En 1898 el ejército
anglo-egipcio pretendió conquistar Sudán por el Nilo; la victoria afirmaría el
poder inglés en Egipto. Los franceses llegaron para izar su bandera, pero los
ingleses exigieron retirarla: ni bandera ni guarniciones en el Nilo. Francia
evacuó el lugar y renunció a expandirse por Egipto y Sudán, pero quedaron
resentidos por la humillación -aunque eran adversarios, no enemigos-.
La
guerra fue penosa para Inglaterra.
Pasaron por el entusiasmo, el pesimismo y el fin amargo de acabarla. Para la
opinión general fue una vergüenza que Gran Bretaña declarase la guerra a dos
pequeñas repúblicas Boer. Era un sello infame para el capitalismo. Para los
británicos, era una causa justa: no contaron que éstos eran magníficos jinetes
y tiradores que luchaban en su tierra. El mundo oyó hablar por primera vez del
color kaki de los uniformes, los alambrados, las trincheras, los sacos de arena
y de campos de concentración.
Los
Boers tenían mayor ventaja y vencieron a los ingleses, que sólo lograron éxitos
locales. Kruger pidió ayuda, que nadie se animó a ofrecérsela. Inglaterra se
impuso; los Boer siguieron con
guerrillas difíciles de dominar. La paz recién llegó en 1902. Los Boer
aceptaron al rey de Inglaterra como soberano, a cambio de una amnistía general
y un régimen autónomo.
Era
imposible una alianza de Inglaterra entre Eduardo VII contra su sobrino,
Guillermo II, nieto mayor de Victoria, un káiser pretencioso, altanero que amenazaba
a Europa con el poderío de su ejército.
Eduardo
VII subió en 1901. Trajo alegría a la corte, luego de muchísimos años de luto riguroso en la Corte por la muerte de su
padre. La seriedad y los estudios lo aburrían; era seductor, jugador, le
gustaban las mujeres, las orgías y los
cafés de París. Victoria jamás le dio pie en los asuntos del Estado, salvo
algunos representativos de ninguna importancia. La reina era celosa de su
autoridad y el príncipe se desquitaba con sus conquistas amorosas. Sin embargo, pese a sus
falencias, fue un gran monarca eficiente. Francia a Inglaterra tenían ahora
excelentes relaciones. En cambio, Francia tendría un enemigo en Alemania,
mientras ocupara Metz y Estrasburgo.
Alemania se prepara para la guerra
Francia e
Inglaterra llegan a un acuerdo en 1904; libertad en Marruecos y en Egipto.
Renunciaron a su rivalidad colonial.
Un hombre por
sesenta mil francos en oro reveló que Alemania estaba preparada para la guerra
y que el káiser pensaba visitar Marruecos. A este país no le importó el Tratado entre los
ambos países y no pudo aislar a Francia como era su intención. Alemania estaba
indignada contra Francia por Marruecos,
pero no pudo avanzar. Corría el año 1905.
Tensión entre Inglaterra y Alemania
Si Inglaterra no
hubiera puesto un defensa contra el poderío alemán, Alemania tendría la
hegemonía en Europa, admitió Churchill.
1908
Muere Eduardo; sube
su hijo Jorge V que reinará 26 años. Churchill está en la Cámara de los Comunes; por
no estar en la de los Lores, la Cámara Alta
lo consideraron un traidor. Churchill sostenía que era hijo de la democracia y
que en su casa la divisa paternal era “confía en el pueblo”. Éste ya era un
célebre escritor, corresponsal de guerra y político estratega, liberal y
radical; impulsivo con réplicas feroces cuando era necesario, abandonó el
Cuarto regimiento de los húsares donde peleó contra los Boer para dedicarse a
la política.
La flota alemana
tenía un millón de hombres, quinientas divisiones y acorazados. Le advirtieron a Gran Bretaña,
pero el gobierno alegó que el armamento alemán no estaba dirigido contra su
país. Construía naves más velozmente que los alemanes. Alemania envió un buque
de guerra para defender sus intereses a las costas de Marrueco; pretendía el predominio de Marruecos y el Congo francés, compensación exorbitante.
Inglaterra se puso a favor de Francia y el káiser se resintió
por la derrota diplomática.
Ese año el emperador Francisco José anexó Bosnia y Herzegovina
a su imperio: un congreso anterior le daba ese derecho al imperio Austro-
Húngaro.
Rusia -debilitada
por la absurda guerra contra Japón- no estaba preparada para entrar en otra
contienda. No intervino, a cambio de tener el libre paso de sus navíos hacia
los Dardanelos. No lo consiguió.
Alemania buscó la
amistad de Turquía, donde gobernaba un tirano sanguinario, responsable del
genocidio de Armenia. A Alemania le interesaba el permiso de un FCC de Asia
menor al Golfo Pérsico, pasando por Bagdad. Frente a la anexión de Turquía, se
podía con razón desconfiar de Alemania, aliada al Imperio austro- húngaro.
Rusia, Inglaterra
y Serbia estaban indignados con la anexión; la mayor parte de
los habitantes en Bosnia y Herzegovina eran serbios y croatas. Serbia protestó
pero Austria no se inmutó. Alemania logró una victoria diplomática, mientras
Rusia humillada y Gran Bretaña disgustada
ya que no consideraron “el derecho de gentes”.
1912-
Londres ordenó a Churchill trasladar la flota inglesa del Mediterráneo al
Mar del Norte para defender las costas de Francia, mientras este país se
ocuparía del Mediterráneo.
Italia le declaró
la guerra a Turquía, que pierde su última posición en Trípoli, cediendo también Rodas y los
Dardanelos.
Turquía fue atacada
por Bulgaria, Serbia, Grecia y Montenegro. Pidió la paz y cedió sus posiciones
europeas en el Mar Negro y el Egeo; los griegos recibieron Creta.
La guerra amenazó a
Europa pero por el momento no prosperó fuera de los Balcanes. Serbia poderosa
era un peligro para Austria. El káiser Guillermo II reprochó al emperador de
Austria la anexión y la guerra de los Balcanes.
Nace la independencia
de Albania que impide un puerto turco en el Adriático. El reparto provocó una
nueva guerra entre Bulgaria contra Serbia y Grecia. Finalizó en 1913, otorgando
Adrianópolis a los turcos. Alemania ayudó a Inglaterra en esta doble crisis,
1914
Irlanda está en
guerra civil; recibe apoyo de los liberales contra la Cámara de los Lores (1911)
que exigen su autonomía. Irlanda no quería
estar bajo el Catolicismo de esa región. Otro problema hizo olvidar el conflicto escapando de una guerra civil para entrar en
una guerra mundial
Sarajevo: Julio de 1914
El
heredero de la corona austro-húngara, hermano del emperador fue a Bosnia; le
advirtieron que podía sufrir un atentado. Francisco Fernando fue igualmente con
su mujer. Arrojaron una bomba que hirió a un oficial; Obstinadamente siguió el
trayecto; un joven se subió al estribo y los mató a ambos.
Austria
envía un ultimátum al gobierno de Serbia. Rusia movilizó las tropas. El káiser
regresó de Noruega. Poincaré visitó San Petersburgo y Estocolmo y regresó a
Francia; Serbia consultó con Londres: París y San Petersburgo aconsejaron
prudencia. Serbia envió su respuesta a Viena, aceptando los puntos del
ultimátum menos la admisión de agentes austríacos.
Francisco
José firmó la declaración de guerra: Serbia desoyó el ultimátum. El 28 de Julio
comenzó
I Guerra Mundial, donde participaron las primeras potencias del mundo, potencias
industriales y comerciales, que habían desarrollado durante años anteriores una
poderosa industria bélica. Reclutaron soldados entre los campesinos y hubo
reducción de abastecimiento. La estructura en el mundo tambaleaba; improvisando
soluciones que comprometieron el
porvenir. La guerra antepone el Estado a los derechos del individuo, en
beneficio de las fuerzas sociales, que la democracia deseaba frenar.
La
economía de guerra modificó los hábitos tradicionales; la producción y el intercambio
se dislocaron, las importaciones suministraron al ejército los equipos
necesarios pero la escasez de fletes y el bloqueo perjudicó a los adversarios,
mientras desgaste de los hombres y las municiones superaron lo previsto. Era
necesario equipar los ejércitos. La guerra no fue breve como se suponía y no
tenían material para mucho tiempo.
En septiembre
1914, los soldados sufren una crisis de armas y de municiones. Francia tomada
por los alemanes privó a los aliados del
40% de su carbón, del 90% de sus minas de hierro y de 95% de sus altos hornos; el 25% en total no conseguía
fabricar municiones.
1916
En
Gran Bretaña los soldados no contaban con la necesaria protección de
artillería. En Inglaterra trabajaban obreros no calificados en empleos de
especialistas; tuvieron que regresar los
especialistas
Rusia
se abastecí en EE.UU. y en Japón con
fusiles, cañones y municiones; no conseguía los obuses y sólo en 1917 poseía el
número de ametralladoras necesarias. El gobierno absorbía la mayor parte de la
mano de obra, salvo Alemania, que en 1917 fabricó 2000 cañones por mes y 9000
ametralladoras, frente a las 200, del año 1913. La mano de obra era un
problema. Se necesitaba encontrar hombres que
reemplazaran a los que se fueron a la contienda. El káiser obligó
al trabajo obligatorio. Contaba además
con soldados belgas, polacos y franceses deportados. En 1918 tenía dos millones
de obreros, un millón apto para fabricar armas; era una paradoja, porque faltaban soldados
para usarlas. El Estado fijó los precios y controló el tipo de cambio, las
exportaciones, la importación, el cultivo, la industria para edificar nuevas
fábricas de industria bélica. Tenía 4000 funcionarios, la mayor organización
comercial del mundo.
La deuda
de Francia pasó de 3.200 a 173.000 millones.
Alemania pasó de 5.500 a
60.000 millones y le faltaban caballos, alimentos y forraje. Se racionó el pan,
la harina, las papas, la carne, la manteca y la grasa. Por primera vez, 67
millones de habitantes se sometieron a un régimen de tarjetas de
abastecimiento. Inglaterra restringió
los artículos de lujo, -el azúcar, los dulces, el chocolate- y estimuló la
producción de trigo; compró toda la producción de quesos de Canadá, el trigo de
Australia, la panceta de EE.UU. y fijó los precios de la manteca, el queso y
las papas, controlando el 94% de todo el consumo. Los países neutrales tenían
cantinas para los obreros; la gente compraba menos, pese a la suba de salarios.
El rey,
el zar y el káiser seguían la política del S XIX; se creían los dueños de los
destinos de sus países. Eran primos entre sí en cortes aduladoras. El zar
estaba ciego frente a los problemas, mientras Inglaterra era más perspicaz y
controlaba el poderío marítimo. Francia era una republicana y colonial.
Alemania nació más tarde como país y era más ingenua y prepotente. Quería la
hegemonía en Europa; necesitaba la ayuda del Imperio Austro-húngaro para forzar
un nuevo reparto colonial, nuevos caminos marítimos, nuevos fletes de materia
prima, nuevos mercados de consumo en
otros continentes. América pertenecía al Imperialismo yanqui. Asia tiene problemas
de invasión del Japón que era un país superpoblado e industrializado. Francia
deseaba Alsacia y Lorena y sacarse la espina de Sedán Nicolás pidió un préstamo
a París. Inglaterra convocó al embajador alemán para decirle que quedaría al
margen del conflicto, mientras el conflicto se limitara a Austria y Rusia París estaba
unido a San Petesburgo. Londres le dijo a Francia que no podía comprometerse a
ayudarla, si entraba en guerra.
Rusia
se movilizó el 29 de julio. Austria unos días después; Francia y Alemania el 1º
de Agosto; dos días más tarde Alemania declaró
la guerra a Rusia y a Francia.
El 2
de Agosto las tropas alemanas atravesaron Luxemburgo; ese día fue enviado, un
ultimátum a Bélgica, país que fue usado como corredor en la guerra. El rey
Alberto de Bélgica se declaró neutral pero, si Alemania invadía el país,
entraría en guerra. “Un país que se defiende merece el respeto de todos: nuestro
país no perecerá”.
El
plan de Schlieffen entró en acción. Austria desaparece frente a la agresión de
Alemania. Nunca más se recuperará. Hasta el último momento Alemania imaginó que
Inglaterra no entraría en guerra, pero no participar era una traición a Francia
y a Bélgica. Ultimátum a Alemania respecto
a Bélgica. A medianoche Churchill, reloj en mano, esperaba lanzar la orden a la
flota. Entraron en guerra todos los navíos y bases navales británicos del
mundo.
El 4
de Agosto, el embajador inglés visitó por última vez al canciller alemán para
defender el tratado de neutralidad
belga. Inglaterra no logró un acuerdo y rompe relaciones con Alemania.
Motivos franceses y rusos
Francia
esperaba recuperar Alsacia y Lorena.
Clemenceau en su diario afirmó que “el conflicto retrasaría a Francia, Gran
Bretaña y Rusia debía decidir entre la
civilización europea de la noble cultura individual o el abominable prusiano, que
el káiser deseaba imponer por el hierro”.
El
presidente Poincaré le ofreció un cargo en el gabinete Clemenceau, pero no lo
aceptó pues dirigía la comisión de defensa nacional en el Senado.
Los
aliados prometieron al zar conquistas en tierras de los Balcanes y la
salida tan deseada al Mediterráneo, si intervenía.
El mundo germánico
La
monarquía de los Habsburgos era el eslabón principal del sistema político de
Europa. Los eslavos deseaban liberarse de su dominio. La preparación militar
tanto en Alemania como en Hungría y entre los eslavos era lamentable; no
pensaban pasar de ese dominio al prusiano ni al emperador alemán. El imperio de
Guillermo II era muy reciente; los aliados contaban con la división de regiones
diferentes, diversas dinastías, religiones opuestas, burocracia y odio al
militarismo de Prusia, entre los pueblos bávaros y renanos. Su deseo era desmembrar los diferentes principados, gran
ducado y ducados para poner fin a las hostilidades. Deseaban minar la hegemonía
de Prusia, pensando que un tercio se levantaría contra el káiser pero, a la
hora del peligro, todos se agruparon a su alrededor pues en primer lugar se
consideraron alemanes, más allá de sus diferencias.
Excepto
el imperio austro-húngaro, por cuestiones internas, todos partieron a la guerra
con unidad y entusiasmo, pero nadie imaginó los horrores que con espanto
descubrieron. Desde Bismarck, los alemanes temían luchar entre dos frentes:
Francia y Rusia. Aquí fueron cuatro
frentes: el Mar del Norte, el Mediterráneo, los Balcanes y el Cercano Oriente. Alemania
estaba cercada; los aliados también y el problema esencial eran los alimentos y
las materias primas. Inglaterra cortó con
su poder naval todo contacto de Alemania, que pudiera recibir fuera de Europa.
Alemania esperaba que los submarinos entorpeciera el tráfico inglés,
primordial para las islas británicas. EE.UU. potencia de segundo orden
internacional todavía, acatara la doctrina de Monroe; América para los
americanos, sin inmiscuirse en Europa; sin embargo, el curso de la guerra
cambió la situación.
Bloqueo marítimo y acción naval
Alemania
creyó que los americanos defenderían el principio de la libertad de los mares
que el bloqueo inglés entorpecía. Usar los submarinos era para ellos una medida
de legítima defensa; los americanos no estuvieron de acuerdo: defendieron la
libertad de los mares y su flota suministró materias primas y material bélico a
los aliados.
Cuando
los alemanes hundieron dos navíos mercantes sin previo aviso, los americanos
reaccionaron. El 7 de mayo un submarino torpedeó el Lusitania, con 1198
personas, fue atacado y murieron todos,
entre ellos ciento veinte americanos.
El
canciller alemán retrocedió ante la idea de entrar en guerra contra EE.UU. Se
opuso a que otros almirantes pretendiera una guerra de submarinos sin
restricciones. Alemania pudo haber sometido a los aliados y ganar la guerra.
Gran Bretaña se dio cuenta del peligro y la indecisión del enemigo le dio
tiempo para organizar una defensa marítima.
Muchos
cruceros y buques, barcos mercantiles alemanes
operaban al principio de modo aislado o en grupos contra del tráfico
mercantil de los aliados, principalmente de Gran Bretaña, bombardeando las
costas. Dos buques derrotaron una escuadra inglesa en las costas de Chile, pero
un mes después los británicos los hundieron en Las Malvinas
Japón
pretendía beneficios de la guerra y se anexaron un protectorado alemán en China
Septentrional. Durante toda La
I Guerra , Japón
amplió su influjo económico en China. Su industria se desarrolló y sus
artículos tuvieron buena acogida mundial.
La
flota inglesa -desde Escocia- vigilaba las fuerzas navales del enemigo al
Norte. Churchill ideó utilizar el aceite pesado (petróleo en bruto) en vez de
carbón, gran ventaja para los ingleses pero, siendo la marina alemana tan
poderosa, no se animaron a atacarla. El ejército se relajó; no tener que vigilar
las costas lo beneficiaba, porque podía disponer de esas fuerzas en el
continente.
La
gran flota alemana no se animó a pasar por el Báltico, porque las minas danesas
eran un peligro. Dudaba en abrirse camino hacia los océanos. Hubo una última
batalla naval -Jutlandia- el 31 de Mayo de 1916, donde la artillería obtuvo un
rol importante; los proyectiles blindados de sus cañones causaron grandes
pérdidas a los ingleses, si bien no se pudo denominar una victoria de los
enemigos: fue más bien un éxito táctico. Los alemanes debieron retirarse dos
veces con graves pérdidas para escaparse del cerco enemigo. La batalla no modificó
el predominio de los aliados ni de los
alemanes y la flota enemiga quedó en sus bases inactiva hasta el fin de la
guerra.
MODIFICACIONES DEL PLAN SCHLIEFFEN
Alemania tenía dos frentes enemigos al mismo tiempo: Francia
y Rusia; podía serle fatal. Debían tomar una posición defensiva contra Francia,
apoyándose en las fortificaciones de la frontera occidental y luchar contra
Rusia para obligarla a rendirse. En ese momento recién podrían lanzarse a la
conquista de Francia.
Schlieffen
propuso un plan totalmente opuesto. En el Este, Alemania debía sacrificar
Prusia oriental y constituir un frente ofensivo en la frontera con Francia. El
fuerte de las tropas atravesaría Bélgica para -desde el norte- atacar el ejército
francés y destruirlo. Recién allí se
ocuparía de Rusia, dado que su movilización militar sería lenta por las
distancias enormes a recorrer. El plan fue adoptado pero con modificaciones;
reforzaron el Este ya que no querían sacrificar Prusia oriental, lo cual
debilitó al ejército. Al pasar por Bélgica encontraron una resistencia mayor
que la imaginada. Francia hizo lo imposible para luchar contra el plan alemán
de invadir por el Norte, pues conocían el proyecto de Schlieffen. Los cinco
ejércitos del ala derecha alemana penetraron por el Sudeste en dirección a
París, rechazando el ejército francés. Al enterarse que Prusia oriental era
invadida, dejó marchar cuatro divisiones del ala derecha occidental y la quinta
la envió al Este. Tropas alemanas se dirigieron a la fortaleza belga de Maubeuge, que todavía resistía. Los
franceses retrocedían, aunque no se rendían. Esperaban cercar al ejército
contrario entre las trincheras de París a Verdún, a orillas del río.
A)
La batalla de Merme
El
ejército militar lanzó un contraataque
sobre el flanco derecho alemán, que marchaba hacia París. Fue una primera
operación motorizada, donde se usaron taxis para transportar tropas. Joffre detuvo de repente la retirada de las
tropas francesas e inició la contraofensiva de París a Verdun. Los alemanes se
reagruparon para defenderse y los británicos entraron en acción. Los
alemanes resistieron y pusieron a los
ingleses en una posición delicada. Al comandante alemán el ataque le causó gran
impresión y lamentó haber enviado las cuatro divisiones a Prusia contra los
rusos. Las tropas estaban lejos, en Luxemburgo, y el comandante perdió el
dominio de la situación; tomó una decisión inesperada; envió un oficial al
frente con plenos poderes sobre los generales para hacerlos retroceder, en caso
de necesidad. Los altos jefes -confusos frente a la orden- se replegaron cuando
no era necesario y se retiraron uno tras otro. Eludiendo la lucha, comenzaron
el movimiento tenaza, muy peligroso para los aliados, que debían impedir la
toma de los puertos de Dunkerque y de Amberes. Los belgas lucharon
valientemente contra la artillería pesada alemana con el apoyo de la marina
inglesa, que comandaba Churchill. Amberes cayó en manos enemigas y los ingleses
se escaparon a Holanda. El ejército belga unió sus tropas en Gante, contuvo a
los soldados enemigos en Iser, que debieron contentarse con bases navales en
Ostende y Zeebrugge. El comandante no llevó el avance hacia el Oeste, perdió el
canal de la Mancha
y la maniobra fue sin éxito. Extenuado, fue reemplazado. Alemania no podía perder
esos dos puertos -tan difíciles de obtener- en Bélgica y en el norte de Francia.
La guerra siguió, limitando los recursos centrales. El ejército inglés reforzó las provisiones a través de la marina
real inglesa. La gran maniobra terminó en un rotundo fracaso.
El
Frente en Prusia Oriental
Dos
ejércitos rusos -uno de veinte divisiones y otro de quince- desde Rusia
marcharon hacia Prusia. Fiel al plan inicial, los alemanes se retiraron sin
atacar. Aún no habían llegados las cuatro divisiones alemanas de Occidente. Se
prepararon a atacar y se impuso al ejército ruso, perdiendo cien mil hombres. Se volvió hacia
el otro frente y de nuevo triunfaron los alemanes en una gran estrategia contra
Rusia. En el mismo momento, los rusos, en otro frente, les ganaban a los austríacos
y amenazaban las Industrias de Silesia, harto peligroso para el enemigo alemán,
que no pudieron dominar hasta sólo más
tarde y con refuerzo militar de Austria. Rusia perdía material bélico y no
podía sustituirlo; los aliados podían abastecerla a través de tres puertos por
el Océano Glacial Ártico; por otro lado,
se abrieron camino por los Dardanelos con un doble plan; ayudar a los rusos y
vencer a Turquía y repartirse el botín otomano.
El
tradicional plan de Schlieffer seguía en pie. Austria-Hungría era el punto
débil de los imperios centrales. Los checos se pasaron a los rusos. Alemania
debía derrotarlos.
En
1915, los rusos tuvieron varios fracasos; perdieron Varsovia y otra ciudad
importante. La derrota de los Dardanelos no los ayudó. Estando los imperios
centrales ocupados, Serbia y más tarde Bulgaria debió abastecer de petróleo a
Alemania y Austria.
Turquía
y los Balcanes eran importantes en el frente oriental. Una guerra anterior
(1911-13) arrebató a los turcos la última provincia africana y casi todas sus
posesiones europeas. Siria y Mesopotamia se rebelaron contra Constantinopla. El
imperio otomano estaba cerca de su caída; los rusos ansiaban desde siempre
tomar esa ciudad que Grecia anhelaba también. Los jóvenes turcos ocuparon el
poder con el apoyo de los pueblos rurales de Asia Menor: pretendían modernizar
el imperio y restablecer el poder turco en el Cáucaso, Turquestán y Persia.
La
expedición francesa e inglesa fracasó; los aliados atacaron otro punto sin éxito.
Se retiraron a principio de 1916 y sus tropas se refugiaron en otra ciudad. El
proyecto fue planeado por Churchill quien tuvo que demitir. El plan era excelente;
fueron más errores tácticos locales, pérdida de tiempo, discusiones políticas
en Londres que retrasaron su puesta en práctica: su éxito hubiera sido el fin de la guerra. El futuro le
daría otra oportunidad.
En la
primavera de 1916, el FCC Viena - Constantinopla
unía el Báltico con Asia Menor. Los enemigos obtenían victorias y triunfos,
pero se negaron a un ataque decisivo. El
zar pidió el armisticio para salvar a sus tropas.
La
doctrina de Schlieffen se sostenía todavía; la solución se daría en el frente
occidental, pese a que apenas se movió en 1916; pasaba el tiempo y la balanza
se inclinaba a favor de los aliados; los
ingleses aumentaba su material bélico, además de implantar el servicio militar
obligatorio pues carecía de suficientes voluntarios. Los enlaces marítimos
funcionaban perfectamente; el material de guerra se concentraba en los puertos
y Francia e Inglaterra, reuniendo su artillería en un sector determinado para
forzar el paso y lograr abrir una brecha en el ejército alemán, que los
obligaba a retroceder; los soldados enemigos resistieron con grandes pérdidas
también para los aliados.
En
Verdún, el comandante alemán pretendió desgastar a los franceses, que perdieron
440,000 entre hombres entre muertos, heridos y prisioneros, mientras Alemania
perdió 280.l00 soldados: fue una derrota moral para Alemania. Francia conservó
Verdún con Petain al frente; la derrota le costó cara a los alemanes y a los
países centrales, que perdieron el prestigio obtenido por sus triunfos en los Balcanes.
En
julio de ese año, el ejército alemán dio señales de cansancio y Francia
recuperó posiciones perdidas, entre ellos el puerto de Dunkerque. Inglaterra
recibía refuerzos continuos de las islas, además de provisiones en cantidad
suficiente gracias a los norteamericanos.
Rusia
era una ayuda para los aliados con material bélico, lo cual les permitió tener
nuevos ejércitos. En junio de 1916, los
rusos pasaron a la ofensiva, rompiendo el frente austríaco mientras los
imperios centrales consiguiendo restablecer sus líneas. En Occidente, después
del fracaso de Verdún, a los alemanes no se los veía más como los vencedores.
Rumania
luchó con los aliados, abriendo un nuevo frente contra los imperios centrales
conectados con los ejércitos rusos. La situación en los Balcanes estaba
comprometida. Los alemanes -con la ayuda de los países del centro- invadieron
el norte de Rumania y la aniquilaron; el país fue ocupado. Los lazos con
Turquía se reanudaron y dispusieron del petróleo y del trigo rumano.
1915-16
El
frente francés estable fue una batalla
de desgaste. Italia estaba aliada
a Alemania y a Austria-Hungría; juntos formaban la triple alianza, opuesta a
los aliados. Los ingleses dominaban el Mediterráneo. Italia quería liberar a
los soldados de Trieste y Trentino, en poder de Austria. Declaró la guerra a la
triple alianza; fue un fracaso pero logró que el nuevo frente inmovilizara las
tropas del enemigo.
Francisco
José, emperador de Austria, murió. Su hijo varón se había suicidado. Su hermano
con su mujer habían sido asesinados en Sarajevo.
1917
Hubo
dos nuevos intentos para romper el frente alemán con una guerra de trincheras.
En ellas cayeron desde 1914-17 dos millones de soldados. En total superó más de
8 millones de muertos y desaparecidos, desde el canal de la Mancha a Suiza eran ataques
y contraataques con muertes sin resultado.
Los
frentes están estables; Alemania se replegó para contener la ofensiva francesa.
Italia sin cambios. Gran Bretaña movilizó sus tropas. Los Boer sudafricanos
fueron reprimidos. En Dublín estalló una rebelión reprimida ferozmente. La India fueron reconocidas
como países independientes.
Austria
se debilitó. Sube Carlos I, joven inexperto, que sólo aumentó el malestar. Los
checos se aliaron a los rusos y los
serbios y polacos hacían
propaganda nacionalista.
Alemania
estableció contactos con Francia e
Inglaterra para obtener la paz, prometiendo dividir Austria Hungría en estados
federales autónomos, restituir Alsacia y Lorena a Francia y evacuar Bélgica, pero los aliados no aceptaron las
cláusulas.
Ofensiva alemana
Las
potencias centrales -frente a la supremacía de la marina británica- agredieron
con submarinos el bloqueo aliado.
EE.UU.
pasó a ser un factor decisivo, con Wilson como presidente del partido
democrático. Los catorce puntos de las medidas que propuso el presidente
consiguieron una política de reformas sociales; ganó las elecciones por
mantener a América neutral. Pero ya no podían seguir manteniéndose al margen. El comercio con los aliados era indispensable
para el desarrollo de la agricultura e industria americana; los deudores se volvieron
acreedores. En octubre de 1917 el káiser
intentó ejercer tensión entre EE.UU. y México para crear problemas entre ellos: México intentaría
recuperar las regiones anexadas por EE.UU.
Los
norteamericanos entraron como potencia asociada, no como aliada, negándose a decidir entre los acuerdos de los objetivos y
fronteras. Los submarinos alemanes ahora
impedían el transporte hacia Francia e
Inglaterra.
Alemania
hundió medio millón de toneladas de navíos enemigos, fueran neutrales o no. Los
ingleses idearon redes de acero estrecho en campos minados; torpedos y
submarinos británicos vigilaban las costas y rutas marítimas y atacaban a los
submarinos alemanes con proyectiles y granadas. Los barcos eran
camuflados y este sistema ayudó a tener menos pérdidas de los aliados.
En 1917
varios diputados franceses declararon inútil continuar la guerra.
La
revolución en Kerensky sembró preocupación: Rusia se apartó de la guerra. Se temía una revolución en Francia también.
Pétain en el frente mantenía la disciplina en el ejército. Poincaré llamó a Clemenceau para terminar la
guerra y se nombró a gente capaz, sin
considerar a qué partido pertenecía.
Mata
Hari, la espía bailarina tenía relaciones con dos amantes enemigos; uno era el jefe de la policía de Berlín y un ministro
de guerra francés. Obtuvo secretos importantes. La descubrieron, fue juzgada,
condenada y fusilada.
Grecia
se unió a los aliados. Los turcos perdieron Bagdad y las defensas en Palestina;
el ejército inglés entró en Jerusalén; árabes y beduinos se sublevaron contra
el sultán y reforzaron el bloqueo marítimo. El imperio austro- húngaro estaba
agotado; checos, eslovacos, croatas y serbios iniciaron agresivos movimientos
nacionalistas. La
Revolución rusa permitió a los imperios centrales llevar
militares de Oriente a Occidente. Alemania y Austria peleaban contra los
italianos. Refuerzos de Francia y G. Bretaña llegaron a Italia; nueve meses pasaron entre la entrada a la guerra de EE.UU.
y los Catorce puntos de Wilson. En Rusia, la subida de Lenin modificó la
situación. Rusia se retira de la guerra para dedicarse a la revolución.
El
equilibrio del mundo no dependía de un equilibrio político sino de un acuerdo
internacional.
En
marzo de 1918, los alemanes se concentraron
en el frente occidental con un refuerzo de artillería enviado.
Clemenceau dio orden a los soldados de combatir hasta la última gota de sangre
en una defensa agresiva; querían economizar la reserva hasta la llegada
de los norteamericanos.
La
ofensiva comenzó a las 4.a.m. El ejército inglés fue derrotado. El FCC en Amiens
corría peligro. Los alemanes se dirigían a la costa del Atlántico y comenzó la
guerra de trincheras. Petain envió veinte divisiones que obtuvieron escaso
éxito.
A
mitad de abril una nueva ofensiva alemana tenía como objetivo el canal de la Mancha y el puerto de
Calais. Koch empleó mientras tanto con prudencia las reservas que tenía en
Flandes; los ingleses fueron los más afectados. El presidente francés -en caso
de necesidad- abandonaría París. Poincaré quería defenderla hasta el último
hombre.
En
junio había 1.200.000 norteamericanos en Francia. Su comandante en jefe quería
que las tropas estuvieran unidas mientras Francia querían las tropas americanas entre el
ejército francés y el inglés. El bloqueo inglés triunfó, lo cual minó la
resistencia de los alemanes y el hambre los desmoronó. Recibían la mitad de pan
que al principio de la guerra y la tuberculosis más una epidemia de gripe los
hizo reaccionar: comprendieron que
seguir la contienda era inútil.
La derrota
En
agosto se percibía el fin. Los alemanes
habían usado al principio de la guerra morteros, cañones y gases asfixiantes; los
ingleses tenían los tanques y la motorización.
En
Septiembre, Hungría pidió una paz por separado: fue rechazada. En Siria y
Mesopotamia ya no podían contra los soldados ingleses. Bulgaria capituló.
En
octubre Alemania, Austria-Hungría y Turquía solicitaron un armisticio sobre la
base de los Catorce puntos de Wilson. El káiser Guillermo II, abandonó Berlín y
huyó a Holanda. Otros reyes alemanes fueron expulsados o abdicaron. En Rusia
los socio- demócratas exigían la abdicación del zar. El frente alemán en
Francia y Bélgica se derrumbaba; la victoria significó muchas otras pérdidas aún:
Inglaterra perdió 378.000 hombres entre muertos y heridos graves. Francia
perdió 750.000. Los alemanes se retiraron combatiendo desde Amberes y Foch
preparaba una ofensiva en Lorena.
Revolución y Armisticio
Estalló
un levantamiento en Alemania. Cuando se dio la orden de combatir contra la
armada inglesa, se produjo un motín; asesinaron algunos oficiales; los
marineros tomaron el mando y regresaron desde Hamburgo a Colonia y de München a Koeninberg; obreros y soldados
se centraron en el Partido Socialista (INDAP) en Berlín.
El
káiser aceptó la renuncia para él y sus descendientes a los tronos de Alemania
y Prusia. Se proclamó la República. Inglaterra , Francia y EE.UU. se reservaron
el derecho de exigir reparaciones. Se decidió ocupar Alemania al oeste del Rin
que, vencida y derrotada, debía entregar el material bélico y los transportes bélicos,
pero se mantendría el bloqueo del mar.
Turquía
capituló y en noviembre; Alemania negoció con Francia. Todavía no se dieron cuenta
de la importancia de la revolución rusa ni tampoco de la rebeldía de los
obreros. Wilson aseguró que sería más difícil la paz que la guerra.
1918-19
Los
países, agotados por el hambre, las epidemias, la revolución y las guerras
civiles en ciertos países se prometieron no reincidir. Hubo dificultades para
una paz equitativa. Los aliados de la posguerra pensaban en el reparto del
botín. Rusia firmó con Constantinopla una paz por separado: estaba en plena
guerra civil. Inglaterra y Francia prometieron a Italia los territorios del Tirol en la costa oriental del Adriático. Gran
Bretaña les prometió a los judíos un hogar en Palestina. Los pueblos de varios
países soñaban con una paz igualitaria y exigían que pagaran su deuda. Alemania
fue aniquilada con el objetivo que no repitiera otra agresión, contraria a la opinión de Wilson.
Los
vencedores necesitaban cierto orden en Europa; los soldados deseaban regresar a
sus hogares. Los problemas en el destrozado imperio austro-húngaro, Polonia, el
Báltico, los Balcanes y en el cercano
Oriente más las guerras civiles complicaban el orden político y social. Rusia
presentó la guerra como una defensa eslava y Alemania, como una lucha contra el
régimen zarista, que odiaba tanto a los liberales como a los socialistas.
Francia se sentía víctima de una agresión injustificada y defendía la justicia
y el derecho vulnerado. Inglaterra intentó oponerse, pero la violación de la
neutralidad belga no se ponía de acuerdo; todos deseaban la unión sagrada,
olvidando las huelgas y las decisiones
del Partido Socialista.
La
alianza de cada nación parecía sólida, pese a la situación que cambió de
repente; los soldados participaron en una guerra mortífera, larga y penosa.
Todas las clases sociales compartieron de una experiencia inimaginable. Nunca
los hombres debieron soportar una guerra de trinchera en el invierno, sin
protección contra las bombas, sin alimentos y llenos de piojos y sin descanso
suficiente, bajo el frío y la lluvia, hundidos en el barro. En Verdún el riesgo
de muerte era constante.
En
1915 Inglaterra había perdido un tercio de sus efectivos y sólo en el frente
occidental perdió dos millones por año.
En Rusia las pérdidas entre heridos y muertos o desaparecidos se calculó en
3.800.000 en los dos primeros años de guerra; cada semestre posterior sufrió un
millón de muertes, de heridos y más de 500.000 prisioneros. A la ilusión
siguió la decepción. La retaguardia vivió con dificultades, afectada por
bombardeos aéreos, los bloqueos y la guerra submarina.
Los
escasos obreros obligaron a recurrir a la mano de obra femenina y a
extranjeros. Las mujeres hacían el trabajo con los ancianos y los niños; los
precios subían y el poder adquisitivo caía. Se impuso el racionamiento; se
mezclaba la harina con fécula de papas para amasar el pan de la guerra,
racionando la leche para niños,
embarazadas y enfermos.
En el
último año, las pésimas cosechas, la falta de jabón y de antisépticos
favorecieron las epidemias y la muerte en la sufrida población civil. Hungría y
Austria eran víctimas del hambre; la carne en Inglaterra se redujo a dos días
por semana a una lonja gruesa como una hostia En Inglaterra el café y la
manteca estaban intervenidas, mientras se limita a voluntad la carne, el
azúcar, el pan. Los turcos daban a sus
soldados 250 grs. de pan negro. En Francia tenían permiso para un kilo de
azúcar por persona y 200 a
600 grs. de pan; se racionó el carbón, la leche, el aceite y el tabaco; se
restringió el gas y la electricidad. En Alemania, el control del comercio
externo provocó disturbios en Rotterdam y Ámsterdam.
La
desigualdad pública provocó crisis políticas y sociales con diferencias entre
los que gobiernan y el pueblo. La guerra profundizó la defensa por las
libertades civiles y las políticas. Los diputados recibían en el Parlamento cartas
de oficiales y soldados contra los abusos del gobierno y la administración. El
poder estaba en manos de un escaso grupo. En Francia hubo abusos en los alimentos,
en la industria de guerra y la censura. En Alemania mandaban los ministros y
cancilleres; en Inglaterra era cinco miembros y en Francia un comité de guerra
también contaba con la misma cantidad de
miembros.
Hubo
huelgas en 1917-18 El pueblo ruso se levantó hasta el límite de su paciencia.
El ejército Austro-húngaro tuvo una mayoría de desertores de 300.000, que
formaron las reservas verdes que vivían del pillaje; hubo motines en los
cuarteles. En Bulgaria los regimientos se negaron a atacar. Cada día había más
desertores: en Turquía llegó al 50%. Entre los alemanes las rebeliones se dio entre
la flotilla de submarinos y los marineros intentaban huir a Noruega por medio
de sabotajes. Se proclamó la república en Baviera, y en Colonia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario