“No hay más Dios que Alá y Mahoma es su
Profeta”. Este monoteísmo fanático fue una de las enseñanzas en oposición
a adorar a diferentes dioses, que proclamó Mahoma en el 600 de
nuestra era. Un dios único para llevar una vida virtuosa: moderación,
fidelidad, generosidad, limosnas, ayunos y oraciones fueron
señalados en este culto.
La poligamia
limitada fue aceptada pues no tenían consideración hacia las mujeres. Lo principal
era entregarse a Dios y extender
la religión a la fuerza, si era necesario. Los premios y castigos por un
Dios y sus ángeles estaban definidos por el paraíso, tipo el Edén cristiano,
donde entraban sus fieles y los que morían por defender esta religión.
Toda la doctrina oral se escribió en el Corán,-libro sagrado-
siendo el credo absoluto para más de doscientos millones de adeptos.
Después del
cristianismo, el Islam es la religión con mayoría de fieles. Trescientos
millones la profesan en los pueblos de
Oriente y en el norte de África; un humilde ser recibió la revelación en una
tribu árabe y cambió la historia humana.
Junto al Cristianismo son dos poderes e
ideologías rivales.
Las victorias en las Cruzadas hicieron del Islam un sistema religioso muy
extendido, desde la India hasta
los Pirineos, que restauró la cultura en
épocas de tinieblas.
Mahoma nació en Arabia; puede considerarse la
religión mahometana como una extraña evolución del judaísmo y del
cristianismo. Mahoma se consideraba como uno más entre los maestros
semitas, como Noé y Cristo. Negaba la divinidad de Jesús como varias
sectas del cristianismo; lo veían como un hombre que proclamaba un Dios único. No
estaban de acuerdo con la
Trinidad del Padre, hijo y Espíritu Santo.
Los primeros
adeptos volvieron la cara hacia Jerusalén para rezar y no
hacia La Meca , como
los hicieron años más tarde.
Mahoma nació
en La Meca
en el 570 d.C. Su padre murió y
desde los doce años lo educó un tío; lo acompañaba en sus viajes
comerciales por Siria, donde conoció a los judíos y las sectas cristianas.
Se casó pero a los cuarenta nació su pasión por los temas
religiosos; se convirtió en un asceta; caminaba por el desierto cubierto
de trapos,, viviendo en cuevas y meditando. En esa soledad sintió a Dios muy
próximo; vio al arcángel Gabriel quien se apareció con una tela del
primer versículo del
Corán:
· “¡Recita
tú!
Porque tu Señor es el más benefactor,
pues te enseñó el uso de la pluma
y enseñó al hombre lo que no sabía.”
Y esa noche apareció una religión nueva. Mahoma sintió temor
con aquellas revelaciones espirituales y sólo encontró la paz en brazos de su
mujer, pero ya había sido señalado. Una segunda visión le comunicó un segundo
mensaje: “Alá es el único dios y el Islam, es someterse”.
Mensaje difícil
porque la sumisión es uno de los
esfuerzos más complicados para esta raza orgullosa. En una religión politeísta
que adoraba diferentes dioses, no era fácil inculcar esta doctrina monoteísta,
aunque él tuvo el valor de hacerlo. Su mujer y su esclavo le creyeron aunque en
tres años solamente logró trece adeptos, Se pasó meses meditando en soledad, en
el desierto. Retornaron las revelaciones en versículos que luego formarían
parte del Corán. Reunió a cuarenta personas y les ordenó
creer . El tío anciano le pidió que se apartara de un camino tan
peligroso. Le costó mucho no seguir su consejo.
Era un peligro
predicar esta nueva religión y se convirtió en una amenaza para las tradiciones
de La Meca.
Comenzaron a perseguirlos y los creyentes huyeron, pero
Mahoma era un árabe y tenía todas las esperanzas puestas en su tierra natal y
en la Meca ,
la ciudad amada.
Siguieron las persecuciones
y sus adeptos debieron ocultarse en cuevas cerca del desierto; la nueva
religión consiguió más adeptos; el Islam predicaba una democracia espiritual,
una fraternidad para esclavos y amos y prometía goces eternos en el paraíso a
todos los hombres.
Cuando
cumplió cincuenta años murió su mujer y el profeta se endureció: ya no rogaba
sino amenazaba. Abandonó la
Meca y huyó con sus adeptos, esperando más tolerancia en
la comunidad judía, pero no lo recibieron; fueron explotados y sólo hallaron la
pobreza. Así como el nacimiento de Cristo es una fecha del calendario de
Occidente, para ellos La
Huída en el S VII marca una fecha crucial.
Mahoma era un
profeta, un jefe que por la espada
sometía a seguir su religión. Comenzaron sus ataques contra las caravanas
enemigas, en los meses sagrados de la tregua, que siempre se observaba desde
épocas antiguas, y consiguió su primera gran victoria en una batalla, que
el Corán recuerda como El Botín.
Primero fue la matanza de
los judíos, donde se apropiaron de su riqueza, pese a defenderse valientemente;
el vivía en la humildad pero el ejército necesitaba aquel botín. Les permitió
conservar sus propiedades pero debían pagar la mitad del tributo. Fue una etapa
hacia la conquista del mundo. Hubo muertos a raudales, venta de esclavos
prisioneros, raptos, violaciones y también torturas. Tomó nuevas mujeres -ya
que aceptaba la poligamia- pero siempre sostenía que su primera mujer creyó en
él, cuando nadie lo hacía. El Islam los subordinó con el lema: “cree o muere o cree, paga
tributo y muere”; fue un líder guerrero que
anhelaba una Arabia unida.
Se dirigió hacia la Meca , y la ciudad que
sometida. El altar de una diosa se transformó en una mezquita y los tótems
fueron destruidos. La Meca se
convirtió desde entonces en la ciudad santa. Cinco veces por día
el mahometano piadoso torna su rostro hacia la ciudad para orar; La ciudad fue
desde ese instante el centro del mundo árabe con un Dios, un soberano y un
gobierno. Dos años más tarde murió Mahoma.
Hombre singular,
de gran orgullo rechazó ser considerado divino y lo único que le interesó fue
cumplir su misión. Arabia idolatraba a los dioses primitivos pero -al
morir- la dejó fuerte, unida y con una sola religión monoteísta. El rey
de Persia recibió un mensaje para convertiste al Islam. Al negarse, fue
invadido por los musulmanes.
En dos siglos
conquistaron el Oriente Medio y el norte de la India , el norte de África y
España. Similar al imperio romano, los mahometanos llevaron la cultura
china hacia Europa, Bagdad, Damasco, El Cairo y Córdoba; desde la India hasta los Pirineos
nacieron centros de cultura, deseosos de
conocer la nueva religión. Su sistema numérico reemplazó al romano; fueron un
genio en las matemáticas, el álgebra, la astronomía y la alquimia –origen de la
química- y la medicina. Se reunían en centros que hoy denominaríamos universidades.
Los semitas y musulmanes aportaron mucho a la cultura.
El Corán,
escrito después de su muerte, con las enseñanzas de Mahoma conservó la
autoridad espiritual pese a circular diversas versiones. Se necesitaba una
traducción definitiva; quemaron
entonces todas las copias y le pidieron al Zaid que
hiciese una versión definitiva; quedó el texto tal como Mahoma lo había dicho
oralmente.
Hubo también
dificultades sobre si los cuatro califas deberían ser sucesores de Mahoma
o Alí, su primo y yerno, el primer sucesor legítimo.
El mundo musulmán
se dividió en
a) los
sunnitas, más numerosos, que adaptaron la primera opinión y admitieron
otros libros tradicionales.
b) los shiítas
que son mayoría en la India y
Persia. Exceptuando este cisma, no hubo movimientos de reforma alguna y sus doctrinas originales fueron el sostén de millones de almas durante los
doce siglos
pasados.
El ritual consiste
en cinco oraciones diarias, con la cara hacia La Meca. Sus mezquitas
son enormes templos de rezos, con magníficas cúpulas desde donde se llama a los
fieles a la oración; toda mezquita posee un nicho orientados hacia La Meca y los fieles miran
hacia ese lado; tienen prohibidas las imágenes -como el judaísmo- aunque es
rica en la decoración que cubre las paredes con textos del Corán en árabe sobre
azulejos, mosaicos o cerámicas coloreadas.
Otro ritual es el
ayuno en el noveno mes de cada año, llamado el Ramadán. No pueden comer nada
desde la mañana hasta la tarde durante un ciclo lunar, o sea 28 días,
aunque no es obligatorio. Todo creyente desea una peregrinación
hacia la Meca para
adorar la Sagrada Mezquita. En
una de ellas, la mezquita de Medina, está enterrado el profeta. Las
purificaciones antes de orar y de comer es un hábito usual como también
el baño de todo el cuerpo, como purificación; la limosna sí es
obligatoria: existe un tributo que grava cada propiedad.
Su código moral
posee modificaciones del antiguo judaísmo, muchos heredados del
Pentateuco, uno de los libros de la
Ley de los judíos; no comer carne de cerdo, no beber
vino, no jugar, no matar, no cometer adulterio y guardar castidad; obedecer a
los padres; está prohibido adorar las imágenes.
Poseen reglas del matrimonio que permite la poligamia de sólo cuatro mujeres y
un sistema de concubinato legal, que no favorece a la mujer, pues está sometida
a su marido por injustas leyes sociales; cubrirse la cara con un velo es una de
ellas. Se permitía tener esclavos pero como los cristianos, éstos
eran espiritualmente iguales ante Dios.
El Islam es
rígido, inamovible. Hubo sectas nuevas, como el sufismo, en el siglo IX y X,
que llevaron el misticismo y el quietismo a Persia que produjo una maravillosa
poesía espiritual: todas las religiones aquí nombradas aportaron además de la
filosofía obras de arte a la religiosa.
El sufismo fue
tal vez la primera teosofía en encontrar la esencia divina y la
virtud.
Sabiduría del
Islam
- Caridad es inducir a los hombres en el camino recto.
- Enseñar
ese camino y guiar a los ciegos; quitarles los escombros y dar de beber al
prójimo.
- No
hacer ningún favor esperando recompensa.
- Ser
amables con la familia, los criados, los huérfanos y pobres.
- Decir
siempre la verdad.
- Ser
caritativos y bondadosos con los pobres, amigos e incluso con los
enemigos, rechazando el mal.
- Sentirse
alegres; arrepentirse, rogar, ayunar y seguir el camino recto, obviando lo
injusto.
- Oriente
y Occidente pertenecen a Dios.
- El
que reflexiona sobre la eternidad tendrá prendida la luz eterna.
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