domingo, 4 de diciembre de 2016

LA RIVALIDAD CONTRA LOS HABSBURGO



La rivalidad contra los Habsburgo

España -a mitad del S XVI- aceptó la derrota del Tratado de los Pirineos. Europa en ese entonces estaba formada por cinco o seis Estados grandes y varios pequeños.
La lucha que perturbó a Europa durante un siglo fueron las fricciones entre los estados italianos, la rivalidad entre la corona inglesa y la francesa y las guerras de los caballeros teutones contra lituanos  y polacos. Estas luchas  regionales dieron lugar a otras más duraderas.
Una fue La Reforma: a principio del siglo, Martín Lutero critica y con razón las indulgencias papales otorgadas por el Vaticano para obtener dinero.
A la Reforma le siguió la Contrarreforma católica con Carlos V, Emperador del Sacro Imperio Romano,  que dividió el norte del sur. El cristianismo se fracturó y las guerras fueron cruentas.
En la primera Dieta Carlos V se dignó dejar hablar a Lutero.
En la segunda, los Habsburgos eran dueños de  territorios desde Gibraltar hasta Hungría y de Sicilia a Ámsterdam – nunca visto desde el imperio carolingio, siete siglos antes-.
Los Habsburgos de Austria pudieron mantener el título de emperador del Sacro Imperio Romano; su poder disminuyó desde los tiempos de La Edad Medieval pero los reyes y príncipes deseaban profundamente ese declive por inmiscuirse en los asuntos alemanes y europeos.      
La dinastía aumentó su herencia por los matrimonios concertados. Maximiliano I de Austria se casó con María de Borgoña y obtuvo con este enlace los títulos de Borgoña y de los Países Bajos. Otra boda le cedió  territorios en Hungría y Bohemia. Hungría no pertenecía al Imperio pero le dio a la familia poder sobre las tierras de Europa Central.  
Sin duda el casamiento del hijo de Maximiliano, Felipe el Hermoso, con Juana, tercera hija de los Reyes Católicos dejarían -al morir sus dos hermanos mayores y el hijo del heredero de pocos meses,  como legítima heredera de Castilla, Aragón, Nápoles y Sicilia. Felipe el Hermoso murió  muy joven. Juana enfermó mentalmente y quedará el hijo mayor del matrimonio, Carlos V de Alemania y I de España, como legítimo heredero de España y sus conquistas, al morir Fernando de Aragón (Isabel de Castilla había muerto antes)
Nacido en Gante- Flandes; fue duque de Borgoña a los cinco años y a los 16, rey de España, sucediendo a sus abuelos los Reyes Católicos; fue coronado emperador diez  años más tarde,  al morir  el emperador Maximiliano de Austria, su abuelo paterno,  heredando así otro Habsburgo el título tan codiciado.
En 1526 muere Luis de Hungría sin dejar descendencia y Carlos reclama la corona de Hungría y de Bohemia a la cual tenía derechos. La  heterogeneidad del imperio español nunca será uniforme por tener diferentes idiomas, diferentes religiones y costumbres, además de la distancia que separaban sus tierras.
Carlos V le cede a su hermano Fernando I Austria, Hungría y Bohemia. A  Felipe II, le quedaría España, Nápoles y Sicilia, Cerdeña  el norte Flandes y las conquistas de América.
Todo este poder causaba enorme envidia al rey de Francia, Francisco I, que por línea indirecta llegó al trono.  El valón deseaba expandirse por Italia y quería Borgoña que le pertenecía al emperador por herencia,  situada en el norte de Francia.  Francisco I se sentía   resentido  por no haber sido nombrado emperador, título que también anhelaba Enrique VIII de Inglaterra y varios príncipes electores de Sajonia, Hesse, Baviera, Bohemia y Prusia.
El Papa temía el poder  del español, aunque lo necesitaba para combatir contra los turcos y los luteranos protestantes en Alemania.
Carlos y  su hijo  Felipe II defendieron el catolicismo a ultranza, a veces hasta el  absurdo. Las fricciones religiosas estaban muy lejos del tema principal religioso que  asolaba a los Países Bajos, Italia y lo estados teutones en Alemania. Carlos aplastó literalmente a los protestantes alemanas, seguidores de Lutero.
El emperador no tenía  un plan consciente -al estilo de Napoleón o de führer- de expansión territorial. Hubo una invasión francesa en   Milán, donde  fue provocado, por Francisco I, que terminó siendo prisionero del emperador, durante ocho meses y, hasta que pagara el total rescate y cediera  Borgoña, debió dejar sus dos hijos varones como rehenes durante dos años en España.
El Papa  le perdonó la promesa de entregarla Borgoña al emperador, por haber sido una promesa exigida bajo sometimiento.
Hubo cuatro luchas entre Francia y España por el “Milanesado”, conformado por Milán y Génova, ricas tierras fértiles, con una salida estratégica  al Mediterráneo, mientras en el norte luchaba por  recuperar Borgoña. Además hubo tres enfrentamientos contra los turcos, uno en Argelia, donde Carlos salió derrotado, y dos casi a las puertas de Viena, donde pudo rechazarlos gracias a unirse católicos y protestantes en la lucha contra los musulmanes otomanos. Deseaba a toda costa sacarlos del Mediterráneo.
La guerra De Flandes en el norte duró ochenta años, con intervalos: al imperio le llegaban riquezas enormes de América, pero se gastaban en mantener las tropas en los diferentes puntos; guerras que finalizaron con la Paz de Westfalia, en 1648, poniendo fin a la guerra de Treinta años. Carlos luchaba contra las ambiciones expansionistas del rey de Francia.
Pero de  todos sus enemigos, el más poderoso y temible eran  los turcos.  Desde la llanura húngara, en 1529 asediaron a Viena  y se volvió una amenaza naval contra Italia, mientras los corsarios a su vez, en el norte de África, amenazaban las costas españolas. A veces debía hacer frente a dos guerras diferentes, incluso a tres.
Francisco I se alió con los turcos, en una alianza para derribar al emperador. En 1542, los franceses  y los otomanos atacaron juntos en Niza. Francia  se alió con los piratas para abordar las naves llenas de oro y planta, repartiéndose los tesoros que  pertenecían al imperio español y desembarcaban en el puerto de Sevilla.
Alemania, desgarrada por la Reforma, donde la Liga de los príncipes protestantes apoyaba a Lutero, no pudo ocuparse de enfrentar otros problemas, 
Francisco murió; subió al trono su segundo hijo, Enrique II. (El delfín había muerto a los dos años de reinar; estaba casado con María Estuardo). Enrique II heredó la guerra con Italia y con los turcos. Finalmente la paz de Augsburgo -en 1555- puso fin por un tiempo a las guerras religiosas  en Alemania y cuatro años después terminó la guerra de los Treinta años entre Francia y España.
La abdicación voluntaria en 1555 de Carlos V, envejecido y con gota,  dejó su reino repartido.  Su hermano Fernando  tuvo paz en su reino, salvo un ataque de los turcos, diez años más tarde.
Felipe II no tuvo esa suerte. Los corsarios atacaron las costas de Portugal y Castilla. Los turcos reanudaron su lucha. En los Países Bajos hubo rebeliones por  aumentos de  impuestos y por  la intolerancia religiosa.  Hubo  una revuelta en Malta. En la batalla de Lepanto don Juan de Austria, un joven medio hermano del rey de España obtuvo una victoria total.  
Los Países Bajos  seguían en revueltas cuando llegó don Juan de Austria y luego el duque de Alba con órdenes estrictas del rey de terminar esas rebeliones en Holanda y Zelanda; pasó entonces a una rebelión donde los protestantes fueron perseguidos por el duque de Alba con ahínco, tal era la orden desde España: Felipe manejaba todo desde su escritorio.
El problema de los flamencos pasó a ser una batalla internacional. Inglaterra ayudaba a los Países Bajos, mandando dinero, naves y  los aceptaba en el exilio.
Francia se debilitaba en una guerra religiosa entre católicos y hugonotes, nombre que se les daba a los protestantes en Francia  que eran    apoyados  por Isabel I  y por los Países Bajos.
En el mar, los  holandeses e ingleses bloquearon el suministro  de España  a los Países Bajos.  En Francia, Enrique IV se convirtió al catolicismo (siendo el jefe de los hugonotes) y España aceptó entonces no intervenir.
La derrota de la Armada Invencible, 1588, diez antes de su muerte y otros intentos de luchas  que fracasaron, llevaron a España e Inglaterra a una paz negociada. Cinco años más tarde España, rendida, negociaba con holandeses. El imperio no pudo   dominar a los Países Bajos ni por tierra ni por mar. Guillermo de Nassau comandaba las tropas. Cinco años antes de su muerte, Felipe  firmó la Paz con Los Países Bajos.
Los Habsburgos  españoles y austríacos eran primos y  se apoyaban mutuamente.
Siglo XVII
En la primera mitad de este siglo, el rey Gustavo Adolfo de Suecia y su ejército entró en Alemania por el norte y avanzó hacia el sur, hacia Baviera.
El cardenal  Richelieu se decidió  intervenir y las tropas suecas y alemanes presionaron a los suecos. Los holandeses y franceses  tomaron en forma circular  a los Países Bajos,  obligando a los suecos a abandonar el norte.
 En 1648  se independiza Holanda. La paz de Westfalia trajo el fin de la guerra de los Treinta Años y un equilibrio religioso. Se limitó también el poder del Imperio Romano. Francia y España estaban otra vez  en guerra.
Con la Paz de los Pirineos llegó  el fin del dominio de los Habsburgo. Se reconoció la independencia de Portugal.
¿Por qué se debilitó esta dinastía? ¿Cuál fue su declive? La herencia recibida por Carlos V formaba las cuatro dinastías más importantes: Castilla, Aragón, Borgoña y Austria. Luego llegó Bohemia y Hungría y por un breve período Portugal. Una cuarta parte de la población europea vivía bajo su dominio.
La herencia de Castilla le dejaba impuestos por las ventas, impuestos por los cruzados, por el comercio en las dos zonas más ricas europeas, -Italia y los Países Bajos- que dejaban fortunas. De América llegaba a España una riqueza enorme en oro y plata; había también impuestos que se les imponía a las colonias, en períodos de urgencia y muchas veces pedían préstamos a los bancos italianos y flamencos que se cobraban cuando llegaban los barcos cargados de tesoros. Era una ventaja contar en Amberes e Italia con bancos prestamistas; eran préstamos para financiar guerras  muy costosas.  Los soldados de Flandes estaban compuesto pos seis naciones leales al catolicismo; exigían su paga regular; si no había descontento y revueltas. La infantería española era imponente. Era una ocupación que dejaba beneficios.
Para la conquista de Milán, el emperador movilizó 60.000 hombres de Lombardía. Asediado en diferentes regiones, reclutó otros
150. 000 en  Flandes, donde contaba con un ejército de 86.000 hombres. Costaba alimentarlos, armarlos, vestirlos, movilizarlos. Los pagos a las tropas  llegaban con atraso.
En el mar también había rivalidades. Al océano Índigo lo amenazaba los corsarios y la flota otomana. Se construían naves de guerra, cañones para alejar los piratas, galeras y galeones. Antes de Felipe II no hubo una armada.  El rey de España heredó la guerra contra Francia en Italia y la corona a fin de su reinado se  declaró en bancarrota. Cayeron también las familias de los banqueros. Francia estaba en la misma posición, por lo cual negociaron.  Pero Felipe  tuvo entonces  que enfrentarse con los turcos.
Los ingresos de Carlos V se triplicaron pero los de Felipe disminuyeron: se duplicaron, aunque los gastos militares eran cada vez mayores. La batalla de Lepanto costó 4 millones, compartida con   Venecia y el Vaticano.
Las minas en América dejaban ganancias de 2 millones al año. La Armada costó 10 millones y fue un desastre naval y financiero. Desde su derrota en el Canal de la Mancha,  Inglaterra pasó a ser dueña de los mares. Al morir Felipe dejaba una deuda de 100 millones de ducados más los % que eran 2/3 del capital prestado.
Se firmó la paz entre Francia e Inglaterra, pero el gasto continuó  enfrentamientos contra los holandeses hasta la tregua de 1609, que  precipitó a España en otra bancarrota.
A los años de paz les siguieron el pago de los intereses enormes a los banqueros. Siguió la depredación de los corsarios con un despliegue de fortificaciones defensivas en Filipinas, en el Caribe y la mantención de la flota en alta mar. España no pudo en tiempos de paz bajar los costos de armamento.
En 1626 Holanda capturó una flota de plata que los costó a España la pérdida de 10 millones de ducados. La guerra se detuvo en esa época. Sus tremendos costos dinamitaban los ingresos del tesoro que provenía de América.
Los Habsburgos tenían, por sus enormes extensiones, múltiples enemigos que deseaban debilitarlos en el norte, el sur y el oeste. Necesitaban una cantidad de recursos para conservar sus múltiples posesiones y  no fue posible seguir adelante. Se luchaba contra Francia, Inglaterra, Suecia y el imperio otomano. Fin de una lucha y comienzo con otro frente.  A la paz con Francia le siguió la guerra contra los turcos. A la tregua en el Mediterráneo, el conflicto en el Atlántico y a éste, la lucha con los flamencos en el noreste. En algunas etapas luchaban en tres frentes al mismo tiempo y sus enemigos ayudaban a los contrarios con armas, soldados y dinero.
¿Cómo hacer frente al problema, escapar de ese círculo vicioso? ¿Debería Carlos V haberle dado prioridad a ciertas guerras?
Fernando apoyó la Contrarreforma en Alemania del Norte. Le trajo más pérdidas que beneficios. Mantener un ejército donde era necesario controlar a los franceses y las ambiciones suecas, mientras los tucos se encontraban en Hungría, a 240 Km. de Viena. Al defender estos frentes, se debilitaba inexorablemente.
Al abdicar el emperador Carlos V, Felipe II en el trono se comprometió con el Imperio. Pero España tenía problemas internos y declinó poco a poco con su hijo Felipe III y su nieto Felipe IV. No lograron derrotar a los protestantes en Alemania, aunque consolidó su poder en Austria y Bohemia y reaparecieron  otra vez, por escaso tiempo, como una gran potencia.
En América, los ataques de los ingleses y holandeses llevaron a gastos  en fortificaciones y en flotas. Las ganancias seguían siendo considerables. No era  recomendable abandonar Italia. Francia hubiera ocupado ese poder y usado sus riquezas en detrimento de los Habsburgo. Era también un punto crucial para mantener a  distancia a los turcos. Los gastos se dividían con la Liga.
 Luchar en las costas de Flandes, durante ochenta  años, excedían  cualquier presupuesto. La guerra contra los Países Bajos fue la ruina de la monarquía. Desde 1566 a 1654  se envió 215 millones  de ducados a Flandes, mayor que el tesoro que llegaba de las Indias. Flandes era muy difícil de defender. La ruta al mar estaba a merced de Francia, Inglaterra y Holanda. ¿Valía la pena controlar esa zona tan cara al Imperio? Por qué soportar esa carga, se rebelaban en  la corte de Castilla. Si España se decidía a abandonarla, Flandes pasaría a Francia o a Holanda, enemigos de los Habsburgo. Perder Flandes era perder Alemania, el Franco Condado e incluso Italia. La derrota sería fatal para la monarquía española, aunque conservar las posiciones erosionaba al imperio. Esos gastos económicos terminaron con su poder.  Era un imperio que tenía sus privilegios  y diferencias. No hubo una administración central ni leyes ni justicia ni religión unificada. En Sicilia y Nápoles aceptaban pagar gastos para defenderse de los turcos pero no para financiar las luchas en los Países Bajos. Los portugueses aceptaban defender el noroeste pero no se entusiasmaban con las guerras alemanas. En Sicilia no deseaban pagar impuestos para el virrey español. Nápoles y Milán  habían ayudado a Carlos V a conquistar Milán en la guerra   contra los otomanos.
En La Guerra de Treinta Años,  los impuestos italianos ayudaron a pagar a Los Países Bajos el drenaje mayor económico. Dejaba un déficit  pagar los 60.000 hombres del ejército de Flandes. Un cuarto de los gastos del imperio eran destinados a la lucha para dominar a Flandes.
Aragón, Cataluña y Valencia tenía su sistema de impuestos.
Portugal estuvo en manos de España, desde 1580 a 1640, casi un siglo por los casamientos entre miembros de ambos países. Felipe reinó porque el rey murió sin herederos durante su última década.

La Contrarreforma y las otras guerras citadas debilitaron el comercio, la agricultura y los rebaños de ovejas. El imperio necesitaban imperiosamente granos; ciento cuarenta años de guerras perjudicaron el comercio. El gobierno de Felipe IV, bisnieto del emperador  vendía privilegios, monopolios, honores para recaudar fondos. Pedían grandes sumas de dinero en préstamos a los Bancos. Los bonos del gobierno otorgaban dinero  para pagar los intereses adeudados. Incluso el dinero que provenía de las Indias y de las Cías particulares se enajenaban dándoles bonos a cambio. A veces se declaraban en bancarrota temporal.
Hubo en el S XVII plagas en los campos,   que perjudicaron los cereales. La plata que llegaba de América a Sevilla se dirigía directamente a los bancos deudores. El punto culminante fue la imposibilidad de mantener la economía: las medidas era equivocadas; dos ejemplos funestos  fueron la expulsión de los judíos y de los moros por los Reyes Católicos.
Los astilleros de Vizcaya construían buques de guerra sin tiempo para navíos pequeños, aptos para el comercio. Las guerras restringía el comercio. Los impuestos a la lana no la hacían competitiva en el exterior. Las aduanas internas de diferentes reinos dañaban el comercio y aumentaba los precios. Todo esto afectó seriamente a España.
La decadencia se hizo evidente en 1640 pero sus causas venían de décadas anteriores.

Bibliografía. Ludwig, Emil. El Emperador. (verificar)

viernes, 11 de noviembre de 2016

El Crac del 29




Algunos quebraron, pero estaban todos heridos. Se derrumbó la producción  industrial –salvo Japón y la Unión Soviética-
Fue una contracción jamás vista entre 1929-33; se hundió la Bolsa de Nueva York. La fuerte subida fue en 1927, acelerada dos veces en abril-junio y junio-julio del  año anterior. El pánico fue total el 29 de octubre,  llamado el “martes negro”; 16 millones de acciones bajaron  velozmente su precio y se desmoronaron. 
(Para África, América Central y del Sur y  Asia,  tuvo poco significado)
De 1929-33 fue catastrófico. La mayor parte de los mercados financieros, la actividad minera, la energía,  las industrias fabriles, bienes de consumo y de inversión se dispararon. La recuperación fue dispersa. Alemania fue la más golpeada (por consecuencias del Tratado  de Versalles)
Francia  tuvo problemas hasta 1935; Los Países Bajos, (Holanda, Bélgica y Luxemburgo)  fueron menos afectados.  En varios países duró más tiempo. EE.UU. Canadá, Alemania -pese al incipiente movimiento nazi- Francia, Checoslovaquia y Polonia. 
En Gran Bretaña bajaron las acciones un 34%;   en Alemania un 37%; en Italia un 3%; en Francia un 38%;  En EE UU un 42%. Para algunos países fue la mitad de la producción. Setenta y cinco países con 3.040 millones de dólares oro bajó a 944 millones en 1933
Desempleo
Inestabilidad capitalista; se desaceleraron los índice de los precios mayoristas.  (Ejemplo; un cliente compraba una acción de 100 dólares; él ponía 10 dólares y el corredor 90, que le prestaba el banco. Si subía a 110, se revendía la acción con un beneficio de 10% que se repartían entre ambos. La especulación aumentó de modo indescriptible; la gente vendía sus autos y sus casas para invertir en acciones. Llegaban  hasta capitales extranjeros para financiar a las sociedades de inversión.
Tensión y caos internacional
El problema comenzó en 1918, después de años de control de capitales y de inflación. Antes de La Primera  Guerra, el patrón oro regía.  Las monedas convertibles en oro  podían importarse y exportarse libremente. Las divisas reemplazaban el oro. Tenían fe en una moneda central. El oro no circuló más entre el público; jugaba un papel de reserva de las   divisas. 
La inflación de la posguerra y la hiperinflación en Alemania, Austria, Hungría y Polonia duró desde 1922- 26.Se generaron tensiones financieras con soluciones a muy corto plazo.  En la reparación de guerra de Alemania  se tomaron las decisiones de la deuda alemana por la pérdida del conflicto. No pagaron todo lo adeudado. De 132.000 millones de marcos oro  pagaron solamente  22.500 millones-.
Gran Bretaña, Alemania y Francia exportaban  el 60% de los bienes manufacturados. Las contribuciones de EE UU y de Japón pasaron a un suministro hacia los antiguos clientes de Europa. 
La agricultura en los países nuevos trajo problemas de mercado  en una industria medianamente envejecido. Hubo dificultad con el reciclaje europeo más  una débil demanda de materias primas.
Proteccionismo 
Los países nuevos estaban en competencia con  Europa. Hubo proteccionismo arancelario en la  posguerra; en agricultura, se debía reconstruir el potencial; bajaron los precios agrícolas  frente a los productos industriales. Los campesinos estaban endeudados, empobrecidos tanto en  los países ricos como los periféricos. La agricultura quedó al margen de la prosperidad.
De la deflación a la depresión
Bajaron los precios. Hablar de un boom entre 1925-29 es excesivo. Hubo expansión en la mayoría de países capitalistas.  En 1926, en Alemania y Gran Bretaña hubo una recesión rápidamente reabsorbida.
EE UU tenía un excedente de autos; de 1.900.000 –en 1919- a 5.600.000 –una década más tarde- ; hubo mayor expansión de petróleo y de caucho.  
Desempleo crónico en Europa
Un mundo desigual, El desorden del comercio mundial y a la  crisis en del década de 30 le sucede una veloz inflación; débil demanda de productos básicos; bajaron más los precios; hubo despidos, se restringió el mercado, las empresas tenían dificultades, subió el desempleo; se compraba lo mínimo; las inversiones mermaron.  Menor producción e industria en Alemania   y en EE UU; los autos bajaron de 622.000 a 416.000;  los créditos para muebles, fonógrafos y máquinas de lavar descendieron el 75%; los bienes duraderos el 20% y llegó al  50%.
Los campesinos lo pasaron muy mal. La vivienda, que fue un boom hasta  1926 descendió drásticamente tres años después.
El presidente de EE UU,  Hover, redujo los impuestos al mínimo para conservar el poder adquisitivo; bajó los precios y los préstamos pero no sirvió. Fue inútil inyectar dinero en una sistema bancario no demandante  En esos años la moneda se contrajo un tercio.
Cada país reaccionó en forma diferente.  EEU UU fue un caso excepcional.
La crisis financiera de 1931
Reacciones estatales, deflación, reducen el 10% los salarios, hay poca competividad para vender al exterior o para atraer capitales. Dejan flotar la moneda;  se modifica la convertibilidad del dólar. Con una especulación excesiva y, agotadas las reservas, la devaluación era una salida dolorosa pero inevitable. Caen las exportaciones en cuarenta y nueve países; se detienen los préstamos al exterior y se limitan las importaciones.  

Roosevelt pone en marcha las reservas. Necesita una paridad fija. Rehúsa un acuerdo monetario internacional; se formaron cuatro bloques: El bloque del dólar, el de la libra esterlina, el del oro y el de cambios múltiples. Las medidas de Hover fueron negativas: las de Roosevelt fueron positivas. 
En 1936, Gran Bretaña y Los EE UU publicaron un acuerdo de coordinación política monetaria.  El trigo  era dos veces más alto en Milán que en Berlín o París y tres veces más alto que en Londres. Se necesitaba un mercado mundial unificado aunque teniendo en cuenta los gastos de transporte e intereses de cada país.

El nacionalismo: Guerra- crisis. Guerra 

La crisis del 29 delimita las dos guerras mundiales y anula las consecuencias financieras de la Primera Guerra Mundial e inicia los preparativos de la II Guerra Mundial; las iniciativas militares comienzan en 1934  con la invasión de Japón a China, en Manchuria; le sigue  el dominio de Italia fascista en Etiopía y con la guerra civil española, en  el 36.
Este movimiento  caracteriza la mitad del S XX; las colonias japonesas e italianas imitan el imperialismo inglés y francés. El autoritarismo culmina con la dictadura fascista nazi y con Lenin y luego Stalin en la Unión Soviética. Mussolini sube al poder en 1921. 
La primera expansión de Hitler del partido nacional-socialista es en septiembre de 1930, con las elecciones anticipadas del canciller. Los nazis de doce miembros pasaron a  ciento siete diputados.   La crisis del 29 ayudó  a Hitler  a alcanzar el  poder. El desempleo provocó un sistema de seguros por dos millones de personas desde la década del treinta  y los socialistas dejaron el poder a partir del mismo año. El desempleo y el partido del führer coincidieron con el debilitamiento y la desorganización sin rumbo en Alemania; grupos con ideas anticapitalistas, resentidos y humillados por el Tratado de Versalles era una consecuencia de la crisis económica; la convulsión más violenta se da entre   el 1929 -32,  diferente a la rusa. A la estrategia de “clases contra clases”  que en 1920 convertía a los socio democráticos en el principal y peligroso enemigo le sucede -en 1934-  el ascenso del fascismo. Hubo desempleo y desórdenes  con altercados en  barrios privados, hundidos moralmente, sin protección social y sin ropa ni  alimento, con un déficit de proteínas, que lucha contra el raquitismo y el escorbuto; desahuciados, muchos renuncian al amor propio y a los contactos sociales por  escasez de dinero. Algunos propietarios renuncian a los alquileres para conservar a los inquilinos que pululan entre el robo y el suicidio.
Era la época de escritores como Hemingway, Fitzgerald, en el cine  Fred Astaire, Chaplin -con Tiempos Modernos-, los Hermanos Marx más el lirismo junto a la literatura de combate. Dos Passos, Steinbeck, la novela revolucionaria de Faulkner, Proust, Joyce y el auge de la fotografía. Todos caminos en el arte que se entrecruzan en el mapa de la conmoción.
El capitalismo yace bajo vigilancia y la presión política social se manifiesta con huelgas en la clase   obrera. Nace un programa de economía mixta con reformas, control político y sin  crédito. Surgen  planes para regular los mercados, controles para mantener la economía, proyectos no siempre coherentes en la acción pragmática; se abandona la disciplina deflacionista de los principios liberales. Los países industriales se reforman en torno a una regeneración social nacional. La economía pasa a segundo plano; se sacrifica el resentimiento; su apuesta era la política y lo social.  
En la década  del 20, en Gran Bretaña se fijó la producción y los precios del carbón, mejoraron las tácticas, se reorganizó la industria siderúrgica y se reunió en el año 1932 a dos mil empresas.  Acuerdos bilaterales  garantizan ciertos productos británicos. Medidas económica de lenta recuperación  sin ruptura social. 
Disminuye el 10% los pagos insuficientes de subsidio al desempleo, que fue suprimido en cuando nació un pago de pensiones, de jubilaciones, vacaciones pagas  y cierto disfrute del tiempo libre. Fin del mito negro de Gran Bretaña.
Fue el tiempo del New Deal, -nueva distribución en lo económico y social, de corriente progresista, favorable a intervenciones federales. Se creó la administración de trabajos públicos y administrativos de ayuda urgente; dos organismos estaban encargados  del empleo público;  cuatro millones de desempleados  fueron contratados ; hubo veinte millones de beneficiarios que pudieron ser asistidos; se reanudan los proyectos hidráulicos, la colaboración entre estados locales, agricultores ribereños y consumidores de corriente eléctrica,  con reducción a 35 horas semanales, con un salario mínimo garantizado, libertad sindical y diferentes acuerdos  para los trabajadores en la producción. Nuevos créditos con los agricultores, primas al límite de la producción, redistribución de tierras.
La intervención de Roosevelt  tuvo una feroz resistencia en el Tribunal Supremo. Los nueve jueces inamovibles invalidaron en conjunto las medidas tomadas, opuestas a la Constitución, que habían roto con una tradición de protección social obligatoria, que fue  anulada.
La reelección de Roosevelt  obtuvo  una armonía con el Tribunal Supremo. Fue el segundo Deal, con una creciente tensión social por los derechos a los trabajadores, que se impusieron  por medio de conflictos violentos. 
El resultado fue espectacular y el presidente de EE UU fue el símbolo de la década que salvó el capitalismo entre 1933-35 y apoyó al mundo obrero entre 1936-38. No estaba totalmente de acuerdo con Keynes, a quien conoció. Combatió la política del déficit del presupuesto hasta ese último año; sus tendencias reformistas procedían de otros principios. Se oponía en gran medida al sueño norteamericano, acercándose más a la intervención federal autoritaria.
La economía militar en Alemania, Italia y Japón
Sometida al mundo militar, hubo una caída del yen y un estricto control de la importación y exportación. Si bien la expansión en Japón  tuvo lugar, sin modificar el estatuto de los trabajadores, no sucedió lo mismo en Alemania e Italia. 
En 1933 se suprimen las organizaciones obreras y patronales y se crea el “Frente del trabajo”; estas disposiciones totalitarias   tuvieron  éxito a corto y mediano plazo. Alemania reabsorbió velozmente su enorme desempleo y Japón despegó con su industria de  FCC, mientras Italia oscilaba entre resultados desparejos;  el gobierno italiano devaluó, dependiendo de Alemania.
Del bloque de oro a los Frentes Populares, los países europeos se mantenían vinculados a la paridad del oro. Francia, Italia, los Países Bajos,  Suiza y el Este europeo pagaron caro esta relación con sucesivas devaluaciones de la libra esterlina y del dólar, que encarecieron los bienes en los intercambios mundiales.  
Comienza una política de deflación interna que llevará a protestas: cunde el pánico financiero en 1935. En Bélgica  y Francia hubo devaluación; se redujo en un 10% los sueldos de los funcionarios; también se redujeron las horas de trabajo: de cuarenta y ocho pasó a cuarenta, pero sin reducir esta vez  el salario.  La ley antiproductivas fue rígida. 
Las treinta y cinco horas del New Deal eran negociables y dio mayor dignidad a los individuos con las primeras vacaciones pagas. Los grandes países industriales llevaron adelante reformas exitosas. Los países nórdicos -Suecia principalmente- reorientaron sus intercambios exteriores. 
En 1933, llegó al poder el partido  socio- demócratas, con medidas económicas y sociales que fascinaron a los países occidentales con sindicatos poderosos. El socialismo sueco se forjó durante esta crisis.
En Australia y Nueva Zelanda merecieron una mención. Australia fue una agresiva liberal; implantando la semana de cinco días y cuarenta horas, mejorando  las construcción y la industria, con un nivel de vida mejor para los agricultores. 
A menudo se  atribuye el crecimiento de los gastos bélicos a la salida de la crisis, pero el rearme fue entre  1937-38. La estrategia de la guerra fue recién en 1942,  con la guerra relámpago. La causa del éxito de la recuperación nazi y nipona fue un estado autoritario, que se hizo cargo del futuro económico. 
La crisis fue industrial y occidental. Dos tercio (1.4000.000 personas) en 1930 dependían directa o indirectamente de las cotizaciones de las materias primas y de  la margen de la autonomía que dejaban las ciudades. Nace el subdesarrollo
Esta masa, con un peso democrático, descendió en 1930; se dividió en el 40% para el Este y Asia, 40% para Asia meridional, 5% para América latina, 12% para África. Imposible con esta diferencia ver el impacto de la crisis.
China estaba en plena guerra en la década con la larga marcha de Mao India conquista su independencia. 
Conservar el dominio industrial era una necesidad vital para los países que dependían de la industria y entre las tentativas neo coloniales de Alemania, Italia y Japón, no era fácil. Había una crisis de materias primas que hundió a Occidente.
Se intentó una  nueva orientación política; intensa actividad en Occidente,  con una liberación relativa de los capitales. El mercado interior primó para las ciudades y se privilegió las colonias en los intercambios exteriores en Inglaterra y  Francia que  apuntaban a su exposición colonial.
Las colonias promueven el esfuerzo industrial y local; se examinaron los problemas agrícolas con los indígenas. Los  campesinos estuvieron siempre mal pagos.  Se enfocó al intercambio internacional. Hubo pueblos incapaces de adaptarse. Todo concuerda en aquel período 1931- 36 que, al margen de la crisis mundial, se encontraba el subdesarrollo del Tercer Reich. 
Una guerra, una mala cosecha son causas exógenas del sistema económico con bajas tasas de beneficios. La inestabilidad de la posguerra y las medidas erróneas  pusieron obstáculos al libre juego del mercado y elevaron los controles: los precios y el mercado libre no ayudó. Las leyes de Keynes con la deflación a favor de la devaluación, estimando el poder adquisitivo y contra el patrón oro no tuvieron un movimiento inmediato.
La gran contracción monetaria provocada por la contracción de los ingresos  fue la crisis básica del 29. Hubo rigidez de ciertos precios a corto plazo.  Esta situación en  EE UU asfixió a los bancos y a las empresas. 
Para salir de la represión, Roosevelt instauró el New Deal;  comprimieron los beneficios y reglamentaron las iniciativas individuales. Hubo una mejoría entre 1933-39 por la confianza recuperada y por las reformas para estabilizar la economía de mercado. 
El Crac en América del norte fue bursátil, causado por la combinación de dificultades de productos en los mercados como viviendas, autos, etc. y la restricción monetaria frente a la enorme expectación de la Bolsa.
Existieron tres niveles: a) la inversión cíclica interna; b) la transmisión de la economía mundial y  la parálisis de cierto número de países vulnerables y c) la inversión que quedó marcada por la poca demanda. 
Hubo ausencia de protección financiera a los desocupados, dejados al cuidado de los familiares o en manos de la caridad, lo cual agravó la situación. Riqueza desigual en productos y salarios y un divorcio entre las ganancias; se despreciaron  los aspectos culturales, políticos y sociales. Las jornadas prolongadas  bajaron   la necesidad  del ahorro. El mercado de la plusvalía era compatible con la mejora a nivel obrero. 
La crisis de 1929 llevó a Occidente a una situación similar a las dos guerras mundiales.
Desde esa época quedó una profunda cicatriz no curada.




lunes, 1 de agosto de 2016

LA PIRATERÍA

 La  La  LA PIRATERÍA 

El Mediterráneo estuvo aterrorizado por los piratas durante muchos años. Los sultanes estaban a favor de sus terrorífico abordajes   sobre todo en Marruecos, Argelia y Túnez.
Cuando finalizó su poder marítimo, los turcos intentaron llegar a   Viena por tierra, dominando el Mediterráneo, que se transformó en una mar sumamente peligroso.
En Noreste africano, que incluía el estrecho de Gibraltar estaba atento en el sur de Italia, Marsella, Génova y en  las entradas por el este mar  desde oriente. El Mediterráneo era tempestuoso en sus costas pues no tenía    puertos y en tierra adentro le falta agua.
Los piratas o corsarios  fueron apoyados desde Francia e Inglaterra, en contra de las ganancias fastuosas que recibía desde Méjico  Carlos V. Francisco I les vendió pólvora para usar contra el Emperador. Algunos Papas les otorgaban permiso para comerciar; sus riquezas  ascendían a 10. 000 ducados anuales.
Fueron dos hombre que iniciaron la piratería; se cree que fueron hijos de cristianos conversos, educados con orgullo como corsarios aunque caballeros. Uno de los hermanos asesinó al otro
brutalmente y gobernó durante cuarenta años. Vivió hasta los noventa.
Barbarroja fue elegido como el gran almirante de la flota turca. Hubo un  acuerdo  entre él y el sultán. Sentían  la conciencia tranquila por ser piratas. No era el oro lo que más le importaba sino el rencor social y el orgullo por su religión. El concepto del honor estaba latente y se creían superiores a los cristianos.
La esclavitud de los cristianos puede asemejarse a la piratería;
cuando los prisioneros le dijeron que Carlos V venía al mando de sus tropas en Túnez, no lo quiso creer. El Emperador odiaba a Barbarroja y era su segunda lucha contra él.  Fue una expedición a Argelia, que apoyaron en España pero no apoyaba Cortés. Fue la más grande derrota del reino.
Andrea Dora, héroe naval del cristianismo, se hizo rica gracias a la piratería. El emperador  lo llamó en su auxilio pero el genovés huyó con sus naves el día de la batalla.(Corrió el rumor que Barbarroja y él habían llegado a un acuerdo secreto a fin de salvar su reputación como guerreros).
Los piratas devolvían prisioneros por grandes sumas de dinero;. No eran más crueles que los españoles o franceses. Durante dos o tres siglos dominaron el Mediterráneo.  Las países fuertes en Europa e Inglaterra sentían un rencor moral por los poderes establecidos por Barbarroja, que convertía   a los prisioneros en esclavos.
La reina Isabel  I de Inglaterra  los protegía, afirmando que en nada estaba comprometida. Los piratas tomaban una nave de una potencia, daban muerte a la tripulación, se quedaban con la mercadería y hundían la nave. Los piratas la devolvían pero a cambio d una suma importante de dinero: cien libras por cada uno
Para que los cereales de África no llegaran a Francia, los ingleses se aliaron a la piratería africana. El rey de Argel facilitó a Francia en La Revolución cinco millones de francos -sin intereses-  porque estuvieron a favor de los revolucionarios.
El robo y el crimen eran comunes en los dos bandos. Cuando el emperador Carlos V tomó Túnez, besó a los primeros esclavos blancos que liberó.
El corsario más importante  pagó la mitad de su fortuna a Doria para liberar a un amigo oficial cautivo. Era un comercio importantísimo. Abordaban a los barcos españoles cargados de tesoros, sin pagar los gastos que la empresa desde  España necesitaba desembolsar para llenar sus naves. Simplemente los esperaban a la altura de Argelia y por la noche se apoderaban del tesoro. De cinco naves llegaban a puerto dos, a lo sumo tres.
Quienes navegaban estaban expuestos a estos asaltos, que podía terminar con su vida.  Hombres, que hacían poco era considerados grandes Señores, eran expuestos desnudos en los mercados de esclavos. A menudo eran azotados. El rey tenía derecho a una octava  parte de los esclavos  prisioneros  y hasta principio del S XIX lo debían llamar “Su Alteza Real”.
La vitalidad de Khavi era extraordinaria: llegó a los noventa y Doria, a los noventa y ocho.
Algunos piratas  se retiraban  y vivieron una vida tranquila. Volvían a la fe cristiana, se confesaban y tomaban otro nombre.   Los que los retuvieron para trabajar en las galeras  estaban tan quebrados que no podían escribir sus  pasadas aventuras; habían pasado años en las naves remando bajo el temor de los latigazos.
Cervantes estuvo después de la batalla de Lepanto cuatro años  capturado con su hermano por piratas y pasó cinco años como esclavo. Las cartas de presentación que llevaba le jugaron una mala pasado pues  confundieron  a sus captores, creyéndolo muy rico y pidieron por él un rescate muy alto, que su familia no podía pagar. Se pagó el rescate por su hermano menor  y tiempo después fue un religioso con el dinero para poder ser liberarlo. Cuenta esta parte de su vida en el segundo tomo de El Quijote

Bibl: Ludwif Emil. EL MEDITERRÁNEO.pág 448.-450 Fabril editora Bs As año 1960

viernes, 10 de junio de 2016

Luis XIII de Francia


En 1610 Enrique IV fue asesinado en su carruaje.  Su segunda mujer, María de Médicis persuadió al Parlamento de París para ser nombrada Regenta. Era vanidosa y caprichosa y  dejó las arcas vacías
El  delfín, futuro rey Sol tenía nueve años. Richelieu de treinta y ocho años fue nombrado por la Regente  secretario de guerra y asuntos exteriores en 1624. Luis XIII era hermano de Isabel de Borbón, casada  con Felipe IV, rey de España y de Enriqueta, casada con Carlos I, rey de Inglaterra, en la revolución  decapitado.
El rey era algo  tartamudo; se casó con Ana de Austria, mujer superficial; Luis amaba, la caza  y la música;  era alegre, pacífico y tolerante. A los dieciséis años tomó el poder y su madre tuvo que abandonar La Corte  -ña pedido del rey- y partir al castillo de Blois; regresó pero finalmente partió en  exilio a Bruselas y murió sin gloria. Fue una madre ausente, sólo fascinada con el poder y el lujo.
Luis XIII  fue adquiriendo mayor confianza en el Cardenal, a quien  asciende con el título nobiliario de duque. Richelieu  lo tenía siempre al tanto de sus decisiones e informado de todos sus pasos;  era hábil y ambicioso, aunque centralizó el poder; impuso la idea moderna en oposición a la sociedad feudal medieval y declaró la guerra sistemática a la independencia de la aristocracia. No vaciló ni retrocedió ante cualquier medida. Centralizó también la administración nombrando intendentes para controlar a los gobernantes de provincia que le servían a su vez de espías y de agentes del gobierno. El descontento de la aristocracia se manifestó en conjuras. Pudo detenerlas  con pruebas  y los envió a la Bastilla, castillo medieval que se convirtió en una cárcel de Estado.
Deseaba la unidad del reino, formando una Estado dentro del Estado;  no toleraba a los hugonotes; no sentía odio por ellos, mientras se comportaran como buenos franceses y se sometieran a las mismas leyes y normas que toda Francia. Tuvo una política próxima a la monarquía española. 
Fue un hombre de Estado, un hábil economista de doctrina mercantilista que se aplicarían durante un siglo en la mayor parte de los países europeos. En Francia había trigo, vino, cáñamo para tejer lonas y cuerdas para las naves, que los demás países necesitaban. A cambio solicitaban géneros de lujo, encajes, brocatos que intercambiaban por sus productos.
Tenía una manufactura propia y una industria de seda que ocupaba veinte mil obreros.
.La Rochelle
Sacrificó su fortuna personal para costear los gastos militares, preparñandose para la guerra. Entabló una batalla decisiva contra la fortaleza de los hugonotes, en la costa atlántica, peligrosa fortificación  de desembarco y de una eventual posible invasión inglesa. Era indispensable que ese bastión pasara a manos del rey  católico francés. Franquearon las puertas sin la menor violencia y sin ninguna ejecución.  Se ocupó que los víveres se vendieran al mismo precio que en otros puntos del país. 
Luis XIII y Richelieu mostraron el mayor respeto y moderación. Richelieu admiraba la capacidad de trabajo y el espíritu económico de los hugonotes, pese a  desear suprimir sus privilegios políticos; ésta fue la causa de la toma de la fortaleza. Perseguía objetivos materiales con el rosario  en la mano y el nombre de Dios entre los labios.
La lucha contra los Habsburgos
Francia estaba  contra los Habsburgos: en España y Austria  dominaban. Enviaba indirectamente subsidios a Gustavo Adolfo de Suecia para su campaña en Alemania. Deseaba anular el poder de Wallenstein, general de las tropas .
Quiso hacer de su país el soberano de los mares, como era España, los Países Bajos e Inglaterra. Faltaba una marina poderosa que se equipara a la de los países recién nombrados. Fue el fundador de la marina francesa con cien mil barcos de guerra. En esa época podía hacer frente a Inglaterra con la potencia naval y, si luego este país lo superó, fue por los ministros que tuvieron.
El cardenal desarrolló la industria en Francia, el comercio y la marina. El dominio de las Antillas es de esa época. La colonia de Canadá, fundada por Francisco I ofrecía grandes esperanzas. Los normandos fueron quienes se comprometieron con ese espíritu de aventura y pusieron toda  la energía en esas empresas.
Suecia peleó contra Alemania; Francia logró beneficios sin intervención de las  tropas. Los éxitos militares de Gustavo Adolfo le facilitaron  una posición fuerte en Alemania, pero a la muerte del monarca sueco tuvo que pasar a la guerra directa. El duque de Weimar lo representaba en ese país. Los territorios pasaron  a manos de Francia.
Por intervenir en la guerra contra Alemania, España le declaró la guerra a Francia. Richelieu pide ayuda a Cataluña y a Portugal, que era independientes pero no vieron cuál sería la recompensa de luchar contra la dinastía de los Habsburgos  de España y Austria.
Muere Richelieu; a pedido del cardenal nombran en su lugar a Mazarino a quien él había iniciado en todos los secretos y detalles políticos. Al año muere Luis XIII, dejando un delfín de cuatro años, el futuro Rey Sol; su madre fue regenta hasta los diez y ocho años cumplidos de su hijo.  Mazarino era cardenal y siguió siéndolo.
Literatura francesa
Se fundó la Gaceta de Francia que pagaba Luis XIII por intermedio de Richelieu. Como era el idioma que también se hablaría en las conquistas, se creo un diccionario y una gramática. Richelieu no logró devolver al tesoro lo que María de Médicis saqueó con su regencia.

                                                                                                                         Para costear los gastos aumentaron los impuestos de los arrendamientos; la corona disponía de la mitad de esos ingresos fiscales y el resto disponía el Cardenal para  pagar los honorarios de oficiales, gastos bélicos y administrativos..

martes, 12 de abril de 2016

Historia de los Países Bajos


Alemania se alió a Francia para ponerle fin al duque de Borgoña; los Países Bajos eran aliados a Inglaterra. El duque  sabía que corría peligro. Rompió con los ingleses su alianza, obteniendo beneficios, pues las tierras del Norte le fueron cedidas para la ansiada unión de  los Países Bajos.
El duque  Felipe  de Borgoña era un  político experimentado; hijo del rey que fue vencido y hecho  prisionero en Inglaterra. Luchó en la batalla de Poitiers y recibió el ducado de Borgoña como recompensa por su valor;  se casó con Margarita, heredera de Flandes, Artois, Nevers y France Conté;  con su bondad supo conquistar a los flamencos. A través de los casamientos de sus hijos esperaba obtener la unión de los Países Bajos. Fue el hombre más poderoso  en el norte de Francia.
Luchan  el duque de Borgoña y el rey de Francia; venció el duque y la región septentrional se alió con él, quien  contaba  además como aliados a  Alemania  e Inglaterra. 
Felipe (el Bueno)  se alía a los ingleses en la Guerra de los Cien Años, donde Francia capitula de forma vergonzosa. El duque   no quería sentirse más vasallo del rey de Francia. Los tres rivales serán ahora  Francia,  Borgoña e Inglaterra.
Felipe tenía veintitrés años; era poderoso y sus proyectos realistas. Compró Namurois y heredó Brabante, Anvers, Maline y Hainaut,  Hollande, la Zelande y  la Frise, más Luxemburgo que fue herencia de una tía sin hijos.

Lucha del rey francés Luis XI contra Carlos el Temerario, duque de Borgoña.

Cuando Felipe  murió, podía sentirse  satisfecho. Dejaba un poderoso Estado a su hijo Carlos el Temerario, que subió al trono a mitad del S XV. Francia, debilitada por la guerra de un siglo, era incapaz de oponerse al  duque de Borgoña.
Carlos el Temerario era un trabajador infatigable; obstinado, frugal, austero; cabellos negros, ojos azules, labios firmes; sentía  pasión por la música, sabía expresarse y le gustaba dar discursos: era un espíritu  renacentista. Oscilaba entre lo antiguo, lo moderno y lo feudal; estaba de acuerdo con los impuestos altos, pero se preocupaba por la prosperidad de su reino, protegiendo los derechos de aduana, haciendo crecer las industrias locales y otorgando su apoyo  a quienes poseían  talleres donde se fabricaban  el encaje y las telas. Apoyaba las ferias,  el mercado y democratizó la justicia.
Luis XI, rey de Francia, deseaba reducir a los Países Bajos por el hambre, sin venderles ni trigo ni vino, lo cual  trajo serios inconveniente a Flandes, Brabante, Holanda y Zelandia. Si sumamos las invasiones y las incursiones entre los pescadores de arenque y los impuestos altos a los mercaderes de Borgoña más la quita de privilegios en las ferias de Caen, Rouen y Lyon, se comprende que los Países Bajos estuvieran asfixiados por la política económica francesa.
El duque condujo su ejército  hacia  Suiza, intentando romper el bloque y encontrar nuevas vías económicas a través del Rin y el Rhône. Fue atacado por el cantón suizo; los flamencos le rogaban que abandonara la lucha. Luis XI esperaba que el duque corriera su última aventura para anexarse el ducado a Francia. Hubo otra batalla en un invierno helado y dos días después se encontró su cuerpo devorado por los lobos.
Luis XI continuó la obra de su padre y  finalizó teniendo  todo el poder en sus manos. Era rey de Francia desde Bretaña a Borgoña, desde Picardía a Gascogne.  Despertó una vez más el sentimiento nacional, que reinó a finales de la guerra de los Cien años. Puso fin al feudalismo, siendo su propósito  una monarquía absoluta aunque escuchaba al pueblo. Apoyaba la agricultura, el comercio y la industria minera y se ocupaba personalmente de la higiene urbana. Fue llamado el primer rey ciudadano.
Al final de su vida el miedo a un posible atentado se transformó en una obsesión. Había una razón: los nobles lo detestaban pues los había arruinado: la monarquía les quitó el poder y los burgueses y agricultores, asfixiados por los impuestos, estaban cada vez más descontentos.
Sufrió un ataque fulminante del cual no se recuperó. No lo lloraron, aunque la posteridad le rindió justicia. De los feudos de la nobleza hizo un estado centralizado, según el canon del Renacimiento.   
Maximiliano de Austria 

Casado con la única descendiente de Carlos el Temerario, María de Borgoña,  padre de Felipe el Hermoso, casado a su vez con Juana la Loca fueron los abuelos  y los padres del Emperador Carlos V.  Maximiliano y su nieto Carlos V fueron emperadores del Sacro Imperio Romano, nombrado por el Vaticano.
Primera mitad del  S XVI

Maximiliano de Austria muere. Los príncipes electores debían reunirse en Frankfurt para elegir un reemplazante. Toda su vida  fue la ambición para aumentar el poder de los Habsburgos y no escatimó esfuerzo para que la corona imperial quedara en su familia.
Su hijo Felipe el Hermoso muere, a Juana la declararon loca y su nieto Carlos V lo heredó. Nació en Gand,  tuvo una educación borgoña, fue criado por su tía carnal, hermana de su padre.
Margarita de Austria tuvo una triste historia sentimental; fue otorgada por su padre Maximiliano al delfín de Francia, hijo de Luis XI, pero diez años más tarde regresó virgen repudiada y humillada. Su potencial marido la rechazó por otra duquesa de mayor dote. La casa de Austria negoció su nueva boda con Juan de Castilla, hijo de los Reyes Católicos. Fue un matrimonio feliz pero a los veinte quedó viuda y muy  rica. Por tercera vez la cede su padre al duque de Savoya y éste también muere.
A esta mujer bella y joven su padre le confió el gobierno de los Países Bajos; fue enérgica como gobernante y a la vez que se consagró a la educación de su sobrino.
Carlos hablaba  francés con su tía; no fue un alumno brillante pero tenía ideas firmes y no cambiaba de opinión, si creía tener razón.
A los seis años muere su padre. Cuando muere su abuelo materno, Fernando de Aragón, Juana  debía heredar el trono, pero -al declararla mentalmente enferma -la corona pasa a su hijo, quien hereda un inmenso imperio: de su abuelo paterno  los Países Bajos y Austria y de su madre y abuelo español Castilla, Aragón, Nápoles y  Sicilia, más las  Colonias en América
Francisco I en Francia reinaba; había subido al trono por una rama colateral  de la familia Orleans.

La Contrarreforma
 
Carlos V  en la primera Dieta  sugirió un concilio; la Inquisición había conmocionado a la mayor parte de los católicos. Se necesitaba un cambio urgente; la corrupción de monjes y monjas llevó a la desconfianza de la Iglesia. Este movimiento se inició en Alemania,  donde consiguió ciertos triunfos que se implantaron en Inglaterra; los Países Bajos, Escandinavia, Polonia  y Roma. Clemente VII estaba mal informado y perdió el control de la situación; muere y sube  Pablo III: la jerarquía eclesiástica estaba en manos de seres indignos. Había declinado la vida monacal y Pablo III reaccionó echando o  reemplazando a los monjes corruptos. La iglesia necesitaba obtener un poder  nuevo en el extranjero y  en Roma para seguir ejerciendo autoridad. Aprobó junto  al emperador los cambios de la Reforma y reorganizó la Inquisición.  El régimen de terror, impuesto en España por los Reyes Católicos siendo su jefe el monje Torquemada.  Se impuso la tortura, la hoguera a muchísimos  inocentes.  El Index era la condena de libros prohibidos, declarados por la Inquisición.  Se intentó por este medio que los judíos conversos dejaran sus prácticas herejes.

LAS GUERRAS DE FLANDES

En la primera mitad del S XVI (en 1555 abdicará el emperador, gotoso y cansado, luego de 40 años de reinado); se reúnen las diez y siete provincias bajo un rey, pese a la resistencia de Frisia, como estado independiente, reconocido en la Dieta de Augsburgo en 1547.
En el Concilio de Trento hubo tres intentos:
a) En la primera Dieta  prohíbe el culto a los herejes

El Concilio de Trento fue en el sur del Tirol; se juntó  la Iglesia católica para corregir la corrupción y establecer la unidad.
Carlos V abrió la ruta entre el catolicismo y los protestantes en 1545,  mitad del  S XVI. Roma lo rechazó: temía perder el poder; la doctrina de Lutero y Calvino abrían la mirada a la curia.  Roma imponía la iglesia católica romana. Pablo III cedió al deseo del Emperador que fuera  en una ciudad alemana. Trento pertenecía al Sacro Imperio Germano. El concilio tenía el derecho de representar a toda la iglesia católica; era un título que el  Papa se reservaba.
Toda la primera parte se basó en Sto. Tomás de Aquino, bajo la estricta ortodoxia.  Los protestantes pretendían que la Biblia fuera la única guía. El concilio adujo  que La Biblia y los padres de la iglesia eran las normas de la fe cristiana: Sólo se salvaban bajo la iglesia romana. El espíritu conservador de Pablo III aniquiló toda reconciliación entre católicos y protestantes. No lo aceptaron.
Carlos V se impuso con su tropa para finalizar con el protestantismo. Pasa a ser el dictador de Alemania. Dos años más tarde murieron varios miembros de ese concilio: se habló de una epidemia. Los prelados del pontífice se fueron a Bolonia. Fue el fin de la primera etapa.
b)  La misma idea seguía firme, pero hubo concesiones del emperador. Se le deja libertad de cultos, según la fe de cada soberano en cada reino.  Un sismo amenazaba a la iglesia romana.
c)     En la tercera etapa, Julio II no logró cambios y la situación se puso tensa. Sube
Pío IV que votó contra los herejes.  Gracias a la Reforma católica de la iglesia romana se extirpó el influjo herético en Polonia y en el sur de Alemania. La unidad Renacentista se convirtió en un recuerdo.
Libertad de culto, en 1545. Once años después abdica Carlos V y se retira al monasterio de Yuste.
Desde 1530, el emperador  dejó el gobierno en manos de su hermana María de Hungría, con un consejo privado que redactaba las leyes y llevaba la administración de justicia más un Consejo de Estado compuesto por los gobernadores de las provincias, funcionarios de la iglesia y los caballeros del Toison d´Or  (consultados en asuntos importantes).
Hubo una base de un gobierno central con la misma moneda y los mismos impuestos y  administración de los terrenos ganados al mar contra la usura y la mendicidad y con un derecho común complejo, en una región tan variada y con privilegios de clases.
Llegó la prosperidad: Amberes atraía a los mercaderes y banqueros del mundo. Su comercio se evaluó en tres mil millones de francos anuales.
En Yuste donde vivió sus once años de vida sin un lujo extravagante pero con huerta propia y jardín dentro del monasterio, le pidió a su hijo que reconociera a Juan de Austria, su medio hermano, un hijo  ilegítimo nacido en Alemania, de una aldeana flamenca. De muy niño lo trajeron en sigilo a España y con los años terminó viviendo con el mayordomo del emperador, Luis de Quijada, quien los tenía a su cargo y se ocupaba de él. Jugaba en los jardines de Yuste sin saber que su padre era  l emperador Carlos V. Era un precioso niño rubio de ojos azules y más tarde un gallardo joven distinguido. El niño tenía doce años cuando murió  su padre, sin saber que lo era todavía.
A los catorce  años se enteró por su medio hermano Felipe II y desde ese momento recibió una esmerada educación junto al infante Carlos II, heredero al trono, Farnesio, príncipe de Parma y sobrino de don Juan, en Alcalá de Henares.
Mientras Carlos V usó la diplomacia y su prestigio para convencer, era de carácter extrovertido y muy activo, su hijo, Felipe II no hizo más que desaciertos. Quiso ejecutar el objetivo fundamental paterno conservando a Europa unida bajo el Catolicismo y  al mando de los Habsburgos. Luchó tercamente contra los flamencos, contra los protestantes, los moriscos y  todos esos frentes no hicieron más que debilitar su reino. Hablaba mal el francés e ignoraba el holandés. Los Países Bajo nunca  lo consideraron su soberano.
Felipe, terco, imponía las leyes del Concilio de Trento y designó como gobernador a su media hermana, la duquesa Margarita de Parma, aunque era una limitada regencia ya que debía someter todo a consulta. Hubo tensiones entre ella y el Consejo de Estado, entre el pueblo y los soldados y un levantamiento era posible. El rey tardó un año en decidir retirar las tropas y apaciguar los ánimos.
Felipe, terco, saturnino, imponía las leyes del Concilio de Trento y designó como gobernador a su media hermana, la duquesa Margarita de Parma, aunque era una limitada regencia pues debía someter todo a consulta. Hubo tensiones entre ella y el Consejo de Estado, entre el pueblo y los soldados y un levantamiento era posible. El rey tardó un año en decidir retirar las tropas y apaciguar los ánimos.
La manifestación de los mendigos.

Doscientos hombres fueron al palacio de la regenta, aclamados por el pueblo con entusiasmo. Margarita debía obedecer a su medio hermano pero el pueblo le daba lástima. Los llamados mendigos  se unieron a una multitud enardecida. La audiencia duró unos minutos; una pequeña delegación entregó las peticiones escritas. Mientras esperaron, se fueron a beber. La respuesta no les satisfizo. Margarita prometía enviar a Felipe II una delegación para moderar la persecución a los herejes.
La Insurrección

En 1566, once años luego de subir Carlos V al trono se preparaba para asistir a la Asamblea del Poisson d'Or y estalló la revuelta. Los nobles flamencos juraron resistir a La Inquisición y a los edictos reales con los heréticos calvinistas, que tomaron las iglesias para celebrar su culto: la masa desbordó. La Catedral y las Iglesias fueron saqueadas; el pueblo destruía todo a su paso, pintura y obras de arte fueron destrozas. La rebelión se levantó también en Ypres y Gante, Frisia, Holanda y Zelandia. Se construyeron templos protestantes donde se practicaba los oficios junto al católico.
Felipe II consultó a los teólogos sobre la conducta a seguir; le aconsejaron dejarlos en libertad mejor que la calamidad que podía resultar de la rebelión, pero el monarca hizo lo opuesto y aplicó en 1566 -once años después de la abdicación de su padre- la regla del rigor. No toleraba la herejía de los Países Bajos y menos que disminuyera su autoridad real. Mientras en España se finalizaba el Escorial, el primer palacio para reyes, se dispuso a defender el Catolicismo como monarca absoluto. Fue un craso error. Carlos V en el tercer Concilio había defendido la libertad de culto.
Envió en su nombre al duque de Alba, que seguía sus reglas; lo denominaron el ángel exterminador; tenía casi 60 años de edad y conducción 17.000 soldados más 4 decretos dando plenos poderes a su media hermana, la duquesa Margarita, pero ésta, presintiendo el futuro aciago para los flamencos rogó al rey que la dejara regresar a Italia.
Al conocer la noticia muchos se exilaron y otros se prepararon para  resistir. El duque estableció un tribunal de sangre que llevó al cadalso a dos condes, personajes ilustres y fueron ejecutados en la Gran Plaza de Bruselas;  Sus hogares fueron arrasados, le confiscaron sus bienes y encarcelaron a otros; nadie se sentía seguro: cayeron 800 cabezas. El duque de Alba seguía las órdenes del monarca español.
Intentó salvar a los dos condes pero no lo logró. La resistencia aumentó; estalló una rebelión armada. Guillermo de Orange ayudó con tropas, armas y dinero: los protestantes fueron socorridos  también por los príncipes protestantes de Alemania.
Los Mendigos del Mar se aliaron en masa y organizaron la resistencia. Algunos eran aventureros pícaros, otros mendigos que habitaban los bosques y buscados por la autoridad por diversos crímenes, otros perseguidos por los españoles  y la minoría idealistas. La mayor parte no había navegado jamás, pero el peligro no los acobardó. Todos se unieron. El rey español protestaba contra la ayuda que Isabel I los protegía en sus puertos. Anclaron los Mendigos del Mar en una ciudad sin guarnición y tomaron la Brille. Fue una cuña  favorable para los españoles  en los Países Bajos.  Guillermo de Orange les concedió el permiso de cruzar el canal de la Mancha y abordar los barcos, aunque no aceptaba el salvajismo y la brutalidad que empleaban. Guillermo de Orange        fue proclamado gobernador neerlandés y trató de juntar políticamente los Países Bajos.
Después de la toma de la ciudad que no estaba protegida militarmente tomaron otras ciudades. El nacionalismo se extendió entre los mendigos del mar que fueron crueles en sus triunfos, anárquicos, pese al príncipe de Orange que intentaba implantarles su pensamiento político; torturas, ejecuciones no eran mejor que los cometidos por el duque de Alba y su ejército español. Los calvinistas piadosos estaban escandalizados.
Guillermo II, viendo el peligro les quitó las patentes de corso en una conferencia. La era de los mendigos del mar finalizó, aunque la guerra seguía sin ellos y donde se decidiría el futuro de los balones, las provincias valonas en el sur y de los flamencos en el norte.
Felipe, designó finalmente como sucesor del duque de Alba a Luis de R, comendador de Castilla y ex gobernador de Milán, un gran dignatario no indicado para este problema de tan difícil solución. Era un moderado que anhelaba  gobernar con tolerancia a los Países Bajos. Guillermo II de Orange rechazó las proposiciones del nuevo gobernante castellano.
La guerra duró 80 años. Si Leyden caía en manos de España, la causa estaba perdida para el príncipe de Orange. La defendieron con valor pese al hambre y al asedio. El príncipe holandés ordenó abrir los diques e inundar los campos de alrededor, así podían socorrer a Leyden con sus barcos livianos de fondo plano para liberar la ciudad sin necesidad de pasar por donde estaban los españoles.
Integró unir las Provincias Unidas bajo la tolerancia religiosa, Guillermo de Orange se declaró calvinista, pero no aceptó el extremismo como única religión. Para atraerse al sur católico debía encontrar una tolerancia religiosa donde además declaró que el
Príncipe era un súbdito para el pueblo.

La independencia de las siete provincias

En  1576, en la ciudad de Gantes se reunieron sus representantes; la Asamblea luego de abdicar Carlos V,  trataba de establecer una nueva constitución, un poder real entre el pueblo y el rey, responsable frente al pueblo, titular, no representando de Dios en la tierra. El pueblo podía defenestrarlo, oponerse o matarlo: la nación tenía derecho a los debates. Fue la paz de Gante, donde prometían ayudarse para expulsar a los españoles y restablecer sus antiguos privilegios. Los calvinistas podían ejercer su culto pero sin atacar a los católicos en otras provincias.
Guillermo II de Orange se negó a firmar el edicto para las siete provincias; tramó asesinarlo a don Juan quien huyó a Bruselas y se escapó a Francia; desde allí llamó a las tropas que estaban en Italia. Al ver su imposibilidad para llegar a un acuerdo con los rebeldes flamencos se decidió a la acción militar. Regresaron los soldados a la orden de Alejandro Farnesio, príncipe de Parma y sobrino de don Juan de Austria, además de condiscípulo.
En la campaña derrotó al enemigo y reconquistó Lovaina, Brabantes, Luxemburgo belga y otras; los rebeldes debieron salir de Bruselas y refugiarse en Amberes.
Don Juan suplicaba a su hermano Felipe II  dinero pero el rey ponía al pie de la carta: sin respuesta. Temía los proyectos para salvar a María Estuardo de su medio hermano  y la posibilidad de convertirse en un temible rival. Don Juan finalmente muere de un moco sospechoso; su sobrino lo sucedió. Siguió la guerra pero era difícil dominar a los flamencos que destruían incluso los sacramentos, las iglesias, los claustros, monasterios, robando los bienes, encarcelando obispos y ejecutando a los nobles y colgando y decapitando por doquier.
Los balones católicos reaccionaron. Farnesio les prometió libertad de culto a condición de mantener el culto católico y la autoridad de Felipe II. Se firmó la reconciliación pero Guillermo de Orange se opuso con Holanda, Zelanda, Utrecht, Frisia y otras ciudades del sur. El príncipe replicó: ”seguiré firme”, la divisa  de la casa Orange Nassau y del reino de Holanda.
Felipe muere desposeído de los Países Bajos y tres años más tarde Guillermo II de Orange muere en manos de su asesino; en su vida sufrió una serie de atentados. Su país lo lloró como a un padre protector. El pueblo se repuso y tomó coraje y terminó su obra. Decidieron vengarse y defender su libertar costara lo que costase.

La tregua y la independencia

Farnesio explotó la situación, cansado luego de la muerte del rey de España e intentó someterlos. Antes de morir Farnesio tomó Brujas e Ypres; Gante capituló en 1584 y Brusela un año después, y Amberes unos meses luego: fue la última ciudad  y cumbre militar, el mayor triunfo en los Países Bajos.
Después de esta toma Europa consideró finalizada la cuestión pero Farnesio murió   seis años después. A Felipe II le siguió  su segundo  hijo, un rey abúlico  Felipe III.
Francia e Inglaterra reforzaron la posición de los Países Bajos de la República Neerlandesa y  en 1608 el gobernador llamó a una tregua por doce años y a reconocer la independencia de las Provincias Unidas que actualmente es Holanda.
El despotismo religioso fue la causa de que diez y siete provincias del Emperador Carlos V se separaran del reino: ni Guillermo de Orange ni Felipe II lo desearon. Cuando firmaron la rendición en Breda, con el compromiso de la nobleza, ni siquiera los mendigos soñaron con tal ruptura.

La batalla de Lepanto contra los turcos Este es Juan de Austria, medio hermano de Felipe II, rey de España

Don Juan  fue  a los veinticinco años el héroe de Lepanto. Partió con la flota cristiana para encontrarse con la flota otomana; ambos comandantes no sabían cuán cerca se encontraban el uno del otro, desconociendo el número exacto de naves ni de adversarios, debido a los falsos informes que les llegaban. Cuando aparecieron los turcos hubo un momento de duda entre la flota española: “Señores, ya no es hora de razonar sino de combatir” les respondió secamente el joven comandante. En un momento don Juan de  Austria sacó su espada y se lanzó con la galera Sultana, junto con el marqués de Santa Cruz y sus naves
Alí Baja murió; un soldado clavó su cabeza en una pica y el estandarte se llevó hasta un lugar de la Santa Liga. El combate tenía el viento favorable a  los españoles,  a  las naves del Pontífice y las de Venecia.  Don Juan y el marqués  salvaron el ala derecha de la brutal ofensiva. La batalla finalizó a la tarde.  Una tempestad se avecinaba; nadie se dio cuenta salvo don Juan que estaba atento; con un cañonazo de alarma la flota se protegió en el puerto. Si no hubieran llegado a tiempo, la flota hubiera naufragado por la terrible tormenta.
En esa precisa flota se encontraba Miguel de Cervantes Saavedra que, enfermo y con fiebre, quiso estar en los lugares más peligrosos; recibió tres arcabuces y quedó con una mano imposibilitada; le quedó como sobrenombre el manco de Lepanto, de lo cual se vanagloriaba.
Las fuerzas españolas siguieron luchando contra los musulmanes del norte de África; recibió del rey de España instrucciones de atacar Túnez, sacar a los turcos y colocar en el trono a un turco amigo de España.  Era la misma empresa que treinta y ocho años antes había llevado a cabo su padre, Carlos V sin poder triunfar.
La empresa tuvo éxito pero con el tiempo no sirvió; se perdieron las dos conquistas, Túnez y el fuerte de la Goleta.  Hubiera sido inteligente dejar a don Juan como soberano en esas tierras. Pero Felipe temía el poder en manos de su medio hermano, frente a los triunfos logrados.
Después de su triunfo en Lepanto para beneficio de España, tal vez el monarca le tenía cierta aprensión. Juan de Austria era príncipe de sangre, hijo del emperador. Felipe II sostuvo   que era indispensable poner fin al problema de los Países Bajos. Así podía mantenerlo bajo su dominio sin permitirle volar con sus propias alas. Era un gobernador español en medio de rebeldes flamencos.
Juan de Austria  despidió las tropas con pagos atrasados; pidió un crédito prestado  de más de 150.000 escudos al Papa Gregorio XIII, destinado al proyecto inglés para restablecer el catolicismo en Gran Bretaña. Hizo lo imposible para conseguir la paz en Flandes.
El Pontífice quiso otorgarle un reino pero  Felipe II se opuso y lo envió a un destierro disimulado, lugar que padeció, con un ejército que no recibía  paga y clamando al rey  por ser absuelto de ese cargo sin futuro. Felipe ni siquiera respondía sus cartas. Después de su triunfo en Lepanto para beneficio de España, tal vez el monarca le tenía cierta aprensión y lo acorraló en esa comarca.
Don Juan soñaba con salvar a María Estuardo, casarse con ella y destronar a  la reina de Inglaterra, Isabel I y    convertirse en los nuevos reyes católicos  de Inglaterra, algo que Felipe  temía.
En medio de las penurias de las revueltas murió en Brusela muy joven de unas fiebres.
Se encuentra  enterrado en el Valle de los Caídos.
En 1520, en el primer edicto del Concilio de Trento  Carlos V condenó a muerte a los protestantes. Fueron llevados  a la hoguera en los Países Bajos dos monjes agustinos de Amberes, que ponían en duda los dogmas de Roma.
El emperador deseaba dejarle a  Felipe II un reino pacífico. No sólo no  fue posible sino que terminó con la decadencia de España.
Pero mientras Carlos V usaba la diplomacia y su prestigio para convencer, era de carácter extrovertido y muy activo, su hijo, Felipe II no hizo más que desaciertos. Quiso realizar  el objetivo fundamental de su padre; conservar a Europa unida bajo el Catolicismo y  al mando de los Habsburgo. Luchó tercamente contra los flamencos,  los protestantes y los moriscos y  todos esos frentes no hicieron más que debilitar su reino. Hablaba mal el francés e ignoraba el holandés. Los Países Bajo nunca  lo consideraron su soberano.  Su padre le cedió el mando de Alemania a su hermano Fernando, lo cual hizo que Felipe no heredara el imperio alemán. La  derrota de La Armada Invencible hizo que  Inglaterra no solamente venciera a los españoles sino que además ganase el poder marítimo. Desde ese día  Inglaterra tuvo el poderío  de los mares.
Las ideas de este pueblo del Norte eran diferentes a los pueblos del Mediterráneo. La intolerancia política y religiosa de España rebeló a los flamencos que deseaban como regente a Guillermo de Orange, quien se distinguió  bajo el reino del emperador.
Felipe, terco,  reconcentrado, egocéntrico,  con  enorme capacidad de trabajo, aunque muchas veces su terquedad y afán de control fuera en detrimento suyo y de España. Designó como gobernadora a su media hermana, la duquesa Margarita de Parma, aunque limitada en su regencia pues debía someter todo a consulta. Hubo tensiones entre ella y el Consejo de Estado y entre los soldados y el pueblo con un posible levantamiento. El rey desde España tardo un año en decidir retirar las tropas y apaciguar los ánimos de los flamencos.
Muere Felipe II y sube al trono su hijo Felipe III, abúlico e incompetentes que dejó  el  gobierno a manos de su favorito. Su hijo Felipe IV no será mucho mejor y puso fin su incompetencia al imperio español.


EL DECLIVE DEL SOBERANO FRANCÉS

Sufrió una gran desilusión  con la nueva guerra  civil en Inglaterra, que destronó a James II, en quien  había puesto sus esperanzas.  El rey inglés se convirtió al catolicismo -a cambio de una  inmensa  fortuna cedida por  el rey francés-  que llevó al pueblo otra vez a una masacre entre protestantes y católicos nuevamente. Cometió  un gran error; le vendió el puerto de Dunkerque a Francia, acto que los ingleses no le perdonaron jamás pues era capital para ellos un lugar seguro en el continente.
Los ingleses pidieron socorro a Guillermo III de Orange,  rey de Holanda, casado con  María, hija del rey depuesto, María, que fue creada en la religión protestante.  
Cuando James II le propuso a Luis XIV que lo ayudara para regresar por Irlanda y luchar contra su yerno holandés, éste  le cedió algunos oficiales pero no tropas francesas.
En poco tiempo Guillermo III tuvo a la isla bajo su control y sin derramar una gota de sangre. Francia se asustó y le envió tropas a James II. Guillermo pasó a Irlanda para combatir personalmente contra su suegro y le infligió tal derrota que el monarca inglés perdió su coraje y huyó a Francia en su segundo exilio con su familia (estaba casado en segundas nupcias y tuvo un heredero que murió, dejando un hijo)
En 1688 Luis XIV invadió el Palatinado; entró a la cabeza de sus tropas  sin ninguna explicación. La destrucción y violencia dejó asombrada al resto de Europa.  Los dragones que formaban la delantera cometieron todo tipo de actos violentos  a sangre fría y sin necesidad; incendiaron ciudades históricas. Existe aún un castillo en Heidelberg que guarda las señales del vandalismo de esa época.
Detrás venían los carros llenos con el botín y los prisioneros  alemanes atados de a dos. El rey quería asegurarse la dominación del Rin y necesitaba quebrar de una vez toda la resistencia alemana. La desgracia del Palatinado contribuyó al  odio de Alemania contra Francia.
De esta guerra nació la guerra europea para vencer al invencible Luis XIV. Desde  1688 los estados alemanes, Brandeburgo, Saxo y Hannover  entre otros,  se  comprometieron  a defender las fronteras del Rin.
En noviembre Francia se vio forzada a declarar la guerra  a los Provincias Unidas y, en abril, a Felipe IV
Los aliados creían poder someter a Francia. Decidieron paralizar todo el tráfico naval destinado a Francia, y a los países neutrales. La Liga de 1692 logró una importante victoria que compensó la derrota de dos años atrás.
Ese año a Luis XIV se le ocurrió invadir Inglaterra pero los ingleses se enteraron del plan real y rechazaron a los invasores con toda ferocidad. Fue una derrota donde todo el pueblo se unió y olvidaron sus diferencias en Pro de defender su país.
La flota inglesa junto a la holandesa navegó aliadas y en junio se encontraron  con la flota francesa cerca de Normandía.  El almirante francés  juzgó mejor retirarse antes de continuar  una victoria imposible, que finalizó  con el proyecto  del soberano  de invadir Inglaterra. El dominio del mar quedó para Inglaterra. Fue un gran triunfo para Guillermo,  rey de Holanda y de Inglaterra.   Los  Países Bajos conocían  la superioridad militar de su enemigo, quien tomó y quemó Holanda, bombardeó Lieja y en 1692  venció al rey holandés. Guillermo sufría las derrotas sin perder de vista su objetivo.
Desde el principio de la guerra el rey Sol intentó desunir a los miembros aliados. El duque de Savoya fue el primero en abandonar la alianza. La traición de Savoya fue un triunfo diplomático francés; en 1695.  Francia intentó una paz parcialmente aceptada,  
Guillermo tomó Namur. Francia bombardeó durante 36 horas a Bruselas, capital de Los Países Bajos, que defendida por Maximiliano de Baviera
La capital resistió y los soldados franceses huyeron apresuradamente de la Grand Place; 3.850 casas fueron destruidas; la gente dormía en carpas en el parque.
Como  perdió sus recursos económicos, Francia aspiraba a la paz.   La emigración de los hugonotes, gran error del rey que los obligó al exilio- se empezaba  a hacer sentir sus consecuencias. La mala cosecha sembró la miseria entre los campesinos; Luis comprendió que su reino se encontraba al límite de sus fuerzas.  
Comenzaron las negociaciones de paz, pero no se firmó hasta 1697, en un palacio de Flandes; El   Tratado de Utrecht estuvo listos: Francia  por un lado e Inglaterra, Holanda y España del lado opuesto.
Las condiciones de paz eran asombrosas. Luis XIV debía devolver todas sus conquistas al este del Rin y todos los territorios reunidos, excepto Alsacia,  Luxemburgo y Estrasburgo. Tuvo que comprometerse a no efectuar la mínima tentativa para destronar a Guillermo III de  Inglaterra, aunque residiera en Holanda.
Francia no salió  realmente derrotada   de una batalla,  pero sí   le impusieron un límite para siempre a su expansión  territorial. El objetivo perseguido por Guillermo de Orange  se cumplió. James II murió cuatro años después, sin intentar una nueva conquista al trono.
(Guillermo III murió y su mujer María reinó. Al morir sin hijos, su hermana Ana reinó en Inglaterra. Luego del Tratado de Utrecht, los ingleses quedaron insatisfechos y otros resentidos. Entre los resentidos se encontraba España, que tuvo que ceder los Países Bajos y sus posesiones en Italia. (No olvidar que Felipe IV era suegro del rey Sol).
Ana, tuvo 19 hijos, múltiples hijos recién nacidos muertos, algunos abortos naturales y -al no vivir ninguno- cedió el trono a la dinastía de Hamburgo, al rey Jorge I. Reinarán  cuatro  reyes incompetentes,   no interesados en Inglaterra, regresando durante meses a su país natal hasta que muere Jorge IV y sube al trono su sobrina, la reina Victoria). 

EXPANSIÓN HOLANDESA: COMERCIO Y COLONIZACIÓN

Juntos con Portugal fueron los primeros colonizadores. Necesitaba  expandirse y eran excelentes marinos. Al independizarse Holanda, pasó a ser una de las mayores potencias económicas y coloniales del mundo. Ambos países fueron colonos antes que Inglaterra y Francia; se extendieron en América, India y sus barcos llegaron hasta el Báltico, el Mediterráneo, el Adriático y el Pacífico. Ámsterdam era luego de su independencia  el centro económico neerlandés; su edad de oro y su poderío fue a fin de del S XVI.
Cuatro barcos llegaron a ese continente al Cabo de Buena Esperanza y a Java; fundaron factorías en la colonia del Cabo e  informaron a su país de  las posibilidades que ofrecía la India.
Los holandeses pretendían y lo lograron expulsar a los portugueses de sus colonias; poseían 800 naves entre Guinea, la costa occidental de África; de allí se dirigieron al sur del continente y de allí a la India, importando marfil, perlas, café, té, especias, arroz, sedas, etc. Fue un gran éxito. Fundaron la Cía. de las Indias Orientales con el predominio de su monopolio al comercio índico; era un estado dentro de otro Estado de las Provincias Unidas. De este modo eliminaron a Portugal de sus posesiones. El centro holandés estaba en la isla de Java, fundada por un holandés.
Siguieron rumbo a Siam, Japón y Australia; descubren Nueva Zelanda diez más después.
Las colonias fueron también por el Atlántico. Crearon una Segunda Compañía de las Indias Occidentales. Desembarcaron en la primera mitad del S XVII en Brasil, tomando Bahía y el litoral de Cuba. Además sus piratas capturaban la plata que traían los españoles en su flota. Durante 40 años se mantuvieron en Brasil, expulsaron a los portugueses.
Su colonización en América fue breve. Los balones fundaron en Hudson Nueva Ámsterdam, hoy Nueva York pero los ingleses pronto se apoderaron de ella. Holanda y España eran las mejores flotas marina del momento. Recién con Isabel I el poderío marítimo será británico.