sábado, 12 de agosto de 2017

La batalla de Salamina



Fue un combate naval que enfrentó a una alianza de ciudades-estado griegas con la flota del imperio persa en el 480 a. C. en el golfo Sardónico, donde la isla de Salamina deja dos estrechos canales que dan acceso a la bahía de Eleusis, cerca de Atenas. Este enfrentamiento fue el punto álgido de la Segunda Guerra Médica, el segundo intento Persa por invadir Grecia, que había comenzado en el 480 a. C.
Para frenar el avance persa, los griegos bloquearon el paso de las Termópilas con una pequeña fuerza; una armada aliada, formada esencialmente por atenienses, se enfrentaba a la flota enemiga en los cercanos estrechos de Artemisa.
En la batalla de las Termópilas fue aniquilada la retaguardia de la fuerza griega, mientras  en la batalla de Artemisa, los helenos sufrieron grandes pérdidas y se retiraron al tener noticia de la derrota en las Termópilas, lo cual permitió a los persas conquistar Beocia y el Ática. Los aliados prepararon la defensa del istmo de Corinto, al tiempo que su flota se replegaba hasta la cercana isla de Salamina.
Aunque muy inferiores en número, el ateniense Temístocles convenció a los aliados griegos para combatir de nuevo a la flota persa, con la esperanza de que una victoria decisiva impidiera las operaciones navales de los medos contra el Peloponeso. El rey persa Jerjes I deseaba un combate definitivo, por lo cual su fuerza naval se internó en los estrechos de Salamina y trató de bloquear a ambos, pero la estrechez de los mismos resultó un obstáculo, pues dificultó sus maniobras y los desorganizó. Aprovechando esta oportunidad, la flota helena se formó en línea, atacó y logró una victoria decisiva, gracias al hundimiento o captura de al menos 300 navíos del adversario.
Jerjes se  retiró hacia Asia, junto con gran parte de su ejército, pero dejó a su general Mardonio y a sus mejores tropas para intentar completar la conquista de Grecia. Sin embargo, al año siguiente, el resto del ejército medo fue derrotado en la batalla de Platea y la armada persa, en la batalla de Mídala. Tras estos reveses los persas no volvieron a intentar la conquista del mundo heleno. Las batallas de Salamina y Platea marcaron un punto de inflexión en el curso de las Guerras Médicas; en adelante, las polis griegas tomaron la iniciativa y pasaron a la ofensiva. Algunos historiadores creen que una victoria persa en Salamina hubiera alterado profundamente la evolución de la antigua Grecia y -por extensión- de todo el mundo occidental, motivo por el que la batalla de Salamina es considerada uno de los combates más importantes de la historia de la humanidad. 

miércoles, 19 de julio de 2017

CHINA EN EL SIGLO XIV





Después de la muerte del emperador -en el SXV- la dinastía Ming
no tuvo más representantes dignos de interés. La pintura invade la cerámica.

Japón alcanza un auge en su poderío, gracias al influjo de los jesuitas
portugueses que introducen la religión cristiana.
a)
El
emperador de entonces tenía una sola meta; invadir y conquistar el imperio de
los Ming, pasando por Corea. Éstos los odiaban y no quisieron ser sus cómplices
en la invasión a China. El emperador nipón envió 200.000 hombres -a fin del S
XVI- con un plan para conquistar Pekín aunque, gracias a la tenaz ayuda de
Corea, los chinos tuvieron el tiempo suficiente para organizarse y reunir
tropas para combatirlos. Cuatro años más tarde lo intentaron de nuevo pero no
triunfaron. A la muerte del emperador se terminó la invasión hasta el S XIX.

Pero China tenía otros conflictos no resueltos: del Norte Manchuria la
amenazaba conducida por el Khan, aunque no pudieron forzar La Gran Muralla con los
cañones colocados estratégicamente en ella.
El
emperador era incapaz de de dominar a los rebeldes y aventureros que estallaban
por todas partes; el país imponía su dictadura, dominando por el momento la
marcha a Pekín. Sin embargo, por una traición, se apoderó de la capital y el
último de los Ming se ahorcó. El general se enteró del suicidio del soberano y
de inmediato pactó un acuerdo con los enemigos y solicitó el apoyo de los rebeldes.
Poco después los manchúes, acompañados de los bárbaros del norte, entraron
triunfantes a la capital, donde  intentaron deshacerse de los aliados tártaros,
pero éstos se burlaron de ellos.

El Khan había muerto y los jefes manchúes proclamaron emperador de China a su nieto
de siete años. Los  manchúes los ayudaron
a expulsar a los  rebeldes;  los mongoles, se quedaron con el imperio; los
tártaros respetaron las tradiciones del pueblo, porque políticamente les
convenía y también porque aceptaba la superioridad de los vencidos, como Roma
hizo con Grecia. Los manchúes era  pueblos
jinetes y certeros arqueros; nada conocía sobre el arte de los chinos que ya
eran maestros y sólo en el S XVI y principio del S XVII conocieron la
escritura.  Se sentían orgullosos de
haber vencido a los chinos y se proponía conservarla bajo su dominio.

Los Ming pagaron caro su aislamiento. Algunos mandarines locales autorizaron a
los portugueses a comerciar  y éstos
trajeron el cristianismo. Misiones jesuitas se adaptaron  y asociaron a Confucio con Cristo. Los
comerciantes les ofrecieron sus conocimientos en matemáticas, astronomía,
técnicas. Llegaron tarde para modificar la mente china.

En la literatura Ming, se escribieron dos novelas que fueron refundiciones de
un texto del Medioevo. En pintura, se destacan
escenas del gineceo; son virtuosos paisajistas y los cuadros de flores
pasarán a la historia.

b)

Los Manchúes conquistaron políticamente el trono imperial sin derramar una gota
de sangre; redujeron los impuestos y los liberaron.

El emperador permitió a los misioneros establecerse con los Ming. Tuvo un hijo
pero mueren ambos: treinta personas del séquito de su mujer son asesinadas y
las sepultaron al pie de su tumba, al modo tártaro y por venganza, para
acompañarla en la otra vida.
A mitad
del S XVII, las potencias europeas intentan tener relaciones con los extranjeros,
siendo la embajada rusa la primera y, quien no aceptaba el protocolo impuesto,
era despedido.

Holanda y su comercio aceptaron las reverencias, aunque su visita no fue grata.
Podían llegar cada ocho años y sólo cien personas de las cuales veinte podían
entrar a la residencia de la corte. Los mantenían a distancia. Se llamaban
virreyes, por ser admitidos en palacio.
Los embajadores asiáticos vivían en el lujo y la suntuosidad;
uno le regaló al soberano chino trescientos treinta y seis magníficos caballos y
un enorme diamante, además de piedras preciosas.
 Un
niño de ocho años, un Luis XIV chino, contemporáneo del delfín francés, tuvo un
reino igual de largo. Menos chino en sus rasgos, menos oblicuos sus ojos, con
una nariz aguileña, labios gruesos, con gracia y majestad pacificó a China y
frenó la expansión rusa del Norte, - los manchúes- y rechazó a su enemigo.
Llegó a un acuerdo con el Dalai Lama en el Tíber y el Dalai se hizo adicto a la
dinastía de Manchuria. Pese a ser budista, le gustaba Confucio con sus fórmula
fijas morales, donde se imponía la autoridad y se rechazaba toda manifestación
individual.
El pensamiento se anquilosó y decae el arte.
La Academia
de los Ming pasó a ser formas convencionales. La literatura era una propaganda
oficial; sobresalen en historias singulares por sus metáforas y su forma
expresiva.

Los jesuitas intentaron conciliar la religión católica con el culto chino de
sus antepasados; rehusaron chocar de frente  sus hábitos y costumbres; así lograron cientos
de miles de adeptos. Protegían lo enseñado por Confucio junto al cristianismo.
Podían practicarlo libremente, aunque la ofensiva a los jesuitas se propagó.
El papa condenó el rito chino. China rechaza
la civilización occidental porque se opone a los cambios en sus ritos.
Cuando muere en 1722, luego de setenta años
de reinado, igual al del Rey Sol, sube al poder su cuarto hijo, como emperador,
quien expulsa a los misioneros jesuitas, salvando solamente quienes viven en el
palacio. Cometió errores; sometió al Tíbet, a Nepal y a otras regiones, pero, a
su muerte, China era una inmensa región desde el Himalaya a Siberia. Su hijo
muere herido por un rayo y la dinastía decae.

sábado, 1 de julio de 2017

Los Hohenstaufen




Federico II, emperador de Alemania y de Sicilia,  una de los tres grandes   emperadores germanos que vino cuatro siglos después de Carlomagno y tres siglos antes que Carlos V. Ni Carlomagno era totalmente franco mientras Federico II era semi- normando y Carlos V un semi- español.
Nació en el Mediterráneo y sus abuelos fueron el germano Barbarroja y el normando Roger II. Su padre que pertenecía a la dinastía de Hohenstaufen se casó con la hija de Roger y unieron de ese modo la herencia de Italia del Sur  hasta Sicilia con la de su padre que abarcaba desde Dinamarca hasta los reinos del Norte de Alemania; su padre tenía grandes proyectos que una muerte prematura truncó. La madre regresó a Sicilia con el heredero pero, a  dos años después, Federico, de cuatro años, quedó huérfano y su educación estuvo sorpresivamente en manos del Papa Inocencio, quien deseaba restringir  el poder de su pupilo solamente a la herencia de Sicilia e instalar otro soberano en los Estados alemanes  pues Roma, se sentía cercada por  el norte y por el Sur.
Federico fue admirado de niño por sus dotes, no olvidando el recuerdo de la revuelta de Sicilia, siendo  a su vez víctima de los normandos o de los alemanes, cualquiera fuese el partido que estuviera en el poder.  Los germanos deseaban enriquecerse en el Sur italiano y para ello necesitaban del heredero. Los sicilianos aborrecían a los alemanes, aunque ellos mismo eran también mezcla de normandos y sarracenos.
En alguna moneda antigua vemos representada su imagen de rasgos enérgicos, meridionales, con una cabellera rubia rojiza y mirada de miope. Casado  con una princesa de Aragón  a los quince años, fue padres a los diez y seis y a los diez y ocho partió disfrazado con el fin de conquistar Alemania en poder de un rival del Norte. Pasó a ser el Señor de toda Alemania a los veintiséis años; sin ejército y sin ayuda del Pontífice fue Emperador romano y su hijo, menor de edad fue proclamado Rey de Alemania.
Muere Inocencio, lo cual favorece su posición. Federico prometió una cruzada al nuevo Papa, antes de su coronación, si le cedía el reino de Jerusalén. Como no cumplió su promesa en el tiempo indicado, fue excomulgado.
Federico era culto, hablaba siete idiomas entre ellos el árabe; tenía una fuerte voluntad junto a la fatalidad islámica, pueblo al cual admiraba. Tenía gran pasión por la caza con halcones –escribió incluso un libro sobre el tema con detalles casi aristotélicos e incluso un capítulo de cómo dormían esas aves; meditaba cada acción y su gran sentido del humor era valorado. Maestro en el arte de vivir, se anticipó dos siglos al Renacimiento. Era tolerante; implantó varias leyes que defendían a la mujer y a los niños. El marido no podía asesinar a su mujer por causa de infidelidad y protegía a su vez a las mujeres de la calle.
Con un pequeño ejército fue a Jerusalén y en una hora llegó a un acuerdo con el sultán de tolerancia entre ambas religiones. Se hizo
Hacer una corona y se coronó él mismo frente a los pacíficos musulmanes; miles de hombres lo aplaudieron, mientras el Papa perdía partidarios. Regresó y desembarcó en Brindis; el Papa se apresuró a devolverle en el acto tierras que le había usurpado en su ausencia y anuló la excomunión. Federico II lo recibió con una gran fiesta.
No querido como extranjero normando, mientras en Italia se rebelaba por su descendencia de los Hohenstaufen, luchó hasta el momento de su muerte.
Fue fundando el primer Estado moderno. Tenía dos consejeros totalmente opuestos durante años; uno era flexible, el otro no. Se ocupó de alojar a los estudiantes en las Universidades, que se enseñara en las Matemática y Ciencias naturales, ambas de origen árabe.
Medicina se estudiaba en cinco años y luego se la debía ejercer, siendo ayudante de un médico capacitado. Debían atender a los pobres de forma gratis y visitar a los enfermos graves dos veces por día.
Se podía disecar cadáveres cada cinco años (hasta el momento prohibido por la iglesia). Les cedió a los científicos un barco propio. Arrojó un vaso de oro al fondo del océano para que un buzo dijera lo que veía en el fondo. El sultán de Damasco le envió un sistema planetario en oro y afirmó que nada –salvo su hijo- le había dado más placer. Se mantenía en contacto con un judío sabio de Toledo, a quien lo alentó para crear una enciclopedia árabe. Hizo traducir un libro al latín y otro, al hebreo. Fundó una escuela de poetas que escribían en italiano, Le gustaba experimentar. Invitó a cenar  opíparamente a dos hombres y a uno lo envió a cazar y al otro a dormir para llegar a la conclusión que el reposo era mejor para la digestión.
Le encantaban los animales, en especial las aves. Además de la cetrería, construyó castillos. Cerca de Lucerna creó una colonia y una mezquita para 40.000 sarracenos. Le gustaba vivir en el castillo de Apulia. No fue a Oriente para quitarles sus riquezas sino trajo astrólogos y alquimistas, poetas y trovadores de Arabia. Sin embargo creía en la inmortalidad. Lo excomulgó  más por un problema político que religioso. El Papa apoyaba un rival en Alemania pues temía  tanto poder junto a quien consideraba el anticristo. Federico lo supo en un viaje por Italia y por primera vez perdió la calma. Propuso  entonces a los príncipes confiscar las propiedades eclesiásticas, lo cual fue muy bien aceptado pero no pudo llevarse a cabo porque no vivió lo suficiente. Fue la peor crisis de su vida.
En su diario se encontraron decretos contra la destrucción de los bosques, la vestimenta y el salario para el halconero o los domadores de leopardos, el modo de adiestrar a los esclavos negros para hacer música, una plantación de dátiles para los judíos que vivían en Palermo, un palomar para su palacio en esa ciudad y hasta los condimentos que se usaban en sus platos favoritos. Similar a Da Vinci dejó varias obras sin terminar. Su época no estaba preparada. Reinó durante cuarenta años, aunque su imperio no quedó asegurado. Sus hijos legítimos y naturales murieron poco a poco y las batallas pusieron fin a  la dinastía de los Hohenstaufen; su último hijo legítimo terminó asesinado en Nápoles.  






viernes, 30 de junio de 2017

Biografía de Van Gogh

Pequeña biografía de Van Gogh



PRÓLOGO

Jo, casada con  Theo, era una mujer culta, con estudios especializados  en  Shelley,  inteligente, sensible y perceptiva, que tuvo  una visión futura  sobre la obra de su cuñado.  Muerto su marido, seis meses después que el pintor,  se anima a  leer por vez primera  las seiscientas cincuenta cartas enviadas en los últimos diez años de vida y que formarían el libro comentado aquí: sus comentarios sobre los bosquejos y  cuadros sus  próximos proyectos, reflexiones  sobre  la vida  el amor, la soledad y el trabajo obsesivo:. “fue el pintor de los cobaltos y los amarillos, los trigales y los girasoles contra el mundo”.

Antes de dedicar su vida la pintura Vincent trabajó seis años en la  firma G y Cía. Fue un muy buen Marchant. Theo trabajó en la misma firma en París.
Van Gogh tenía facilidad para el dibujo e incluso siguió estudios en La Academia de Arte de Bruselas, bajo  los consejos de su primo  Mauve, representante de la escuela de La Haya. Estudió dos meses en Amberes. Trabajó técnicas pictóricas con modelos naturales. Desde el principio,  sus trazos fueron   caprichosos. Por su rebeldía  de comenzar pintando y no dibujando  lo desaprobaron. Trabajó con la técnica conocida en Holanda, donde no conocían a los Impresionistas.
Los últimos dos años vivió en París con su hermano y  conoció a Lautrec, Gauguin, Monet, Renoir, entre muchos de ese grupo mencionado.
Cambió la tonalidad oscura con el agregado de los matices negros, -que defiende a ultranza-  por otra llena de luz.
Destacaron en  la pintura del  último año,  1899-90 rasgos peculiares, individuales en los árboles retorcidos y las nubes amenazantes;  los cuervos negros serán premonición de su muerte.  Los  menos conocidos tienen  un  tenue colorido de una delicadeza impresionante con  trigales y zonas de flores silvestres. Son de una belleza impresionante.
(…)
Luego de su decisión de ser pastor y vivir con los mineros, regresó a la casa paterna. Tenía  grandes discusiones con el  pastor, su padre, por no asistir a misa   y finalmente su padre lo echa de la casa.   Se  dedica a pintar,  a cambio de  ciento cincuenta francos mensuales fijos y algunas extras para el material, que su hermano Theo le envía,  como parte de su producción enviada.  Theo era Marchant de una prestigiosa firma en París. El dinero sería repartido en partes iguales, si lograba vender algún cuadro.  
Al cabo de diez años  Van Gogh se suicida de un tiro y muere a los dos días, no soportando más sus crisis mentales, cada vez más intensas y frecuentes;  en la última carta se siente un  fracasado como artista.
Sin embargo en una muestra en París, al poco tiempo de morir, Manet  aseguró que  sus cuadros  era lo más interesante de la exposición: el halago llegó demasiado tarde.  
Theo morirá seis meses más tarde en un hospicio. Tenían sífilis y sentía culpa por no haber creído en el genio de su hermano.
Años después Elizabeth, una de las dos  hermanas, es internada en    un instituto  para enfermedades mentales y muere muy anciana.

                  
     Cartas a Theo
El 20 de agosto de 1880,

En Eten, en  casa de sus padres, le escribe a  su  hermano menor.
Estoy garabateando dibujos de Millet, las Horas de la jornada y El Sembrador, cuadro que siempre me impactó.
En noviembre de 1881 le confiesa que está “locamente enamorado” de Kate, una joven viuda con un hijo,  prima suya, que pasó un mes en casa de sus padres. Libró un tremendo combate entre decírselo o callarse. Kate jamás le correspondió, incluso se espantó, cuando él se lo dijo  y no lo recibió cuando   fue a visitarla. Vincent no tenía nada para ofrecerle y  no se sentía atraída.
Luego de esta gran desilusión, parte a  La Haya  en diciembre de 1881,
Vivió un tiempo en una pensión cerca de  su primo Mauve-  pintor- donde sigue con sus dibujos en blanco y negro y  escucha sus consejos.  
-No sabría decirte –pese a las dificultades- lo feliz que me siento de haber retomado el dibujo. Desde hacía tiempo me preocupaba, pero siempre lo consideraba como un imposible y por  encima de mi alcance. Pero ahora, al mismo tiempo que siento mi penosa dependencia económica, recuperé la paz y recupero  la energía  día a  día.
 En enero de 1882  alquila  dos cuartos iluminados, uno de ellos con una gran ventana que da al Sur y será si taller.  Habla de los estudios que colgó en la pared y del trabajo que le cuesta pintar acuarelas,  que podrían ser vendibles.
Maud le aconseja probar la carbonilla, la tiza, el pincel y el esfumino. Se enerva y se desilusiona. Al poco tiempo  le envía dibujos a Theo con esas técnicas. Aunque desalentado, impaciente, atravesando un período difícil, sin esperanza y desolado, supera los obstáculos que más tarde lo  llevarán a la  acuarela.
-Maud  me dijo que aprenderé a hacer acuarelas en poco tiempo, que ofrece la oportunidad de expresar el espacio y el cielo, de modo que la figura se encuentre en la atmósfera viva; es preciso emplear colores transparentes para pintar las manos y los rostros.
Van Gogh escucha atentamente y retoma el pincel con mayor confianza. Maud le aconseja  trabajar ese verano con colores al agua. Percibe una esperanza, pese a los esfuerzos.
En diferentes cartas escribe lo siguiente:
A veces me invade la desesperación, cuando trato de realizar los colores y estos se espesan. No es una pequeña dificultad.
Por otra parte, las experiencias con las acuarelas cuestan caro: el papel, los colores, los pinceles, el modelo y mi tiempo.
Theo, ver despuntar un poco de luz  da alegría. Es muy agradable dibujar a un ser humano, algo que vive: es endemoniadamente difícil, pero exquisito.  Mauve me  dijo: “Vincent,  si tú sabes dibujar, eres pintor.” Tienes garra de pintor, dijo,  aunque aún soy poco hábil  para  expresarme. (…) los colores poseen el secreto de las armonías y de los contrastes.
Se consagra  a estudiar las proporciones y la perspectiva, trabajando duro: trabajé varias semanas: el arte es un combate, --dijo Millet-;  es preciso poner el pellejo.
Le piden doce pequeños  paisajes a la pluma de La Haya   al precio de dos florines y medio, fijados por él mismo.  Si gustan,  le pedirán otros seis, por el mismo precio.-único encargo que recibe el pintor en una década- Mauve le prometió ir a su taller. Se siente feliz.
Tiene un modelo nuevo y le  envía un croquis a Theo;  tres personas de la misma familia  posan para él: gente pobre; se siente conmovido.
Viendo un grabado de Millet escribe.
-Hasta qué punto una sola línea pueda expresar muchas cosas-.
Se distancia de Mauve que se muestra indiferente y hostil; le causa mucha amargura:
Termina Sorrow, excelente dibujo de una mujer sentada en el piso con la cabeza escondida: -los cabellos no están echados sobre la espalda, cuelgan por delante y están trenzados en parte.  Se ve el hombro, el cuello y la espalda. Y presté más atención al rostro.  
Dibuja Raíces: algunas raíces de árbol en un suelo arenoso. Traté de expresar la misma idea en el paisaje que en la figura. Quise expresar un reflejo de la lucha por la vida, tanto en esta blanca y esbelta figura de mujer como en esas negras y ásperas raíces nudosas. Traté de ser fiel a la  naturaleza  que se ofrecía a mi mirada, sin filosofar; tanto el primer dibujo como el segundo  han terminado por reflejar un poco de esta lucha gigantesca.
Este es mi razonamiento a propósito del lápiz de carpintero. ¿Con qué dibujaban los antiguos maestros? Por cierto no con los Faber.
El lápiz que usaron  Miguel. Ángel  y Durero se parecía mucho a  este lápiz. Existe un medio de conseguir efectos  superiores a los conseguidos con un elegante Faber. La carbonilla es mejor pero pierde la frescura, si se insiste demasiado; hay que fijarla en el momento con el fin de conservar su fineza. Se obtienen resultados notables con una carbonilla mojada antes en aceite, pues funciona como fijador y el negro se torna más cálido e intenso. Esperaré un año sin intentarlo pues deseo que la belleza derive de mí y no de los medios
Conoce a Christiane, una prostituta embarazada en la calle que le sirve de modelo.  Trabaja con ella en el invierno y éste, sólo y desilusionado por el rechazo de su prima, la invita a quedarse con él.  Se ocupa de hospitalizarla en el parto y conviven durante veinte meses. Finalmente cansada de ser más pobre que antes con su oficio, se separan. Fue un amor sin pasión o sin la ilusión que sintió por Kate pero se hacen compañía y llevan juntos la carga.
El 1º de Junio de 1882 frente a una carta de Theo en desacuerdo con esa unión, se defiende;  no desea separarse ni contrariar a su hermano. Depende de la mensualidad de ciento cincuenta francos y está subordinado a ese dinero, por lo cual terminan la relación. En julio lo hospitalizan durante varios días por insomnios y fiebre más dolor en el riñón; blenorragia en grado benigno, agrega.
6 de julio 1882

Hermano: tienes el temperamento de un artista; hay “algo de dibujo” en tu breve descripción. El dolor y la tensión del acto creador nacen allí, donde tú dejaste de describir pero estás endiabladamente dotado de inteligencia creadora. Dibujar con palabras también es un arte y puede denotar una fuerza secreta que dormita dentro de ti, como la pequeña nube de humo azul o gris, que indica el fuego del hogar.
Dibujar la trae dolor de cabeza y lo cansa. Tienes esperanza de mejorar.  El dibujo es la base; debo seguir practicándolo. Con el tiempo cambia su posición y pinta sin dibujar formas, lo que los academicos le reprocha.
Se aferra a Christiane; no quiere perderla; lo destrozaría, no se repondría; su presencia le da coraje. Sin ella, amenaza abandonar todo.
Hace un estudio de la cuna del bebé  con unas pinceladas.
Decide trabajar afuera, (es verano, mes de julio, )  Quiere hacer dibujos directamente del alma. No pretendo expresar en mis  figuras y paisajes una melancolía sentimental sino un dolor trágico.
Que digan de mi obra; este hombre siente intensamente, está dotado de una sensibilidad delicada.
(…)
Si a veces tengo demasiado disgustos no es menos cierto que subsiste en mí una armonía  y una música clama y pura. Descubro temas  de cuadros o de dibujos en la casita más pobre, en el rincón lleno de mugre. Mi espíritu es llevado en ese sentido por una pendiente irresistible. Cada vez más mi mirada se hace más rápida para aprehender lo pintoresco.
El arte existe; es una labor tenaz; trabajar sin interrupción. No es tanto la voz de los pintores como la voz de la naturaleza lo que más necesito oír. Sentir las cosas, en realidad, es más importante que sentir los cuadros; en todo caso es un contacto más fecundo y  vivificante.
Domingo a la mañana
Soy un artista hasta la médula de los huesos (…)
31 de julio de 1882
Estamos totalmente de acuerdo acerca del negro en la naturaleza. El negro absoluto no existe pero entra en la composición de casi todos los otros colores como el blanco y gama infinita de los grises, que se distinguen por el matiz y la intensidad. En la naturaleza se ven los matices y la intensidad.
No hay más que tres colores fundamentales: el rojo,  el amarillo y el azul. El naranja, el verde y el violeta son colores compuestos. De estos clores derivan –si se les agrega negro y un poco de blanco la variedad infinita del gris. Rojo gris, amarillo gris, violeta gris. Es imposible mencionar el número y la gama de verdes grises diferentes.
Toda la química de los colores no es más complicada que esos simples colores fundamentales. Se puede obtener setenta matices o intensidades con ayuda de los tres colores fundamentales, agregando blanco y negro. Es colorista aquel que observado un color en la Nat sabe analizarlo y dice: es verde gris, es amarillo con negro y muy poco de azul etc.
(…) La mezcla de los colores se reduce a eso.

En agosto hace un recuento y ya tiene cien dibujos, sin  contar los estudios antiguos ni los dibujos en su libreta.
1883
Soy prodigiosamente rico por haber encontrado mi camino que da un sentido y entusiasmo a mi vida
(…) Estos días trabajé con tinta de imprenta que se diluye en aguarrás y se extiende con un pincel, lo que da profundos matices de negro. Cuando se mezcla con blanco de China se obtiene bellos matices grises. Agregando + o – aguarrás se pueden obtener aguadas muy claras.  Los matices muy profundos de negro los descubrí en la imprenta.
Estos días trabajé en las dunas, pero suspiro por modelos; sin modelos no puedo avanzar.
Comencé un dibujo usando carbonilla, luego lo retoqué con pincel con tinta de imprenta que lo transformó en bastante vigoroso.
Van Gogh está siempre ahorcado económicamente: reducir tus envíos equivaldría para mí a una muerte por estrangulación o por ahogamiento.
El marco con paspartú de madera blanca delimita muy bien el dibujo.
Agobiado de preocupaciones y dificultades es extraordinariamente difícil forjar una figura. Reducir tus envíos equivaldría para mí a una muerte por estrangulación o por ahogamiento.
Cuando me hablas de “no darme esperanzas para el porvenir” me siento invadido por la melancolía; debes tener el coraje y la energía de seguir enviándome dinero. (…) Si no puedo contar con tu ayuda pecuniaria, te propongo ir a instalarme al campo, en un pueblo, lejos de la ciudad que me permitirá economizar la mitad del alquiler y tener una alimentación sana. Los modelos serán más baratos.
(…) Es preciso pasar por varios niveles antes de convertirse en un buen pintor. Necesito un poco de dinero para restablecer mi salud, si no temo complicaciones y será más difícil salir de ellas.
Sin ti me resultaría casi imposible encontrar compradores, mientras que si tú te ocupas, terminaremos por encontrarlos. A condición de hacer todo lo que podamos, soportaremos y no nos iremos a pique, pero no debemos separarnos.  Necesito verte para decidir juntos en qué sentido dirigir nuestros esfuerzos.

Sin fecha,  antes de septiembre, el mismo año. Trabaja en los cosechadores de papas y en una sola figura, la de un viejo.  Trabaja en el Sembrado, su obsesión: llegar a pintar como Millet. Lo admira profundamente.  En ocasiones va al campo y pinta paisajes o marinas para descansar de la figura. Le hace bien.
Trabaja pero se siente débil, como si nunca se hubiera recuperado de la blenorragia.
Premonición de su muerte.  Creo que mi cuerpo soportará algunos años, digamos de 6 a 10 años.
Tiene períodos en que trabaja hasta el agobio y otros donde le es difícil a causa de sentirse débil.  Se considera un pintor muy común con dificultades muy comunes. Pero le dice; no debes ver el porvenir de negro; ni de blanco: lo mejor sería que te atuvieras al gris.
En una carta escribe tú encontrabas mis estudios pintados aquí menos que mediocres y presumo que éste tampoco tendrá la dicha de gustarte. Le envía Jardín invernal, Abedules desmochados, Alameda y el Martín pescador.
La gusta Millet por sobre todo y Rembrandt,  nombra  muchos pintores holandeses.
DRENTHE 
(sept. a dic. 1883. Se queda tres meses), Christiane prefiere volver a su oficio y no morirse de hambre con alguien que gasta todo en pintura y en  pinceles.

Nueva Ámsterdam
Le escribe a Theo sobra cada croquis que dibuja.
Asegura que con la pluma es posible dar detalles que no se podrían insertar en un estudio pintado. Se repone lentamente: tuvo una blenorragia: ¿sufre de sífilis?
Ayer dibujé raíces putrefactas, hundidas hace más de un siglo y troncos de turba; las raíces están hundidas en el barro negro de un charco. Ofrecían un espectáculo melancólico y dramático.
He encontrado, creo, mi lugar.
La tierra negra, llana, inmensa, ilimitada; el cielo desnudo, de ese blanco lila delicado.
Habla sobre los motivos de los cuadros de Corot. Un silencio, un misterio, una paz como sólo él los ha pintado. Los cielos de atardecer tienen tonos muy luminosos sobre la tela y que, considerados en sí mismo, son relativamente oscuros, grisáceos. (…) En principio se tiene que un color oscuro puede parecer claro o verse claro. Todo es una cuestión de tono, lo mismo un gris rojo, relativamente poco rojo, parecerá más o menos rojo según los  colores junto a los cuales se encuentra. Y lo mismo con el azul y con el amarillo. Una pizca de amarillo a un color para hacerlo parecer muy amarillo si se lo coloca cerca de un tono violeta o lila.  Manet lo hizo en muchas acuarelas recurriendo a una liviana veladura de ocre rojo sobre un color rojizo y eso da el efecto del sol sobre los techos rojos. Muchas veces la gente habla de color y a menudo quiere hablar de tono. Quizá hay más tonos   coloristas. No es lo mismo.
Estoy de acuerdo; se necesita hablar con gente capaz de dar un consejo sin sentirse profesor o decir palabras huecas, demoledoras que son generalidades. Es cierto que la naturaleza es un maestro y se aprende mucho.
(…) Hay que comenzar a pintar en una escala de tonos menores y dar valores relativamente claros con tonos grises. En suma: expresar la luz por oposición a los tonos oscuros.
Un cielo gris debe ser pintado con el tono local. Lo dijo Ruydael, Corot y otros. La figura produce un efecto muy diferente sobre ese fondo.
No ha visto nada del impresionismo, no le resulta claro el concepto, se siente poco curioso de cosas más nuevas.
Vincent no ha visto la pintura impresionista y cuando la conozca cambia totalmente la paleta de sus colores.
(…) el bistré y el betún sirvieron para pintar cosas bellas; bien empleados dan doloridos sabrosos, generosos y son distinguidos. Poseen cualidades notables y características. Sin embargo esos tonos exigen que uno se tome la molestia de saber usarlos, pues deben emplearse de otro modo que los colores ordinarios; habrá que pasar con ellos por experiencias que no saldrán bien el primer día que se comienza a utilizarlos. Hoy hace un año que comencé a usarlos para interiores.
¿Sabes qué es un tono entero, un tono quebrado? Por ejemplo el naranja quebrado por azul o al revés. Too hay otras gamas, la del naranja yuxtapuesto al azul es lógico pero está el amarillo al lila como el rojo al verde.
Esas palabras tienen un significado muy riguroso. Las leyes del color son magníficas, justamente porque no son un producto al azar.
El negro,  el azar quiso que no lo use en estos estudios, porque necesitaba acentos más vigorosos que el negro; el índigo mezclado con la tierra de Siena, el azul de Prusia con la tierra de Siena quemada, producen tonos muchos más profundo que el negro puro.  No hay negro en la naturaleza. Hay un componente de azul, de rojo y de amarillo en el negro, éste se torna gris, rojo oscuro, gris amarillo, gris azul.
En Velázquez las sombra y semitonos la mayoría de las veces consisten en grises fríos, incoloros cuyos componentes principales son el negro y un poco de blando, medios neutros, incoloros donde por ejemplo la menor nubecita, la más pequeña neblina de rojo habla.

-Pinto un océano de trigo verde o, un océano de surcos en lugar de olas. XXXXX
Neunen 

Diciembre 1883-  noviembre 1885, se enferma y regresa a casa de sus padres a desgano.
Después de dos años, una acogida encantadora pero en el fondo nada cambió; la ceguera  y la incomprensión desesperante para  comprender su situación.
Pa. Y COE reaccionan instintivamente con respecto a mí (no con inteligencia). Vacilan en recibirme en la casa como a un perro hirsuto con sus patas mojadas que ladra y hace ruido, como un sucio animal. Pero el animal tiene una historia humana y un alma humana. Ese perro es el hijo de nuestro padre, (…) que se volvió huraño. (…) Nunca pensó que son los lazos entre padre e hijo.
Pa., COE y toda la familia son singularmente distinguidos, en cambio nada sensibles y… son pastores.
A menudo me siento mejor entre campesinos o, tejedores, que en un medio más cultivado. Y me felicito por ello. Comencé a pintar tres acuarelas.
Necesita un lugar; lo encuentra y trabaja.
Su madre tuvo un accidente al bajar de un tren; se fracturó una pierna. V Gogh pinta para ella la iglesia y los árboles.
Habla sobre pintores. Manet es el hombre que abre un nuevo porvenir en la concepción moderna del arte; a mi juicio, el pintor moderno  que abre un horizonte es Millet.
 (…) Este año 1883 fue muy duro y triste para mí y el fin no fue menos triste y amargo, amargo.
1885
Theo le escribe que en las acuarelas encontraba fragmentos que le satisfacían más que antes, por el color y el tono.
Trabaja en una hilandera en tonos oscuros, la figura de azul con una pañoleta de un color un poco amorronado.
Espera hacer la tela de un viejo sentado, cerca de una ventana, frente a una rueca.
Un color pobre si se encuentra al lado de un vigoroso rojo pardo o de un azul oscuro o de un verde oliva bien podría expresar el verde bien fresco, bien tierno como una pradera o  un trigal no maduro.
Los trigales casi maduros tienen un color rubio dorado, un poco oscuro bermejo o de un bronce dorado. Esto produce un efecto que es llevado la máximo por oposición con el tono cobalto quebrado del cielo.
 Intenta que su hermano  envíe al Salón una cabeza de vieja y una joven.
Pinta de día y de noche. Es caro conseguir modelos para pintar su retrato. Necesita un tipo de figura rostros duros, chatos, frentes bajas, labios espesos, no rasgos angulosos sino plenos, tipo Millet, vestidas como conviene ya que toda está unido; no se posee ninguna libertad de alejarse de los colores de los trajes, pues el efecto reside en la analogía entre el tono índigo quebrado y el tono cobalto quebrado, destacados por elementos secretos, el naranja y el bermejo bronceado del trigo. _Pintar al mediodía, a la aurora o los crepúsculos en el verano. No es fácil encontrar en esta época un efecto de sola que sea a la vez simple y rico y con los efectos típicos de las otras estaciones. La primavera es tierna, el  trigo verde, floración rosácea  de los manzanos. El otoño es el contraste de las hojas amarillas y los tonos violetas. El invierno, la nieve, las siluetas negras.
Ahora bien, si el verano es totalmente la oposición de los azules y del naranja o bronce dorado de los trigales. Hacer un cuadro diferente que exprese bien la atmósfera de cada estación con contrastes de los colores complementarios (rojo, verde, azul y naranja, amarillo y violeta, blanco y negro). He hecho estudios grandes, carretas de bueyes, una negra y una manchada de rojo. Me ocupé de las viejas torres por la tarde, en los campos.  Trabajo temprano por la mañana o bien por la tarde. // La aureola del Medioevo es hoy la vibración de los colores.
Tengo dos dificultades: la falta materiales y el estudio del color.
Agosto de 1884
Bosqueja  telas sobre  recolectores de leña seca en la nieve  y hará copias; dejará que sequen y las retocará para hacer verdaderos cuadros. Un comprador se los pidió para adornar un comedor y el pintor escribe; el tono de un gris cálido muy cálido a veces armoniza con la boisserie y el estilo del comedor.
Su estado de ánimo es triste, a menudo se encuentra paralizado, no puede comer ni dormir lo suficiente y eso lo debilita.
La blusa  azul y su pantalón marrón. Las polainas de tela sucia, la cabeza se destaca con más claridad sobre el cielo en la tela.
Prefiere los pintores del 1848 desde lo humano y lo pictórico, Michelet es siempre su preferido.
Desea irse  a Anvers. Le falta  un año para partir.  Quiere vivir   en la ciudad, cambiar de paisaje. Sería una distracción  frecuentar la Academia.
Drenthe  

A mi parecer los matices, el claroscuro, la perspectiva, el tono y el dibujo todo está regido por leyes precisa que uno puede y debe estudiar o sea pasar del instinto a la razón.
Hablando de su  carácter por que habría de cambiar. Hace tiempo era pasivo, suave, tranquilo y he dejado de serlo, pero ya no soy un niño, me convertí en lo que era verdaderamente. (…) Para ser activo no hay que tener miedo de cometer algunos errores. Para volverse mejor no basta con no hacer nada malo. La pasividad es una mentira. Se desemboca en el estancamiento, en la mediocridad.
Trabaja en la figura de un pastor envuelta en una gran capa y en un estudio de sauces mochos con fondo de hojas amarillas de álamos.
Hace un estudio de una alameda con hojas amarillas donde el sol alterna con las sombras largas de los troncos
En un año, a condición cambiaré todavía mi manera de pintar y mi color se volverás más bien oscuro que más claro.
 Mi  colorido de vuelve más vigoroso, más exacto y mi técnica adquiere más carácter.
_Trabajo afuera en un viejo molino de agua. (…)
Realicé progresos en el dominio de la técnica y los colores.

Theo se preocupa de la situación económica, que se torna un peso crónico; le comenta que sus cuadros  no son vendibles. Critica el uso exagerado del negro y lo oscuro de sus tonalidades.
Sigue haciendo figuras, retratos cuando puede pagarlos. Hay gente que posó gratis, incluso una familia entera. Los modelos son caros.
No logra aclimatarse a la casa paterna. Es un quiste absorto dentro de su ambiente. No tiene reproches para hacerles pero se siente incómodo, fuera de su lugar. Theo desea que se quede pues se aligera el alquiler y la comida, aunque le siga enviando para la pintura,
Theo tiene una falsa impresión de su hermano mayor y éste termina la larga carta diciéndole Tengo suficiente  confianza en mí mismo para dejarme abatir.
Enero 1885
Trabaja en una serie de cabezas de gente aldeana; agrega un croquis y dice sólo pintaré lo simple y las cosas comunes.
Hace un año que convive con sus padres por necesidad no por placer.  Siente que su hermano se retrotrae de seguir ayudándolo y lo aflige; si te pido dinero es en canje del trabajo (…)  estoy en camino de llegar e incluso adelantado un día. (…)
Habla de los tejedores: no los escucho quejarse pero tienen una vida difícil. Un tejedor trabaja él y la mujer devana, por lo tanto son dos trabajando: gana  4,50 francos por semana y a veces el fabricante le dice que no tiene trabajo para darle por una semana o dos. El salario es bajo y el trabajo, escaso. Y agrega es otra atmósfera que la de los mineros que conocí durante un año, de huelgas y desdichas. No escuche (hablando de los tejedores) ningún discurse sedicioso pero tiene un aspecto tan infeliz como los caballos de los vigilantes o como los corderos que transportan a Inglaterra por barco a vapor.
Agrega que es preciso mirar muy atentamente la naturaleza; los grandes  pintores tienen su base  en la realidad, una base sólida de poesía que se encuentra en lo más profundo.
Sigo en mi búsqueda del azul. Aquí los campesinos están casi siempre vestidos del azul más lindo que haya visto; es una tela ruda que ellos tejen y cuya urdimbre ‘es negra y la trama azul, lo que da un tejido a rayas negro y azul, un poco ajado y descolorido por la lluvia y el viento lo que termina siendo un azul calmo, delicado que resalta con el color de la piel; suficiente azul para en oposición tener elementos naranjas y lo bastante descolorido para no lastimar la vista. Casi un colorido monocromo, cuyos tonos sólo difieren en intensidad y en valor. Es bueno estudiar cada color en relación a su antítesis, antes de poder estar seguro de alcanzar la armonía.

Los trigales maduros exaltan los matices de azul oscuro y claro, lo hacen cantar debido a la oposición en los tonos dorados o el marrón carmesí.
Declara que sólo uno de cada 10 ó 20 estudios vale la pena. Quizá valdrá la pena en el futuro.
Abril 1885
LOS CAMPESINOS COMIENDO PAPAS

Sigo ocupado con esos campesinos alrededor de un plato de papas. Es una tela grande, el cuadro tiene vida. Los efectos de luz interior me exigen trabajar rápido. La claridad de su lámpara donde comen sus papas sacándolas del mismo plato con las manos, las cuales trabajaron la tierra donde éstas crecieron. Se han merecido comer lo que comen.
Tiene un aspecto rudo y grosero; fueron elegidos con cuidado a ciertas reglas; es una verdadera pintura de campesinos. El que prefiera ver inexpresivo al labriego, que siga su camino. El mejor resultado fue pintarlos en su rudeza. Para mí una hija de campesino es más linda con su pollera y camisas azules, polvorientas y remendadas a las cuales el viento y el sol ha desteñido. Si se vistiera como una dama ella desparecería. Un campesino con su traje de rutina  está mejor que el domingo en la iglesia.
Este cuadro tiene un lustre convencional. Si huele a tocino, humo, vapor que sube de las papas, tanto mejor!¡ No es malsano. Si un establo huele a estiércol, es bueno, debe oler  a eso. Si un campo exhala el olor del trigo maduro, de las papas, del abono, es sano.
Un cuadro de campesino no debe oler a perfume.
Es un cuadro oscuro, con fondo negro el blanco no fue empleado ni una sola vez, sino el color neutro que se forma, mezclado  el granate, el azul y el amarillo y da un tono  un gris rancio, que parece blanco. En el estudio más grande para modificar los ocres no transparentes los quiebra con un azul transparente.

Jo y Theo tienen colgado en el comedor  el cuadro de Gente comiendo papas.  Una mañana Vincent  le preguntó a los gritos si veía en ellos lástima o dignidad, a lo cual respondió  dignidad, para complacerlo.
Con gran genialidad  iluminó el hambre: lo había pintado cinco años  atrás. Había estado en la mina de carbón  doce años antes, en  su época de pastor, encandilado y a su regreso de esos Lares, el llamado heroico se anunció: dedicarse a la pintura, no importara  la miseria, el sometimiento pecuniario y  las múltiples dificultades  para sobrevivir.

Como dicen de Millet “sus campesino parecen pintados con la tierra que siembran”. Si le pidieran a Millet que pintara un paisaje de nieve sin emplear el blanco, lo harían y la nieve parecería blanco en sus cuadros. 
Me gusta el blanco: cuantos cuadros holandeses hay con nieve, o niebla y cielo magníficos.
Quiero que la gente se limite a encontrarlo lindo o bueno. Si es bello  me deja indiferente.
Necesito hacer algunas modificaciones para darle forma de un cuadro definitivo. Es un cuadro que viví y sentí.
Lo que me dices acerca de los cuerpos es exacto; las cabezas son importantes. Trabajo en los nuevos dibujos primero en el pecho así se vuelve la figura más vigorosa y amplia para terminar en las cabezas.
No existe una academia donde se aprenda a dibujar y pintar un sembrador, una mujer que cuelga su marmita en el hogar o una costurera. Todos estos personajes existen en la realidad. Las figuras académicas son irreprochables, sin una falta, sin hacernos descubrir nada nuevo. No sucede lo mismo con las figuras de Millet y de otros; una figura de La Academia es inútil, incluso Ingres, si exceptuamos su Fuente, aunque le falta ese carácter esencialmente moderno, íntimo, que consiste en estar haciendo algo. Un cavador realmente está cavando, el labriego es realmente un labriego, la campesina de igual modo y esto es nuevo. Nadie intentó hacer un obrero, ni Velázquez lo intentó en sus personajes populares. El cuerpo humano  en acción, arrancando zanahorias en la nieve ¿lo has visto alguna vez? Pintar el personaje en acción, es la esencia de arte  moderno. Dibujaré cien e incluso más, si  no alcanza, hasta que llegue a expresar sólidamente  que la forma no tiene comienzo ni fin, que constituye un modo vivo y armonioso. Ingres quería marcar el contorno de un alambre. Algunos afirman que los dogmas son esencialmente absurdos. La desdicha es que también esto sea un dogma.
Aparentemente nada más simple que pintar paisanos, traperos y obreros, pero nada, ningún  teme en el arte de pintar es tan difícil como esos personajes ordinarios. Pintarlos en acción no lo hicieron ni los griegos, ni el Renacimiento ni la vieja escuela holandesa. En eso pienso a menudo.
Dile a Serret que estaría desesperado si mis retratos fueran buenos; no los quiero académicamente correctos. Me parecen magníficas las figuras de M Ángel, aunque las piernas sean decididamente demasiado largas y las caderas y los muslos demasiado anchos. A mis ojos Millet y M A son verdaderos pintores, por la razón que no pintar las cosas como son, secamente analizadas, sino tal como las sienten. Recuerda el Pensador de este artista; está en la pose del pensador con los pies ágiles y pequeños pero en su mano algo de la velocidad del rayo o de la garra del león. Es un pensador, es cierto – aunque un hombre de acción; su pensar consiste en concentrarse a fin de salta para actuar de algún modo.
Rembrandt lo hizo diferente; en su Cristo de los Peregrinos de Emaus es un alma en un cuerpo, lo que no pasa en el torso de M Ángel pero el gesto que hace para persuadir tiene fuerza. Si colocamos a Rubens, el meditativo de esa época, es chato y vacío.
El sabe pintar mujeres, gracias a la combinación de colores pintar una reina, un hombre de  Estado; los analiza bien y los hace según la realidad; sabe colocar una cierta dosis de infinito en una expresión femenina pero sin llegar al dramatismo.
Pese a todo Rubens me produce una fuerte impresión. Sus dibujos son espléndidos, las manos y las cabezas; estoy seducido por su modo de pintar un rostro a pinceladas con trazos de un rojo puro o las manos, modeladas con dedos de igual tono.
En su descenso de la cruz la mancha blanca se encuentra repetida en los rubios cabellos, la palidez de la cara y el cuello femenino, mientras la parte oscura es rica en tonos de diferentes masas oscuras rojas, verde botella, negro, frises, violetas, unificados por el tono.
Rubens no logra los ambientes de un Hals o del gran R; sus cabezas viven por sí mismas. Busco cabezas rubias, por causa de este pintor. A menudo las criadas me parecen más interesantes que las señoras bellas, y los obreros más curiosos que los amos, Encuentro en esa gente común una fuerza, una vida que  deben ser pinceladas muy firmes con una simple técnica.
A mí me gusta pintar espontáneo, buscando el efecto general y encontrarlo  de un solo golpe de vista.
Mi gran deseo es aprender a pintar inexactitudes, esas anomalías, esas reconstrucciones, esas modificaciones de la realidad, para que todo pueda convertirse en mentiras más verdaderas que la verdad literal.
Les marchands  sostienen que las cabezas y las figuras se venden mejor que los paisajes.
En Ámsterdam va al museo. Escribe: vi un cuadro de Israel  El pescador de Z y uno de los últimos, una vieja enrollada sobre ella misma como un montó de trapos, cerca de una cama donde yace el cuerpo de su marido. Me pareció magistral; los verdaderos pintores se dejan llevar por esa conciencia que se llama sentimientos; su alma, su cerebro no están al servicio de su pincel sino su pincel al servicio  de su espíritu.
Queda sorprendido con una cabeza en Rotterdam y La lección de anatomía de Rembrandt.
Vi en alguna ocasión el autorretrato que lo representa con  su amada Saskia sobre la rodilla y un vaso de vino en la mano. La frente y los ojos sombreados por el gran sombrero, cuyos penachos fueron rojos, y es probable que la blusa escotada fuera de un rojo amarillo con un fondo oscuro, La expresión y la risa llena de misterio, reproducida al infinito, como sólo un mago de los magos es capaz.  Rembrandt y Hals me obsesionan porque descubro en el pueblo esos tipos humanos que me hacen pensar en su tiempo. He sentido en la médula de mis huesos la belleza infinita a través de la literatura de un Balzac, un Daudet, un Zola. Quiero ser yo mismo y despreocuparme de la crítica de mi obra.
He visto uno de los Descenso de la cruz de Van Dyck, en donde me entusiasmó   un soberbio colorido amarillo y lila en una mujer que llora de pie, inclinada hacia delante; el pecho y las piernas se dibujan claramente a través de su ropa: se sienten; el arte es sublime, cuando es simple. Rubens,  en su excelente técnica parece tan simple, que pinta sobre todo cuando dibuja con una mano tan ágil y sin vacilación alguna. El retrato, los rostros femeninos, los personajes son su fuerte; son profundos e íntimos. Y qué frescura se nota en sus cuadros, gracias a esa simple técnica, el sentimiento pudo haber expresado con mayor intensidad en un Rembrandt o un Delacroix, en la sinfonía de sus colores de una fidelidad al color local -casi  avara o limitada - o un dibujo de Millet.
Un Ingres, un David no siempre eran buenos pintores pero  se vuelven interesantes, si dejan de lado su pedantería y se olvidan de sí mismo como en las dos cabezas que vi en el Museo Moderno.
Trabajar al aire libre me hace desfallecer; pintar gasta a un hombre. Le costará trabajo  pintarlos en invierno; son viejos especímenes de la vieja raza brabanzona.
Los pintores originales son un Delacroix,  un Millet,  un Corot, un Vermeer,  un Hals,  Cuando Delacroix pinta es como un león devorando su comida.
En materia de paisajes, qué sinfonía de colores.  Por largo tiempo acaparado por las leyes de los colores uno busca la luz, Delacroix definió con claridad el contenido y sus relaciones recíprocas; esas leyes de los colores son un rayo de luz y Newton hizo lo mismo con el tema de la gravedad y Stevenson, con el tema del vapor.
A los negros y  los blancos,  Delacroix llamaba descansos y los usaban de ese modo. Ambos tienen su sentido. Velázquez tiene 27 negros, te lo aseguro.  
El cobalto es un color divino, nada más bello para crear espacio alrededor de los objetos. El carmín es el color rojo ingenioso como el vino. Igualmente el verde esmeralda; no usar esos colores no es una economía. Lo mismo para el cadmio. Las veladuras son las más ínfima parcela de color; allí habla de por sí.
Mis estudios son como una gimnasia para subir o bajar tonos; por Ej. pinté un musgo blanco y gris de un tinte barroso que parecía más claro. Pero ahora en mi paleta  se fugó la esterilidad del principio; los colores no me dan trabajo; salen solos. La etapa de estudios oscuros duró poco.
Tengo la intención de partir para Amberes, no puedo precisar la fecha. No puedo vivir en la ciudad y pintar en el campo. Volveré de tiempo en tiempo aquí. En La Academia no me aceptarían y yo no los aceptaría, pero necesito modelos  desnudos, siempre usando mi mirada para trabajarlos de forma personal.
      Estoy feliz de haber conocido el museo de Ámsterdam  y de ver cuadros; restablecer contacto con otros artistas y no vivir alejado del mundo de la pintura o de la existencia de otros artistas.
Pinté nidos sobre un fondo negro; en la vida no se ven los nidos, se ven los pájaros. También dibujé un estudio del otoño en el estanque de nuestro jardín; bien merece un lienzo, lo haré este año.
Conoces los tres robles del jardín de casa. Es la cuarta vez que lo intento. Lo difícil estaba en las copas, esas especies de pelucas de hojas habano y poder modelarlas con la forma, el tono y el color.      
Mientras esté parado sobre mis piernas, libraré mi combate; miraré simplemente la naturaleza por mi buhardilla y las dibujaré fielmente con amor.

ANVERS   -fin de noviembre  a fin de febrero 1886-

Prefiero pintar figuras pero cuesta caro los modelos; hice estudios sobre un lugar de la ciudad con las catedrales, pero prefiero los ojos humanos a las catedrales, por más imponentes que sean;  el alma humana y hasta los ojos de un miserable mendigo o una mujer de la calle  tienen más interés.
A menudo voy a bailes populares para ver cabezas femeninas, soldados, marineros. Pago treinta céntimos  por la entrada y  un  vaso de cerveza y miro con entusiasmo a la gente.
De joven tenía la fisonomía de un intelectual extenuado, pero hoy en día parezco un obrero que marcha con la chatarra: he endurecido mi cuero.
Noté algo singular. Mis estudios pintados parecen más oscuros aquí que en el campo. La luz de la ciudad será menos clara; temo que los cuadros que tú tienes  sean también más oscuros que en el campo. No son malos: los molinos, el paseo con las hojas de otoño, y algunos más pequeños.
Hice dos cabezas uno que parece Hugo y un estudio de mujer; en el último usé tonos más claro en la carne, y puse un fondo claro amarillo gris separado por la cabellera negra; la ropa es de tonos lilas.
A veces se trata de saber si se elige el alma o la vestimenta como punto de partida; si se usa la forma como una percha de la que cuelgan cintas o se considera la forma como un medio de expresión, una impresión o un sentimiento o si se la reproduce por el placer de reproducirla, porque es bella en sí misma.
Pinté una muchacha en un café cantante. Comencé un segundo estudio de perfil, del mismo modelo.

Trabajará dos horas en un club con otros pintores y, por las tardes, además de asistir a un curso de pintura en La Academia, mientras se encuentra en Anvers; los modelos son buenos; dibuja modelos clásicos, terminó dos grandes figuras de desnudos, que le permite comprobar ciertos detalles. En La Academia, el profesor de dibujo me da consejos juiciosos; que me aplique al dibujo durante un año y a modelos clásicos y  a desnudos, pues es el camino más corto y que luego retome mis telas pintadas en el campo o mis retratos. Es cierto, por lo cual buscaré modelos clásicos. Los griegos toman por los medios, por los núcleos, no por el contorno; las figuras tienen espalda aunque estén de frente y hay un  espacio alrededor, fuera de los colores.
Millet también pinta de ese modo; es esencial en el arte  pintar figuras, Encuentro un intercambio de ideas, veo mi propia obra de modo diferente, mejoro mis puntos débiles y los corrijo y de esta manera progreso. Un profesor me preguntó si nunca había dibujado modelos clásicos y si había aprendido a dibujar solo; luego agregó: ha trabajado mucho y no tardará en progresar. Mejorará pronto: necesitará un año. Ud. se toma en serio el dibujo. A los demás no les dejo hacer un fondo, pues ocultan el dibujo de las formas; yo lo uso como una camisa de fuerza. El profesor le confesó a otro alumno que mi trabajo tenía muchas cualidades: había observado una cabeza mía y una mano, tal vez un modelo de Miguel Ángel. Había dibujado durante dos o tres horas y me invitó con insistencia a quedarme.
Conocí ingleses que venían de París y me dijeron que eran más libre, te dejan elegir el tema que uno desea dibujar: ¿puedes aconsejarme?
Tengo un tiempo antes de ir a París



Indicios de su salud: Carta sin fecha, carta  449 H     

Y de repente comienza a sentirse mal, cansado en extremo. Está instalado en N y desde entonces se “permitió seis o siete veces el lujo de una comida caliente.” Vive sin poder comprar pan. El trabajo le ocasiona demasiados gastos y creyó poder soportarlos. El médico quiere que trabaje menos hasta reponerse, pues sufre de un debilitamiento general. Fumó mucho para engañar al estómago.
Fue un período lleno de dificultades. Pagar los modelos era una carga pesada e ir a los talleres y trabajar en los clubs importa gastos. Deberá dedicarse al dibujo durante un año: figuras de hombre o de mujer en detalle y en conjunto para poder luego dibujarlos de memoria.  Ya dibuja con facilidad; es hábil aunque se necesita originalidad; dibujar masas en lugar de contornos y modelar con vigor. Es importante saber dibujar una figura de memoria, pero no creas que el trabajo en el exterior fue tiempo perdido.
La salud sigue incomodándolo, llegó de repente; los dientes se  rompieron y tenía un aspecto lamentable. 
El arreglo de los dientes lo aliviará  pues le duele la boca y debe tragar la comida velozmente.
Trabajar al calor de una estufa no me molesta, pero el frío no me conviene, como tú sabes. Hay viento y lluvia y estoy contento de no estar solo (Gauguin llegó) Si estuviera solo, no funcionaría.                                                                          
Todo  lo desilusiona en la Academia  pero lo necesita para modelar mejor el contorno. Se irrita y lo irritan. No puede aprender nada nuevo; nunca escuchó decir que “el modelado y el color se adquiere espontáneamente”. Los dibujos de los otros no tienen alma.
Piensa en el taller de París y desea demostrar allí que sabe pintar un desnudo al natural, que conoce la arquitectura del cuerpo.

París 2 años. 29 febrero 86 al 21 febrero 88

Escribe poco: vive con Theo.  Años fundamentales para su obra,   porque entra en contacto con la luz del impresionismo, que en Holanda  se desconocía.
Le escribe sobre un trabajo de un tallo de lirios blancos, blancos rosa, verde sobre un fondo negro similar a las lacas del Japón -que tanto le gustan- y un pequeño tallo anaranjado sobre fondo azul, más un ramo de dalias violetas sobre fondo amarillo y gladiolos rojos en un florero azul, sobre un fondo amarillo claro.

Verano de 1887

Me siento triste porque la pintura no produce lo que cuesta. Se le han ido las ganas de casarse y tener hijos; estoy bastante melancólico por tener 35 años, cuando debería sentirme de otro modo. A veces me siento viejo y vencido. Para tener éxito se necesita ambición y no la tengo.  Espero  mostrarte con orgullo lo que pinto ahora, sin compromiso alguno. Luego me retiraré al Sur.
Ha pintado hasta el momento 200 cuadros con repetición de motivos y su autorretrato no menos de 23 veces.
COMIENZA  EL DECLIVE LENTAMENTE
Arles 21 febrero 1888 al 3 mayo 1889 (14 meses)

Era imposible trabajar en París, a menos de tener un lugar propio para descansar y recuperar el equilibrio.
 Pinta terrenos rubíes plantados de viñas con fondo de montañas de un lila más fino; paisajes con sesenta cm de nieve con  cimas blancas, similares a los paisajes de los japoneses.
Mi sangre vuelve a circular nuevamente; no sucedió en los últimos tiempos en París; no soportaba más. Entre mis trabajos tengo dos estudios de una rama de almendro  en flor.
Vi una abadía en ruinas sobre una colina con acebos y olivos grises. 
Un nuevo huerto damasco de un rosa muy pálido-  el huerto de  los ciruelos en flor fue pintado con cierta pasión. Necesito una noche estrellada con cipreses, tal vez encima de un trigal maduro. Un diminuto pueblo rodeado por un campo florecido de amarillo y violeta sería el sueño japonés.
El retrato de la mujer piel mate, cejas negras  con blusa rayada color sangre y violeta, pollera azul- Francia y gruesa puntilla naranja amarillento.
El pequeño peral tiene un tronco violeta y flores blancas, una gran mariposa amarilla sobre una de las copas. En un rincón, un pequeño jardín con cañas ocres y arbustos verdes y un macizo de flores.
Exagero la cosecha en pleno sol del mediodía. Por lo mismo los naranjas fulgurantes como hierro al rojo, por lo mismo los tonos de viejo oro luminoso en las tinieblas.
Todos los colores  que el impresionismo  puso de moda son variables; se debe emplearlos audazmente; el tiempo los suavizará en demasía. Trabajo en un paisaje con trigales, en  el retrato de la mujer piel mate, cejas negras  con blusa rayado color sangre y violeta, pollera azul Francia y gruesa puntilla naranja amarillento.

10 marzo de 1888

El emperador Guillermo  ha muerto; escribe: precipitará los hechos en Francia y el efecto sobre el comercio de mis cuadros.
Trabajo en  un puente levadizo  y en un  puente rústico con lavanderas.
Cuanto más finamente molido es un color, más saturado de aceite está.
El pintor del futuro es un colorista como jamás existió. Uso el color más arbitrario para expresar mi fuerza.
El arte japonés, en decadencia en su patria, regresa y se arraiga en los pintores franceses del Impresionismo: Delacroix pasó la antorcha a los impresionistas. Presiento que durará. Los coloristas utilizan colores más fuertes que Manet. El pintor del futuro es un colorista como jamás existió. Uso el color más arbitrario para expresar mi fuerza.
 Vincent deseaba alcanzar un arte grandioso y su lucha gigantesca para expresarlo debió minarlo. Ningún temperamento podía resistir esa tensión sentimental y nerviosa, siempre a punto de quebrarse, admitió un amigo.
Pienso en Renoir y sus dibujos claros, en el magnífico jardín de rosas: qué verde y qué azul, típicos de Niza.  
Hice dos naturalezas muertas, una cafetera de hierro esmaltado azul, una taza azul Francia, una lechera enlosada azul pálido y blanco, otra taza blanca con dibujos azules y naranjas, sobre un plato de tierra amarillo gris, un jarro de mayólica azul con dibujos carmesíes y dos naranjas y 3 limones verde. 6 azules diferentes y 4 o 5 amarillos y naranjas.
La segunda es un jarrón de mayólica con flores silvestres.
Debes ver y sentir el sol del Sur.  La naturaleza  y el buen clima son las ventajas de aquí.
-El cartero en uniforme azul con adornos en oro y figura barbuda, muy a lo socrático; es un republicano de alma que no acepta dinero a cambio de posar. Este hombre será rubio; exagero el color con tonos anaranjados, a los cromos, amarillo pálido. Detrás de su cabeza el infinito; cabeza rubia iluminada sobre ese fondo azul rico da un efecto misterioso

-El Café nocturno,  abierto toda la noche. Trato de expresar con el rojo y el verde las terribles pasiones humanas; cuatro lámparas amarillo limón  con brillos naranjas y verdes con un billar verde  en el medio.
Es una sala vacía, triste. El rojo sangre y el verde amarillo del billar contrastan con el verde suave  del mostrador, donde puso un ramo rosado. Las ropas blancas del amo, vigilando en un rincón, utiliza el  amarillo limón, verde pálido y luminoso. El verde suave opuesto a los rojo sangre borravino y los duros verdes azules crea un ambiente dantesco, mientras con el azufre pálido expresé la potencia de las tinieblas de este bar, bajo una apariencia de alegría y simplicidad. El café es un lugar donde uno puede arruinarse, volverse loco o  cometer un  crimen.
El Sembrador, tema obsesivo, se asemeja en la postura al cuadro de Millet, que tanto lo impactó  siempre, con un color sugestivo,  con  emoción,  temperamento y ardor.
-El zuavo en un banco.
-Cardos blancos polvorientos
-Tres retratos de los girasoles-  grandes flores sobre una pared blanca, peculiar en él. Ramos de doce y catorce girasoles en un pequeño tocador elegante.
Pinto desde el alba hasta la puesta de sol; las flores se marchitan velozmente y necesito pintar el conjunto de un trazo. Un lienzo tiene catorce flores.
-una arlesiana, una mujer muy rústica, gran aspecto virginal.
-un viejo campesino
-un par de zapatos viejos
-una naturaleza muerta
-un viejo molino con tonos quebrados,
Gauguin le demostró que podía comenzar  a componer de memoria; los estudios hechos que le recordarían los paisajes vistos. Gauguin   prefiere sus girasoles que los de Monet.
Si a los cuarenta años logro un cuadro de figuras como los girasoles, me convertiré en un artista. 
La relación con Gauguin era buena, aunque a veces la discusión contiene una excesiva electricidad y salimos con la cabeza fatigada como una descarga eléctrica. En los trópicos adquirió una sensibilidad excesiva.
Mis dedos de pintor se desentumecen, pese a que mis huesos  se derrumban. Tengo un cerebro desequilibrado a causa de esta maldita pintura. En el tiempo que vivimos, un verdadero renacimiento en el arte, la Academia enclenque, pero aun en pie, impotente, tratándonos como locos y convirtiéndonos en dementes socialmente. Un artista se arruina la existencia, trabajando sin cesar con una pasión que lo torna estéril para una vida familiar: si se pinta o se compone con todo su ser, eclipsa su personalidad. Yo mismo, cuanto más distraído estoy, más enfermo, más quebrado,  más creador. Puedo estar sin Dios pero no puedo estar sin la potencia de crear. Expresar la esperanza con una estrella, y el ardor de un ser, por el brillo de una puesta de sol. A menudo la noche es más viva y rica en colores que el día.
-Pintará su cama, su dormitorio  y naturalezas muertas.
Terminó un cesto de mimbres con limones y naranjas, una rama de cipreses y un par de guante blancos. De todo lo pintado lo que más le gusta en este último tiempo es su dormitorio.
Comienza el retrato de Madame Roulin.
Tiene una tela de Canción de cuna de la cual posee dos versiones.

29 de enero

El trabajo y la salud mejoran más o menos.  Ya pasó un mes. Me rompí la cabeza y ahora debo recuperarme.
Las alucinaciones intolerables cesaron y hoy se reducen a pesadillas, pues tomo bromuro de potasio.

Teme que Theo deje de enviarle dinero;  está casado y tuvo un hijo-
A menos que mi trabajo sea otra alucinación: tenemos una luz en frente de nuestro camino.  Cuando recibas las telas en conjunto quizá recibas una impresión consoladora (Theo está indeciso sobre los valores de la pintura de su hermano).
Vincent piensa que todo artista es un poco loco.  Todos -un día- pueden caer en una psicosis;  podríamos   ser considerados con un poco más de buena voluntad.
30 enero
Me dicen que estoy  mejor; en mi interior tengo demasiadas emociones y diferentes anhelos. Aún tengo señales de sobreexcitación;  te pido que digas que no tengo o no tendré nada. La gente es buena conmigo; varias personas me pidieron sus retratos; pintaré toda la familia de Roulin

    Tiene muchas ilusiones sobre  la exposición de los impresionistas.
Quiere enviar  seis de sus cuadros. Sólo me interesa causarte algún día una impresión profunda con unos treinta estudios más serios. (Busca con desesperación la aprobación de su hermano, que está más bien escéptico y tal vez desea no seguir enviándole los ciento cincuenta francos mensuales, ahora que está  casado y su mujer embarazada.
Hay tantos momentos en que me siento totalmente normal y pareciera que sólo tengo una enfermedad particula; habrá que esperar con tranquilidad hasta que haya terminado aunque se repitiera el desequilibrio (cosa que no sucederá).
Ese vaivén entre la duda y la esperanza de su curación se repite a lo largo de este último año. Es un leit motiv y quiere que se sienta su angustia, su ansiedad pese a seguir pintando. Escribe poco y cuando puede.
Si tarde o temprano debo mudarme – al hospital-  acepto y me someto.
Van Gogh sale con una corona de velas encendida fijada en el sombrero para pintar un paisaje nocturno.
     
      Otra temporada internado febrero 89
 el Dr Rey le escribe a Theo que Vincent está mucho mejor y que no debe  inquietarse por el momento. Come y duerme en el hospital pero puede ir al taller durante el día.
En Arles no soportan verlo en libertad y creerlo loco; le gritan por la calle y exigen su internación. El comisario dio la orden y volvieron a internarlo. Escribe: encerrado bajo llaves, cerrojos y guardias en la celda, sin probar si soy culpable.  Será difícil ponerme en libertad. Si no contuviera mi ira me tomarían por un loco peligroso. Tengamos paciencia y esperemos; por otro lado podría agravarse mi estado. Estoy tranquilo pero podría caer en un estado de sobreexcitación con nuevas emociones. Estoy muy trastornado, aunque  aparento tranquilidad. La humildad convienes después de ataques repetidos; tengo paciencia.
Que nada moleste tu paz y los negocios, Después del casamiento podremos ocuparnos de poner en claro el asunto; mientras tanto me quedo  aquí. El Sr. Alcalde y el comisario harán lo posible para arreglar el asunto;  salvo la libertad, no estoy demasiado mal y no estamos en condiciones de tener gastos: No puedo mudarme porque hace tres meses que no trabajo,
 No me dejan fumar, sin embargo otros pacientes  pueden hacerlo; como no tengo nada que hacer, pienso en todos mis conocidos a lo largo del día y de la noche. Hubiera deseado morir antes de causarte y soportar tantas dificultades, pero sufrir en silencio es la única lección que debemos aprender.
Necesito mi taller, pintar; no podré vivir en un hotel, necesito un lugar fijo. Si,  supongamos que me convierto en un real alienado, -cosa no imposible-, tendrían que devolverme al aire, a mi trabajo,  y me resignaría. Le explica:  El naranja, el verde y el violeta son colores compuestos. De estos colores derivan –si se les agrega negro y un poco de blanco la variedad infinita del gris. Rojo gris, amarillo gris, violeta gris. Es imposible mencionar el número y la gama de verdes grises diferentes.
Me gustaría enviarte trabajos pero todo está bajo llaves, cerrojos, policías y guardias.  Se arreglará, no me saques de aquí hasta que yo vuelva a escribir.  Mi casa fue clausurada por la policía. Si dentro de un mes no tienes noticias directas mías, entonces actúa, pero espera hasta tu viaje a Holanda. (Theo vive en París) .
Teme una posible recaída; sin embargo tiene la esperanza de pintar buenas telas. Espera los resultados y le angustia regresar donde estuvo, a un hospicio de nuevo. Estar afuera, en libertad,   podría no ser siempre dueño de mí mismo, si soy provocado o insultado.  Enviaron una petición al alcalde, explicando  que me herí  a mí mismo y no a otras personas.
Tu venida precipitaría la situación; si tengo paciencia es para obviar otra nueva caída. No te inquietes, hermano: no soy loco; en etapas tranquilas pintaré como antes; el trabajo me falta. Hay que aceptar su destino (…) Si estas emociones repetidas e inesperadas se repitieran, de un mal pasajero pasaría a ser una enfermedad crónica mental.
Seamos firmes y no nos dejemos pisotear demasiado.
24 de marzo 89
Vi  a S, me hizo bien; fue bueno y derecho; habló de la dificultad de abrir a la fuerza la puerta cerrada por la policía; le regalé un cuadro. Pude salir y compré libros; hace meses que no leo. Hay varias telas para enviarte. Me gusta trabajar. El Sr. Rey dice que me sostuve con café y alcohol. Lo admito y para alcanzar la alta nota amarrilla este verano tuve que empinar un poco el codo. ¿Debo por ello estar encarcelado?  Esta situación está por encima de la enfermedad y salud. Naturalmente uno no se pone en ese estado en casos similares y fue la causa primera y última de mi extravío.
Sentí muchas angustias en mi enfermedad mental. Mi oficio no me dejó expresarme como yo desearía. Me detengo, porque tengo miedo de  recaer. Te pido algunos pomos que necesito de colores. Dentro de poco trabajaré en los huertos. Pensemos antes de ir  a otro lugar.  En el Sur no tengo más suerte que en el Norte; es más de lo mismo: sólo sirvo para un sitio intermedio, secundario y sin importancia.        
Principio de abril

Me tratan  muy bien aquí, Estoy bien ahora, salvo cierta tristeza indescriptible. Dentro de poco ya no estaré enfermo como para permanecer internado. Pero, si tuviera que permanecer, lo aceptaría.
El sol es glorioso, el tiempo bueno y la gente aquí olvida pronto todas sus penas y brillan con ilusiones.  Me siento incapaz de quedarme solo; podría ir al hospicio de St. Remy,

21 abril 89

Tengo miedo de no poder trabajar y que debas cargarme sobre tus espaldas, con las responsabilidades del taller. Deseo permanecer como pensionista, internado durante tres meses, comenzando desde  mayo. No puedo volver a vivir solo, sin otro recurso para distraerme que ir a un café o  a un restaurante con la crítica de los vecinos.
Embalé los cuadros que te enviaré y  pensé con tristeza que tú me habías sostenido durante todos estos años  con tanta generosidad.
Si el alcohol y la pipa  es la causa de mis males, si vino tan lentamente se irá de igual manera. En estos días mi cerebro está agitado, aunque salgo todos los días  y creo  poder continuar. La compañía de los otros internados me distrae; la comida es muy buena- Me gustaría tener acceso a medio litro de vino, en vez de un cuarto.
Hay que adaptarse a las enfermedades de nuestro tiempo y, habiendo vivido en buen estado, tarde o temprano nos tenía que tocar. No hubiera elegido la locura, pero quizá tenga el consuelo de continuar  con la pintura.
Te escribiré menos; no todos los días son claros para escribir con lógica. Puedo actuar menos que antes. Estoy ensimismado y por ahora no podría ordena mi vida.  Creí poder pensar normalmente. Las crisis parecen haber sido graves y ya tengo 36 años  cumplidos. Sería una tortura salir del hospicio; me siento paralizado para actuar. Quizá más adelante pueda repetirse.   Si vieras los olivos en está época…

29 - 30 abril; 2 de mayo  1989

Quise alistarme en La Legión Extranjero por cinco años sin reflexionar ni consultar antes a un médico. Hacer el servicio tal vez sería mejor, siempre que tenga la posibilidad de pintar o dibujar. Me asusta el rechazo; me volví tímido e indeciso:, vivo maquinalmente. Salud bien, trabajo poco. He sido reconcentrado  siempre y no puedo armonizar mi vida.  En el hospicio, si me  atengo  a  las reglas, me siento tranquilo.
Tengo demasiadas fuerzas físicas pero aún mi cabeza no está como debería estar.
No quieren dejarme pintar fuera del hospicio. Pierdo coraje,  pierdo la confianza en mí mismo. Dibujé un paisaje muy negro y melancólico.
El color progresa con los impresionistas y no lamento haber conocido su teoría técnicamente,  pero no lamento regresar a la paleta holandesa
Físicamente estoy bien; mentalmente, no sucede lo mismo El alcohol y el trabajo son antiafrodisíacos y no siempre dañinos.

    16 de mayo 
    SAINT REMY 1889

Fue bueno venir aquí.  Entre dementes pierdo  el miedo; poco a poco puedo considerar la locura como una enfermedad normal. El cambio de ambiente me hace bien. El médico de  este lugar dice que tuve un ataque de naturaleza epiléptica. No le hice preguntas.
Empecé las flores de iris violetas.
Recuperé el entusiasmo de trabajar y  espero poder recuperar las facultades de pintar. El reconcentrarme de esta manera, me torna torpe para desenvolverme en todos los otros aspectos, aunque el miedo  a la locura se aleja al convivir con  los demás; espero no llegar a este estado.  Tantos terminaron de este modo; pienso en ello sin temor.
Algunos dan alaridos, desvarían;  si alguien entra en una crisis, todos  lo cuidan para que no te hagas daño. Muchos se enojan a menudo. Dos veces por semana tomo un baño de dos horas. Mi estómago funciona bien.
Mi vida transcurre sobre todo en el jardín, no es para nada triste; ayer dibujé una mariposa nocturna muy grande, demasiado rara, negra, gris, blanco con matices carmines que giran hacia el verde olivo, muy grande.

 Junio

Pinté desde la ventana de mi cuarto. Aquí adquiero una conducta más ordenada. Estoy menos impresionable. Con las precauciones que tomo será difícil otra recaída, espero que los ataques no se reproduzcan más.
Como hay treinta cuartos vacíos, uso uno para trabajar. La comida es mediocre, huele a moho, como en una pensión: no hay nada para distraerse, ni libros ni juego de bolos o juego de damas.
25 de junio
Te agradezco el libro de Shakespeare; me ayudará a recordar el poco inglés; leí la serie de los reyes; me emociona ver que a través de los siglos las voces de los personajes  nos parecen conocidas. Es tan vívido. Rembrandt, por ejemplo, tiene esa mirada tierna sobre los seres que pintó en sus cuadros La novia judía, los peregrinos de Emaus, o alguna figura extraña de ángel; esa ternura afligida, ese sobrehumano que parece tan natural  lo encuentra también en este dramaturgo.

¡Te envío una decena de dibujos! telas en las cuales estoy trabajando.
Mañana voy a Arles para embalar las telas que te enviaré dentro de poco. No gasto menos ni produzco más, aunque no siento remordimiento. Si vieras los olivos en esta época. Vivo sobrio; por lo tanto pintaré más gris.
Tuve una nueva crisis. Gracias por escribir; a mí me es difícil tan caótica tengo mi mente. Los ataques regresaron; debo reponerme pues no me dejan ir a mi cuarto taller; estar sin hacer nada es insoportable.  Pintar me es necesario. Durante días estuve absolutamente perdido como en Arles, tal vez peor y pensar que estas crisis volverán es espantoso. Estaba en el campo pintando un día de viento. No estoy en condiciones de ir a París
Agosto 1989

Habla de pintores con una sagacidad  envidiable sobre todo de los más admirados: Miguel Ángel, Giotto, Rembrandt,
Ahora tiene miedo de los otros enfermos, duda si quedarse o partir. Pintar fortifica la voluntad y no deja lugar para las debilidades mentales. Hermano; somos compañeros de destino.
(Jo, su cuñada ya tuvo el hijo)

Habla del segador que está pintando como la imagen de la muerte, con el trigo que siega.
Terminé el segador, es una imagen de la muerte “casi sonriendo” .Todo amarillo salvo unas líneas violetas de las colinas de un amarilla claro. Es gracioso haberlo pintado desde una celda.  Ojala  sea la familia para ti como la naturaleza para mí.
Trabajo en el retrato del celador; tiene una mirada inteligente y una expresión de bondad; es un tipo del Sur. Sueño con los semitonos.
Pinta como desaforado pues una crisis más violenta podría destruir mi capacidad de pintar. 
En las crisis me siento un cobarde ante la angustia y el sufrimiento; me cuido más, como bien, trabajo mucho, cuido mis relaciones con los otros enfermos por miedo a una recaída, trato de cuidarme ”como un suicida que, al encontrar el agua demasiado fría, intenta llegar a la orilla”.
Trabajar y vivir con los enfermos me trastorna. El tratamiento es no ayuda tampoco; nos dejan vegetar en el ocio y la comida es insulsa y en mal estado.
Pintó la mujer del celador. Te envié mi retrato; estoy más calmo; la mirada menos perdida, me parece; “mi pincel se desliza entre mis dedos como un arco sobre el violín y con placer”.

   Hizo siete copias de  diez trabajos de Millet)
Copiar enseña y    a    veces consuela.

En ese último otoño sigue obsesionado con  El segador. Le gusta El dormitorio y le  describe a su hermano: debes mostrarlos juntos,  a causa de la oposición de los complementarios. Le indicaba hasta el color del marco y ya los veía expuestos, aunque nunca pudo lograrlo.
Tiene dos paisajes del hospicio, pocos conocidos, donde el lugar hasta parece agradable; la realidad en las fotos nos  muestra el jardín grande  pero la casa de un gris tétrico.
La primera crisis del pintor fue cuando  su hermano se comprometió;  la segunda, con el nacimiento del niño; hubo otras pero   la última fue cuando perdió el sentido de su vida, luego de luchar durante una década  para poder vender sus cuadros y abastecerse a sí mismo, lo cual jamás logró.

La melancolía me invade muy a menudo con una fuerza pero cuando se normaliza mi cabeza razona fríamente. Pintar cuesta tanto y no deja nada, ni siquiera el precio del costo. Me siento muy triste y a mi edad es difícil pensar en otra cosa.

Trabaja afuera, pese al frío, con el viento mistral que se calma un poco a la puesta de sol. El viento es un factor desencadenante para los nervios de un enfermo mental.

En los grandes estudios no hago empastes, preparo la tela con especies de aguadas y aguarrás y luego procedo por pinceladas o rayas coloreadas y espaciadas. Da aire y se  gasta menos color.

Otra crisis lo dejó postrado tres semanas e intentó suicidarse. El Doctor le anticipó que antes de Navidad tendría otra, lo cual sucedió.
Sin embargo, apenas sale de ellas, sólo le interesa seguir pintando, tal vez por temor a que Theo deje de enviarle el dinero necesario para seguir  creando-

12 de febrero 1990  ÚLTIMO MESES
Otra crisis más larga. Ni siquiera le cuenta a su hermano. La pasa por alto, salvo algún comentario velado.

Trato de pintar situaciones auténticas.. Intento ser veraz, tal vez como remedio para combatir las crisis, que siguen perturbándome.

Abril

No tengo suficiente claridad para poder comprender las cartas.
Tal vez necesite un  tiempo.

29 abril

Desde hace dos meses no pude pintar.

Hasta ahora no pude escribirte, pero estos días me siento mejor y te deseo un feliz año. Te mando diversos cuadros (entre ellos el retrato de La arlesiana) con todo mi agradecimiento por lo generoso que fuiste conmigo; “sin ti sería un desdichado”.

Llegaron cartas de su familia que no tiene el coraje de leer: está melancólico.
Exhorta a su hermana que se ocupe de la casa, no del arte, porque  a su edad sería difícil  encontrar un camino artístico.  Años después  de la muerte de sus dos hermanos, será internada en un asilo de neurópatas, donde murió muy anciana. Formó parte del movimiento feminista en Holanda.

Se enfermó hacía dos meses, en la época que pintaba las flores del almendro.
Esto no anda nada bien, estoy  triste y fastidiado de lo que podría expresar y ya no sé dónde estoy. Salir de aquí, pero: ¿a dónde ir?
Siempre esa duda entre quedarse o irse, esa eterna ansiedad de escapar hacia otro lugar, pensando encontrar la panacea.
Tienes ganas de  ver a Theo, a Jo y al niño y a  quienes  se acordaron de él en los momentos críticos.

Estando mal igual pinté unas telas  del Norte -de memoria-  Pronto lo verás.
Persuadido de que en el Norte se curará pronto, oscila entre el optimismo y la melancolía, al ver que su situación empeora.
Temo una recaída dentro de algunos años pero no enseguida. (Tres meses más tarde se tiró un tiro)

Mayo 1890

Mi deseo de partir en dos o tres días es categórico; luego dejaría  este pueblo y me alojaría en el hotel. Aquí tuve paciencia más de un año. Necesito aire, me siento abrumado de fastidio y de pena. Mi paciencia tiene un límite.  Hay que cambiar, aunque sea para algo peor.

Mayo 1890

Me siento agobiado por esta larga crisis y el cambio me refrescará las ideas. Lo mejor será ver a ese médico lo más pronto posible y así me evito una estadía larga en París, la cual temo. Al doctor Gachet le gusta la pintura; existe una posibilidad de una sólida amistad.
Dibujó el magnífico cuadro de  Lázaro y de sus dos hermanas; le describe cada uno de los proyectos emprendidos, como una obligación para mostrarle que continúa pintando, siempre con ese temor de perder su mensualidad.
Se siente mejor, luego de la tremenda crisis, y trabaja con ardor,  tranquilo. Empezó la tela de rosas sobre fondo verde claro y dos ramos de lirios violetas,
14 de mayo

Me siento tranquilo y no creo poder desequilibrarme nuevamente
Espero que las telas enviadas te ayuden para pagarme los gastos del viaje.
En París tengo ganas de pintar un cuadro de una librería amarilla-efecto del gas- que tengo in mente.  Estoy sereno, y las pinceladas van y vienen con lógica.

Pasa por París. En vez de una semana se queda tres días y parte abruptamente.

Aubert es soberbio, todo muy colorido con lindas casas de campo de gente burguesa.
Vio al Dr. Gachet: me dio la impresión de ser bastante excéntrico, pero su experiencia como doctor debe mantenerlo en equilibrio combatiendo el mal nervioso, del cual -por cierto- parece atacado al menos tan gravemente como yo.   Su primera impresión es desfavorable.
El Dr. Gaché  se encuentra frente  a un pintor excelente y le ruega que  haga su retrato y   uno de su hija, de 19 años, tocando piano.
Trabaja en su retrato; en  la cabeza le puso una gorra blanca, lo pintó con un traje azul y el fondo de un azul cobalto; tiene un libro amarillo y una planta digital con flores púrpuras. Quedo encantado con el retrato y quiere una copia para sí. Mis dos retratos de arlesianas le gustan tal cual son. Tiene muchos cuadros; algunos son impresionistas.
Le piden por un albergue 3,50 francos por día; de los 150, le quedan 10 francos para vivir.  Tiene proyectos de dibujar figuras.
 En sesenta días pinta alrededor de setenta lienzos.
Pintará en casa del Doctor el martes  por la mañana y luego de la comida, verá su pintura. Es muy razonable y está desilusionado con su oficio de médico, como yo con mi pintura. 

Junio 4, 1990

El Dr. Gachet  parece estar tan enfermo y aturdido como tú o yo;  hace poco enviudó.
 Van Gogh trabaja en dos estudios: un ramo de cardos, espigas y hojas diferentes.

Junio 24

Pintó el retrato de una joven de diez y seis años, vestida de azul, con fondo azul cobalto.
Pintó el retrato de Mlle Gaché con un vestido rosado, fondo verde y naranja, y con su  piano.
Hizo tres croquis: una campesina con gran sombrero amarillo con moño celeste, bolero azul, con puntillas y fondo de espigas.
Está bien: trabaja mucho en  cuatro estudios y dos dibujos.

El Doctor Gachet está más enfermo o igual que yo.”Cuando un ciego conduce a otro ciego ¿no se caerán en un pozo?
Mi última crisis fue debida al ambiente con los otros enfermos; la prisión me aplastaba. ME SIENTO UN FRACASADO. Ése es mi destino y ya no cambiará.
Pinté tres grandes telas de trigales bajo cielos cubiertos y expresé la tristeza y la soledad;  es sano y fortificante estar en el campo, más de lo que pueden expresan  las  palabras.

Cuatro días después, se tirará un tiro; dos días antes del suicidio pinta el campo de trigo con cuervos, pintura alucinante.  Un crítico escribió. “no puedo pensar que Van Gogh  pintara un cuadro más”.

 Julio 23

Vincent  ya compró el arma; soñaba con una comunidad de pintores. El fracaso de la relación con Gauguin lo persigue. Se siente desilusionado, sin un sentido.  Han pasado diez años.
En la carta describe en detalle sus cuadros.

29 de julio

Carta que llevaba en un bolsillo el día fatal.
Gracias por tu generosa carta y los cincuenta francos.
Pasará mucho tiempo para poder hablar de negocios con la mente serena; lo compruebo con cierto espanto y no lo oculto. No puedo hablar más que de los cuadros. (…)  eres más que un simple Marchant y por mi intermedio tienes tu parte en la producción de ciertas telas que hasta en mi caos conservan la calma. Es lo más importante que puedo escribirte en un momento de relativa crisis; la situación es difícil entre los Marchant de cuadros y los artistas.
Yo arriesgué mi vida por la pintura  y  he sucumbido, pero tú no figuras entre los que pueden decidir, actuando con humanidad.
Fue la última línea escrita por Vincent Van Gogh. El 24 de julio se pega un tiro.
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 Breve síntesis de la biografía de la cuñada
     24 de Julio de 1890

Van Gogh  se tira un balazo en el vientre. “ Fue el domingo por la tarde, pero Vincent no quiso avisar y no le dio la dirección de Theo para que no asistiera a su agonía. El lunes a la mañana el médico mandó un mensaje a la galería Goupil, donde trabajaba Theo. Junto con su cuñado y amigo, André, tomaron  el primer tren pensando que era una nueva crisis.
El suicida hablaba con frases inconexas: “No fue Theo ni Elizabeth, fui yo… o; “no es mucho un hombre sólo trayendo de la deriva algún color.” 
Memorizaba pasajes enteros de  una tragedia de Shakespeare, que  le fascinaba.
Como fue un suicidio, el párroco se negó a prestar la carroza fúnebre de la parroquia; tuvieron que negociar en un pueblo cercano.
Lo velaron sobre la mesa de billar, que pintó en uno de sus cuadros y alrededor pusieron sus cuadros, como si fuera su primera muestra lograda.


Theo  siempre dudó de que el pintor estuviera preparado para armar una exposición. Sin embargo, a un mes de su muerte,  justamente en una exposición, Manet lo halaga más que a los demás, pero ya no estaba para sentirse orgulloso de su obra y más calmo con respecto a su malogrado futuro incierto.


Diario de la cuñada; su punto de vista sobre toda la situación.

Una sombra pesada en cada peldaño de la escalera fue el anuncio: Theo entró con el fantasma de la muere pisándole los zapatos.
Su mujer lo miró; en tres días había envejecido diez años.
 Él casi no reparó  en su mujer y apenas si saludó al niño. Con una parsimonia extrema, colocó bajo la cama una serie de rollos con lienzos de pintura aún reciente: los últimos trabajos de su hermano muerto. Después, en el cofre de roble donde estaban las cartas, dejó la última que su hermano tenía entre sus ropas, cuando se pegó el balazo y se acostó a dormir.
Dijo que se  veía a Van Gogh tranquilo en el féretro,  sobre la mesa de billar, en la pensión   donde habían exhibido  a su alrededor  algunas de sus últimas obras. Por fin  logró tener su primera muestra individual.
Theo se fue a dormir. Desde hace seis horas duerme la primera gran siesta sin su hermano en el mundo”

Siempre me he sentido una intrusa, un poco intermediaria, entre los hermanos.
En los últimos cuatro años,  ha elegido mirar hacia otro lado, cuando su marido le enviaba los sobres con los 150 francos mensuales; ella puso paños fríos también, cuando Theo, furioso, pretendía abandonarlo a su suerte
(…)
A su hijito de meses le pusieron Vincent, como su tío.
“Mi hijo duerme en su cuna de roble; pienso que no pudo quebrar el conjuro que rodea su nombre”. Al tercer o cuarto mes de embarazo, aceptó continuar la tradición familiar y llamar Vincent al hijo por venir. No sabía que ese nombre venía signado por una desgracia. Finalmente se enteró que Vincent no fue el primogénito. Hubo un hermano - también  llamado con ese nombre- que murió en el momento de nacer o a las pocas horas.
Justo un año después, en la misma fecha y como una trágica sentencia, nació  Vincent, el pintor.
Lo que sí pudo saber  es que el bebé recién nacido fue enterrado en el pequeño cementerio,  a pocos metros de la casa del Van Gogh.
 El  segundo Vincent, el del  suicidio, fue un niño que creció llevando flores a un tumba donde   leía sus propio nombre y la fecha de su cumpleaños.

Theo, que permanece  dos días enteros en la cama; le escribe a su madre: “la muerte de Vincent es un dolor que me abrumará largo tiempo y seguramente no desparecerá durante toda mi vida; él tiene por fin la tranquilidad que tanto deseaba. La vida le pesaba mucho.

Theo,  a una  semana de duelo, parece hasta cómodo, hundido en el fondo del abismo.
“Avanzo, como puedo, por sobre la congoja de mi marido
La muerte instala en la casa un aire ceremonioso y definitivo.

No se puede contemplar un solo cuadro de Van Gogh; hay que verlos todos para comprender” escribió un crítico en una Revista-  Otros cuatro artículos  aludieron al artista, cuando vieron cantidad  de cuadros que ella distribuyó como pudo en su casa.
Muy tarde, no puede dormir hasta altas horas de la madrugada.
Escribe: “Theo está muy ausente; hoy no habló en todo el día. Su duelo lo ha vuelto taciturno y temo que su salud vuelva a complicarse otra vez.”
 Esa misma noche apuntará en su diario: “La bala en el pecho fue el domingo a la tarde, pero el pintor se negó a darle  la dirección para   que no enviara un cable: no quería para Theo el paisaje de su agonía.”
Cuando  llegaron con su cuñado, André, debió ocuparse de Theo, doblegado por la tristeza.  “Theo se encargaba de su hermano,  y yo, de Theo. No sé cuál de los dos tenía más trabajo.
El pintor se mantenía lúcido, pese a la fiebre y, sin queja alguna, yacía recostado en la cama,  fumando su pipa. La fiebre alta  lo hacía delirar: “no fue Theo, no fue Elizabeth, fui yo” (parecía aludir a una escena de su infancia). “No es mucho un hombre solo trayendo de la deriva algún color.”  recitó largos  parlamentos  de Ricardo III, obra de su admirado Shakespeare.
El pintor, con una bala en el pecho, fumaba tranquilo con la certeza de su final. Veía aproximarse la puerta estrecha sin angustias y murmuró en un momento: “Quisiera poder irme así”
Poco después murió en los brazos fraternos”.

Como era un suicida, el cura de  se negó a prestar la carroza fúnebre de la parroquia y  tuvieron que negociar en otro pueblo cercano.

 Jo recuerda el momento de conocerlo. Su hermano lo fue a buscar a la estación, y bajaron juntos, sonrientes, de un coche de alquiler.
Ella nunca lo había visto. El parecido con su autorretrato, junto al caballete,  era sorprendente. Recuerda un gesto. Cuando se paró frente al coche y saludó a uno de los caballos; una caricia lenta desde el entrecejo a lo largo del cuello, como si buscara agradecerlo el viaje. Nunca había visto algo parecido. A dos meses del suicidio, se movía a su propio ritmo y  no parecía  tener la intención  de matarse.

 “Pintó el campo de trigo más intenso de la tierra, con unos cuervos picoteando el cielo -como un anuncio y después se baleó en el pecho”.

A Jo le cuesta  imaginar a su cuñado muerto. Hace sólo dos meses le sirvió el almuerzo a Lautrec y  a Van Gogh;  fue el mejor momento de los cuatro días que pasó por París.  Se reían juntos, cuando Toulouse hacía piruetas y exageraba sus dificultades para subir los cuatro pisos, contándole los detalles de la exposición que se hizo en Bruselas.  El crítico, frente a los dos cuadros de girasoles  suspiró despectivamente. Lautrec se descontroló y ebrio  lo retó a duelo. Fue un escándalo; retiraron al crítico de la sala y los ánimos se calmaron poco a poco.“Lautrec reproducía en el comedor los golpes que había dado con sus tacones, en busca de padrinos, en medio de la muestra y hacía gestos extraños para imitar la cara de espanto del crítico. Van Gogh se reía como un niño.
Van Gogh se detuvo frente al cuadro del comedor  y a los gritos le preguntó una mañana  =a dos meses del  final= si veía en ellos lástima o dignidad. Ella respondió dignidad, por supuesto, sin pensarlo mucho, para complacerlo, aunque era cierto.
Van Gogh lo había pintado cinco años atrás. Con qué genialidad iluminó el hambre de esta gente.
Aquello sucedió en el segundo día.  Se iba a quedar una semana en París, pero una especie de inquietud y urgencia pareció atravesarlo y lo arrastró de esta casa tres días antes de lo pautado y agrega; “el estilo de los Van Gogh. ”
II
“Theo no duerme; abre la puerta del infierno cada noche.”
Es un tiempo oscuro y difícil;  Jo lo ve pasar días enteros en la cama, a través de rachas de manía insoportables.
Desea su biografía contra reloj, imprimirá  el catálogo de una gran exhibición retrospectiva, que pretende organizar. Anda obnubilado todo el día con el
La abuela pregunta por la salud de Theo. Debe  intuir lo que sucede en la casa. Piensa con cierto entusiasmo en la mudanza en el mismo edificio pero en Planta Baja  y en el futuro patio para su hijo. Tal vez sería más lógico regresar a Utrecht o a Ámsterdam.” Le dan ganas de armar las valijas e irse.
Tras la muerte de Van Gogh las telas parecen haberse  multiplicado. Están en todas partes: bajo la cama, encima de los armarios, detrás del sofá, por encima de la cómoda, enrolladas en los rincones de la biblioteca de ébano.  Quinientos cuadros para su desesperación por  mantener el orden. “Escribo rodeada del vértigo de los colores. Los vergeles en flor, en el dormitorio principal; en el comedor, encimar de la chimenea, frente a mis ojos Aldeanos comiendo papas; en la pequeña sala el gran paisaje de Arles y la noche estrellada dominando el Ródano. Cada uno relampaguea;. Parecen cuadros de personas distintas.”
Un crítico, defensor de  Lautrec, Van Gogh y Gauguin  escribió que los tres se creían en 1890 estar pintando como si fuera el S XX.
Johanna escribe: “No es fácil; están un poco solos en el mundo.

Theo sigue demorado en su duelo y comete imprudencias. Ayer le dio a nuestro hijo unos botones para jugar, como si no supiera que el niño se pone todo lo que encuentra en la boca.”

El no puede tomar distancia de la obra, como nunca pudo poner al servicio de la pintura, su oficio de Marchant exitoso. Camina  inquieto, entre los cuadros; los distribuye en el piso de la sala. Se aturde con la extrema variedad de la obra y se pregunta cómo mostrar la serenidad de una estampa japonesa junto a los campos de trigo del  período final.
La demorada vigilia del duelo se extiende demasiado. Su mujer  piensa  consultar al Dr. Gachet. Volvió  por unos días a su oficina en la galería  pero están a punto de perder la paciencia. Piensa obsesivamente en una gran exposición. También insiste en la biografía y se enfrasca en las dos cajas con las cartas que durante quince años le envió su hermano. Las relee, una y otra vez, las ordena de modo cronológico, como en un ritual de infinito desprendimiento.

Bibliografía Vincent Van Gogh, CARTAS A THEO
Sánchez, Camilo.LA VIUDA DE LOS VAN GOGH, editorial Echasa, Barcelona, año 2012, 1ª edición.