Historia de los Países Bajos
Alemania se alió a Francia para ponerle fin al duque de Borgoña; los Países Bajos eran aliados a Inglaterra. El duque sabía que corría peligro. Rompió con los ingleses su alianza, obteniendo beneficios, pues las tierras del Norte le fueron cedidas para la ansiada unión de los Países Bajos.
El duque Felipe de Borgoña era un político experimentado; hijo del rey que fue vencido y hecho prisionero en Inglaterra. Luchó en la batalla de Poitiers y recibió el ducado de Borgoña como recompensa por su valor; se casó con Margarita, heredera de Flandes, Artois, Nevers y France Conté; con su bondad supo conquistar a los flamencos. A través de los casamientos de sus hijos esperaba obtener la unión de los Países Bajos. Fue el hombre más poderoso en el norte de Francia.
Luchan el duque de Borgoña y el rey de Francia; venció el duque y la región septentrional se alió con él, quien contaba además como aliados a Alemania e Inglaterra.
Felipe (el Bueno) se alía a los ingleses en la Guerra de los Cien Años, donde Francia capitula de forma vergonzosa. El duque no quería sentirse más vasallo del rey de Francia. Los tres rivales serán ahora Francia, Borgoña e Inglaterra.
Felipe tenía veintitrés años; era poderoso y sus proyectos realistas. Compró Namurois y heredó Brabante, Anvers, Maline y Hainaut, Hollande, la Zelande y la Frise , más Luxemburgo que fue herencia de una tía sin hijos.
Lucha del rey francés Luis XI contra Carlos el Temerario, duque de Borgoña.
Cuando Felipe murió, podía sentirse satisfecho. Dejaba un poderoso Estado a su hijo Carlos el Temerario, que subió al trono a mitad del S XV. Francia, debilitada por la guerra de un siglo, era incapaz de oponerse al duque de Borgoña.
Carlos el Temerario era un trabajador infatigable; obstinado, frugal, austero; cabellos negros, ojos azules, labios firmes; sentía pasión por la música, sabía expresarse y le gustaba dar discursos: era un espíritu renacentista. Oscilaba entre lo antiguo, lo moderno y lo feudal; estaba de acuerdo con los impuestos altos, pero se preocupaba por la prosperidad de su reino, protegiendo los derechos de aduana, haciendo crecer las industrias locales y otorgando su apoyo a quienes poseían talleres donde se fabricaban el encaje y las telas. Apoyaba las ferias, el mercado y democratizó la justicia.
Luis XI, rey de Francia, deseaba reducir a los Países Bajos por el hambre, sin venderles ni trigo ni vino, lo cual trajo serios inconveniente a Flandes, Brabante, Holanda y Zelandia. Si sumamos las invasiones y las incursiones entre los pescadores de arenque y los impuestos altos a los mercaderes de Borgoña más la quita de privilegios en las ferias de Caen, Rouen y Lyon, se comprende que los Países Bajos estuvieran asfixiados por la política económica francesa.
El duque condujo su ejército hacia Suiza, intentando romper el bloque y encontrar nuevas vías económicas a través del Rin y el Rhône. Fue atacado por el cantón suizo; los flamencos le rogaban que abandonara la lucha. Luis XI esperaba que el duque corriera su última aventura para anexarse el ducado a Francia. Hubo otra batalla en un invierno helado y dos días después se encontró su cuerpo devorado por los lobos.
Luis XI continuó la obra de su padre y finalizó teniendo todo el poder en sus manos. Era rey de Francia desde Bretaña a Borgoña, desde Picardía a Gascogne. Despertó una vez más el sentimiento nacional, que reinó a finales de la guerra de los Cien años. Puso fin al feudalismo, siendo su propósito una monarquía absoluta aunque escuchaba al pueblo. Apoyaba la agricultura, el comercio y la industria minera y se ocupaba personalmente de la higiene urbana. Fue llamado el primer rey ciudadano.
Al final de su vida el miedo a un posible atentado se transformó en una obsesión. Había una razón: los nobles lo detestaban pues los había arruinado: la monarquía les quitó el poder y los burgueses y agricultores, asfixiados por los impuestos, estaban cada vez más descontentos.
Sufrió un ataque fulminante del cual no se recuperó. No lo lloraron, aunque la posteridad le rindió justicia. De los feudos de la nobleza hizo un estado centralizado, según el canon del Renacimiento.
Maximiliano de Austria
Casado con la única descendiente de Carlos el Temerario, María de Borgoña, padre de Felipe el Hermoso, casado a su vez con Juanala Loca fueron los abuelos y los padres del Emperador Carlos V. Maximiliano y su nieto Carlos V fueron emperadores del Sacro Imperio Romano, nombrado por el Vaticano.
Casado con la única descendiente de Carlos el Temerario, María de Borgoña, padre de Felipe el Hermoso, casado a su vez con Juana
Primera mitad del S XVI
Maximiliano de Austria muere. Los príncipes electores debían reunirse en Franckfurt para elegir un reemplazante. Toda su vida fue la ambición para aumentar el poder de los Habsburgos y no escatimó esfuerzo para que la corona imperial quedara en su familia.
Su hijo Felipe el Hermoso muere, a Juana la declararon loca y su nieto Carlos V lo heredó. Nació en Gand, tuvo una educación borgoña, fue criado por su tía carnal, hermana de su padre.
Margarita de Austria tuvo una triste historia sentimental; fue otorgada por su padre Maximiliano al delfín de Francia, hijo de Luis XI, pero diez años más tarde regresó virgen repudiada y humillada. Su potencial marido la rechazó por otra duquesa de mayor dote. La casa de Austria negoció su nueva boda con Juan de Castilla, hijo de los Reyes Católicos. Fue un matrimonio feliz pero a los veinte quedó viuda y muy rica. Por tercera vez la cede su padre al duque de Savoya y éste también muere.
A esta mujer bella y joven su padre le confió el gobierno de los Países Bajos; fue enérgica como gobernante y a la vez que se consagró a la educación de su sobrino.
Carlos hablaba francés con su tía; no fue un alumno brillante pero tenía ideas firmes y no cambiaba de opinión, si creía tener razón.
A los seis años muere su padre. Cuando muere su abuelo materno, Fernando de Aragón, Juana debía heredar el trono, pero al declararla desequilibrada la corona pasa a su hijo, quien hereda un inmenso imperio: de su abuelo paterno los Países Bajos y Austria y de su madre y abuelo español Castilla, Aragón, Nápoles y Sicilia, más las Colonias en América
Francisco I en Francia reinaba; había subido al trono por una rama colateral de la familia Orleans.
La Contrarreforma
Carlos V en la primera Dieta sugirió un concilio;
LAS GUERRAS DE FLANDES
En la primera mitad del S XVI (en 1555 abdicará el emperador, gotoso y cansado, luego de 40 años de reinado); se reúnen las diez y siete provincias bajo un rey, pese a la resistencia de Frisia, como estado independiente, reconocido en la Dieta de Augsburgo en 1547.
En el Concilio de Trento hubo tres intentos:
a) En la primera Dieta prohíbe el culto a los herejes.
El Concilio de Trento fue en el sur del Tirol; se juntó la Iglesia católica para corregir la corrupción y establecer la unidad.
Carlos V abrió la ruta entre el catolicismo y los protestantes en 1545, mitad del S XVI. Roma lo rechazó: temía perder el poder; la doctrina de Lutero y Calvino abrían la mirada a la curia. Roma imponía la iglesia católica romana. Pablo III cedió al deseo del Emperador que fuera en una ciudad alemana. Trento pertenecía al Sacro Imperio Germano. El concilio tenía el derecho de representar a toda la iglesia católica; era un título que el Papa se reservaba.
Toda la primera parte se basó en Sto. Tomás de Aquino, bajo la estricta ortodoxia. Los protestantes pretendían que la Biblia fuera la única guía. El concilio adujo que La Biblia y los padres de la iglesia eran las normas de la fe cristiana: Sólo se salvaban bajo la iglesia romana. El espíritu conservador de Pablo III aniquiló toda reconciliación entre católicos y protestantes. No lo aceptaron.
Carlos V se impuso con su tropa para finalizar con el protestantismo. Pasa a ser el dictador de Alemania. Dos años más tarde murieron varios miembros de ese concilio: se habló de una epidemia. Los prelados del pontífice se fueron a Bolonia. Fue el fin de la primera etapa.
b) La misma idea seguía firme, pero hubo concesiones del emperador. Se le deja libertad de cultos, según la fe de cada soberano en cada reino. Un sismo amenazaba a la iglesia romana.
c) En la tercera etapa, Julio II no logró cambios y la situación se puso tensa. Sube
Pío IV que votó contra los herejes. Gracias a la Reforma católica de la iglesia romana se extirpó el influjo herético en Polonia y en el sur de Alemania. La unidad Renacentista se convirtió en un recuerdo.
Libertad de culto, en 1545. Once años después abdica Carlos V y se retira al monasterio de Yuste.
Desde 1530, el emperador dejó el gobierno en manos de su hermana María de Hungría, con un consejo privado que redactaba las leyes y llevaba la administración de justicia más un Consejo de Estado compuesto por los gobernadores de las provincias, funcionarios de la iglesia y los caballeros del Toison d´Or (consultados en asuntos importantes).
Hubo una base de un gobierno central con la misma moneda y los mismos impuestos y administración de los terrenos ganados al mar contra la usura y la mendicidad y con un derecho común complejo, en una región tan variada y con privilegios de clases.
Llegó la prosperidad: Amberes atraía a los mercaderes y banqueros del mundo. Su comercio se evaluó en tres mil millones de francos anuales.
En Yuste donde vivió sus once años de vida sin un lujo extravagante pero con huerta propia y jardín dentro del monasterio, le pidió a su hijo que reconociera a Juan de Austria, su medio hermano, un hijo ilegítimo nacido en Alemania, de una aldeana flamenca. De muy niño lo trajeron en sigilo a España y con los años terminó viviendo con el mayordomo del emperador, Luis de Quijada, quien los tenía a su cargo y se ocupaba de él. Jugaba en los jardines de Yuste sin saber que su padre era l emperador Carlos V. Era un precioso niño rubio de ojos azules y más tarde un gallardo joven distinguido. El niño tenía doce años cuando murió su padre, sin saber que lo era todavía.
A los catorce años se enteró por su medio hermano Felipe II y desde ese momento recibió una esmerada educación junto al infante Carlos II, heredero al trono, Farnesio, príncipe de Parma y sobrino de don Juan, en Alcalá de Henares.
Mientras Carlos V usó la diplomacia y su prestigio para convencer, era de carácter extrovertido y muy activo, su hijo, Felipe II no hizo más que desaciertos. Quiso ejecutar el objetivo fundamental paterno conservando a Europa unida bajo el Catolicismo y al mando de los Habsburgos. Luchó tercamente contra los flamencos, contra los protestantes, los moriscos y todos esos frentes no hicieron más que debilitar su reino. Hablaba mal el francés e ignoraba el holandés. Los Países Bajo nunca lo consideraron su soberano.
Felipe, terco, imponía las leyes del Concilio de Trento y designó como gobernador a su media hermana, la duquesa Margarita de Parma, aunque era una limitada regencia ya que debía someter todo a consulta. Hubo tensiones entre ella y el Consejo de Estado, entre el pueblo y los soldados y un levantamiento era posible. El rey tardó un año en decidir retirar las tropas y apaciguar los ánimos.
Felipe, terco, saturnino, imponía las leyes del Concilio de Trento y designó como gobernador a su media hermana, la duquesa Margarita de Parma, aunque era una limitada regencia pues debía someter todo a consulta. Hubo tensiones entre ella y el Consejo de Estado, entre el pueblo y los soldados y un levantamiento era posible. El rey tardó un año en decidir retirar las tropas y apaciguar los ánimos.
Doscientos hombres fueron al palacio de la regenta, aclamados por el pueblo con entusiasmo. Margarita debía obedecer a su medio hermano pero el pueblo le daba lástima. Los llamados mendigos se unieron a una multitud enardecida. La audiencia duró unos minutos; una pequeña delegación entregó las peticiones escritas. Mientras esperaron, se fueron a beber. La respuesta no les satisfizo. Margarita prometía enviar a Felipe II una delegación para moderar la persecución a los herejes.
La Insurrección
En 1566, once años luego de subir Carlos V al trono se preparaba para asistir a la Asamblea del Poison d´Or y estalló la revuelta. Los nobles flamencos juraron resistir a La Inquisición y a los edictos reales con los heréticos calvinistas, que tomaron las iglesias para celebrar su culto: la masa desbordó. La Catedral y las Iglesias fueron saqueadas; el pueblo destruía todo a su paso, pintura y obras de arte fueron destrozas. La rebelión se levantó también en Ypres y Gante, Frisia, Holanda y Zelandia. Se construyeron templos protestantes donde se practicaba los oficios junto al católico.
Felipe II consultó a los teólogos sobre la conducta a seguir; le aconsejaron dejarlos en libertad mejor que la calamidad que podía resultar de la rebelión, pero el monarca hizo lo opuesto y aplicó en 1566 -once años después de la abdicación de su padre- la regla del rigor. No toleraba la herejía de los Países Bajos y menos que disminuyera su autoridad real. Mientras en España se finalizaba el Escorial, el primer palacio para reyes, se dispuso a defender el Catolicismo como monarca absoluto. Fue un craso error. Carlos V en el tercer Concilio había defendido la libertad de culto.
Envió en su nombre al duque de Alba, que seguía sus reglas; lo denominaron el ángel exterminador; tenía casi 60 años de edad y conducción 17.000 soldados más 4 decretos dando plenos poderes a su media hermana, la duquesa Margarita, pero ésta, presintiendo el futuro aciago para los flamencos rogó al rey que la dejara regresar a Italia.
Al conocer la noticia muchos se exilaron y otros se prepararon para resistir. El duque estableció un tribunal de sangre que llevó al cadalso a dos condes, personajes ilustres y fueron ejecutados en la Gran Plaza de Bruselas; Sus hogares fueron arrasados, le confiscaron sus bienes y encarcelaron a otros; nadie se sentía seguro: cayeron 800 cabezas. El duque de Alba seguía las órdenes del monarca español.
Intentó salvar a los dos condes pero no lo logró. La resistencia aumentó; estalló una rebelión armada. Guillermo de Orange ayudó con tropas, armas y dinero: los protestantes fueron socorridos también por los príncipes protestantes de Alemania.
Los Mendigos del Mar se aliaron en masa y organizaron la resistencia. Algunos eran aventureros pícaros, otros mendigos que habitaban los bosques y buscados por la autoridad por diversos crímenes, otros perseguidos por los españoles y la minoría idealistas. La mayor parte no había navegado jamás, pero el peligro no los acobardó. Todos se unieron. El rey español protestaba contra la ayuda que Isabel I los protegía en sus puertos. Anclaron los Mendigos del Mar en una ciudad sin guarnición y tomaron la Brille. Fue una cuña favorable para los españoles en los Países Bajos. Guillermo de Orange les concedió el permiso de cruzar el canal de la Mancha y abordar los barcos, aunque no aceptaba el salvajismo y la brutalidad que empleaban. Guillermo de Orange fue proclamado gobernador neerlandés y trató de juntar políticamente los Países Bajos.
Después de la toma de la ciudad que no estaba protegida militarmente tomaron otras ciudades. El nacionalismo se extendió entre los mendigos del mar que fueron crueles en sus triunfos, anárquicos, pese al príncipe de Orange que intentaba implantarle su pensamiento político; torturas, ejecuciones no eran mejor que los cometidos por el duque de Alba y su ejército español. Los calvinistas piadosos estaban escandalizados.
Guillermo II, viendo el peligro les quitó las patentes de corso en una conferencia. La era de los mendigos del mar finalizó, aunque la guerra seguía sin ellos y donde se decidiría el futuro de los balones, las provincias valonas en el sur y de los flamencos en el norte.
Felipe, designó finalmente como sucesor del duque de Alba a Luis de R, comendador de Castilla y ex gobernador de Milán, un gran dignatario no indicado para este problema de tan difícil solución. Era un moderado que anhelaba gobernar con tolerancia a los Países Bajos. Guillermo II de Orange rechazó las proposiciones del nuevo gobernante castellano.
La guerra duró 80 años. Si Leyden caía en manos de España, la causa estaba perdida para el príncipe de Orange. La defendieron con valor pese al hambre y al asedio. El príncipe holandés ordenó abrir los diques e inundar los campos de alrededor, así podían socorrer a Leyden con sus barcos livianos de fondo plano para liberar la ciudad sin necesidad de pasar por donde estaban los españoles.
Integró unir las Provincias Unidas bajo la tolerancia religiosa, Guillermo de Orange se declaró calvinista, pero no aceptó el extremismo como única religión. Para atraerse al sur católico debía encontrar una tolerancia religiosa donde además declaró que el
Príncipe era un súbdito para el pueblo.
La independencia de las siete provincias
En 1576, en Gand se reunieron sus representantes;
Guillermo II de Orange se negó a firmar el edicto para las siete provincias; tramó asesinarlo a don Juan quien huyó a Bruselas y se escapó a Francia; desde allí llamó a las tropas que estaban en Italia. Al ver su imposibilidad para llegar a un acuerdo con los rebeldes flamencos se decidió a la acción militar. Regresaron los soldados a la orden de Alejandro Farnesio, príncipe de Parma y sobrino de don Juan de Austria, además de condiscípulo.
En la campaña derrotó al enemigo y reconquistó Lovaina, Brabantes, Luxemburgo belga y otras; los rebeldes debieron salir de Bruselas y refugiarse en Amberes.
Don Juan suplicaba a su hermano Felipe II dinero pero el rey ponía al pie de la carta: sin respuesta. Temía los proyectos para salvar a María Estuardo de su medio hermano y la posibilidad de convertirse en un temible rival. Don Juan finalmente muere de un moco sospechoso; su sobrino lo sucedió. Siguió la guerra pero era difícil dominar a los flamencos que destruían incluso los sacramentos, las iglesias, los claustros, monasterios, robando los bienes, encarcelando obispos y ejecutando a los nobles y colgando y decapitando por doquier.
Los balones católicos reaccionaron. Farnesio les prometió libertad de culto a condición de mantener el culto católico y la autoridad de Felipe II. Se firmó la reconciliación pero Guillermo de Orange se opuso con Holanda, Zelanda, Utrecht, Frisia y otras ciudades del sur. El príncipe replicó:”seguiré firme”, la divisa de la casa Orange Nassau y del reino de Holanda.
Felipe muere desposeído de los Países Bajos y tres años más tarde Guillermo II de Orange muere en manos de su asesino; en su vida sufrió una serie de atentados. Su país lo lloró como a un padre protector. El pueblo se repuso y tomó coraje y terminó su obra. Decidieron vengarse y defender su libertar costara lo que costase.
La tregua y la independencia
Farnesio explotó la situación, cansado luego de la muerte del rey de España e intentó someterlos. Antes de morir Farnesio tomó Brujas e Ypres; Gante capituló en 1584 y Brusela un año después, y Amberes unos meses luego: fue la última ciudad y cumbre militar, el mayor triunfo en los Países Bajos.
Después de esta toma Europa consideró finalizada la cuestión pero Farnesio murió seis años después. A Felipe II le siguió su segundo hijo, un rey abúlico Felipe III.
Francia e Inglaterra reforzaron la posición de los Países Bajos de la República Neerlandesa y en 1608 el gobernador llamó a una tregua por doce años y a reconocer la independencia de las Provincias Unidas que actualmente es Holanda.
El despotismo religioso fue la causa de que diez y siete provincias del Emperador Carlos V se separaran del reino: ni Guillermo de Orange ni Felipe II lo desearon. Cuando firmaron la rendición en Breda, con el compromiso de la nobleza, ni siquiera los mendigos soñaron con tal ruptura.
La batalla de Lepanto contra los turcos Este es Juan de Austria, medio hermano de Felipe II, rey de España
Don Juan fue a los veinticinco años el héroe de Lepanto. Partió con la flota cristiana para encontrarse con la flota otomana; ambos comandantes no sabían cuán cerca se encontraban el uno del otro, desconociendo el número exacto de naves ni de adversarios, debido a los falsos informes que les llegaban. Cuando aparecieron los turcos hubo un momento de duda entre la flota española: “Señores, ya no es hora de razonar sino de combatir” les respondió secamente el joven comandante. En un momento don Juan de Austria sacó su espada y se lanzó con la galera Sultana, junto con el marqués de Santa Cruz y sus naves
Alí Baja murió; un soldado clavó su cabeza en una pica y el estandarte se llevó hasta un lugar de la Santa Liga. El combate tenía el viento favorable a los españoles, a las naves del Pontífice y las de Venecia. Don Juan y el marqués salvaron el ala derecha de la brutal ofensiva. La batalla finalizó a la tarde. Una tempestad se avecinaba; nadie se dio cuenta salvo don Juan que estaba atento; con un cañonazo de alarma la flota se protegió en el puerto. Si no hubieran llegado a tiempo, la flota hubiera naufragado por la terrible tormenta.
En esa precisa flota se encontraba Miguel de Cervantes Saavedra que, enfermo y con fiebre, quiso estar en los lugares más peligrosos; recibió tres arcabuces y quedó con una mano imposibilitada; le quedó como sobrenombre el manco de Lepanto, de lo cual se vanagloriaba.
Las fuerzas españolas siguieron luchando contra los musulmanes del norte de África; recibió del rey de España instrucciones de atacar Túnez, sacar a los turcos y colocar en el trono a un turco amigo de España. Era la misma empresa que treinta y ocho años antes había llevado a cabo su padre, Carlos V sin poder triunfar.
La empresa tuvo éxito pero con el tiempo no sirvió; se perdieron las dos conquistas, Túnez y el fuerte de la Goleta. Hubiera sido inteligente dejar a don Juan como soberano en esas tierras. Pero Felipe temía el poder en manos de su medio hermano, frente a los triunfos logrados.
Después de su triunfo en Lepanto para beneficio de España, tal vez el monarca le tenía cierta aprensión. Juan de Austria era príncipe de sangre, hijo del emperador. Felipe II sostuvo que era indispensable poner fin al problema de los Países Bajos. Así podía mantenerlo bajo su dominio sin permitirle volar con sus propias alas. Era un gobernador español en medio de rebeldes flamencos.
Juan de Austria despidió las tropas con pagos atrasados; pidió un crédito prestado de más de 150.000 escudos al Papa Gregorio XIII, destinado al proyecto inglés para restablecer el catolicismo en Gran Bretaña. Hizo lo imposible para conseguir la paz en Flandes.
El Pontífice quiso otorgarle un reino pero Felipe II se opuso y lo envió a un destierro disimulado, lugar que padeció, con un ejército que no recibía paga y clamando al rey por ser absuelto de ese cargo sin futuro. Felipe ni siquiera respondía sus cartas. Después de su triunfo en Lepanto para beneficio de España, tal vez el monarca le tenía cierta aprensión y lo acorraló en esa comarca.
Don Juan soñaba con salvar a María Estuardo, casarse con ella y destronar a la reina de Inglaterra, Isabel I y convertirse en los nuevos reyes católicos de Inglaterra, algo que Felipe temía.
En medio de las penurias de las revueltas murió en Brusela muy joven de unas fiebres.
Se encuentra enterrado en el Valle de los Caídos.
En 1520, en el primer edicto del Concilio de Trento Carlos V condenó a muerte a los protestantes. Fueron llevados a la hoguera en los Países Bajos dos monjes agustinos de Amberes, que ponían en duda los dogmas de Roma.
El emperador deseaba dejarle a Felipe II un reino pacífico. No sólo no fue posible sino que terminó con la decadencia de España.
Pero mientras Carlos V usaba la diplomacia y su prestigio para convencer, era de carácter extrovertido y muy activo, su hijo, Felipe II no hizo más que desaciertos. Quiso realizar el objetivo fundamental de su padre; conservar a Europa unida bajo el Catolicismo y al mando de los Habsburgos. Luchó tercamente contra los flamencos, los protestantes y los moriscos y todos esos frentes no hicieron más que debilitar su reino. Hablaba mal el francés e ignoraba el holandés. Los Países Bajo nunca lo consideraron su soberano. Su padre le cedió el mando de Alemania a su hermano Fernando, lo cual hizo que Felipe no heredara el imperio alemán. La derrota de La Armada Invencible hizo que Inglaterra no solamente venciera a los españoles sino que además ganase el poder marítimo. Desde ese día Inglaterra tuvo el poderío de los mares.
Las ideas de este pueblo del Norte eran diferentes a los pueblos del Mediterráneo. La intolerancia política y religiosa de España rebeló a los flamencos que deseaban como regente a Guillermo de Orange, quien se distinguió bajo el reino del emperador.
Felipe, terco, reconcentrado, egocéntrico, con enorme capacidad de trabajo, aunque muchas veces su terquedad y afán de control fuera en detrimento suyo y de España. Designó como gobernadora a su media hermana, la duquesa Margarita de Parma, aunque limitada en su regencia pues debía someter todo a consulta. Hubo tensiones entre ella y el Consejo de Estado y entre los soldados y el pueblo con un posible levantamiento. El rey desde España tardo un año en decidir retirar las tropas y apaciguar los ánimos de los flamencos.
Muere Felipe II y sube al trono su hijo Felipe III, abúlico e incompetentes que dejó el gobierno a manos de su favorito. Su hijo Felipe IV no será mucho mejor y puso fin su incopetencia al imperio español.
EL DECLIVE DEL SOBERANO FRANCÉS
Sufrió una gran desilusión con la nueva guerra civil en Inglaterra, que destronó a James II, en quien había puesto sus esperanzas. El rey inglés se convirtió al catolicismo -a cambio de una inmensa fortuna cedida por el rey francés- que llevó al pueblo otra vez a una masacre entre protestantes y católicos nuevamente. Cometió un gran error; le vendió el puerto de Dunkerque a Francia, acto que los ingleses no le perdonaron jamás pues era capital para ellos un lugar seguro en el continente.
Los ingleses pidieron socorro a Guillermo III de Orange, rey de Holanda, casado con María, hija del rey depuesto, María, que fue creada en la religión protestante.
Cuando James II le propuso a Luis XIV que lo ayudara para regresar por Irlanda y luchar contra su yerno holandés, éste le cedió algunos oficiales pero no tropas francesas.
En poco tiempo Guillermo III tuvo a la isla bajo su control y sin derramar una gota de sangre. Francia se asustó y le envió tropas a James II. Guillermo pasó a Irlanda para combatir personalmente contra su suegro y le infligió tal derrota que el monarca inglés perdió su coraje y huyó a Francia en su segundo exilio con su familia (estaba casado en segundas nupcias y tuvo un heredero que murió, dejando un hijo)
En 1688 Luis XIV invadió el Palatinado; entró a la cabeza de sus tropas sin ninguna explicación. La destrucción y violencia dejó asombrada al resto de Europa. Los dragones que formaban la delantera cometieron todo tipo de actos violentos a sangre fría y sin necesidad; incendiaron ciudades históricas. Existe aún un castillo en Heidelberg que guarda las señales del vandalismo de esa época.
Detrás venían los carros llenos con el botín y los prisioneros alemanes atados de a dos. El rey quería asegurarse la dominación del Rin y necesitaba quebrar de una vez toda la resistencia alemana. La desgracia del Palatinado contribuyó al odio de Alemania contra Francia.
De esta guerra nació la guerra europea para vencer al invencible Luis XIV. Desde 1688 los estados alemanes, Brandeburgo, Saxo y Hannover entre otros, se comprometieron a defender las fronteras del Rin.
En noviembre Francia se vio forzada a declarar la guerra a los Provincias Unidas y, en abril, a Felipe IV
Los aliados creían poder someter a Francia. Decidieron paralizar todo el tráfico naval destinado a Francia, y a los países neutrales. La Liga de 1692 logró una importante victoria que compensó la derrota de dos años atrás.
Ese año a Luis XIV se le ocurrió invadir Inglaterra pero los ingleses se enteraron del plan real y rechazaron a los invasores con toda ferocidad. Fue una derrota donde todo el pueblo se unió y olvidaron sus diferencias en Pro de defender su país.
La flota inglesa junto a la holandesa navegó aliadas y en junio se encontraron con la flota francesa cerca de Normandía. El almirante francés juzgó mejor retirarse antes de continuar una victoria imposible, que finalizó con el proyecto del soberano de invadir Inglaterra. El dominio del mar quedó para Inglaterra. Fue un gran triunfo para Guillermo, rey de Holanda y de Inglaterra. Los Países Bajos conocían la superioridad militar de su enemigo, quien tomó y quemó Holanda, bombardeó Lieja y en 1692 venció al rey holandés. Guillermo sufría las derrotas sin perder de vista su objetivo.
Desde el principio de la guerra el rey Sol intentó desunir a los miembros aliados. El duque de Savoya fue el primero en abandonar la alianza. La traición de Savoya fue un triunfo diplomático francés; en 1695. Francia intentó una paz parcialmente aceptada,
Guillermo tomó Namur. Francia bombardeó durante 36 horas a Bruselas, capital de Los Países Bajos, que defendida por Maximiliano de Baviera
La capital resistió y los soldados franceses huyeron apresuradamente de la Grand Place; 3.850 casas fueron destruidas; la gente dormía en carpas en el parque.
Como perdió sus recursos económicos, Francia aspiraba a la paz. La emigración de los hugonotes, gran error del rey que los obligó al exilio- se empezaba a hacer sentir sus consecuencias. La mala cosecha sembró la miseria entre los campesinos; Luis comprendió que su reino se encontraba al límite de sus fuerzas.
Comenzaron las negociaciones de paz, pero no se firmó hasta 1697, en un palacio de Flandes; El Tratado de Utrecht estuvo listos: Francia por un lado e Inglaterra, Holanda y España del lado opuesto.
Las condiciones de paz eran asombrosas. Luis XIV debía devolver todas sus conquistas al este del Rin y todos los territorios reunidos, excepto Alsacia, Luxemburgo y Estrasburgo. Tuvo que comprometerse a no efectuar la mínima tentativa para destronar a Guillermo III de Inglaterra, aunque residiera en Holanda.
Francia no salió realmente derrotada de una batalla, pero sí le impusieron un límite para siempre a su expansión territorial. El objetivo perseguido por Guillermo de Orange se cumplió. James II murió cuatro años después, sin intentar una nueva conquista al trono.
(Guillermo III murió y su mujer María reinó. Al morir sin hijos, su hermana Ana reinó en Inglaterra. Luego del Tratado de Utrecht, los ingleses quedaron insatisfechos y otros resentidos. Entre los resentidos se encontraba España, que tuvo que ceder los Países Bajos y sus posesiones en Italia. (No olvidar que Felipe IV era suegro del rey Sol).
Ana, tuvo 19 hijos, múltiples hijos recién nacidos muertos, algunos abortos naturales y -al no vivir ninguno- cedió el trono a la dinastía de Hamburgo, al rey Jorge I. Reinarán cuatro reyes incompetentes, no interesados en Inglaterra, regresando durante meses a su país natal hasta que muere Jorge IV y sube al trono su sobrina, la reina Victoria).
EXPANSIÓN HOLANDESA: COMERCIO Y COLONIZACIÓN
Juntos con Portugal fueron los primeros colonizadores. Necesitaba expandirse y eran excelentes marinos. Al independizarse Holanda, pasó a ser una de las mayores potencias económicas y coloniales del mundo. Ambos países fueron colonos antes que Inglaterra y Francia; se extendieron en América, India y sus barcos llegaron hasta el Báltico, el Mediterráneo, el Adriático y el Pacífico. Ámsterdam era luego de su independencia el centro económico neerlandés; su edad de oro y su poderío fue a fin de del S XVI.
Cuatro barcos llegaron a ese continente al Cabo de Buena Esperanza y a Java; fundaron factorías en la colonia del Cabo e informaron a su país de las posibilidades que ofrecía la India.
Los holandeses pretendían y lo lograron expulsar a los portugueses de sus colonias; poseían 800 naves entre Guinea, la costa occidental de África; de allí se dirigieron al sur del continente y de allí a la India , importando marfil, perlas, café, té, especias, arroz, sedas, etc. Fue un gran éxito. Fundaron la Cía. de las Indias Orientales con el predominio de su monopolio al comercio índico; era un estado dentro de otro Estado de las Provincias Unidas. De este modo eliminaron a Portugal de sus posesiones. El centro holandés estaba en la isla de Java, fundada por un holandés.
Siguieron rumbo a Siam, Japón y Australia; descubren Nueva Zelanda diez más después.
Las colonias fueron también por el Atlántico. Crearon una Segunda Compañía de las Indias Occidentales. Desembarcaron en la primera mitad del S XVII en Brasil, tomando Bahía y el litoral de Cuba. Además sus piratas capturaban la plata que traían los españoles en su flota. Durante 40 años se mantuvieron en Brasil, expulsaron a los portugueses.
Su colonización en América fue breve. Los balones fundaron en Hudson Nueva Ámsterdam, hoy Nueva York pero los ingleses pronto se apoderaron de ella. Holanda y España eran las mejores flotas marina del momento. Recién con Isabel I el poderío marítimo será británico.
MARTES, 17 DE MARZO DE 2015
CARLOS V y FELIPE II
CARLOS V Y FELIPE II
El idilio duró pocos años; en una cacería, María se cayó del caballo y murió unos días más tarde. A Maximiliano le costó muchísimo recuperarse; fue una pérdida tremenda. Nunca olvidó esos años de juventud.
Su gran deseo era ser proclamado emperador del Sacro Imperio Romano y lo logró. Fue un hombre moderno, un político preocupado por agrandar su país, aunque sin el dinero necesario. Contribuyó al despertar renacentista, ensamblado con el fin de La Edad Media.
Maximiliano y María de Borgoña fueron los padres de Felipe el Hermoso, quien se casó con Juana la Loca , padre a su vez de Carlos V. El hijo mayor y el nieto de los Reyes Católicos habían muerto; la hija mayor también, por lo cual el trono de España lo heredaba Juana; Felipe murió y Juana lo lloró desconsoladamente, viajando junto al féretro de su amadísimo marido. Por su problema psíquico, fue encerrada de por vida y Carlos V pasó a ser rey de España a los diez y seis años.
Primera mitad del S XVI
Maximiliano de Austria muere. Los príncipes electores debían reunirse en Frankfurt para elegir un reemplazante como nuevo emperador. Maximiliano aumentó el poder de los Habsburgos y no escatimó esfuerzo para que la corona imperial quedara en su familia.
Al morir su hijo, Felipe el Hermoso, su nieto Carlos V lo heredó.
Nació en Gand y fue criado por su tía, Margarita de Austria. Maximiliano había cedido esta hija al Delfín de Francia, pero diez años más tarde regresa virgen, repudiada y humillada. El heredero francés la abandonó por otra duquesa de mayor dote. La casa de Austria negoció una nueva boda de Margarita con Juan de Castilla, heredero de los Reyes Católicos. Fue un matrimonio feliz, pero a los veinte años quedó viuda con una gran fortuna. Por tercera vez la cede su padre al duque de Savoya y éste también muere de una pulmonía.
A esta mujer - joven y bella- su padre le confió el gobierno de los Países Bajos; fue enérgica como gobernante y al mismo tiempo se consagró a la educación de su sobrino, el futuro emperador de España. Carlos hablaba en francés con su tía; fue un pupilo no sobresaliente, aunque con ideas firmes; no cambiaba de opinión, si creía tener razón.
Cuando tenía seis años, muere su padre y a la muerte de su abuelo materno, Fernando de Aragón, su madre Juana debía heredar el trono; al quedar desequilibrada con la muerte de su marido, la corona pasa a su hijo, en el año 1515. Hereda un inmenso imperio: Los Países Bajos y Austria de su abuelo paterno; Castilla, Aragón, Nápoles y Sicilia, más las colonias en América de su abuelo materno.
Los nobles lo recibieron con desconfianza: no hablaba español, lo cual los hería. Se opusieron a los tributos exigentes del monarca y el mayor descontento fue cuando fue nombrado emperador en Fráncfort, porque temían que no se ocupara de los intereses de España. Con gran amargura lo vieron partir en 1520 hacia Alemania y recibir la corona imperial, tan deseada por Francisco I y Enrique VIII.
En el viaje se encontró con el rey de Inglaterra para examinar la situación europea. Carlos y Enrique firmaron un pacto de ayuda, si Francia los atacaba. Partió hacia los Países Bajos, mientras Enrique VIII se disponía a encontrarse en Francia con el rey.
De Flandes partió a Alemania para ser coronado como príncipe electo a sus escasos diez y nueve años de edad.
Se encontraron para la primera Dieta. Carlos V conoció a Lutero, un fraile, que osaba afirmar que los católicos estaban errados. Lutero se mostró obstinado y el emperador juró nunca más escucharlo, adoptando la decisión irrevocable de no aceptar sus puntos de vista. Al día siguiente, leyó su declaración a los príncipes alemanes y se mostró consciente de sus deberes, como jefe de los cristianos. Lutero fue tratado como un hereje; al emperador jamás le interesó su doctrina. Católico acérrimo, arriesgó su vida y los bienes del tesoro en defensa de la religión de sus antepasados. El pontífice y los príncipes católicos aprobaron la Dieta junto al emperador, con los cambios de la reforma y la reorganización de la Inquisición -el régimen de terror, impuesto en España por los Reyes Católicos-.
El Milanesado
El Milanesado
Estalló una guerra entre Francia y España. Francisco I fue derrotado y enviado prisionero a España. Se inició la paz. Carlos pidió el ducado de Borgoña, que estaba en manos de los franceses desde que Luis XI lo había conquistado. Se le concedió la libertad, si dejaba a sus dos hijos varones como rehenes, durante dos años,hasta pagar el exuberante rescate.
El Papa aceptó que el rey de Francia rompiera la promesa al haber sido obligado a firmar.
El Pontífice junto a Francia, Venecia y Florencia firmaron una Liga contra el emperador. Entonces estalló IL Saco di Roma; durante nueve días y noches los españoles saquearon y destruyeron todo lo que encontraban a su paso. El Papa se refugió en su palacio de verano y tuvo que pagar un rescate fabuloso, incluso donar su tiara de oro. La paz se logró entre Francia y España, gracias a la madre de Francisco y Margarita de Austria, la tia de Carlos V, que seguía gobernando los Países Bajos,
Al emprender el viaje, dejó como regente de Castilla a Adriano, que luego sería pontífice. La situación política era difícil. Se levantaron Toledo y Segovia.
En 1525 hubo un dictamen, donde los moriscos fueron declarados cristianos por obligación. Un núcleo lo desafió, pero se sofocó el intento y los cabecillas fueron condenados a muerte. Los moriscos que se salvaron se fueron al norte de África y los que se quedaron debieron convertirse a viva fuerza.
Diez años más tarde, Carlos V emprendió una campaña contra los piratas berberiscos que estaban bajo las órdenes de Barbarroja. Tomó posesión de Argelia y Túnez y destronó al rey. Temiendo el peligro de una invasión fue a Túnez por mar, se apoderó del puerto, convertido en una fortaleza, y venció a los sarracenos. Repuso en el trono al rey, -a condición de reconocer su hegemonía- y liberó a mil cautivos.
El imperio mostraba una prosperidad económica no real. Subían los precios pero, aunque los tesoros de los aztecas, el oro y la plata de Méjico, Nueva Granada y Perú aumentaban se gastaban en las guerras contra los protestantes en Flandes, para frenar a los somalíes y a los berberiscos en las costas del Mediterráneo, lo cual implicaba muchísimo gastos.
La década de 1550- 60 (el emperador abdicó en 1555) fue la mayor en entrada de oro de Las Indias, superando los dos millones y medio a fin de ese siglo.
Carlos V llevaba en las venas el sentido heroico de Borgoña y el liberalismo de Erasmo, incomprensible en España. Le interesaba la sumisión de toda la cristiandad a la corona imperial. Tenía conciencia de su misión.
Carlos V abdica en 1555 a favor de Felipe y se refugia en un convento en Yuste, aunque conservando su independencia, incluso una huerta y un jardín propio.
Francisco I y Carlos V tuvieron cuatro enfrentamientos para conquistar Génova y Milán y sus hijos, Enrique II y Felipe II heredaron esta guerra comenzada por sus padres.
- Felipe II
-La guerra de Flandes y los Países Bajos continúa.
-Don Juan de Austria
-Independencia de Holanda.
Ignacio de Loyola, Jesuita
Fue un militar que peleó en Navarra, defendiendo las tropas francesas. Era, como todo vasco, obstinado. Quedó malherido de una pierna y mientras se recuperaba, en el castillo de su padre comenzó a leer la Vida de Cristo y se apasionó. Con su carrera frustrada, -tuvo que usar un bastón-, soñaba con fundar una Orden como caballero de Cristo. Siguió una etapa de acceso rígido, impuesto por él para ejercer la voluntad y con el fin de dominar sus emociones.
A Lutero le costó siete años alcanzar la paz del alma y cuatro más darle forma definitiva a las nuevas concepciones religiosas. Unos meses fueron suficientes en la lucha espiritual de San Ignacio para alcanzar el mismo punto. Tomó la resolución de someterse sin condiciones al Papa; desde que fue general hasta su muerte no abandonó Roma, aconsejándolo.
Le dio mayor importancia a la cultura. Estudió latín, partió de España a la universidad de París. Calvin estudiaba en esa ciudad al mismo tiempo que Loyola; le interesaba la teología y el humanismo. La Orden- formado por unos pocos- abandonó París por una localidad en los alrededores. Pronunciaron los tres votos de pobreza, castidad y obediencia y juraron ir a Jerusalén para cuidar a los musulmanes convertidos, pero la guerra en Varsovia contra los turcos se lo impidió.
La iglesia desconfió de ellos y la Inquisición lo tuvo preso algunos meses hasta que Pablo III le dio permiso para continuar con la nueva Orden de Jesús, con la misión que se habían impuesto de profundizar la vida espiritual, extender la fe católica romana y extirpar a los herejes; era una saga militante que combatían al servicio de Cristo; la tarea era luchar por la gloria divina. Debían convertir a los paganos y mostrarles el camino a los heréticos, viajando por diferentes países para servir a Dios.
sólo por vocación.
Pusieron toda su energía en las misiones en Las Indias, durante cinco años. Son conocidas las ruinas de las misiones jesuíticas y sus huellas en Paraguay y Bolivia, Perú y Brasil. Ganaron la confianza de los indios que les gustaba el culto y los himnos; formaron coros y una orquesta dirigida por los indígenas; sus hijos era educados en escuelas jesuíticas; la tierra era fértil y el clima subtropical; el maíz daba cuatro cosechas por año y las naranjas crecían en grandes cantidades. Gracias a los jesuitas, Paraguay ascendió económicamente. Representaban obras de teatro religiosas; el teatro tenía un fin; era de utilidad para la propaganda de la Orden ; introdujeron el baile indígena y aceptaron su orquesta local, aprendiendo oficios los hombres y las mujeres.
Un amigo de Ignacio partió hacia el Este y luego a Japón con tres jóvenes nipones. El budismo era la principal religión allí; se convirtieron, pero los Jesuitas se volvieron exigentes y violentos y los echaron, considerando a los cristianos desde ese momento con desconfianza. Millares de nipones murieron por no abdicar a su fe. Sólo en el último tercio del S. XIX pudieron los cristianos regresar a Japón.
A fin del S XVI, partió una misión francesa hacia Canadá y se fueron expandiendo por el mundo entre España, Portugal Francia, Polonia, Alemania, Austria y Los Países Bajos.
Mitad del S XVI El Concilio de Trento
Mitad del S XVI El Concilio de Trento
Carlos V deseaba la paz entre católicos y protestantes. En 1545 el emperador abrió la ruta entre el catolicismo y los protestantes; Roma rechazó la propuesta. Imponía el Catolicismo como única religión. El Concilio dejaba al Pontífice el derecho de representar a toda la Iglesia. Aceptó que fuera en el Tirol, región que pertenecía al Sacro Imperio Romano. El deseo era mejorar la corrupción y establecer la unidad. Toda la primera parte se basó en Santo Tomás de Aquino, bajo la estricta ortodoxia. Los protestantes pretendían que la Biblia fuera la única guía. El concilio adujo que la Biblia y los padres de la iglesia, eran las normas de la fe cristiana: sólo podían salvarse bajo la iglesia romana. El espíritu conservador de Pablo III aniquiló todo intento de reconciliación entre católicos y protestantes.
Entonces Carlos V enfiló con su tropa para finalizar con el protestantismo en Alemania, como lo dictaba el Papa. Dos años más tarde murieron varios miembros de ese Concilio; hubo una epidemia: los prelados del pontífice se fueron a Bolonia. Fue el primera etapa.
En la segunda, un sismo amenazaba a la iglesia romana. La misma idea seguía firme:
el Catolicismo como única fe.
En la tercera etapa ,Julio III no logró cambios y la situación se puso tensa.
Pío IV votó contra los herejes. Gracias a la Reforma católica de la iglesia romana, se extirpó el influjo herético en Polonia y en el Sur de Alemania. Pero la unidad Renacentista se convirtió en un recuerdo.
Mitad del S XVI
-La época de la Reforma en ciencias y artes.
-Copérnico.
-Kepler.
-Galileo Galilei
-Siglo de Oro . Lope de Vega, Calderón, Cervantes.
-Ariosto y Orlando el furioso en Italia
-Evolución paralela de la arquitectura y la escultura.
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En los Países Bajos el óleo y los colores primarios predominaban además de las veladuras, los pisos como mosaicos para mostrar la perspectiva, los cristales transparentes más las joyas representadas y los magníficos jarros de peltre.
En España se imponen Zurbarán y los monjes con mantos blancos; el tenebrismo manierista del Greco, el realismo de Ribera. A Velázquez no le interesa el arte clásico. Es el pintor de la Corte. pintó a Baltazar , bellísimo retrato del niño con su jaca blanca, (hermano de María Teresa de Austria, casada con el rey Sol). Pintó treinta y cuatro veces el retrato de Felipe IV En las Meninas, la infanta Margarita, media hermana de María Teresa; tiene cinco años y está vestida de blanco y oro. El pintor muere cinco años después de pintarlo. En el espejo del cuadro se ven reflejados el rey Felipe IV y la reina María Ana. La infanta Margarita tiene un moño grande en su pelo rubio. Una dama de la corte se inclina para tenderle agua y otra le hace una reverencia a la infanta. Vemos un gran cuadro donde el pintor tiene el pincel en la mano. Un idiota, un enano detrás y un perro gigante conforman el cuadro. Es la teología de la pintura, Velázquez no traiciona sus emociones.
En otro cuadro pinta a la infanta Margarita, de blanco plateado, adornada como una Castellana de Toledo. Pinta españoles de rango. La rendición de Breda, en 1625, cuando el hijo de Guillermo de Orange, rendido los Países Bajos, le entrega las llaves al vencedor español.
Murillo con las vírgenes de cara bonitas. Velázquez tuvo acceso a la colección pictórica de la realeza.
Rubens llega a España con una misión diplomática de Isabel de Austria, que seguía gobernando los Países Bajos.Rubens descubre una técnica nueva en un viaje a Italia. El pintor flamenco se quedó nueve meses y compartieron un taller junto a Velázquez. Los últimos diez años el español pintó de una manera más sintética.
El IMPERIO OTOMANO. El peligro turco
El sultán Mahomet I entró en Constantinopla a mitad del S XV. Esa fecha marcó el auge del imperio otomano. Obtuvo sus victorias en Europa y en Asia; tres años más tarde conquistó Atenas, el Peloponeso, Bosnia y parte de Herzegovina; uno de sus objetivos era tener una marina poderosa.
Una prolongada guerra contra Venecia dio a Turquía la hegemonía en el Mediterráneo oriental. Tenía una manera sanguinaria de guerrear y deseaba igualarse a la gloria de Alejandro Magno o al poder de Gengis Khan.
Después de 30 años de reinado, Mahomet muere y sube su hijo, el pacífico Bajazet II; amaba la filosofía, el arte y era poeta. No luchaba salvo si era necesario para la seguridad del imperio. Conquistó el resto de Herzegovina sólo para asegurarse las fronteras.
En 1512, le cedió lugar a su hijo Selim I, un salvaje conquistador como su abuelo. Masacró a los chiítas, una secta que peleaba por la dominación musulmana contra los sunitas ortodoxos. En ocho años duplicó su territorio; atacó a Persia, el mortal enemigo del imperio otomano en Asia, centro de los chiítas. El Sha Ismael era un buen administrador y guerrero que también había expandido su imperio.
Selim fue a su encuentro por el estrecho del Bósforo con 140.000 hombres, 60.000 camellos y 300 cañones. Se encontraron y fue una derrota total.
Cuatro años más tarde, en 1516 Selim peleó contra los mamelucos; querían tomar la Meca , la ciudad santa. Ese mismo año entró en Damasco, tomó el lugar sirio y avanzó hacia Egipto. Selim abatió a los egipcios; eran amos ahora de Arabia y de las ciudades del Islam. Tomó el título de Califa, gran soberano. Era el jefe de los musulmanes del mundo islámico, sucesor de Mahoma y tenía como fin difundir la verdadera Fe.
Selim murió misteriosamente y su hijo Soliman subió al trono y amenazó a Europa. Detestaba a Carlos V. La idea que otro monarca tuviera la dominación mundial le era insoportable. El mundo se dividía en dos partes; el lugar del Islam y el lugar de la guerra dice en el Corán; Invadió Hungría y Belgrado; los caballeros de San Juan recibieron la autorización del emperador para instalarse en Malta y Trípoli; esperaban limitar el acceso al Mediterráneo occidental y lograr la ruina otomana. Era la cultura cristiana frente al peligro turco. La madre de Francisco I, que estaba prisionero en España, le rogó que lo liberaran. Solidan estudió el mensaje con mucho interés. El rey de Francia pedía socorro a los turcos, quien aceptó. La marina partió hacia España, mientras Solidan conducía las tropas en Italia para marchar sobre Milán. La paz logró liberar al rey de Francia y Solidan no tenía ya más excusas.
Entonces cambió su plan: invadiría España, Italia y Hungría pues el rey Luis II estaba casado con María, hermana de Carlos V. Su hermano Fernando estaba también emparentado con ese país; Se casó con la hermana de Luis, la princesa Ana. Luis no tenía hijos y Fernando era el heredero al trono húngaro.
Carlos V trataba a su hermano ambicioso con suma inteligencia. Le cedió los territorios heredados por su abuelo Maximiliano de Austria, bajo su administración e independencia y completa responsabilidad.
Hungría estaba en peligro. La batalla se libró y millares de hombres murieron.
El rey Luis fue masacrado y doce mil hombres fueron asesinados. El sultán marchó sobre la capital Buda que se rindió sin ofrecer resistencia. Las calles estaban desiertas. La muerte del rey hacía de Fernando el heredero; fue elegido rey en Bohemia, -parte húngara en ese tiempo- y unos meses toda la región húngara. Austria y Hungría estaban unidas en un punto capital para la evolución de Europa.
Hungría no quería a Fernando, por ser alemán. Los nobles pretendieron otro candidato como rey. Siguieron las intrigas y las peleas; no querían a los Habsburgos. Francisco I los apoyaba. El sultán planeaba atacar a Europa. Fernando le pidió que renunciara a ese plan, pero continuaron con los preparativos.
Los turcos frente a Viena.
Solidan sabía que Europa estaba dividida; conocía la situación política y religiosa en Alemania, Sabía sobre la rebelión protestante en la Dieta de 1529, comprendiendo cuál era el conflicto religioso. Mandó preguntar a Carlos V si había alcanzado la paz con Lutero.
La situación de Fernando era desesperada. Sus súbditos no pensaban morir por un austríaco. Fernando tomó parte del tesoro de la iglesia para financiar la guerra. Viene se salvó por milagro. Una vez que los turcos quisieron invadirla, atravesaron Hungría e invadieron los territorios de los Habsburgos en Austria, pero no triunfaron; fueron vencidos. Fue un desastre como la anterior invasión.
Carlos V finalizó la paz con los luteranos en Nuremberg y tenía las topas a su disposición para luchar contra el sultán invasor.
El imperio otomano desistió de invadir el oeste de Europa y se expandió hacia Persia. Abandonó Europa. Logró triunfos hasta tomar Bagdad y entró en la capital de los califas. Se centró en el Sur- Este del golfo pérsico poderoso. Sin embargo había hecho un pacto con Francia. Todos los comerciantes franceses del levante tendrían los mismos derechos que los turcos y todos los negocios entre turcos y franceses tendrían los mismos privilegios. Francia tenía interés en una puerta abierta al Oriente cercano.
Partió el sultán una vez más a la guerra para reafirmar su influjo en Hungría y evitar que Fernando de Habsburgo tomara posición de ese país. Pasó el resto de su vida reesforzando su posición en Hungría y el Mediterráneo. Murió en 1566, once años después de la abdicación del emperador.
¿Por qué luchaban y buscaban expandirse? Necesitaban el azúcar y las especies. Tenía trigo, carne, madera, sal, metales. No conocían la industria; tampoco la necesitaban. El trigo era suficiente para dejarle entradas para financiar la guerra. Todos los soldados de su palacio eran esclavos capturados de niños o islamitas fieles al imperio otomano. Se reclutaban los soldados en su reino. Cada cuatro años buscaban jóvenes pobres destacados entre diez y veinte años y se los enviaban al sultán que elegía los más aptos. Los sacaban de la casa paterna y no los volverían a ver. Recibían una educación cuidadosa para ser funcionarios; sabían leer, escribir, el manejo de las armas y dar órdenes a los militares. Su religión era el Islam; les hacían creer que era la mejor, la más inteligente. Eran cristianos de baja escala social y fácil de convertir al islamismo.
La guerra en Flandes
Carlos V, en 1529, en un edicto de la primera Dieta, condenó a los protestantes-
Pero mientras el emperador utilizaba su diplomacia y prestigio para convencer, Felipe II, su hijo, no hizo más que desaciertos. Hablaba mal el francés e ignoraba el flamenco. Los Países Bajos no lo consideraban su soberano. Felipe temía la autonomía de los flamencos, la cual produjo un quiebre con el monarca absoluto y exigieron un estado nacional independiente.
Las ideas del pueblo del Norte eran diferentes a los pueblos del Mediterráneo. La intolerancia política y religiosa de España rebeló a los flamencos, que desechaban la regencia; entre ellos estaba Guillermo de Orange, que se distinguió bajo el reino de su padre.
Felipe, terco, imponía las leyes del Concilio de Trento y designó como gobernador a su media hermana, la duquesa Margarita de Parma, aunque era una limitada regencia ya que debía someter todo a consulta. Hubo tensiones entre ella y el Consejo de Estado, entre el pueblo y los soldados y un levantamiento era posible. El rey tardó un año en decidir retirar las tropas y apaciguar los ánimos.
Doscientos hombres fueron al palacio de la regenta, aclamados por el pueblo con entusiasmo. Margarita de Austria debía obedecer pero el pueblo le daba lástima. Los llamaron mendigos; se unieron a una multitud enardecida. La audiencia duró unos minutos; una pequeña delegación entregó las peticiones escritas. Mientras esperaba, se fueron a beber y a comer. La respuesta no los satisfizo. Margarita prometía enviar a Felipe II una delegación para moderar la persecución a los herejes.
La rebelión
En 1566, once años luego de subir Felipe II al trono, mientras se preparaba para asistir a la Asamblea del Poison d´Or estalló la revuelta. Los nobles flamencos juraron resistir a la Inquisición y a los edictos reales, con los heréticos calvinistas, que tomaron las iglesias para celebrar su culto; la masa desbordó. La Catedral y las Iglesias fueron saqueadas, el pueblo destruía todo a su paso y pinturas, y obras de arte fueron destrozas. La rebelión se levantó también en Ypres y Gante, Frisia, Holanda y Zelanda. Se construyeron templos protestantes donde se practicaba los oficios junto al católico.
Felipe II consultó a los teólogos sobre la conducta a seguir; le aconsejaron dejarlos en libertad pues era mejor que la calamidad que podía resultar de la rebelión; pero el monarca hizo lo opuesto y aplicó en 1566 la regla del rigor. No toleraba la herejía de los Países Bajos y menos que disminuyeran su autoridad real. Mientras en España se finalizaba el Escorial, se dispuso a defender el Catolicismo como monarca absoluto. Fue un craso error. Envió en su nombre al duque de Alba, que seguía sus reglas; lo denominaron el ángel exterminador; tenía casi 60 años de edad y conducía 17.000 soldados; llevaba cuatro decretos, dando plenos poderes a su media hermana, la duquesa Margarita, pero ésta, presintiendo el futuro aciago para los flamencos rogó al rey que la dejara regresar a Italia.
Al conocer la noticia, muchos se exilaron y otros se prepararon para resistir. El duque estableció un tribunal de sangre que llevó al cadalso a dos condes, personajes ilustres que fueron ejecutados en la Plaza de Bruselas; sus hogares fueron arrasados, le confiscaron sus bienes y encarcelaron a otros; nadie se sentía seguro: cayeron ochocientas cabezas. El duque de Alba seguía las órdenes del monarca español, aunque Intentó salvar a los dos condes, pero sin lo lograrlo. La resistencia aumentó; estalló una rebelión armada. Guillermo de Orange, juntó a otros países que ayudaron con tropas, armas y dinero.
Los mendigos del mar se aliaron y organizaron la resistencia. Algunos eran aventureros pícaros, otros mendigos que habitaban los bosques y eran buscados por la autoridad, otros perseguidos por los españoles, y una minoría idealistas. La mayor parte no había navegado jamás, aunque el peligro no los acobardó: todos se unieron. El rey español protestaba contra la ayuda que Isabel I les otorgaba en sus puertos. Anclaron los mendigos del mar en una ciudad sin guarnición y tomaron La Brille. Fue una cuña favorable en los Países Bajos para los españoles. Guillermo de Orange les concedió el permiso de cruzar el canal de la Mancha y abordar los barcos, aunque no aceptaba el salvajismo y la brutalidad que empleaban. Guillermo fue proclamado gobernador neerlandés y trató de juntar políticamente los Países Bajos.
Después de la toma de la ciudad -que no estaba protegida militarmente- tomaron otras ciudades. El nacionalismo se extendió entre los mendigos del mar, que fueron crueles en sus triunfos y anárquicos, pese al príncipe, que intentaba implantarles su pensamiento político; torturas, ejecuciones no eran mejor que los cometidos por el duque de Alba y su ejército español. Los calvinistas piadosos estaban escandalizados.
Guillermo II, viendo el peligro, les quitó las patentes de corso en una conferencia. La era de los mendigos del mar finalizó, aunque la guerra continuaba sin ellos pues se decidiría el futuro de las provincias valonas en el sur y de los flamencos, en el norte.
Felipe II designó finalmente como sucesor del duque de Alba a Luis de R, comendador de Castilla y ex gobernador de Milán, un gran dignatario, no el indicado para este problema de tan difícil solución. Era un moderado que anhelaba gobernar con tolerancia en los Países Bajos. Guillermo II rechazó las proposiciones del nuevo gobernante castellano.
La guerra duró 80 años. Si Leyden caía en manos de España, la causa estaba perdida para Guillermo II. La defendieron con valor, pese al hambre y al asedio. El príncipe holandés tuvo una idea estratégica: ordenó abrir los diques e inundar los campos de los alrededores, para poder socorrer con sus barcos livianos de fondo plano, a Leyden y liberar la ciudad, sin necesidad de pasar por donde estaban los españoles.
Integró unir las Provincias Unidas, bajo una tolerancia religiosa, Guillermo II de Orange se declaró calvinista, pero sin aceptar el extremismo como única solución. Para atraerse al sur católico, debía encontrar una tolerancia religiosa, declarando que el príncipe estaba al servicio del el pueblo.
En Gante, en 1576, se reunieron sus representantes; la Asamblea trataba de establecer una nueva constitución, un poder real responsable entre el pueblo y el rey, y ya no representante de Dios en la tierra. El pueblo podía defenestrarlo, oponerse o matarlo; la nación tendría derecho a los debates. Fue la paz de Gante: prometieron ayudarse para expulsar a los españoles y restablecer sus antiguos privilegios. Los calvinistas podían ejercer su culto, pero sin atacar a los católicos en otras provincias.
Juan de Austria, medio hermano de Felipe II, el vencedor de Lepanto ocupó el cargo a desgano; no le interesaba esa campaña en un pueblo de burgueses, aldeanos y pescadores. Una y otra vez le rogó al rey poder abandonar su puesto. Después de su triunfo en Lepanto para beneficio de España, el rey le tenía cierta desconfianza y lo acorraló en esa comarca.
Don Juan de Austria soñaba liberar a María Estuardo casarse con ella y reinar juntos destronando a Isabel I que era protestante y restableciendo la religión católica en Inglaterra. Don Juan era príncipe de sangre, hijo del emperador y una dama flamenca. Felipe II sostuvo que era indispensable poner fin al problema de los Países Bajos. Así podía mantenerlo bajo su dominio sin permitirle volar con sus propias alas. Era un gobernador español sin poderes, en medio de rebeldes flamencos. Hizo lo imposible para conseguir la paz en Flandes; pagó a la tropa sus pagos atrasados de su propio dinero; pidió prestado más de 150.000 escudos, a Gregorio XIII, que había destinado esa suma al proyecto de restablecer el catolicismo en Gran Bretaña.
Guillermo II se negó a firmar el edicto para las Siete Provincias; tramó asesinarlo a don Juan, quien huyó a Bruselas y se escapó a Francia; desde allí llamó a las tropas que estaban en Italia. Al ver su imposibilidad para llegar a un acuerdo con los rebeldes flamencos, se decidió a la acción militar. Regresó con las tropas a la orden de Alejandro Farnesio, príncipe de Parma y sobrino de don Juan, además de condiscípulo.
En la campaña derrotó a los flamencos y reconquistó Lovaina, Brabantes, Luxemburgo y otras ciudades; los rebeldes debieron salir de Bruselas y refugiarse en Amberes.
Don Juan suplicaba a su hermano Felipe II dinero para pagar a los soldados, pero el rey ponía al pie de sus cartas: “sin respuesta”. Temía el proyecto de su hermano para salvar a María Estuardo y hacerse coronar en Inglaterra y la posibilidad de que éste se convirtiera en un temible rival. Don Juan de Austria muere joven, en Bruselas.
Su sobrino Farnesio lo sucedió. Siguió la guerra pero era difícil dominar a los flamencos, que destruían incluso los sacramentos, las iglesias, los claustros, monasterios, robando los bienes, encarcelando obispos y ejecutando a los nobles y colgando y decapitando por doquier.
Los católicos reaccionaron. Farnesio les prometió libertad de culto, a condición de mantener la religión católica y la autoridad de rey español. Se firmó la reconciliación, pero Guillermo II se opuso con Holanda, Zelanda, Utrecht, Frisia y otras ciudades del sur. El príncipe replicó:”seguiré firme”, la divisa de la casa Orange Nassau y del reino de Holanda.
Felipe muere habiendo fracasado en los Países Bajos y tres años más tarde Guillermo de Orange muere asesinado. Su país lo lloró como a un padre protector. El pueblo tomó coraje y terminó su obra. Decidieron vengarse y defender su libertar costara lo que costase.
Farnesio explotó la situación, luego de la muerte del rey de España e intentó someterlos. Antes de morir tomó Brujas, Ypres; Gante capituló en 1584, Bruselas un año después y Amberes unos meses más tarde: fue la última ciudad, cumbre militar y el mayor trofeo en los Países Bajos.
Después de este triunfo, Europa consideró finalizada la cuestión, pero Farnesio murió seis años luego y a Felipe le siguió un rey abúlico y débil, llamado Felipe III.
Francia e Inglaterra reforzaron la posición de los Países Bajos en la República Neerlandesa y en 1608 el gobernador llamó a una tregua por doce años y a reconocer la independencia de las Provincias Unidas que actualmente es Holanda.
El despotismo religioso fue la causa por la cual diez y siete provincias se separaran del imperio español en tiempos de Carlos V y su hijo Felipe: ni Guillermo de Orange ni el rey lo desearon. Cuando firmaron la rendición en Breda, con el compromiso de la nobleza, ni siquiera los mendigos soñaron con tal ruptura.
El rey muere en el Escorial ya muy enfermo de sífilis y gota, en 1998. Terco, muy trabajador y decidido a seguir los planes de su padre, Emperador del Sacro Imperio Romano a causa de querer imponer la religión católica contra los protestantes, con mayores gastos que ganancias, entró en decadencia.
Carlos V le legó a su hermano Fernando Austria y los Países Bajos, herencia paterna y a su hijo España, Flandes y las posesiones en América.
Los reyes que los sucedieron terminaron con la total decadencia de los Habsburgos.
EXPANSIÓN HOLANDESA: COMERCIO Y COLONIZACIÓN
Juntos con Portugal fueron los primeros colonizadores. Necesitaba expandirse y eran excelentes marinos. Al independizarse Holanda, pasó a ser una de las mayores potencias económicas y coloniales del mundo. Ambos países fueron colonos antes que Inglaterra y Francia; se extendieron en América, India y sus barcos llegaron hasta el Báltico, el Mediterráneo, el Adriático y el Pacífico. Ámsterdam era luego de su independencia el centro económico neerlandés; su edad de oro y su poderío fue a fin de del S XVI.
Cuatro barcos llegaron a ese continente al Cabo de Buena Esperanza y a Java; fundaron empresas en la colonia del Cabo e informaron a su país de las posibilidades que ofrecía la India.
Los holandeses pretendían y lo lograron expulsar a los portugueses de sus colonias; poseían 800 naves entre Guinea, la costa occidental de África; de allí se dirigieron al sur del continente y de allí a la India , importando marfil, perlas, café, té, especias, arroz, sedas, etc. Fue un gran éxito. Fundaron la Cía. de las Indias Orientales con el predominio de su monopolio al comercio índico; era un estado dentro de otro Estado de las Provincias Unidas. De este modo eliminaron a Portugal de sus posesiones. El centro holandés estaba en la isla de Java, fundada por un holandés.
Siguieron rumbo a Siam, Japón y Australia; descubren Nueva Zelanda diez más después.
Las colonias fueron también por el Atlántico. Crearon una Segunda Compañía de las Indias Occidentales. Desembarcaron en la primera mitad del S XVII en Brasil, tomando Bahía y el litoral de Cuba. Además sus piratas capturaban la plata que traían los españoles en su flota. Durante 40 años se mantuvieron en Brasil, expulsaron a los portugueses.
Su colonización en América fue breve. Los balones fundaron en Hudson Nueva Ámsterdam, -hoy New York- pero los ingleses pronto se apoderaron de ella. Holanda y España eran las mejores flotas marina del momento. Recién con Isabel I el poderío marítimo será británico.
Felipe II
Las diversas clases sociales españolas eran los Grandes de España, los nobles, los caballeros, los hidalgos, magistrados, administrativos, jornaleros y siervos, compuestos por moriscos y gitanos.
Felipe II prefirió dejar ciertos temas a los Grandes de España, como al duque de Alba o al príncipe de Ébola, aunque era el árbitro absoluto. Los grandes capitales mercantiles se encontraban en Sevilla, Cádiz, Valencia y Barcelona.
Existía la aristocracia y la plebe:
a) urbana y
b) rural, que sobrevivían en paupérrimas condiciones.
La nobleza era rica en latifundios, mientras la agricultura estaba en manos de los pequeños y medianos campesinos, que apenas subsistían.
Las casas eran de ladrillos y adobe; las piedras se guardaban para las iglesias, catedrales, conventos o palacios reales. Las calles eran angostas, de muy difícil acceso, iluminadas por una débil luz de aceite, propicias para escenas violentas como el duelo, el robo, o el crimen.
Los hombres tenían una vida centrífuga, mientras las mujeres vivían recluidas en su casa, salvo para ir a Misa por la mañana o a una feria, siempre acompañadas.
Felipe vestía de negro; las mujeres llevaban faldas con vuelo, velo y mantilla para cubrirse el rostro. Las diversiones eran celebraciones religiosas, autos de fe, romerías; el teatro comenzaba a ser un acontecimiento social en esa época. Lope brillaba en todo su esplendor, a principio del S XVII. Estaban también las corridas de toros, -que fueron prohibidas por el Papa Gregorio XIII, bajo pena de excomunión; también los juegos de sortijas, cantos y bailes eran diversiones que les gustaba al pueblo. Cervantes proclamaba que la mujer salía bailando del vientre de su madre.
Las cuatro mujeres del rey de España
a) se casó con la madre del heredero Carlos II -que murió loco- y de su Hermano Felipe III.
b) Se casó con María Tudor a pedido de su padre, CArlos V, mucho mayor, fea y deslucida reina de Inglaterra. Esperaba un heredero que algún día ocupara su puesto. María se creyó embarazada en dos ocasiones pero no lo estaba. Su marido la visitó en dos ocasiones. Estuvo el día de la abdicación del Emperador.
c) se casó con Isabel de Valois, hija de Enrique II y Catalina de Médicis; tenía 18 años y su marido 32; era muy bella y bondadosa . Fue muy querida en
d) se casó con Ana de Austria; tuvo dos hijas, Isabel, que fue gobernadora de Flandes casada con el archiduque Alberto de Austria y Catalina, casada con Carlos Manuel, duque de Saboya.
Hizo de Madrid la capital de España por estar enclavada en el centro del país con una disposición geográfica para poder administrar todo el reino.
Cuadros años más tarde, a 40 Km. hizo construir el Escorial.
Le habían pedido al rey menos lujos en la Corte , reformas en la vestimenta del ejército, no permitir exportar carnes ni cereales de Castilla, A Portugal, Aragón ni Valencia ni sacar dinero del reino. No platear nada salvo que fueran objetos para la iglesia; justicia de los soldados delincuentes que se aprovechaban de los paisanos, perseguir a los vagabundos, fortificar las urbes de las costas. No sabemos si cumplió todos los puntos pero sí que vistió de negro durante toda su vida.
En 1559 hubo un problema religioso en Valladolid, estando ausente el rey en Flandes, hubo 30 víctimas y 14 condenados a muerte, entre ellos una mujer y quedamos el resto. Muchos preferían morir que abdicar del protestantismo.
Recién llegado de su viaje, con la asistencia real, se declaró las sentencias.
Aumentó la explotación de minas de América y las empresas mercantiles, con privilegios y monopolios. Se desarrolló el sistema hipotecario, gravando una propiedad para garantizar la paga.
El comercio elevó a los advenedizos avispados; aumentó el número del clérigo en más de cien mil religiosos. Como en el Medioevo, existían feudos en Castilla y en Aragón; se inició el sistema de gremios legales, bajo la protección real. Para ejercer la industria, se debía pertenecer a un gremio que coartaba toda libertad individual; se iniciaban como aprendices, pasaban a ser oficiales y luego maestros.
Hubo reformas en la justicia. Los Siete Consejos ya existían en tiempos de los Reyes Católicos, junto con otros organismos que hacían posible la labor del rey. Felipe II creó tres Consejos más: el de Italia, el de Flandes, que duró pocos años, y el de Portugal;
El más importante de ellos era el Consejo de Estado. Se puso orden en la legislación española, con menos suerte.
Al morir el rey de Portugal sin dejar descendencia ni sucesor, la corona pasó a manos del monarca español, veinte años antes de morir.
Hacienda sufrió siempre de escasez de dinero, ya que costeaban guerras para defender el catolicismo, los gastos en viajes a las Indias, la guerra contra Francia, c los turcos y la contra Flandes, -donde se sintió obligado a defender e imponer la religión católica-.
Desde Las Indias llegaban barcos repletos de oro y sobre todo plata, aunque la piratería portuguesa e inglesa los atacaba y se llevaban gran parte del botín. De cuatro barcos, dos eran atacados y perdían sumas considerables sin mucho esfuerzo.
Isabel I de Inglaterra afirmaba que no tenía nada que ver con la piratería, pero una parte importante pasaba al Estado del tesoro inglés.
El monarca español creó nuevos impuestos; incluso mandó a la Iglesia pagar los subsidios, bulas y diezmos; las rentas se duplicaban pero los intereses se llevaban un tercio de los ingresos, al final de su reino.
Los otomanos
Conquistaron Chipre, que pertenecía a La República de Venecia. Como no pudieron invadir Malta, bastión central del Mediterráneo, se conformaron con este punto estratégico oriental.
Felipe II tardó en enviar el socorro prometido y los malteses sacrificaron sus mejores hombres. Fue tardío el envío pero de suma importancia. Cuando los turcos vieron venir la flota española, levantaron el sitio y abandonaron tras sí la artillería gruesa. De ese modo pudo salvarse la fortaleza, punto clave para la defensa del Mediterráneo.
La alianza
Estaba formada al principio por el Pontífice Pío V, junto a Felipe II y la República veneciana; el Pontífice nombró a Don Juan de Austria, como generalísimo. Éste se embarcó en Barcelona hacia Génova; luego llegó a Nápoles y puso rumbo a Mesina, punto del encuentro de todas las fuerzas navales.
La batalla de Lepanto
Solimán sometió a Viena a un asedio que estuvo a punto de concluir con éxito. Los otomanos apoyaron todos los focos de lucha islámica, desde Granada hasta las bases de piratas berberiscos en el norte de África.
En frente estaban los turcos con una flota mayor que la supuesta. Don Juan -de veinticinco años apenas- no se atemorizó ante la vacilación de sus generales aliados y le respondió; “Señores, no es hora de razonar sino de combatir”.
Pelearon con ensañamiento; luego de horas de lucha, murió Alí Baja; clavaron su cabeza en una pica y la izaron; el combate favoreció desde ese momento a la Liga aliada: a la tarde, triunfaron. Una tempestad se aproximaba pero Don Juan estaba atento: gracias a un cañonazo de alarma, que hizo sonar frente a este peligro de otra naturaleza, las flotas de La Liga se pudieron salvar. Sin esa precaución hubieran sido una catástrofe.
Don Juan de Austria conquistó Túnez, por orden de su hermano. La Santa Liga entre el Papa, España y Venecia perduró dos años solamente. Murió el Pontífice, subió Gregorio XIII, que intento continuar la campaña contra los turcos, pero Venecia se negó y se alejó, pactando por su parte con ellos. Don Juan estaba indignado; quitó el escudo de Venecia e izó el de Castilla, continuando la guerra contra los musulmanes. Por orden de Felipe II atacó Túnez y arrojó a los turcos, colocando en su lugar a un sultán, apoyado por España. Restablecido en el trono, Don Juan y la tropa regresaron a Nápoles.
La guerra no sirvió; al año siguiente, -fin ya del S XVI- se perdieron las dos conquistas. Diferente hubiera sido si el monarca español hubiera instalado en su lugar a Don Juan, otorgándole el título de Alteza, como deseabala Santa Sede. El Pontífice quería otorgarle la Rosa de Oro, galardón muy estimado por los cristianos, en agradecimiento a su triunfo. La batalla de Lepanto llevó a España a su momento culminante. Felipe II temió el auge de su medio hermano y por intrigas de su secretario, que logró convencerlo de sus posibles intentos de traición, lo confinó en Flandes, frenando su capacidad militar para proyectos más ambiciosos.
La guerra no sirvió; al año siguiente, -fin ya del S XVI- se perdieron las dos conquistas. Diferente hubiera sido si el monarca español hubiera instalado en su lugar a Don Juan, otorgándole el título de Alteza, como deseaba
España luchaba para defender el catolicismo, mientras Inglaterra y Holanda defendían a los protestantes. A veces Don Juan debía pagar a las tropas y alimentarlas con su propio dinero. El monarca español ignoraba las cartas llegadas de Flandes y no quiso que formara parte del proyecto de invadir Inglaterra, liberar a María Estuardo y recuperar el trono para los católicos. Temía que pudiera competir -si se casaba con la Reina de Escocia y lo proclamaban rey de Inglaterra- pasando a ser entonces su rival.
Don Juan envió a su secretario a España, pero el secretario de Felipe –con el permiso real- dejó que lo asesinaran en una calle oscura.
Tiempo después, murió Don Juan de Austria en Bruselas a causa de unas fiebres, joven y desilusionado, quedando los rebeldes flamencos a las órdenes de Farnesio, príncipe de Parma, su caro pariente y compañero de estudios..
En España, Felipe II estaba furioso con Drake por su piratería, que causaba estragos en el tesoro español; había también osado atacar y destruir en Cádiz las galeras españolas, ancladas allí.
El soberano decidió atacar las islas para vengarse al mismo tiempo del socorro que Isabel I les brindaba a los rebeldes en Flandes y de la muerte de María Estuardo, resuelta abruptamente, luego de veinte años de dudas.
Felipe II envió La Armada Invencible ; era una flota con diferentes naves de forma y tamaño pero muy bien equipadas. A Flandes le llegaba ayuda de Italia y Alemania, para subordinarse a las órdenes de Farnesio.
El jefe de la flota española era un noble de alcurnia, pésimo soldado y peor marino; fue un error lamentable, pero las órdenes reales no se discutían, Desde Lisboa partieron y navegaron durante una semana hasta llegar a Plymouth, al sur de la isla británica; tal vez si hubieran atacado desde allí, el triunfo habría sido de España, pero las órdenes recibidas del rey eran atravesar el canal de la Mancha y encontrarse con las tropas de Farnesio, en Flandes: grave error; los ingleses hostigaron la armada invasora con sus naves ágiles y pequeñas, bombardeando y dando en el blanco de la flota enemiga, mientras los barcos españoles, mucho más altos, tiraban bombas, pasando de largo sin dañarlas. Las naves españolas, demasiado grandes para el canal estrecho, chocaban entre sí entre las veloces naves inglesas; Drake envió además ocho naves incendiadas, cargadas de combustible; Al mismo tiempo una tempestad, que duró varios días, destruyó gran parte de la Armada. Lo poco de la flota que se salvó siguió hacia el norte, rodeó a Escocia e intentó aproximarse a la zona irlandesa católica, pero éstos se defendieron con valentía. Eran católicos, aunque antes eran británicos; los españoles no encontraron ningún socorro.
Felipe II, impávido, recibió la noticia del derrumbe de la Armada , así como recibió la noticia del triunfo de Lepanto; no solamente fue una enorme humillación sino que perdió para siempre la hegemonía de los mares. España comenzó su declive.
Isabel I, halagada, por su fácil triunfo contra España, envió a Drake para invadir Coruña y desde allí conquistar Portugal, pero no tuvo éxito: los españoles lograron derrotarla. Drake intentó por segunda vez el acecho, pero tuvo que abandonar la empresa, perder la estima real y dejar un tercio de su fortuna en esa fallida empresa.
Don Juan de Austria la había visto siempre como una magnífica plataforma del Atlántico, mejor incluso que la de Flandes.
Farnesio, príncipe de Parma, conocido por sus actos militares, como la toma de Amberes y otras batallas se sintió herido por el fracaso de La Armada. Los rebeldes flamencos sacaron fuerzas de esa pérdida española y recuperaron las plazas perdidas.
El rey de España observaba el gobierno de Enrique III, último hijo de Enrique II, frente al duque de Guisa y el futuro Enrique IV. En la última década del S XVI, el duque de Guisa sitió París: sus ciudadanos morían de hambre. La Liga Católica juró no aceptarlo, por ser el jefe de los hugonotes. La ayuda militar y financiera, con el fin de no dejarlo coronar, fue otro desacierto del rey español; mandó a Farnesio, pensando que conquistaría Francia, -aunque se expusiera a perder Flandes-, donde ya habían llegado refuerzos ingleses en ayuda de los rebeldes protestantes. El príncipe de Parma obedeció sin entusiasmo la orden real. El duque de Guisa debió levantar el sitio a París. España dejó cuatro mil hombres en París y Farnesio regresó quebrantado a Flandes. Los flamencos habían recuperado ciertas posesiones y se sentían con nuevas energías para continuar la lucha.
El declive español comenzaba a asomarse; fue el principio del final. El rey se negó a ver un cambio, luego de la derrota sufrida. El auge de su reino dio un vuelco, la rueda de la fortuna se dio vuelta siendo las causas el estancamiento de la expansión, los problemas de precios y salarios, los gastos excesivos, los años difíciles de luchas y errores, que dejaron al país exhausto y al borde de la quiebra. Un año antes de su muerte, tuvo necesidad de importar trigo del norte de Europa; las crisis industriales y mercantiles, las rebeliones en Flandes quebrantaron el eje económico de Castilla, Vasconia y Flandes. Las inversiones se perdieron en luchas innecesarias. Hubo que acceder a perder Flandes, tan cara herencia de su bisabuelo, Maximiliano de Austria. Carlos V nació y vivió en Gante hasta los diez y seis años. Su hijo la perdió con desilusión; tuvo que segregarla de su reino, siendo una de las provincias más vitales por su posición con las potencias de Europa.
La conquista y colonización de América fue un espejismo; nunca se importó más toneladas de plata, aunque a causa de los piratas ingleses y portugueses, los ingresos mermaron; la cantidad de dinero invertido por conservar la región flamenca -por imponer el Catolicismo- y otras guerras llevó a España a empequeñecer sus dominios.
Murió Fernando, el hijo mayor de su cuarto matrimonio con Ana de Austria; quedaba Diego de tres años y otro heredero varón, que dio a luz ese mismo año la reina. Los problemas de sucesión estaban resueltos.
Farnesio muere. Mandó Felipe al archiduque Alberto, militar capaz y gran estadista conciliador a Bruselas con tropa y dinero y todas las mejores intenciones; lo recibieron pacíficamente.
Felipe II firmó la paz con Enrique IV, rey de Francia. Su deseo era transferir Flandes a su hija Isabel, a quien casó con el Archiduque Alberto, pero con ciertas condiciones. Si nacía una niña debía casarse con el heredero de España, y si era un varón, tenía que pedir permiso al monarca español, so pena de pasar Flandes al dominio hispano. No podían comerciar con Las Indias y debían ejercer la religión católica. Pero ni Alberto ni Isabel tuvieron hijos.
Un grupo de escribanos y escuderos fueron asaltado cerca de Granada por los moriscos. Que les dieron muerte. Esa de noche también degolló a 50 soldados y en quince días quemaron más de iglesias y murieron 4000 cristianos.
Fue la chispa de la rebelión de los moriscos, a quienes habían obligado a convertirse pero que seguían practicando en secreto la religión de Mahoma.
Felipe además los obligó a renunciar a su idioma y hábitos, incluso a sus vestimentas. Renovaba lo exigido por su padre, aunque eran otros tiempos y no pudo darse cuenta.
Entre los moriscos hubo uno, ladrón que escapó, se juntó con los rebeldes que lo proclamaron rey de Granada y de Andalucía, señor de los trescientos pueblos, teniendo el puesto de Almería por donde podían invadir los turcos.
Felipe tomó represalias. Dos marqueses enviados por el rey intentaron dominarlos en un combate sin tregua. El monarca decidió cambiar el mando y envió en su lugar a don Juan de Austria y junto a él al antiguo mayordomo del emperador, Luis de Quijada.
En la sangrienta batalla murió Luis y don Juan fue hecho prisionero. Liberado, lo aguardaba triunfos militares más felices como la batalla de Lepanto con el triunfo de España contra los infieles que llevó a España
Felipe, rey de Portugal
1580- 1598
Diez y ocho años antes de morir. Durante 60 años Portugal y su soberanía se eclipsó.
Muere don Juan II, rey cruel; Portugal hacía llegado a Guinea en 1475 antes que Felipe fuera proclamado rey.
Subió su nieto Sebastián, de 3 años, bajo la regencia de su abuela Catalina, hermana de Carlos V y tía de Felipe. Los jesuitas le inculcaron una piedad desmedida y unas ansias de ser un rey misionero, casi un caballero andante, no adecuado para su época. Como no pudo partir hacia la India , se contentó con el norte de África.
Felipe II intento disuadirlo pero estaba empecinado en esta hazaña; En su país también encontró rechazo aunque él siguió adelante con su aventura.
Poseía un ejército de diez y siete mil hombre sin conocimientos bélicos; se embarcó dos años antes, en 12578, atravesó el estrecho de Gibraltar y desembarcó, perdiendo quince días cavilando. El rey de Marruecos se alistó con 40.000 jinetes y 30.000 infantes turcos y moros.
El rey de Portugal despreció todo consejo del duque de Alba para abatir al enemigo; tampoco quiso luchar de noche. Parecía estar buscando la derrota. El rey lusitano arremetió sin conciencia: los enemigos lo acuchillaron; no tenía 25 años; fue víctima de su educación mística y su exceso de fe. Murió en pleno combate; para no desmoralizas a las tropas lo ocultaron.
Al no tener hijos, subió Enrique III, viejo y tuberculoso; antes de morir lo proclamó a
Muchos se resistieron al dominio español pero el ejército, al mando del duque de Alba entró a la capital lusitana. Subió al trono en 1581.
Muchos se resistieron al dominio español pero el ejército, al mando del duque de Alba entró a la capital lusitana. Subió al trono en 1581.
Al vencer a los moros los Reyes Católicos, España y Portugal estaban mejor preparados para la conquista en busca de expandirse; Portugal fue la primera en busca de una nueva ruta hacia las Indias. El rey devolvió a los templarios sus bienes; fueron parte de los que engrandecieron el reino, defendido con la fe cristiana y combatiendo contra los moros.
En nuevas conquistas, llegaron los portugueses, eximios navegantes a África; conocieron a los indígenas, capturaron negros para venderlos y allí se inició el tráfico de esclavos en el mercado.
Cabo Verde o Cabo de las Tormentas fue más tarde llamado Cabo de Buena Esperanza. Sus tormentas son temidas hasta el día de hoy.
Estuvieron 69 días sin ver tierra con fuertes tempestades; la flota desde la costa suroeste se África se dirigió hacia el norte llegando a regiones de mercaderes persas y árabes, ricos en oro, marfil y otros tesoros más elementos básicos de comercio lucrativo.
Tocaron Mozambique donde los recibieron hostilmente. Levaron anclas hacia el Este a través del océano Índico, navegando 21 días para divisar tierras nuevas en un punto del horizonte lejano; el capitán exclamó India: Era Calicut, el sureste de la península hindú.
Era una ciudad comercial en pleno desarrollo; mercaderes de todos lados en el S XVI se encontraban allí y exponían sus mercaderías preciosas.
Reinaba un príncipe que se enteró de la llegada y los invitó a desembarcar y el capitán y dos lugartenientes fueron llevados frente a él, se deslumbraron frente al trono y una sala maravillosa. El rey llevaba pulseras con piedras preciosas y un collar con perlas grandes como avellanas.
El capitán le explicó su deseo de tener con ellos relaciones comerciales; el príncipe los escuchó y los escoltaron a sus naves nuevamente. No estaban para nada impresionados con los productos traídos de Portugal; miraban curiosos pero no compraban. ¿Los árabes quizá, antes la futura competencia los convencieron de no cerrar tratos comerciales?
El capitán le comunicó al príncipe su regreso a su país; retuvieron prisioneros a hindúes de categoría para someterlo. Cedió y le envió un mensaje al rey Manuel, diciéndole que tenía canela, jengibre, pimientas, piedras preciosas en grandes cantidades. A cambio deseaba oro, plata, perlas de vidrio (cristales) y escarlata.
Fue todo un triunfo. Pusieron los lusitanos en libertad a los prisioneros aunque se quedaron con algunos, levaron anclas y regresaron en 1499. La ruta marítima de la India yacía abierta.
Conquista de Las Indias
Nace el imperio colonial de Portugal, enviando expediciones militares, tratándolos con brutalidad innecesaria. Declaró el capitán que de ese momento era posesión portuguesa y siguió viaje hacia nuevos Lares. Su orgullo y falta de taco, su soberbia no hizo posible un trato más cordial con el príncipe.
A un portugués se le ocurrió ponerse en contacto con el rajá enemistado con el príncipe de Calicut, quien lo recibió como aliado, lo cual fue un enorme beneficio para Portugal. Antes de llegar a Calicut vieron un buque con 380 musulmanes, hombres, mujeres y niños, que venían de la Meca. Les quitaron 12.000 ducados, quemaron el barco con todos a bordo. Siguieron hacia Calicut y se declararon dispuestos a negociar. El capitán de Gama dijo duramente que antes debía expulsar a todos los musulmanes de la ciudad. El príncipe se negó y con cañones lo atacaron, prohibiendo el comercio con otros mercaderes. Finalizado este acto vil, se dirigió hacia donde lo esperaba el rajá amigo, pero Gama le exigió pagarle por las comparas el precio fijado por ellos y exigió construir fortificaciones y factorías.
Cuando el príncipe de Calicut se acerco con una poderosa flota, De Gama se retiró abandonando al rajá a su suerte y regresaron con un valioso cargamento. La capital del rajá fue saqueada por el soberano de Calicut y el rajá tuvo que abandonar el país.
Establecerse en la India era una empresa difícil. No bastaba con enviar una expedición anual. Se necesitaba un representante para defender los intereses y vigilar el comercio con militares. Fue enviado un virrey con instrucciones detalladas y concretas. La misión era construir fortificaciones y establecer guarniciones a fin de destruir el comercio contra los árabes. Debían intentar abatir al sultán mameluco de Egipto que socorría al príncipe de Calicut contra Portugal.
La muerte de Felipe
Devastado por la sífilis, acribillado de dolor por la gota, como un inválido dolorido, se dirigió a morir en el Escorial. El viaje fue intolerable; necesitó una semana para efectuar el trayecto de 40 Km. que lo separaba del palacio. Quise ver el grandioso monasterio concluido. Desde su lecho acostado podía oír misa y ver al sacerdote en el altar. Recibió la extremaunción y mandó a su hijo, Felipe III que estuviera presente. Colocaron en su cuarto su propio ataúd, forrado de plomo, por el estado de descomposición de su cuerpo.En julio y agosto se agravó y el 13 de septiembre de 1598 exhaló el último suspiro. Muere Felipe II en 1598; muere Farnesio en Flandes y Guillermo II de Orange en los Países Bajos.
Su reino fue muy discutido. Fue un monarca donde no se ponía el sol en sus dominios, Su corte no mostraba el esplendor de otras; prudente, severo, vestido siempre de negro, laborioso, leía incluso cuando lo transportaban en litera o silla de mano, estudiando o anotando sin cesar. Serio, calmo, de mirada penetrante, trabajaba ocho horas diarias, dando órdenes meticulosas. Su dificultad residía en que su imperio era tan vasto que se le hacía difícil organizarlo y por la terca defensa de imponer el catolicismo en Flandes, las peleas, los triunfos y derrotas contras los turcos, las guerras en el Milanesado, donde los franceses que eran apoyados por El Papa, pidiendo préstamos, gastando los beneficios de los botines que llegaban de Las Indias, la lucha contra la piratería portuguesa e inglesa, mermó su poderío. Flandes fue su obsesión y por malas tácticas terminó perdiéndola. La contrarreforma fue una lucha a favor del catolicismo que empeño equivocadamente. En su incapacidad de ser más tolerante, perdió Flandes, esa posesión heredada y tan bien ubicada.
Flandes hoy es parte de Bélgica. Empeñado en defender el catolicismo, el imperio se desintegró con su heredero, Felipe III, abúlico y sin capacidad para reinar, dejando su reino en manos de su secretario, sin interesarse en lo más mínimo y luego por su nieto, Felipe IV, otro frívolo incompetente.
El enigma del príncipe heredero Carlos
Era el hijo mayor y príncipe heredero de Felipe II; deficiente, con arrebatos agresivos de ira incontrolable. Carlos V lo describía como "harto bullicioso y un rapaz colérico".
De grande iba a los burdeles en Madrid, disfrazado, y hablando de su padre con un odio feroz. Se cayó por la escalera de su palacio y hubo que operarlo, por lo cual posiblemente agravó su deficiencia mental.
Felipe pensó enviarlo a Flandes para administrar la grave situación del país, pero su estado hizo que nombrara primero al duque de Alba. Indignado, intentó atravesar a su padre con una daga y de matar a don Juan de Austria, que lo disuadía. Ésta fue la causa de enviarlo a prisión, previa notas diplomáticas del rey de España a las cortes europeas, dándoles explicaciones de su naturaleza y de sus excesos, viéndose obligado a velar por su seguridad.
Se pasaba días sin comer y otros se atragantaba de comida, bebiendo agua helada en cantidades asombrosas. Se paseaba desnudo a la noche, gritando que quería desterrar a su padre y a sus parientes.
Murió en 1568, seis meses después de haber sido encarcelado; fue un punto negro en la vida de Felipe II. Schiller lo convirtió en héroe de una de sus tragedias. La sospecha suele suceder a quien muere joven.
Esta trágica noticia y las intrigas cortesanas jugaron en contra de la hegemonía española. La torpeza de Felipe por no aplacarlas fue en aumento. Orgulloso, dejó correr los chismes contra sus desaciertos: la campaña nefasta contra Flandes y los protestantes herejes y las injustas medidas contra los moriscos inocentes hizo que su figura declinara, aun teniendo algunos aciertos políticos.- Su terquedad por dirigir todo desde España, incluso el sitio desde donde tenía que atacar la Armada Invencible, no dejando al capitán decidir en el momento, le costó muchos fracasos a lo su largo de su reino.
Felipe III
El piadoso, hermano del príncipe heredero Carlos, muerto de forma misteriosa. Además de muy religioso y totalmente indolente, se dejó gobernar. Su padre nunca le permitió participación alguna; vivió ausente y retirado. Por sus matrimonios consanguíneos o tal vez o por herencia, la estirpe de los Habsburgo decayó.
El duque de Lerna lo ayudaba con dinero en su juventud – ya que su padre era un rey avaro- y cuando pasó a ser príncipe heredero. Con lo años se cobró los favores y pasó a ocuparse de reinar en su lugar; las decisiones las tomaba él; se sentía omnipotente; aumentó los impuestos fiscales al límite de lo soportable, devaluó la moneda, se apodero de la plata labrada en los templos y monasterios religiosos. Trasladó la capital a Valladolid -recibiendo una fortuna por ello- y volvió a llevarla a Madrid, recibiendo cuantiosos beneficios con ese cambio.
Felipe III era el Señor de las Indias y de casi media Europa, pero los tesoros se habían evaporado en inútiles guerras religiosas contra los turcos, en los Países Bajos, con Francia, por el tema del Milanesado y por la derrota vergonzosa de La Armada Invencible, que hizo perder a España la hegemonía de los mares.
A España y a los españoles les gustaba aparentar. Se celebró con ostentación excesiva el casamiento de Margarita de Austria, celebrado junto al de su hermana Isabel con el archiduque Alberto. Se gastó millones de ducados, cedidos por el duque de Lerna, por el rey y los nobles. Nuevamente tuvo que pedir socorro a la corte para seguir con su vida de dignidad real.
En 1608 Francia e Inglaterra reconocen la independencia de Flandes de las Provincias Unidas que Holanda debió ceder.
Hubo una tregua de 12 años.
Expulsión de los moriscos a mitad del S XVII
En diferentes regiones españolas se hallaban sus morerías; los antiguos cristianos envidiaban su capacidad de trabajo y su sana economía. Sabían cultivar y eran de poco comer y -siendo prolíficos- habían duplicado su número de habitantes Se los acusó de querer invadir la península, ayudando a los berberiscos y turcos. Fue una vil calumnia, pero el único modo que encontraron para expulsarlos y robarles todas sus posesiones.
El éxodo fue una tragedia que el rey dejó en manos del duque de Lerna. En tres días debían irse con lo puesto. Pasado esos días podían robarles e incluso asesinarlos, si osaban resistirse. No se respetó ni siquiera ese absurdo plazo tan breve; violaron a las mujeres, los asaltaron por el camino, mientras se encaminaban hacia el embarcadero. Fue una crueldad indigna. No se conoció la cifra exacta; se calcula media millón de expulsiones en Valencia, Andalucía, Aragón, Cataluña, Extremadura y Castilla.
Felipe III apoyó a su hermana Isabel y al duque Alberto para que gobernaran Flandes, pero Mauricio Nassau venció en la batalla de las dunas.
Con Francia llegaron a un acuerdo y mejoraron la relación. El casamiento de Ana, hija del monarca español, con Luis XIII, y a su vez la unión de la hija de Enrique IV con Felipe IV
Logró una tregua política. Pero también Felipe IV dejó el poder en manos del conde de Olivares que poseía gran pasión por el mando.
Quevedo, con esa maravillosa ironía sarcástica, aludía que “Felipe III dejó de ser rey antes de reinar y Felipe IV empezó a reinar antes
Los nobles se alejaron y lo abandonaban junto a su favorito, a quien odiaban por intentar sofocar la corrupción de la vida española, reformando sus hábitos con poco éxito. Las licencias libidinosas en la religión eran escandalosas; la inmoralidad predominaba y la corrupción económica era inmanejable; la pereza y la violencia estaban en su auge. Para la teología, el pecado sexual era superior porque irritaba a Dios.
Felipe IV, elegante, mujeriego, cazador, poeta, mecenas, se casó dos veces. La primera con Isabel de Borbón, hija de Enrique IV y de María de Médicis; la segunda vez con una sobrina, hija de Fernando III, hermano del emperador. Una francesa y la última austríaca. Tuvo un hijo, Carlos II casado con una francesa de la dinastía Habsburgo. La sangre estaba contaminada por el parentesco.
Corte alegre, fastuosa que adulaba al rey y a los nobles como Lope o Quevedo que les dedicaron sus libros con lisonjas zalameras.
En 1621 la tregua con La Haya en Holanda expiraba; Felipe nombró a su hija Isabel Clara Eugenia como gobernante.
En 1620 comenzó la guerra de los 30 Años; en seis meses se apoderó de treinta plazas fuertes al lado del Rin. El archiduque Alberto logró que los Países Bajos se sometieran de nuevo a España. Pero a Felipe IV no le basto; exigió tomar Breda, que el cuadro de Velázquez inmortalizó en un lienzo magnífico, donde los flamencos le entregan sumisos las llaves de la ciudad al vencedor.
El archiduque se decepcionó, dolido por la ingratitud de la corte española. -.
Hubo una colación entre Francia Saboya y Venecia contra España, Génova, Parma, Módena y Toscana. España perdió el ducado de Mantua.
Muere Isabel Clara Eugenia, que gobernaba los Países Bajos meridionales. Felipe IV envió a su hermano Fernando, hombre inteligente, capaz y valiente quien se hizo cargo del país flamenco.
Pese a ciertas conquistas España decaía bajo el reino de estos últimos reyes decadentes. Hubo una rebelión en Cataluña, conspiraciones en Aragón y Andalucía, además de una insurrección en Nápoles y Sicilia.
Portugal se separó de España, a la muerte de Felipe IV, quien perdió alegremente el reino.
S XVIII
En el S. XVIII serán Francia y Austria quienes brillen.
El futuro no fue mejor; Felipe V, nieto de Luis XIV, fue proclamado rey, pese al tratado que prohibía a un Borbón francés fuera rey español.
La independencia de Flandes.
-Luis XIV perdió Borgoña, que fue otorgada a Austria en 1714 por el Tratado de Aix de la Chapelle a Carlos VI, padre de María Teresa de Austria, madre de María Antonieta.
- Flandes retorna a los Habsburgos con José II, hermano de María Antonieta, en 1748. Hubo una nueva rebelión entre 1788-90.
-Sometida entre 1795-1815, bajo el poder de Napoleón, que dominó a Europa hasta su retiro a Sta. Helena.
-La Revolución de 1830 le otorgó por fin su independencia y se constituye en una monarquía al año siguiente. Bélgica será un país independiente de Los Países Bajos.
-En 1908 el Congo pasa a ser una colonia belga con el rey Leopoldo I.
-Fue invadida por los alemanes en las dos Guerras Mundiales, desde 1914-18 y desde 1940-44
Las artes en tiempos de Felipe II
La escuela de Salamanca y de Sevilla.
Fray Luis de León, fraile agustino.
Herrera.
Cervantes quien pone fin a las novelas de caballería con su ironía y su humor. Lo llamaban el manco de Lepanto, pues una mano le quedó mal; pasó cuatro años prisionero en Argelia. Lo creían muy conocido por las cartas que llevaba de recomendaciones al rey; los padres pudieron pagar el rescate de su hermano. Trató de escapar cuatro veces y hasta el sultán lo admiraba, pues siempre se culpaba él mismo. Finalmente un obispo arregló su rescate. (Está narrado en la II parte de Don Quijote). Era un hombre sufrido, con toda una familia para mantener, poco dinero, hermana liviana, siempre apremiado, incluso estuvo preso por no poder pagar las deudas. Fue el primer novelista genial para su época y para la posteridad. Terminó con su burla y su humor con las novelas de caballería.
En Teatro
Lope resplandece.
En Literatura
Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y Luis de Granada.
En pintura
el Greco tenebrista, con su alargue de figuras estilizadas, de un modo muy peculiar, sin dejar una escuela formada
Los artistas flamencos del Renacimiento fueron Brueghel padre e hijo, que pintan temas rurales y populares.
Rubens, pintor de enormes cuadros, (una sala inmensa en el Louvre sólo para homenajear a María de Médicis, al casarse con el Enrique IV. Las Tres Gracias es un cuadro famoso, por el colorido casi transparente de la carne de las mujeres desnudas.
Van Dyck, célebre retratista. Se fue a Inglaterra y se convirtió en el pintor de la Corte.
Literatura
SVII muere Felipe II 1598.
Felipe III y Felipe IV
Góngora culterano. Quevedo, conceptista, polemista, satírico, nació bajo el reinado de Felipe II, cuando pudo anexar Portugal, veinte antes de morir.
La novela picaresca; el lazarillo de Tormes.
Tirso de Molina, Alarcón, Calderón en Teatro.
Pintura
Velázquez, pintor de la corte. Tiene un cuadro del príncipe Baltazar en un pony, maravilloso igual que la Rendición de Breda, otro magnífico cuadro, entregando un flamenco las llaves al vencedor español.
Las Meninas es su cuadro más conocido. Fue el pintor de la Corte española, de mujeres feas vestidas de negro con mantillas. Conoció a Rubens en su paso por España.
Zurbarán, el pintor de monjes con capas blancas.
Ribera, el pintor de temas realistas; pinta pobres descalzaos, nunca vista hasta ese momento.
Murillo con sus rostros de vírgenes muy bonitas, rodeadas siempre de ángeles.
Bibl: Carl Grimberg, HISTORIA UNIVERSAL: tomo 11: Siglo del liberalismo y otros tomos. edit Norstedts Förlag.
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