domingo, 29 de marzo de 2015

LA CREENCIA DEL ISLAM


No hay más Dios que Alá y Mahoma es su Profeta”. Este monoteísmo  fanático fue una de las enseñanzas en oposición a adorar a diferentes  dioses, que proclamó Mahoma  en el 600 de nuestra era.  Un dios único para llevar una vida virtuosa: moderación, fidelidad, generosidad,  limosnas, ayunos y oraciones  fueron señalados en este culto.
La poligamia limitada fue aceptada  pues no tenían  consideración hacia las mujeres. Lo principal era entregarse a Dios  y extender la religión a la fuerza, si era necesario. Los premios y castigos por un Dios y sus ángeles estaban definidos por el paraíso, tipo el Edén cristiano, donde entraban  sus fieles y  los que morían por defender esta religión. Toda la doctrina oral se escribió  en  el Corán,-libro sagrado- siendo el credo absoluto para más de doscientos millones de adeptos.
Después del cristianismo, el Islam es la religión con mayoría de fieles. Trescientos millones la profesan en los pueblos  de Oriente y en el norte de África; un humilde ser recibió la revelación en una tribu árabe y cambió la historia humana.
Junto al Cristianismo son dos poderes e ideologías rivales.  Las victorias en las Cruzadas hicieron del Islam un sistema religioso muy extendido, desde la India hasta los Pirineos, que restauró la cultura  en épocas de tinieblas.
 Mahoma nació en Arabia; puede considerarse la religión mahometana como una extraña evolución  del judaísmo y del cristianismo. Mahoma se consideraba como uno más  entre los maestros semitas, como  Noé y Cristo. Negaba la divinidad de Jesús como varias sectas del cristianismo; lo veían como un hombre que proclamaba un Dios único. No estaban de acuerdo con la Trinidad del Padre, hijo y Espíritu Santo.
Los primeros adeptos  volvieron  la cara hacia Jerusalén para rezar y no hacia La Meca, como los hicieron  años más tarde. 
Mahoma nació en La Meca en el 570 d.C.  Su padre murió y desde los doce años  lo educó  un tío; lo acompañaba en sus viajes comerciales por Siria, donde conoció a los judíos y las sectas cristianas.  Se casó pero a  los cuarenta nació su pasión por los temas  religiosos; se convirtió en un asceta; caminaba por el desierto cubierto de trapos,, viviendo en cuevas y meditando. En esa soledad sintió a Dios muy próximo; vio al arcángel Gabriel quien se  apareció con una tela del primer versículo del Corán:                        
·         “¡Recita tú!
Porque tu Señor es el más benefactor,
pues te enseñó el uso de la pluma
y enseñó al hombre lo que no sabía.”

Y  esa noche  apareció una religión nueva. Mahoma sintió temor con aquellas revelaciones espirituales y sólo encontró la paz en brazos de su mujer, pero ya había sido señalado. Una segunda visión le comunicó un segundo mensaje: “Alá es el  único dios y el Islam, es someterse”.
Mensaje difícil porque la sumisión es uno  de los esfuerzos más complicados para esta raza orgullosa. En una religión politeísta que adoraba diferentes dioses, no era fácil inculcar esta doctrina monoteísta, aunque él tuvo el valor de hacerlo. Su mujer y su esclavo le creyeron aunque en tres años solamente logró trece adeptos, Se pasó meses meditando en soledad, en el desierto. Retornaron las revelaciones en versículos que luego formarían parte del Corán. Reunió a cuarenta personas y les ordenó  creer . El tío anciano le pidió que se apartara de un camino tan peligroso. Le costó mucho no seguir su consejo.  

Era un peligro predicar esta nueva religión y se convirtió en una amenaza para las tradiciones de La Meca. Comenzaron a perseguirlos y los creyentes huyeron, pero Mahoma era un árabe y tenía todas las esperanzas puestas en su tierra natal y en la Meca, la ciudad amada.
Siguieron las persecuciones y sus adeptos debieron ocultarse  en cuevas cerca del desierto; la nueva religión consiguió más adeptos; el Islam predicaba una democracia espiritual, una fraternidad para esclavos y amos y prometía goces eternos en el paraíso a todos los hombres.
 Cuando cumplió cincuenta años murió su mujer y el profeta se endureció: ya no rogaba sino amenazaba. Abandonó la Meca y huyó con sus adeptos, esperando más tolerancia en la comunidad judía, pero no lo recibieron; fueron explotados y sólo hallaron la pobreza.  Así como el nacimiento de Cristo es una fecha del calendario de Occidente, para ellos La Huída en el S VII  marca una fecha crucial.
Mahoma era un profeta, un jefe que  por la espada   sometía a seguir su religión. Comenzaron sus ataques contra las caravanas enemigas, en los meses sagrados de la tregua, que siempre se observaba desde épocas  antiguas, y consiguió su primera gran victoria en una batalla, que el Corán recuerda como El Botín.
 Primero fue la matanza de los judíos, donde se apropiaron de su riqueza, pese a defenderse valientemente; el vivía en la humildad pero el ejército necesitaba aquel botín. Les permitió conservar sus propiedades pero debían pagar la mitad del tributo. Fue una etapa hacia la conquista del mundo. Hubo muertos a raudales, venta de esclavos prisioneros, raptos, violaciones y también torturas. Tomó nuevas mujeres -ya que aceptaba la poligamia- pero siempre sostenía que su primera mujer creyó en él, cuando nadie lo hacía.  El Islam los subordinó  con el lema: “cree o muere o cree, paga tributo y muere”; fue un líder guerrero que  anhelaba una Arabia unida. 
 Se dirigió hacia la Meca, y la ciudad que sometida. El altar de una diosa se transformó en una mezquita y los tótems fueron destruidos. La Meca se convirtió  desde entonces  en la ciudad santa.  Cinco veces por día el mahometano piadoso torna su rostro hacia la ciudad para orar; La ciudad fue desde ese instante el centro del mundo árabe con un Dios, un soberano y un gobierno. Dos años más tarde murió Mahoma.
Hombre singular, de gran orgullo rechazó ser considerado divino y lo único que le interesó fue cumplir su misión. Arabia idolatraba  a los dioses primitivos pero -al morir-  la dejó fuerte, unida y con una sola religión monoteísta. El rey de Persia recibió un mensaje para convertiste al Islam. Al negarse, fue invadido por los musulmanes.
En dos siglos conquistaron el Oriente Medio y el norte de la India, el norte de África y España. Similar al imperio romano, los mahometanos  llevaron la cultura china hacia Europa, Bagdad, Damasco, El Cairo y Córdoba; desde la India hasta los Pirineos nacieron centros de  cultura, deseosos de conocer la nueva religión. Su sistema numérico reemplazó al romano; fueron un genio en las matemáticas, el álgebra, la astronomía y la alquimia –origen de la química- y la medicina. Se reunían en centros que hoy denominaríamos universidades. Los semitas y musulmanes aportaron mucho a la cultura.
El Corán,  escrito después de su muerte, con las enseñanzas de Mahoma  conservó la autoridad espiritual pese a circular diversas versiones. Se necesitaba una traducción  definitiva; quemaron  entonces todas las copias  y le pidieron   al  Zaid que hiciese una versión definitiva; quedó el texto tal como Mahoma lo había dicho oralmente.
Hubo también dificultades sobre si  los cuatro califas deberían ser sucesores de Mahoma o Alí, su primo y yerno, el primer sucesor legítimo.
El mundo musulmán se dividió en
a)  los sunnitas,  más numerosos,  que adaptaron la primera opinión y admitieron otros libros tradicionales.
b) los shiítas que son mayoría en la India y Persia. Exceptuando este cisma, no hubo movimientos de reforma alguna  y sus doctrinas originales fueron  el sostén de millones de almas durante los doce siglos pasados.                     
El ritual consiste en cinco oraciones diarias, con la cara hacia La Meca. Sus mezquitas son enormes templos de rezos, con magníficas cúpulas desde donde se llama a los fieles a la oración; toda mezquita posee un nicho orientados hacia La Meca y los fieles miran hacia ese lado; tienen prohibidas las imágenes -como el judaísmo- aunque es rica en la decoración que cubre las paredes con textos del Corán en árabe sobre azulejos, mosaicos o cerámicas coloreadas.
Otro ritual es el ayuno en el noveno mes de cada año, llamado el Ramadán. No pueden comer nada desde la mañana hasta la tarde durante un ciclo lunar, o sea 28 días, aunque  no es obligatorio. Todo creyente  desea una peregrinación hacia la Meca para adorar la Sagrada Mezquita. En una de ellas, la mezquita de Medina, está enterrado el profeta. Las purificaciones  antes de orar y de comer es un hábito usual como también el baño de todo el cuerpo, como purificación; la limosna  sí es obligatoria: existe un tributo que grava cada propiedad.
Su código moral posee modificaciones del antiguo judaísmo, muchos  heredados del Pentateuco, uno de los libros de la Ley de los judíos; no comer carne de cerdo, no beber vino, no jugar, no matar, no cometer adulterio y guardar castidad; obedecer a los padres; está prohibido adorar  las imágenes. Poseen reglas del matrimonio que permite la poligamia de sólo cuatro mujeres y un sistema de concubinato legal, que no favorece a la mujer, pues está sometida a su marido por injustas leyes sociales; cubrirse la cara con un velo es una de ellas. Se permitía tener  esclavos pero como los cristianos, éstos eran  espiritualmente iguales ante Dios.
El Islam es rígido, inamovible. Hubo sectas nuevas, como el sufismo, en el siglo IX y X, que llevaron el misticismo y el quietismo a Persia que produjo una maravillosa poesía espiritual: todas las religiones aquí nombradas aportaron además de la filosofía obras de arte  a la religiosa.
El sufismo fue tal vez la primera teosofía en encontrar la esencia  divina  y la virtud.
Sabiduría del Islam

-          Caridad es inducir a los hombres en el camino recto.
-          Enseñar ese camino y guiar a los ciegos; quitarles los escombros y dar de beber al prójimo.
-          No hacer ningún favor esperando recompensa.
-          Ser amables con la familia, los criados, los huérfanos y pobres.
-          Decir siempre la verdad.
-          Ser caritativos y bondadosos con los  pobres, amigos e incluso con los enemigos, rechazando el mal.
-          Sentirse alegres; arrepentirse, rogar, ayunar y seguir el camino recto, obviando lo injusto.
-          Oriente y Occidente  pertenecen a Dios.
-          El que reflexiona sobre la eternidad tendrá prendida la luz eterna.


No hay comentarios: