en la paz.
En la Edad Media los racistas no existían. Peleaban
contra el musulmán pero lo consideraban un igual. Tenían mujeres
sirias, armenias o sarracenas bautizadas. Lo mismo sucedía en los
tres siglos de lucha y convivencia hispana-musulmana, en la Península Ibérica.
El reino de Jerusalén,
por la división en Islam, necesitaba defensores nuevos.
Veinte años más tarde
de su liberación, algunos caballeros franceses hicieron votos de pobreza,
castidad y obediencia, jurando defender la Ciudad Santa. Se llamó la Orden de los Templarios y su divisa fue: “a vuestro nombre sea
concedida la gloria”. Se expandieron velozmente gracias a las donaciones de la
nobleza hasta alcanzar veinte mil caballeros valientes, llenos de amor al
prójimo. Adquirieron bienes en Occidente y Palestina y sus rentas entraban por
millones. Con el tiempo fueron los banqueros más importantes de su época.
Bernardo de Claraval
Medio siglo después de
la primera cruzada, tuvieron problemas los cristianos en Siria, que se
apoderaron de las tierras.
En Francia reinaba
Luis VII dinastía de los Capetos, sucesores de los
Carolingios, quien hizo voto de ir a Jerusalén; era muy piadoso y
se alistaron -gracias a sus palabras y entusiasmo- nuevos ejércitos dispuestos
a partir.
En Alemania convenció
a los nobles de la Casa de Hohenstaufen a partir con él.
Conrado fue en la segunda cruzada lo que Pedro fue en la primera.
Llegaron a
Constantinopla. El emperador de Bizancio los empujó a Asia Central a un
encuentro con los turcos; los alemanes fueron derrotados y los turcos los
persiguieron. Se salvó Conrado y un pequeño grupo de cien hombres, al Sur de
Constantinopla; llegaron agotados a Jerusalén. Fracasando en el intento de
apoderarse de Damasco y regresaron ambos a sus países.
Bernardo, luego
santificado, fue culpado y ultrajado. Se defendió aludiendo que la causa fue la
poca fe de los peregrinos. Hasta su muerte -en 1153- predicó el triunfo
de la cruz sobre la media luna turca.
Una generación pasaría
antes de organizar la tercera.
INGLATERRA en el S XII
Enrique II Conflicto
CON THOMAS BECKETT
El arzobispo de Canterbury se lo recomendó al rey; fue nombrado
canciller. Beckett era un hombre de treinta y ocho años, pura sangre Normanda,
hijo de un mercader de la ciudad; fue educado como gentilhombre; cuando su
familia se arruinó, se hizo clérigo del Arzobispo de Normandía.
El soberano y su servidor se hicieron inseparables. El rey apreciaba a su joven ministro, buen caballero, capaz de divertirse sabiamente y trabajador eficaz. Gracias a él, el orden se estableció. El éxito hizo del canciller un hombre poderoso. Cuando el Arzobispo murió, Enrique II lo nombró a Beckett. No era un monje y parecía más un soldado que un pastor, pero cuando aceptó y fue nombrado se convirtió en un asceta. Dio todo su tiempo a las obras de caridad y a la oración. A su muerte, encontraron que usaba un cilicio sobre su cuerpo, porque “un dolor evita las tentaciones”.
El Arzobispado hizo del servidor del Rey un rebelde y luego un
santo; fue un perfecto ministro y más tarde un perfecto hombre de La Iglesia.
Enrique II le pidió que un clérigo reconocido culpable por la corte
Eclesiástica, fuera degradado. Siendo laico, podría haberse liberado del brazo
secular. Beckett rechazó el pedido real, aduciendo que un acusado no podía ser
culpado dos veces por un solo crimen. El rey furioso convocó a un concilio y
-bajo amenaza de muerte- Beckett firmó las Constituciones que le otorgaban la
victoria al rey.
Pero éste no se sentía comprometido por un juramento obligado. Condenado
por una Corte de barones, con la cruz en la mano, vencido -aunque no
domesticado- se fue y desde su refugio comenzó a excomulgar a sus enemigos.
Por más poderoso que fuera el Rey, no lo era tanto para exponerse
impunemente a ser excomulgado ni a tener problemas con el Pontífice,
privando a su pueblo de los sacramentos. Enrique II se reencontró con
Beckett, se reconcilió aparentemente y le pidió que en adelante respetara
las costumbres de su reino.
Apenas Beckett desembarcó en Inglaterra, le llegaron cartas del Papa,
destituyendo a los obispos que durante la querella lo habían traicionado.
El Rey se enteró de la noticia festejando la Navidad en Francia.
Su furia fue enorme. Reconocía que sus hombres eran cobardes pues
permitieron que fuera burlado por el clero, para el rey de menor condición que
la realeza.
Cuatro caballeros partieron; atravesaron La Mancha en el primer
barco, llegaron a Canterbury, amenazaron al Arzobispo con las siguientes
palabras: “absuelve a los obispos”. Beckett, hombre ahora de Iglesia, se
negó con desprecio. Poco después, su cerebro se encontraba diseminado por las
espadas, ensuciando los escalones que llevaban al altar.
Cuando el Rey supo del crimen, estuvo desesperado y se encerró durante
cinco semanas. Era lo suficientemente inteligente para saber que esta muerte
era una inmensa victoria para Roma. El pueblo tomó partido por el mártir.
Durante tres siglos el peregrinaje a Canterbury fue permanente en la vida de
los ingleses. Todos los enemigos del rey se sublevaron llenos de coraje.
Enrique II prometió renunciar a las Constituciones, devolver las
confiscaciones, enviar dinero a los templarios para la defensa de la tumba de
Cristo, construir monasterios y combatir a los irlandeses.
Pero su mujer y sus hijos se sublevaron contra él. Había hecho coronar
rey de Inglaterra a su hijo mayor, sin otorgarle nunca el poder, y murió ese
hijo con el título aunque sin reinar; también hizo coronar a su hijo Ricardo
III, Corazón de León, duque de Aquitania y de Poitou, dos regiones
florecientes y muy ricas francesas que le pertenecían, de herencia por vía
materna. Recomenzaron las disputas familiares, odiosas en la casa d´Anjou. Los
Plantagenet tenían su genio. Enrique II mostró su energía. De Normandía viajó
de inmediato a Inglaterra para aplacar la revuelta. Al desembarcar, pasó por
Canterbury, descendió del caballo, se desnudó y recibió las disciplinas de los
setenta monjes. Luego de este gesto, triunfó en todos lados. La nobleza cedió;
sus hijos le rindieron homenaje a desgano, la Corte Eclesiástica lo aceptó, igual que a los
monjes acusados de traición, que fueron más tarde juzgados.
Para llegar a este compromiso mal hecho, los dos hombres más destacables de su tiempo habían estropeado dos vidas y una
Para llegar a este compromiso mal hecho, los dos hombres más destacables de su tiempo habían estropeado dos vidas y una
El Sacro Imperio
Germano y el Pontífice: S ½ XII
En 1125 finaliza
la dinastía de los francos. Conrado III tiene doce años y es coronado rey
de Germania. Con él ocupó el trono los Staufen, tercera dinastía imperial
desde Carlomagno.
El emperador Enrique
IV le cedió su hija por el ducado de Franconia. Tuvo que luchar contra el
poder de los nobles. El fracaso de la segunda cruzada lo dejó quebrantado y
tres años más tarde Conrado III murió.
Dejó a su sobrino Federico -hijo de su hermano, Federico
Barbarroja- como sucesor; fue
rey a los treinta años; hombre sano, fuerte, equilibrado, con talento y
energía, capaz de poner fin a las guerras civiles entre los vasallos, ávidos de
poder. Fue el ideal caballeresco de su tiempo; hasta los sesenta años participó
de torneos. Se rodeó de personas capaces y el clero le era fiel. Siguió el
ejemplo de Carlomagno en su política extranjera, con gran interés por los
problemas de Italia. Deseaba convertir la Lombardía en una ciudad pródiga, y restablecer
su autoridad. Al igual que en la época Carolingia, al Santo padre lo amenazaban
los enemigos en su propia ciudad.
Al mando del ejército
de caballeros elegidos en Alemania y Borgoña, país de su mujer, Federico
fue a Roma para defender al Pontífice. Al pasar por la región Lombardía
y Milán inspiró temor en las ciudades con su ejército. En ese viaje
elaboró el célebre código de disciplina militar.
En Roma subió Adriano
IV- único papa inglés- y a Federico no le gustó la elección. El partido
republicano intentó tener como aliado al emperador. Para ellos, el rey de
Alemania sostenía una misión noble; sacudir el yugo pontifical y resucitar el
glorioso pasado de Roma, con el fin de poder dominar al mundo. Si el emperador
lo lograba, lo proclamarían Augusto y además le otorgarían una suma
importante de dinero, si juraba respetar su libertad y privilegios,
El rey no
estaba protegiendo con su espada a los romanos sino el orden y la ley de la
ciudad, que pertenecía a Alemania, no gracias al Senado sino por
derecho de la espada, por las hazañas de Carlomagno y Otón el grande.
Federico no quería
comprar la corona imperial ni comprometerse con Roma. Se mostró como
aliado del Pontífice, digno de socorrerlo y defender la iglesia romana. Fue
coronado en la Basílica de San Pedro -en 1155- y regresó a su
país.
Las ciudades del Norte
estaban en conflictos con Milán mientras las más septentrionales se mostraron
fieles; Pavia, Cremona, Lombardía y otras. Cuando Milán amenazó
someter esa región, el emperador realizó una expedición a Italia; pasó los
Alpes con su ejército poderoso. Quería dominar el orgullo de los milaneses, y
poner fin a las guerras civiles; convocó a una dieta; proclamó un edicto de paz
obligatorio en las tierras lombardas: la milicia debía jurar respetarlo; si no
lo hicieran, se los castigaría con multas y la confinación de sus bienes.
Los derechos de aduana
y los derechos reales de las ciudades pertenecían al emperador. Pero no fue
fácil ejecutar las órdenes en un país de exaltado. Hubo descontento y
resistencia cerca de Cremona, que tuvo en vilo al ejército imperial. Federico
mandó arrasarla y luego tornó su mirada hacia Milán. Intentó vencer por el
hambre a esta ciudad orgullosa: los antiguos aliados de Milán se rebelaron
también contra la autoridad imperial. El pontífice Adriano IV se enemistó con
el emperador. Federico se hizo de enemigos y ni el Papa ni el emperador se necesitaban.
Adriano IV intentó romper las relaciones con él y lo contrariaba ex profeso,
pero murió de repente. La Santa Sede siguió enemistado con él y
el nuevo pontífice, Alejandro IV, lo excomulgó; era un estigma, aunque el
emperador no era religioso. Dolido, dio orden de saquear la ciudad y la
gente tuvo que dejar sus hogares. La ciudad quedó desvastada, salvo los
templos y parte de la muralla.
La región Lombarda
se sometió por el momento a Alemania.
Federico II el
Sabio.
Primer rey moderno, nieto de Barbarroja, adelantado para su época.
A la muerte de su
padre, Enrique VI, el pupilo del Pontífice quedó en Sicilia con su madre
Constanza de Braganza, donde terminó sus estudios. Vivió entre las luchas del
Papa Ignacio II y los adictos a su padre. Hablaba francés, italiano, latín,
griego y árabe. A los catorce se consideraba la mayoría de edad en Sicilia. En
deportes sobresalía en la caza, equitación, tiro al arco y esgrima. Tenía buen
carácter, alegre y vivaz, un rostro de ojos brillantes.
El Papa se oponía a la
unión de Alemania y Sicilia. Enrique VI se había casado con Constanza, que
heredó Sicilia y a los pocos años y se fue a vivir allá con ese hijo. Otón, que
le había usurpado Germania, abdicó a favor de Federico II. En pocas
semanas se adueñó de Alemania con la ayuda pontificia y de Felipe Augusto,
rey de Francia. Otón, hijo de una hermana de Juan sin Tierra, contaba con
el socorro de Inglaterra. Pero Otón murió. Durante varios años Federico se
ocupó de Alemania; fiel a Carlomagno, cumplió con su deber; luego se despidió
de los germanos y regresó a Sicilia para ser coronado emperador.
Ordenó económicamente
su reino, deseando un Estado poderoso. Les proporcionó fuentes de recursos
directos e indirectos, mediante monopolios y concesiones. Se rodeó de sabios y
poetas. La corte se convirtió en una especie de Academia. Su pasión por la
cetrería lo llevó al estudio de la zoología con observaciones sobre el arte de
la caza con ayuda de aves. Tenía un zoológico privado con animales exóticos que
traía de sus viajes; floreció la escuela de medicina de Salerno, influida por
la ciencia griega y árabe.
Federico formó parte
de la Sexta cruzada; Inocencio III deseaba un
resultado mejor que en la Cuarta , pero el emperador aplazaba la ida, año tras
año. Se casó con la hija del rey de Jerusalén, que le aportó la corona
real de Tierra Santa. Finalmente partió y fueron diezmados por la peste. El
emperador se enfermó y debieron detenerse. Impaciente, el nuevo Papa
Gregorio IX, lo excomulgó. Estando Federico en Siria, el Papa promovió
además disturbios en Alemania e Italia contra Federico. La liga Lombarda desde
Milán tuvo como aliada al Pontífice; Cremona era aliada del emperador.
Desde Siria llegaron
las noticias de las victorias imperiales. El Papa invadió Sicilia y
socorrió a los lombardos, anunciando que el emperador había muerto.
El sultán egipcio,
hijo de Saladino, le cedió a Federico Jerusalén, excepto dos mezquitas.
Pudo liberarla y triunfo por mérito propio.
Llegó a Italia y, con
su habitual diplomacia, abrió el camino de las negociaciones para que
le levantara la excomunión. Gregorio IX debía aceptar: firmaron la
paz. El emperador recopiló las leyes de Sicilia en una Constitución. Transformó
los estados feudales en una organización política estatal, que tuvo un profundo
influjo sobre otros países de Europa. Estas leyes reconocían los derechos de
los pobres y menesterosos antes la sociedad y los derechos del Estado hacia
ellos; protegía a las viudas y huérfanos; prohibía el rigor de los ricos sobre
los siervos, que ahora tenían derecho de defenderse ante un tribunal;
puso fin a los caprichos de los feudos, aboliendo la servidumbre en sus tierras
y, quienes lo deseaban, podían instruirse. Actúo sin piedad con las personas
que engañaban al prójimo.
Luego partió a
Alemania. Enrique, de veinte años, se postró ante su padre. No se veían desde
que Federico dejó Alemania para ser coronado emperador. Tenía diez y seis años
de diferencia con el rey. La paz con Alemania fue fácil, no así en el norte de
Italia, donde las ligas lombardas de nuevo se rebelaron, aunque Federico obtuvo
una aplastante victoria. .
Antes de levantarle la
excomunión, el Pontífice exigía que evacuara los Estados pontificios. El
emperador no aceptó e Inocencio III huyó a Lyon. Proclamó que el
emperador había intentado asesinarlo y la excomunión pasó a su descendencia
también. Federico sufrió la calumnia. Hubo un intentó de matarlo junto a su
hijo preferido, Enzo, su mejor apoyo en los combates. El veneno fue dado por el
médico, pero Federico fue advertido a tiempo.
Enzo en cambio fue
hecho prisionero en Bolonia con gran parte de su ejército. Estuvo
veintitrés años tras las rejas hasta su muerte. Alemania estaba gobernada por
Conrado, hijo de Federico con Isabel, hija del rey de Jerusalén.
Alemania terminó con
su poder germánico en esa región, donde el Papa terminó siendo el vencedor.
Sus tres mujeres
murieron jóvenes. Ideó una nueva campaña a Lombardía -a mitad de ese siglo-
donde varias ciudades se sentían aliadas del emperador. Sin embargo, una
enfermedad terminó con su vida, a los cincuenta y dos años.
Conrado IV y el problema de Sicilia
Inocencio IV, feliz con la muerte del emperador, regresó a Italia. Conrado IV era el hijo mayor de Federico y vivió siempre en Alemania. Su medio hermano debía defender el reino de Nápoles y Sicilia; Manfredo tenía diez y ocho años; los defendió con energía.
Conrado IV llegó a
Sicilia para tomar el gobierno. Inocencio IV se apuró a levantar las ciudades
lombardas en su contra e incluso les prometió tropas.
En Sicilia
encontró un rival enemigo en el rey de Inglaterra, Ricardo Corazón
de León.
Muere Conrado IV a los
veintiséis años. Su hijo tenía dos años. Manfredo, hermano de Conrado IV
se proclamó rey de Nápoles y Sicilia. No quería depender de su sobrino.
Urbano IV fue nombrado
Pontífice siendo un enemigo siempre de los Hohenstaufen. Encontró un rival en
Carlos de Anjou, hermano del rey de Francia y fue coronado en la Basílica de
San Pedro.
Muere Manfredo en la
batalla de Benevento, traicionado por sus vasallos. La reina muere
prisionera y sus tres hijos fueron encadenados. A los treinta años les quitaron
las cadenas pero seguían prisioneros; diez años más tarde murieron.
Conrado y Carlos
d´Anjou
Muerto Manfredo, nadie pudo enfrentarse con el invasor y Carlos d´Anjou, entró victorioso a Sicilia, que se doblegó sin resistir. Fue gobernada por un grupo que sólo deseaba sacar provecho y riqueza de esa isla. Carlos tenía la esperanza de apoderarse de toda Italia. El Papa estaba en desacuerdo con su crueldad contra los sicilianos y los napolitanos; a Carlos sólo le interesaba Italia, como base de sus futuras conquista; su sueño demencial era apoderarse también de Constantinopla para lograr la corona imperial de Oriente.
Sicilia y Nápoles
contra los germanos versus Francia contra Aragón
Conradino, francés, de diez y ocho años se puso al frente para destronar al usurpador. La mayoría lo aceptaba, pero en Nápoles fue derrotado. Huyó, fue perseguido y decapitado. Inspiró a varios poetas y fue tema de varias tragedias. Su muerte puso fin a los Hohenstaufen y también al imperio romano en Oriente.
El castigo por la muerte de
Constantino no se hizo esperar. La ira colmó el odio contra los franceses, que finalmente estallaron y se levantaron.
Carlos de Anjou se
enteró, pero Sicilia pidió ayuda a Pedro III de Aragón en España, que planeaba
ir a Sicilia para recibir la corona ofrecida, donde fue aclamado con
alegría. El pueblo se sublevó contra Carlos d´Anjou, dando muerte a los
franceses. Lo mismo sucedió en Nápoles. Carlos VII murió a los sesenta y
cinco años.
Pedro de
Aragón enfrentó una invasión francesa donde salió vencedor. El rey
francés murió cuando regresaba a su país. Pedro de Aragón murió al año
siguiente.
Su hijo Alfonso III
quería abandonar Sicilia. Su hermano y sucesor quería conservarla y luchó
contra el hijo de Carlos d´Anjou. Tuvo que cederla. La Santa Sede se reconcilia cediendo también
Cerdeña. La casa d´Anjou se quedó con Nápoles.
Subió Federico III en
Sicilia; su hermano le hizo la guerra.
Luis IX, el santo. S
XIII
En Francia, Felipe
Augusto tiene un hijo de su primer matrimonio con Isabel de Hainaut, Ese
hijo, Luis VII, se casó con Blanca de Castilla a los trece años, sobrina de
Ricardo Corazón de León. Se conocían de niños. A los treinta y seis subió al
trono pero tres años más tarde murió. Tuvo con Blanca nueve hijos, de los
cuales cuatro murieron.
El futuro
heredero, Luis IX, tenía doce años. Blanca fue la regente. El delfín y
futuro Rey era muy religioso y sólo deseaba honrar a Dios; hizo construir
hospitales y hacía obras de caridad. Cuidaba él mismo a los enfermos, aún si
eran leprosos.
Para devolver
Jerusalén a los cristianos ideó una cruzada sin éxito. El ejército fue diezmado
por el hambre y el escorbuto. Su enemigo venció. Luis IX fue cuidado por el
médico del sultán y se sanó. No fue un gran militar ni le interesaba serlo.
El sultán pidió un
alto rescate por el soberano francés y los soldados. Francia ya lo honraba como
un santo.
Veinte años más tarde
ideó otra cruzada con ayuda de Túnez (antigua Cartago) donde el cristianismo
tenía adeptos, gracias al influjo de San Agustín. Luis IX tenía también
un interés económico: habían dejado de pagar el tributo que desde que Carlos
D´ Anjou ocupó
Sicilia realizaban.
En esa Cruzada Luis IX
murió, a causa de una epidemia por agua contaminada y por el calor sofocante.
Subió Carlos d´Anjou;
el rey acababa de morir. Carlos d´Anjou pactó con el sultán y las tropas
regresaron a su patria a las órdenes de Felipe III, hijo y sucesor del rey
que traía en el cortejo fúnebre a su padre, su mujer, un hermano, una
hermana y un cuñado.
Con San Luis
desapareció el último gran cruzado. Los cristianos en Tierra Santa regresaron.
Dos siglos después, el ideal que sostenían perdió todo interés.
Las cruzadas fueron
tragedias. El largo viaje, el calor agobiante, la peste, las epidemias, el
difícil regreso, el hambre y la falta de comunicación más la ambición y la
falta de moral hicieron imposible defender la cristiandad. Hubo algunos logros;
como frenar el avance musulmán; gracias a ellas, el asalto de los turcos en
Europa se atrasó doscientos años.
Lo que fue Alejandro
Magno para Asia, lo fueron las cruzadas para la Edad Media, en Occidente: guerras de
liberación. Alejandro quiso liberar a los jonios del yugo persa. Los cristianos
trataron de liberar Jerusalén de lo infieles.
Descubrieron en el S
XII, en la época de Saladino que los sarracenos podían ser civilizados
a la vez que humanos con los enemigos.
La civilización árabe
ayudó a Occidente medieval a lograr una personalidad. El esplendor helénico
regresó a Occidente; los cruzados reactivaron el comercio que existía antes, en
el Mediterráneo: sólo Venecia quedó inmune; sus hábitos mercaderes lograron
conservar amigos entre los pueblos y religiones diversas. (Hasta 1918
quedó la ciudad santa en manos del Islam, siendo en vano el paso de los
cristianos por ella)
Economía y cultura
Las cruzadas dieron
vida al Mediterráneo. Millares lo cruzaban hacia Asia y África.
Los italianos tenían
especies, frutos tropicales, azúcar, seda, algodón y piedras preciosas.
A fin de la Edad Media el comercio tuvo un gran esplendor con
un tráfico intenso entre China y el Mar Negro.
Desde el S XIII
circuló monedas de oro, los florines en Florencia, los ducados en Venecia y
Génova, mientras en los siglos anteriores predominaban las monedas de plata.
En Francia, Marsella se estancó. La depresión
económica obligó a Carlomagno a interrumpir la acumulación en
monedas de oro y se volvió al trueque. El oro se guardó para pagar artículos de
lujo. Sólo regresaba lentamente por África del Norte y España, mediante el
comercio esclavo.
Esta vitalidad, traída
del tiempo de los cruzados, trajo un bienestar material, cultural e
intelectual, estimulando las ciencias y las letras. Francia emuló a Sicilia
entre el S XII y XIII y se sintieron los herederos de la civilización en la Roma antigua.
Las universidades
francesas formaron sus principales maestros del pensamiento y París fue la
capital intelectual. En el S XIII fue considerada la “morada de las Musas”.
La antigua
civilización romana junto al aporte fecundo de la civilización árabe en
letras y ciencias encontró en Francia su lugar. Debe tenerse en cuenta la
elevada cultura islámica en España, en el S XIII. A fines del S XI los cristianos
tomaron Toledo a los musulmanes y se nutrieron de sus bibliotecas. A principio
del S XII divulgaron su saber a través de los Pirineos.
Civilización
germana
En el norte se imponía el emperador. En el noreste, la colonización eslava, que inició Enrique seguía con éxito. Empujado por los germanos, vivían de la caza, araban la tierra, talaban los bosques, mantenía el comercio con los escandinavos, rusos y griegos. Eran hospitalarios, incluso con sus enemigos, pero en la lucha contra los germanos fueron crueles y vengativos.
La conquista germana
entre el Elba y el Oder fue la base del marquesado de Brandeburgo, en Prusia. El
duque de Sajonia y Baviera, príncipe alemán, propuso convertir el litoral
báltico en tierra alemana y en los Países Bajos. Los campesinos con azadas y
arados ocuparon las tierras abandonadas por lo esclavos. Los holandeses y
flamencos eran muy eficaces; conocían el método de la lucha contra el mar y las
inundaciones y supieron sanear las tierras pantanosas de la Baja Sajonia y de otras regiones. Colonos y Balones
se asentaron en Hungría, Rumania, Transilvania y Silesia. A la gente eslava le
quedó la pesca para subsistir, aunque sucumbieron y fueron absorbidos por la
nueva población; ciertas raíces en su vocabulario atestiguan este influjo
eslavo.
El Papa Alejandro III regresó a Roma. El emperador de Bizancio –Manuel- quería que le quitaran la corona imperial de Occidente al rey de Alemania para otorgársela a él. Ofreció financiar las tropas para que el Pontífice sometiera a toda Italia.
Federico estaba
de nuevo a las puertas de Roma para deponer al Papa. Ante el peligro de ser
destruida la Basílica de San Pedro se entregaron y el
pontífice huyó.
Estalló una rebelión
en Lombardía. Milán será otra vez la ciudad más pujante italiana en el
comercio. El debilitado ejército se
sintió impotente antes esta revuelta que trababan los pasos de los Alpes. Era
difícil llegar a Alemania y desde ese instante la autoridad imperial
decae: los reveses en Italia dañaron su imagen imperial y entre ellos el primer
rebelde fue su sobrino Enrique. Federico necesito cuatro años para restablecer
su poder y dos más para una nueva campaña contra los lombardos.
Milán venció al
emperador. Tuvo éste que postrarse y besar los pies del Papa que
le dio el beso de paz.
El emperador firmó una tregua de seis años con los lombardos y sus aliados y
otra de quince años con el rey de Sicilia. Con el permiso de Alejandro
III, regresó a Alemania, donde tuvo que enfrentarse una vez más con su sobrino
Enrique.
Federico II y su sobrino
Se impuso el emperador y su sobrino se entregó; el emperador fue bondadoso; le dejó conservar sus posesiones de herencia. Los otros feudos fueron otorgados a los diferentes príncipes alemanes. Ningún vasallo podía enfrentarse con el monarca, autoridad de los Hohenstaufen e invencible. En ausencia de su tío, su sobrino Enrique intentó obtener sus antiguas tierras dadas a los nobles por su tío, pero el joven heredero, hijo del emperador, Enrique VI, hizo que fracasara en su intento. El emperador se impuso a los nobles aunque el Sacro Imperio Romano se debilitó desde ese momento y sucumbió.
Enrique deseaba que las tierras eslavas al Este del Elba pertenecieran a los germanos. (Luego de
Federico II y su política en Italia
En 1183 expiró la tregua del emperador y
Tercera Cruzada. Caída
de Jerusalén.
Evoca al gran sultán
de Egipto y de Mesopotamia; caballero admirado por amigos y enemigos, Saladino,
hijo de un jefe kurdo, no era semita sino indoeuropeo. En el S XII proclamó la
guerra santa e invadió Palestina, en una sangrienta batalla contre el rey
de Jerusalén. El ejército cristiano fue destrozado y su rey hecho prisionero.
Los turcos quemaron la hierba dura de la estepa para que los francos no
pudieran pasar y tendrían que lidiar contra el fuego, la sed y las flechas.
El sultán tomó posesión de todas las fortalezas que rodeaba y
sitiaba la ciudad. Los asediados se declararon vencidos pero Saladino deseaba
conquistarlos -como lo hicieron los católicos casi un siglo atrás-. Le
respondieron que matarían a los cinco mil musulmanes, a sus hijos, sus templos
y sus bienes. El sultán reflexionó; aceptó la capitulación y pidió rescate por
cada habitante, aunque liberó a los que no pudieran pagarlo.
De nuevo los infieles
se apoderaron de la Ciudad Santa, entre le alegría de los
musulmanes y los lamentos de los cristianos. Las cruces fueron derribadas y con ellas fundieron campanas.
Luego de la conquista
de Jerusalén, cayó el poder el sultán de Palestina. Tierra Santa fue purificada
y con ayuda de Alá fue liberada de los cristianos. Su caída fue un impacto y un
profundo dolor. El cristianismo y su existencia estaban en peligro.
En Occidente los más
poderosos reyes eran el de Francia, Felipe Augusto II, el emperador Federico II
y Ricardo Corazón de León y los tres estaban listos para la lucha. Le rogaron a
Saladino que dejara Jerusalén a los cristianos con indemnizaciones y les
permitiera visitar el Santo Sepulcro a los peregrinos. Detrás de
las intenciones religiosas había intenciones políticas. Los cruzados llegaron
de toda Europa para luchar contra los sarracenos. Era un honor pelear por
Tierra Santa.
Fin del S XII
Federico II al frente del ejército partió a través de Asia Menor. Les prometió el Paraíso a cambio de pelear. El emperador se ahogó en un río, luego de un calor sofocante y de una marcha agotadora. Fue quien mantuvo la ley y el orden y restableció el esplendor al imperio-
S XIII
en Italia, el norte le era fiel a Inocencio III,
pero tuvo que pelear contra los fieles a Enrique VI, padre de Federico II. El
Papa deseaba un imperio universal y mientras el poder de los Hohenstaufen
declinaba él alcanzó el apogeo; siendo
árbitro de Europa, desde Islandia hasta el Éufrates, intentó que todas las
iglesias nacionales se hicieran adictas a su pontificio.
Expulsados los
alemanes del norte de Italia, hizo estados independientes de sus dominaciones,
Lombardía y Sicilia y los enemistó contra el soberano.
En Alemania triunfó
OTAN IV por gracia papal y consagró rey de Alemania a Federico II (hijo
de Constanza y Enrique VI)
Federico II, rey de Alemania
En lo moral no perdonaba a nadie, fuera arzobispo, obispo o clero. Tenía talento político. Se disputaba con los otros para sacar ventajas de sus debilidades; sabía esperar el momento para atacar al enemigo. A su juicio no lo confundía ni el odio ni la ambición.
El Imperio latino en Bizancio
En una nueva cruzada que fue más una lucha política y comercial, planeada por Venecia, -que se liberó del dominio romano oriental, confiando el imperio a un Duce, elegido por el Consejo de los Diez-.
Liberados de los
bizantinos, querían expulsarlos del Adriático; se construyó una gran flota que
resultó ser la de mayor potencia marina en el Mediterráneo. Venecia deseaba por
el Adriático dominar el Mediterráneo y de ese modo el comercio entre Occidente
y Oriente.
Desde la Segunda Cruzada, sus naves llevaban a los peregrinos por mar, acumulando
una ganancia suculenta. En el S XII se puso freno a esta ambición.
La gran decepción del Papa, fue bendecir una
guerra santa para participar de una guerra entre cristianos (Bizancio era
ortodoxa).Constantinopla fue arrasada por Occidente y toda obra maestra fue
mutilada; la furia aniquiló a las
estatuas de bronce, hacía añicos a las esculturas c de Fidias y
otros dos escultores famosos. Para convertirlas en monedas. Un incendio dejó media
ciudad en ruinas; Oriente colapsó; se repartieron el botín; Venecia quedó
aislada con las islas del mar Egeo y el Peloponeso más un pequeño núcleo de
islas; se formó un Estado feudal, llamado imperio latino de Constantinopla con
capital en Bizancio, que fue disuelto cuando se restauró el imperio romano de
Oriente.
Inocencio III fulminó con una bula a los rebeldes; sin
embargo, en el Concilio de Letrán, se encontraron los patriarcas de
Constantinopla y Jerusalén, junto a quinientos obispos y arzobispos y más ochocientos abades.
Ricardo Corazón de
León y el sultán Saladino
El mando de las tropas pasó al hijo del emperador, el duque Federico. Las cruzadas siguieron penosamente el camino a Siria. Los alemanes e ingleses llegaron por mar a Jerusalén. Ricardo dictó un código militar muy severo. Si algún hombre mataba a un hombre en la travesía, sería atado junto a la víctima y arrojada por la borda.
Los alemanes,
franceses e ingleses llegaron a Siria y sitiaron la ciudad. El duque Federico murió de una peste. Ricardo
era de difícil trato y no simpatizaba con Felipe Augusto ni con Leopoldo de Austria.
Felipe Augusto ideó un
pretexto y regresó a Francia con la mayor parte de su ejército, dejando a
Ricardo con escasas fuerzas. Ricardo era más poderoso que el rey de
Francia, lo cual provocaba roces. El rey de Inglaterra degolló a tres mil
musulmanes prisioneros, porque Saladino se demoró en pagar el rescate. El
sultán lo engañó haciéndole perseguir, mientras aprovechaba la defensa a La
ciudad Santa. Ricardo aterrorizaba a los sarracenos aunque intentó ganarse el
respeto del sultán; se enviaban regalos. Fue una Cruzada verdaderamente inútil,
como la anterior. Ricardo recibió noticias adversas de Inglaterra y regresó. Su
hermano Juan se había aliado con Federico Augusto II, el rey de Francia que
había regresado antes; El barco de Ricardo naufragó y fue hecho prisionero durante dos años, hasta
que Inglaterra reunió lo fondos para pagar el rescate de su rey. Liberado,
acusó a su hermano Juan de alta traición pero lo perdonó. La recompensa para
los ingleses que pagaron el rescate fue desangrarlos con impuestos una
vez más. Ricardo tuvo que luchar contra Francia para defender las tierras
heredadas de su madre en Aquitania. Era dueño de la región más rica francesa e
Inglaterra, a causa de la cruzada y del pago de su rescate, estaba sin dinero,
lo cual disminuyó su poder. A los
cuarenta y dos años muere. Reinó diez años.
Última cruzada: Juan
Sin Tierra versus Felipe Augusto II.
Los primeros Capetos reinaban en
Felipe Augusto II era
hijo de Luis VII. La Isla de Francia era el núcleo de su reino, que ampliaría. Vivía
en el Louvre que servía de fortaleza, más pequeño que el actual. De aquélla
sólo quedó un trozo de muro empotrado y los restos de la capilla.
Tenía quince años
cuando subió al trono. Los esfuerzos humillantes que soportó su padre contra el
duque de Normandía, divorciándose de la reina para entregársela al duque de Normandía,- ella tenía 27 y él
19- llevándose su inmensa
dote en la región de Aquitania, Poitou, Guyenne, Toulouse y
Gascogne, despertó gran rencor en el delfín contra el
duque. Se convirtió con el tiempo en su digno rival, pese a la diferencia
de edad. Soñaba con hacer de Francia un reino magnífico. Favoreció a los
burgueses y campesinos contra los nobles, que eran vasallos de la corona a disgusto.
Atendía sus quejas; era inteligente, enérgico, de naturaleza exaltada.
Se casó por cuestiones
dinásticas con Isabel de Hainaut quien le dio un heredero, Luis VII; la reina murió pocos
años después. Se volvió a casar, también por cuestiones políticas con Ingeborg,
hermana del rey danés; era bella, bondadosa, aunque le tuvo
aversión desde la primera noche. La envió a un convento, aludiendo que había un
parentesco de cuarto grado entre ellos, lo cual dio motivo al divorcio y se
casó con Inés de Merau.
Cuando sube el Papa
Inocencio III, prohíbe efectuar oficios religiosos en Francia a causa del
adulterio real. Se cerraron las iglesias; no había misas de réquiem y se negaba
la sepultura cristiana a los muertos, quedando en suspenso los sacramentos.
Felipe Augusto II se
vio obligado a sacar a Ingeborg del convento y repudiar a Inés, que espera un
hijo suyo. Era una promesa del rey de Francia que valía por siete años;
Ingeborg tuvo una hija e Inés un hijo, ambos del rey.
Inés murió seis meses después de dar a luz un hijo robusto. El Pontífice los
declaró legítimos para compensar el acatamiento del rey. El rey tenía un solo
hijo legítimo de su primera mujer, el delfín Luis VII.
Cumplidos los siete años, Ingeborg fue
encerrada de nuevo, esta vez en una
fortaleza. La reina le escribió al Papa cartas desgarradoras; los trámites de
divorcio se alargaron pero en el casamiento de su hija sorprendió a todos
con el regreso al trono de la prisionera,
Por principios católicos jamás aceptaría el divorcio, pero existía ahora
otra cuestión más importante: obtener -gracias a ella- el socorro
extranjero para su lucha contra Inglaterra, donde reinaba Juan sin Tierra,
hermano de Ricardo Corazón de León, muerto en un combate.
Felipe deseaba el
trono inglés, aludiendo que la reina era hija de Canuto el Grande, que había
reinado en las Islas Británicas.
Al cabo de veinte años
fue liberada; murió a los sesenta y fue enterrada en el Panteón, por su
paciencia y fidelidad.
Juan Sin Tierra
Al no dejar Ricardo heredero legítimo, muertos sus tres hermanos mayores, Juan hereda el trono de Inglaterra, tal como lo deseó su padre toda la vida, quien le había podido dejar en herencia solamente 5000 ducados de oro.
Ricardo y Juan oprimieron
al pueblo inglés y fueron odiados; le
quitaban el dinero a través de impuestos
para defender sus patrimonios en Francia o para pelear contra el Felipe II Augusto quien se quedó finalmente
con las tierras del rey inglés. Salvó Aquitania, Normandía, Rouen, Turena y
Anjou pasaron a ser dominio francés, no así Poitou, Guyenne, Toulouse y
Gascogne, pues eran herencia maternal de la madre.
El Papa despreciaba
sin disimularlo a Juan; intentó nombrar
como arzobispo a uno de sus cardenales, pero el rey de Inglaterra
desterró a quien sugirió esta elección. El Pontífice lo amenazó con ayudar al
rey de Francia a destronarlo. Juan quedó anonadado; tuvo que nombrarlo
arzobispo y además arrodillarse ante el legado papal. Inglaterra pasaba a ser
un feudo de Roma, pagando un tributo y humillando al pueblo inglés, pero debieron
someterse pues el Papa intervino para que Francia no invadiera las islas.
El Conde de Flandes rompió
su juramento de fidelidad a Francia y la flota francesa fue aniquilada por los
ingleses y flamencos.
Felipe Augusto II perdió la
conquista de Flandes.
Juan atacó al rey francés, mientras el ejército alemán acudía en ayuda de los flamencos. El pueblo francés apoyaba a su rey, quien obtuvo una victoria que consiguió estructurar una Francia unida y homogénea.
Juan atacó al rey francés, mientras el ejército alemán acudía en ayuda de los flamencos. El pueblo francés apoyaba a su rey, quien obtuvo una victoria que consiguió estructurar una Francia unida y homogénea.
Los ingleses se desligaron
a principio del S XIII del juramento de fidelidad a su rey, Juan, que tuvo
que aceptar La Carta
Magna , donde sancionaban
los privilegios de la nobleza y príncipes de la Iglesia y donde se defendía
la libertad del ciudadano contra el abuso del poder. “Ningún hombre libre podrá
ser detenido o declarado fuera de la ley o desterrado o castigado sin un juicio
por sus iguales, según la ley del reino.
El rey sólo estaba
autorizado a percibir los impuestos legales con autorización del
Parlamento. Los burgueses participaron de los derechos de la Carta que confirmaba los privilegios de las
ciudades. El rey debió doblegarse ante la ley.
Durante medio siglo,
luego de la muerte de Juan Sin Tierra, la Carta Magna fue un socorro social así como el
Parlamento adquirió cada vez más importancia; los comunes pasaron a ser
representantes nacionales con la subida al trono de Eduardo I, hijo de Juan, quien fue el primer
Plantagenet.
El rey estaba dispuesto a conquistar Gales y
Escocia, que no estaban sometidas a Inglaterra. Eduardo I conquistó Gales pero
no pudo incorporar Escocia. Robert Bruce fue el héroe escocés nacional que
salvó la independencia. En la batalla de Bannockburn, la caballería por primera
vez fue derrotada por la infantería en las regiones montañosas de Escocia. Los
ingleses aceptaron con pesar su independencia.
Vencedor de los celtas de Gales, fracasó en Escocia, donde tenían
una monarquía feudal; los barones escoceses pelearon por su corona. Uno
de ellos fue coronado, aunque el monarca inglés exigió el reconocimiento
de su soberanía. Los escoceses creyeron que era una soberanía nominal. El barón
se alió al rey de Francia, enemigo del rey británico, negándose a
obedecer. Eduardo I entró en Escocia, hizo prisionero al barón coronado,
quitó la piedra sagrada de Stone y la insertó en el trono de los ingleses
con gran espanto de los escoceses.
Eduardo I comenzó siendo misericordioso; como en Gales, impuso las leyes
inglesas que él admiraba, pero obtuvo una resistencia imprevista del pueblo. El monarca se creyó dueño de la región, pero otro barón se sublevó y
se hizo coronar. Viejo
ya y débil no resistió esta última campaña. Muy enfermo,
pidió que su corazón fuera enviado a Jerusalén con cien caballeros y que
su cuerpo fuera sepultado en Escocia.
Subió su hijo, Eduardo II, un inútil,
casado con Isabel, hija del rey de Francia, Felipe IV el Bello. Luego de darle
un hijo, vivió rodeado de sus favoritos y humillando a la reina, a quien la
obligaba a cederle sus joyas.
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En el arte y
literatura
El ideal del caballero humanizó al género humano. El héroe actuaba como un protector de los débiles y oprimidos.
Siglo XII
Origen de
No había países; no estaban delimitadas sus
fronteras. Luchaban por los feudos.
Eran todavía hazañas aisladas, partiendo
siempre de un hecho real; las
Gestas del rey Arturo, Christian de Troya, Percival, Tristán
e Iseo, el Mío Cid, Carlomagno, Guillermo de Orange, el Santo Grial narradas por los aedos, gracias a los
trovadores se transformaron en Epopeyas y así llegaron hasta nuestros días. Fueron
narradas oralmente en un lenguaje precario y titubeante entre el latín y el
inicio de las lenguas vulgares.
LA CANCIÓN
DE ROLDÁN en Francia, narra las hazañas de Carlomagno contra los moros.
(Francia y España no eran países; eran feudos.
Carlomagno
triunfa y deja en la retaguardia a su sobrino dilecto con doce
Pares; los moros aparecen sorpresivamente por la retaguardia y
en la batalla de Roncesvalles Roldán, su sobrino, es
herido y muere junto a los doce: Las
exageraciones; “una parte del cerebro cae a tierra con el casco; él lo
levanta y sigue peleando.” Estos ejemplos didácticos de los Cantos épicos
muestran a los personajes como héroes que uno debía intentar imitar
por su coraje, valor, su indiferencia hacia la muerte, su bravura y
honor.
Las epopeyas Germanas son sangrientas, llenas
de odio y venganza. En la épica inglesa y los países escandinavos eran
monstruos a los cuales el héroe debía aniquilar.
EL MIO CID, en España, es la más
realista. Sólo hay un episodio inventado, un león que aparece fugazmente,
que el Cid logra domesticar en minutos y abrazado lo lleva a su jaula.
Los
hechos reales: el exilio de Don Rodrigo Díaz de Vivar (por envidas que lo
enemistan del Rey Alfonso)
BEOWULF, en Inglaterra
mucho
menos real, les agregaban detalles mágicos o poco creíbles con un
monstruo gigante que el héroe debía matar, Pero luego de hacerlo aparecía la
madre del monstruo, más grande todavía, a quien también le da muerte.
Los Nibelungos en Alemania
Luchas sangrientas de odio y poder y venganza.
LAS CATEDRALES entre el Siglo XI al XIII.
(Tardaron más de un siglo para terminarlas)
La cristiandad fue considerada en Europa occidental como un imperio espiritual,
sometida al Papa en esos siglos.
Las Catedrales, obras magníficas necesitaron más de un siglo para terminarlas
tienden hacia el cielo, en su arte vertical. Ese era el objetivo de los
monjes: de lo terreno al cielo. Son joyas espectaculares del arte Medioevo.
El cristianismo predominaba y el saber lo poseía los monasterios,
encerrado bajo llave.
Las obras son anónimas; estaba prohibido
individualizar los trabajos. Algunos artesanos y artistas dejaron su nombre entre los pliegues de un
manto, por ejemplo.
Les Vitrales:
Se enseñaba episodios de la Biblia , del Nuevo Testamento o la vida
de la Virgen o
Cristo o un santo en particular, a quien se la
dedicaban. Como objetivo, además de darle luz enseñaba
mediante los dibujos en el cristal a la
gente analfabeta. El culto femenino, predominó durante
estos dos siglos del fin del
Medioevo.
Chartres y Colonia
tienen las dos torres terminadas. La primera en un pueblito perdido al
sur de Francia, que se eleva entre colinas e hileras de álamos, mucho
antes de percibir el pueblo que se anuncia percibiendo las dos torres-
El retablo
-o puerta principal- contiene relieves muy elaborados, en acero revestido de madera. Es el único adorno importante, además de la belleza de los vitrales: los más sublimes son los de Colonia (predomina el rojo, el verde, el amarillo y el azul); en la de Chartres y Notre Dame (predomina un azul profundo, intenso, jamás visto en otros países). Algunas perdieron los vitraux en las guerras mundiales y los reemplazaron por blanco opacos.
-o puerta principal- contiene relieves muy elaborados, en acero revestido de madera. Es el único adorno importante, además de la belleza de los vitrales: los más sublimes son los de Colonia (predomina el rojo, el verde, el amarillo y el azul); en la de Chartres y Notre Dame (predomina un azul profundo, intenso, jamás visto en otros países). Algunas perdieron los vitraux en las guerras mundiales y los reemplazaron por blanco opacos.
La escultura no era un arte
independiente; estaba subordinado a la
arquitectura.
Las logias estaban regentadas por los
sacerdotes más las corporaciones donde
los arquitectos, artistas, artesanos y obreros estaban protegidas y
conseguían trabajo.
En Francia: la de París, la de Reims, la de
Chartres, Lyon, Reims y Rouen
En Austria: la de Viena
En Bélgica –La de Bruselas, Gand y
en Brujas.
En España, en Santiago
de Compostela donde creen que se encuentran los huesos del santo apóstol y se los venera.
En el sur de España
con características típicas del
arte islámico. Catedrales en León, Oviedo, Burgos, Sevilla.
En Inglaterra el
gótico perpendicular de prolongadas proporciones en sus ventanales, con bóvedas
reticuladas al estilo Tudor de fines del Medioevo.
En el Rin algunas de
ellas disputan con el arte romano; en Fráncfort, Estrasburgo, y otras.
En el norte de Italia
la de Milán. (La Edad Media
no prendió en este país, más afín con el Renacimiento posterior)
En la pintura los
rostros son similares, sin ninguna individualidad. Predominan las:
Figuras no naturales. Predominio de las
líneas quebradas- en ángulo recto; estatuas con niños en posiciones inverosímiles. La
falta de realidad es un común denominador en estos siglos. No les
interesa la realidad.
Superposición de planos: En cada esquina
del cuadro o en la parte superior se cuenta una historia diferente,
yuxtapuesta.
Jerarquización por tamaño. Si la Virgen se levantara
sería un gigante. La fealdad de los niños asombra y su desproporción también.
S XIV en el Norte de Europa; el gótico florido
del principio del Renacimiento está adornado con arcos con follajes de piedras,
la tracería de las ventanas se complica en los albores renacentistas con una
decoración fastuosa. No tendrá el esplendor de Italia; solamente se agregan
adornos a los edificios. NO olvidemos que el Norte estuvo plagado de guerras
durante siglos.
En música, el Canto
Gregoriano.
Hay distintos tipos de cantos llanos, en especial en Alemania. Los
judíos tienen los salmos y los cristianos los heredaron, aunque con otra
musicalidad.
En el S
XIII Carmina Burana (canciones en latín). Existían seiscientas setenta piezas.
Se supone que los trovadores la ampliaron; estas canciones critican las
bulas de la Iglesia.
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