lunes, 23 de enero de 2023

España musulmana

             

España musulmana

La conquista de España y el Emirato en el S VI

 

El fin del califato señaló la caída de la autoridad con graves consecuencias para la región, dejando el país en un estado caótico del cual nunca se repuso.  Andalucía  logró su apogeo bajo el poder de dos califas. El primero fue Abad-al-Harman III; el segundo fue su hijo Halan II,  junto a su lugarteniente.

Los califas fueron  testigos de una época  de prosperidad y de cultura en arte y en Letras.  Fue una potencia importante que admiraron  por sus logros militares, su  riqueza y su cultura, que llegó a su máximo esplendor  y apogeo musulmán en el Mediterráneo en el S X y XI. Mientras el primer califa  logró la unidad  entre los diferentes pueblos, confió en los soldados mercenarios  para la defensa de su protección. Su hijo, Halan II, siguió la misma política pero  al dejar a su chambelán Almanzor en poder de   los asuntos de estado, este  manipuló al califa y encima trajo soldados bereberes que desnivelaron el equilibrio social, aumentando las tensiones. Los cultos andaluces, con un  gran sentido de identidad, se sintieron menospreciados por los beneficios de los bereberes. Almanzor  pudo controlar  la situación pero, a su  muerte, quedaron los resabios; comenzaron  las diferencias y el caos  que duraron siglos a favor de los cristianos del norte y se afirmaron hasta la Conquista.

 

Tensiones socio religiosas

La causa del declive fueron étnicas: visigodos, semitas y árabes. Andalucía fue conquistada por los bereberes, árabes y una minoría cristiana que, con las inmigraciones se duplicaron. Los árabes atrajeron a su  religión a gran parte de la población cristiana y judía,  totalmente arabizados  pero fieles a su religión.  Se unificaron de acuerdo a la lengua y sus hábitos: musulmanes unidos por el Islam, no musulmanes, moros y mudéjares o moriscos vivían  en buenos términos con los cristianos.

Los musulmanes

Vivían  bajo la clase gobernante desde el siglo VIII a principio del S XI Convivían pacíficamente social, económica y políticamente en mayor parte por la unión de los nativos casados con concubinas o esclavas, aunque fracasaron en no poder formar un conjunto unido por la competencia, el individualismo y la envidia. Algunos se unían a los bereberes o a los cristianos en contra de los árabes.

Desde su origen hubo conflictos y rivalidades. La división entre norte y sur no dejó que se uniera y formaron  un bloque  que los llevó desde la tensión social a sangrientos episodios.

El odio desde Siria entre las diversas tribus pasó a Andalucía y  arruinaron la relación de los árabes con los recientes conquistadores.

Estallaron los antiguos conflictos en estas tierras. Tras momentos de luchas hubo otros de paz entre grupos de árabes desconformes  y sublevados. La clase dominante de Córdoba buscaba reclutas no árabes para proteger a su gente y al ejército Lear para defender al país.

Los beréberes 

Fueron la oleada que conquistó la península. No se integraron jamás; tenían diferentes étnicas, tomando las montañas, mientras los árabes  se asentaron en los valles.  Siempre fueron tribales tanto bajo los omeyas  como también en los reinos de los taifas.

Tenían lazos en común con los árabes debido al Islam y también por la lengua arábiga. Vivían los grupos en fricciones. En el norte eran inquietos y los andaluces eran independientes y buscaban querellas.

De Damasco llegó un ejército para sofocar la rebelión de los beréberes, pero fueron vencidos, lo cual hizo que se rebelaran en conflictos sangrientos.

Cuando gobernaron los almorávides y almohades el influjo de los beréberes siguió siendo importante,  hasta la caída de Granada. Imitaron a los árabes en la lengua y la religión: había poetas, literatos y eruditos.

Eran musulmanes de ascendencia española: sus padres eran musulmanes árabes o bereberes, unidos con españoles en tiempos de la Conquista adoptaron el Islam. Se sentían orgullosos de la herencia española; eran tan devotos como los muladíes. De origen étnico diferente, imitaron la vestimenta y lengua árabe, los nombres y genealogías. Ambos eran la columna vertebral de Andalucía en la vida religiosa, política e intelectual. Eran más religiosos que los + árabes. De ellos salieron sacerdotes, jueces, secretarios visires, militares, historiadores y teólogos y filósofos.

Había descontento contra la aristocracia árabe. Consideraban que eran explotados por la política musulmana, que preferían antes de los bereberes y árabes.

Esclavos del norte de España, Francia y Alemania y los países del Este de Europa eran comprados por mercados pequeños  que asimilaron la lengua y la fe; pronto ascendieron a consejeros y jefes militares. Tuvieron fortunas y dominios y  terminaron siendo odiados por los árabes. Permanecieron fieles a los omeyas al final de su dinastía. El gobernante   los apartó del poder y los reemplazó por los bereberes.

Los no musulmanes      

Eran una minoría en el Imperio Islámico. Cristianos y judíos se unieron a la corriente central de la Sociedad islámica y terminaron por ser arabizados; casi no se distinguían de los musulmanes.  Se les protegió de la ley religiosa, basado en el Corán. Podían practicar sus religiones por tener su jurisdicción, gobernar, pactar sus casamientos, divorciarse, tener sus leyes de alimentos y arreglar sus asuntos familiares y civiles. Podían trabajar en lo que deseaban. Pagaban una contribución territorial, a cambio de protegerlos. No debían hacer propagando de su religión, tener armas ni ser testigos. No podían construir nuevas iglesias y sinagogas ni ocupar puestos oficiales, pero no siguieron estos mandatos en la praxis.  Varios puestos fueron ocupados por judíos y cristianos.  No fueron perseguidos al comienzo.

En el S VIII un califa piadoso promulgó un edicto donde todos sin tomar en cuenta la raza o el origen eran iguales y no debían pagar impuestos; solo exigía impuestos a judíos y cristianos y restringían su libertad de moverse.

El Islam se mantuvo fiel en la tolerancia entre todos los países musulmanes, incluido en Andalucía. Los judíos tuvieron una buena relación con los árabes y cultivaron sus capacidades al máximo.

En el S VII y VIII los judíos se fueron a Siria, Palestina, Egipto y España. Recibieron a los árabes como libertadores y dejaron de ser perseguidos por la iglesia dominante.

Vivieron en armonía con los musulmanes. En el S X se arabizaron durante dos siglos;  vivieron en la edad de oro de la literatura judía, escrita en árabe y hebreo. Incluso la lengua hebraica desarrolló su gramática y vocabulario usando el árabe como modelo.

S VII -VIII

Los judíos de Andalucía de la península ibérica sufrieron restricciones bajo los visigodos por ayudar a los conquistadores que seguían hacia el norte. Encontraron alivio bajo el Islam y tuvieron importancia en la vida política,  económica e intelectual. Se ayudaron mucho hasta la Inquisición española. Los que pudieron huir del fanatismo se escaparon a Marruecos, Túnez, Argelia, Egipto y Turquía donde vivieron siglos sin ser molestados.

En España como en el resto de los países árabes, los judíos conservaron su religión pero asimilaron su cultura y hábitos.

Los  conversos al Islam o devotos de su fe fueron arabizados,  estando presentes en el Imperio. Usaron el árabe para expresar y adoptar sus tradiciones y saber. Escribieron la primera gramática hebraica científica en árabe, usando su gramática árabe como modelo.

Los poetas de esta religión crearon la poesía neo hebraica, tomando  como modelo el contenido de su poesía, donde elogiaban el vino, las mujeres y las canciones.

En filosofía y medicina  usaron esa lengua para expresarse: el saber era su orientación intelectual; los eruditos  hablaban en  ese idioma.  Los judíos y musulmanes se ocupaban de filosofía y  ciencia.

Europa estaba en un estado de letargo y estos propagaron el pensamiento árabe  por Europa. Conocían  el hebreo y el latín y  traducían obras al latín, protegidos en España y Sicilia por los cristianos.
La transmisión del conocimiento árabe ayuda  al surgimiento europeo.
   

Los mozárabes

Fueron un pueblo  nativo que aceptó  la conquista musulmana. Parte de los cristianos, bajo el influjo arábigo de su lengua y su cultura, se convirtió al Islam.  Pagaban un tributo a cambio de protección.

Los judíos tenían sus principios tribunales y podían ejercer su religión sin problema y tener sus propios monasterios. Vivían en armonía cada uno en sus barrios. Los mozárabes tenían jueces que conocían las leyes musulmanas  y el derecho. Tenían un gobernador o “conde” que actuaba de intermediario con el gobierno central. Se destacaron en Córdoba, Sevilla, Granada, Murcia, Valencia, Toledo y Zaragoza; vivían en pueblos, dedicados a la agricultura; conservaban los nombres árabes y sus costumbres y en épocas de crisis política y económica  se rebelaban de la autoridad musulmana.  Algunos mozárabes negaban a Mahoma para ganar el cielo, instigados por el clero.

Se unieron a los muladíes, sublevándose con el gobierno central.

Los mozárabes lucharon en los ejércitos musulmanes contra el norte. Se destacaron en la vida social, económica, política e intelectual.  Se unían en matrimonio con los musulmanes, aunque siguieran cada  uno  practicando su religión. Los mozárabes tuvieron un papel capital en el intercambio sociocultural.

En el S X vivían en paz bajo el dominio musulmán en la época de los dos grandes taifas más conocidos  tuvieron influjo en la vida de Andalucía en la artesanía, construcciones y literatura. Les gustaba la lengua, su cultura y las ciencias  árabes.

En el S XI hubo  tolerancia entre cristianos y musulmanes pero desde el principio del S XI, con Andalucía desintegrada, los mozárabes junto al resto fueron víctimas del caos y el desorden de la ley. La relación entre ellos sufrió un cambio. El cistianismo del Norte se interpuso   entre los mozárabes y musulmanes, logrando que reine la desarmonía entre ellos bajo los reino de taifas, deteriorando su buena relación. La intolerancia religiosa los separaba y los obligaron a vestirse de modo particular para diferenciarse de los musulmanes, aunque también  estos sufrieron represiones.

Los moros y los mudéjares

En el S XI, con la caída de Toledo en 1085, muchos musulmanes vivían bajo el yugo cristiano, recibiendo el nombre de moros; en general se usaba este apodo con los beréberes mientras los demás eran prácticamente puros.

Después de la Reconquista, quienes  tuvieron que convertirse al cristianismo fueron llamados moriscos, fieles a su religión.

A los mudéjares  se le permite quedarse hasta 1492 que fue la Conquista de Granada.

Los mudéjares y  los mozárabes estaban sometidos a los cambios de la epoca. Al inicio pudieron vivir en tierras cristianas pero pagando un impuesto. Los cristianos se favorecieron por su capacidad en el comercio pero, con el tiempo, descollaron también en la industria, la agricultura, arte y arquitectura. Tenían libertad de practicar su culto, sus costumbres y gobierno local. Con los años  olvidaron su lengua natal, su herencia, su culto y  costumbres hasta que terminaron siendo expulsados.

La Inquisición

Desde el S VII al S XI las relaciones entre ambas religiones fueron buenas pero se fueron deteriorando, llegando a ser intolerables. Los motivos fueron religiosos, económicos y políticos y acabaron en el S XV con la expulsión y exterminio del pueblo entero, en nombre de la Fe cristiana.

El árabe o musulmán fue siempre menospreciado como un ser sensual e inferior. Era considerado una amenaza con su harem repleto de bailarinas; un hombre obeso, laxo y corrupto  que les robó una gran parte de sus tierras durantes ocho siglos. Los Reyes Católicos se opusieron al Islam con energía.

Pero hubo siglos  en el cual se toleraban los musulmanes, los islamicos y los cristianos. Aún con la caída de Toledo y pese a las guerras  se llevaban bien.

 

Alfonso VI conquistó Toledo

 

El más poderoso gobernante cristiano  le exigió tributos. Alfonso X fue rey de los tres credos religiosos  que convivían pacíficamente en su reino.

El Cid vivió con ellos y halló refugio, cuando fue exiliado por Alfonso VI. Cuando conquistó Valencia, los apoyó y fue comprensivo con sus problemas. El clero presionaba para que se levantaran contra los judíos y los musulmanes con el fin de demostrar que la fe de Cristo era la verdadera. Los musulmanes perdieron terreno ante los cristianos del norte y por ser en ese entonces un gobierno débil. Su situación se volvió precaria.

Por primera vez apareció en España la intolerancia, junto con los beréberes en el sur y los monjes de Cluny en el norte. La vida de los mozárabes pasó a ser vulnerable en tierras musulmanes y empeoró cuando el gobierno almohade expulsó a todos los que no desearon convertirse.

 

En el S XI España sufrió  presiones internacionales. La  Primera Cruzada se convirtió en un interés político; no tenían un compromiso con los musulmanes de Andalucía. Cuando se conquistaba una ciudad, la iglesia insistía en que las propiedades fuesen confiscadas y los ciudadanos debían morir o ser prisioneros. El Pontífice prohibió a los cristianos relacionarse con los musulmanes. Debían llevar ropas especiales para reconocerlos. Era despreciado todo lo que era mahometano.

Granada

Último bastión de la Reconquista, el mismo año que Colón descubrió América -1492-

El siglo XI fue desastroso para los musulmanes en España como en el resto del Mediterráneo; fue el inicio del derrumbe del poder musulmán en Iberia.

 La primera cruzada en 1098 fue impulsada por el papa Urbano II..

El éxito llegó al centro del mundo islámico en Siria,   Palestina; los musulmanes estaban desmembrados políticamente y corrían varios peligros externos.

El S XI fue in crescendo en occidente y alteró el siglo anterior. La reconquista continuó. Los reyes se convirtieron en tributarios de Fernando y de su hijo ALfonso VI, quienes llegaron hasta Sevilla y Granada.  Fernando tomó  Toledo en 1085 lo cual desestabilizó el equilibrio de las fuerzas peninsulares. El destino de Andalucía estaba decidido hacía tiempo. Las tropas de los catalanes, franceses, normandos y otros aparecieron en las guerras entre cristianos y musulmanes.

La orden religiosa de Cluny intervino en los temas españoles y avivó las pasiones de la religión. La orden recibió ayuda papal, creció y tuvo impacto en las costumbres de los reyes.

También los comerciantes de Pisa, Génova y otras ciudades  -hostiles a los musulmanes en el S X- atacaron Cerdeña y otras colonias paganas, llegando con éxito a Túnez.  Los Normandos eran poderosos entre los musulmanes de Sicilia dividida. Algunos pequeños jefes pidieron socorro a los bizantinos y africanos del norte pero no tuvieron interés. 

Finalmente pidieron ayuda a Roger Guiscard de Calabria para que los salvasen de los enemigos quien aceptó y de ese modo tomaron un gran número de ciudades. Fue el inicio de la conquista normanda que duró hasta 1091 y

puso fin al poderío musulmán en la isla.

 

EL CABALLERO CRISTIANO

La nación comprende el presente, el pasado y el futuro. Es un estilo de vida que muestra a los españoles en su conducta, un símbolo español es el Quijote y Sancho Panza y otro sería el Cid Campeador, don Rodrigo Ruiz Díaz de Vivar.

El caballero cristiano es noble, hidalgo, orgulloso, tenaz, trabajador y hasta terco. Es religioso, tiene voluntad y su Honra y Honor no debe ponerse en duda. Es concreto pero idealista, jamás snob ni kitsch, sobrio y nunca ostentoso. Si tiene fortuna no habla de ella; nunca es servil.

Es el paladín que arregla entuertos; era ley del caballero cristiano no someterse a ningún código.  Se inclina frente a Dios y acata sus designios. No es mezquino, sí austero y sencillo.

El símbolo de su arquitectura es EL Escorial en piedra lúgrubre y un estilo sobrio. Forma parte de un convento unido al los aposentos reales, por donde el rey  enfermo y envejecido con gota y sifilítico oía misa desde su lecho.  El espíritu religioso predomina en casi nulas estatuas paganas, sí muchas en madera cromáticas, arte que se expande por los Países Bajos tierras que pertenecían al imperio español y en América del Sur por su colonialismo.

Cuando no está de acuerdo sabe expresarse bien y defiende sus ideas en cuanto a religión. Siente desprecio por la muerte pues la vida la toma como un tránsito para llegar a unirse con Dios.

Altivo, jamás habla de su riqueza ni de sus títuulos los acepta sin ostentación. Prefiere ser humilde que servil.  En Fuenteovejuna de Lope de Vega lo registra la magistralmente.

Es consciente de su dignidad no de sus posesiones. Se siente llamado a cumplir una misión. Se guía por sus palpitos y no es calculador. No se deja impresionar por el ideal de los demás.Prefiere las relaciones reales que las formales, que finalizan siendo abstracciones que no le interesa.

No se inclina frente a la autoridad. No codicia bienes ajenos, no conoce el rencor. Es hispánico no reconoce lo que no coincide con su norma.

Su lado crítico es no mosrarse dispuesto a admirar la superioridad artística, literaria o científica. Su arte lo refleja un Greco, un Quijote, Quevedo, huye de lo falso de lo no auténtico.

 

 

 

lunes, 2 de enero de 2023

EL KYBALION

 


 El Kybalion      de Hermes Trimegisto

                                

Estudio sobre la filosofía hermética del Antiguo Egipto y Grecia.
Esoterismo de la Tabla Esmeralda

Fue el Maestro de los Maestros en Egipto, llamado Hermes Trimegisto, padre de la sabiduría, fundador de la astrología y descubridor de la alquimia. Su última encarnación se la desconoce, aunque fue muy anterior a la de Moisés. Muchos sostienen que el propio Abraham recibió sus conocimientos.
La filosofía hermética puede abrir las puertas a todas las enseñanzas ocultas. El Kybalion fue una doctrina secreta que se extravió durante centenares de años, y que pertenece al dominio de las fuerzas mentales. "Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus doctrinas se abren, y cuando el oído es capaz de escuchar, entonces vienen los labios a fin de llenarlos con sapiencia".
El Kybalion llega a quien está preparado a recibir la verdad y los siete principios sobre la filosofía hermética son los siguientes:

  • El principio del mentalismo.
  • El principio de correspondencia.
  • El principio de vibración.
  • El principio de polaridad.
  • El principio de causa y efecto.
  • El principio de generación.

El principio del mentalismo.

El universo es una creación mental del Todo, en cuya mente vivimos, nos movemos y somos. Este principio habilita al hombre a realizar y conocer la ley que rige el universo mentalizado, para su propio bienestar y desarrollo.

Con esta llave en su poder se pueden abrir las puertas del Templo del conocimiento psíquico y moverse con inteligencia; a su vez, explica la verdadera naturaleza de la energía,  y el cómo y el porqué están subordinados al dominio mental. El que comprende que este mundo pertenece al campo de la mente, ya está bien avanzado.

 "Como arriba es abajo, como abajo es arriba"

Existen muchos planos que desconocemos, pero al aplicar esta ley serán comprensibles a nuestra conciencia y servirá para lo material, mental y espiritual. Es una ley antigua universal, auxiliar  mental para descorrer el velo de lo desconocido. Ayuda al individuo a razonar, pasando de lo conocido a lo desconocido.

El principio de la vibración.


Nada está inmóvil. Todo es vibración y cuánto más alta, más elevada en la escala. La vibración del espíritu es de una intensidad infinita, como una rueda que gira rapidísimo y parece inmóvil. En oposición, existen formas de materias muy densas, cuya vibración es tan débil que asemeja estar en reposo. Entre ambos polos hay millones y millones de grados de intensidad vibratoria, en los planos energéticos,  de la fuerza y también  mentales y espirituales. Debemos controlar nuestras propias vibraciones mentales para  conquistar los fenómenos naturales.
El que comprende este principio ha alcanzado el centro del poder.

El principio de polaridad


"Todo es doble, tiene dos polos, posee su parte de opuestos. Lo similar y lo antagónico es igual; los opuestos son idénticos en atributos, pero diferentes en grados; los extremos se tocan; todas las verdades son semi verdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".
Tesis y antítesis son idénticas, defiriendo solamente en grados; los opuestos son iguales, aunque con diferente graduación.

Los pares opuestos pueden reconciliarse; los extremos se tocan; todo es y no es al mismo tiempo; toda verdad es medio falsa. Amor y odio son transmutables. El Amor es positivo respecto al odio y el valor es positivo respecto al miedo.

 Cada cosa posee dos polos, dos aspectos opuestos que son los extremos de la misma cosa. La diferencia surge en los grados; el calor y el frío, el bien y el mal son una misma cosa, diferente sólo en su gradación. Ya conocemos el arte de transmutar el mal por el bien aplicando el principio de la polaridad, conocida como una fase estudiada por los antiguos, cuando es necesario llegar a dominarlo.

El principio del ritmo

 "Todo fluye y refluye; todo  avanza  y retrocede; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha es igual al movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación".

Todo es  movimiento de ida y vuelta, de flujo y reflujo, una eterna oscilación entre dos polos. Existe siempre una acción y una reacción, un avance y un retroceso, un ascenso y un descenso. Es la ley mental de neutralización y consiste en saber cómo usarla en vez de ser  usada.

El Maestro se polariza donde desea quedarse y neutraliza la oscilación rítmica pendular, que marcha hacia el otro extremo; lo alcanza consciente por su poder de voluntad y logra un grado total de estabilidad y firmeza mental.


Neutralizar es lo más importante de la alquimia mental el ritmo, por medio del arte de la polarización del yo superior, elevando las vibraciones mentales del ego,  de lo vulgar y no permitiendo que algo suceda por debajo.
El principio del ritmo no puede ser destruido. Es posible sobreponerse a una ley, manteniendo el equilibrio y contrabalanceando las leyes mentales y físicas. 

Uno puede emplear las leyes del plano superior y dominar las del plano inferior: nada escapa al principio de causa y efecto. Buscar un plano de acción  mental y sobreponerse a su medio ambiente natural creando señores en vez de esclavosEl sabio sirve en lo superior, admitiendo lo inferior; obedece las leyes que están por encima de él, pero en su propio nivel ordena lo que está por debajo, según su voluntad. Sabios e ignorantes están sujetos a la misma ley. Es un arte mental. El universo puede ser dominado por medio de la mente. La transmutación psíquica modifica las condiciones y los fenómenos del mundo.

El principio de causa y efecto

 "Toda causa tiene su efecto y viceversa: todo ocurre de acuerdo con la ley del azar. Todo cae bajo la ley de causa y efecto, directa o indirectamente".

Nada es casual; todo se rige según la ley. Ascender al plano superior, logrado mentalmente, se convierte en causa y se logran dominar caracteres, cualidades y poderes. Los Maestros obedecen las causas de los planos superiores.

El principio de generación

"La generación existe por doquier; todo tiene su propio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos".

Este principio encierra lo siguiente: la generación se manifiesta en todo, estando siempre en acción los principios masculinos y femeninos en lo físico, mental y espiritual. En lo físico se manifiesta a través del sexo y en los otros planos toma formas más elevadas.

Transmutación mental

"La mente  puede ser transmutada de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. 

Transmutar es cambiar de naturaleza, La verdadera transmutación es una práctica, un método, un arte mental. en substancia y de forma, convirtiéndola en otra. Es una especie de psicología mística. El primer principio es el mentalismo; afirma que el universo y la única realidad que se oculta detrás de todo cuanto existe es la mente; es el arte de modificar las condiciones universales; es magia, es transformar condiciones y estados -hasta la mente de otros- de acuerdo con fórmulas eficaces.

Todo es mental. El mundo es una creación mental.

domingo, 1 de enero de 2023

ESPAÑA S. XVI, XVII, XVIII




       LOS REYES CATÓLICOS


Isabel de Castilla era media hermana del rey Enrique. Su padre Juan se casó, tuvo un hijo y la mujer murió. Se casó con la madre de Isabel y de Alfonso que murió cuando Isabel  tenía 3 años.  En la adolescencia  Enrique exigió que vinieran sus medio hermanos a vivir a la Corte.

El rey estaba casado con la hermana del rey de Portugal en segundas nupcias. Como Enrique no tuvo hijos con la primera mujer, a quien luego de siete años repudió  y tampoco tenía hijos con la segunda, pasó a la historia con el apodo del Impotente.

Cuando la reina tuvo una hija la llamaron la Beltraneja, pues decían que era hija del favorito del rey, Beltrán. 

Envenenan al joven Alfonso, el hermano de Isabel, para dejarle el trono a su única hija, Juan Juana la Beltraneja. Enrique IV quiso casar a su media hermana Isabel con un noble español, que murió;  luego con el hermano del rey de Francia, anciano achacoso y con serios problemas físicos, además de tullido, pero Isabel huyó y se casó en secreto con Fernando, hijo del rey de Aragón.  Consumada la unión, Enrique IV llegó a un acuerdo con su  media hermana. Él reinaría hasta su muerte e Isabel sería su heredera. No le fue nada fácil a Isabel, hasta que el Pontífice tomó parte y Juana finalmente fue encerrada en un convento de por vida. Isabel  y Fernando se convirtieron en los Reyes Católicos, nombrados de este modo por el Papa con el fin de defender la fe católica en el Norte de Europa, donde  su mayoría era protestante. Con sus herederos, los reyes no tuvieron tanta suerte. Juan, el hijo varón, era tartamudo y le colgaba el labio: llevaba en sus genes el karma de su abuela materna. El heredero era el último sucesor de la dinastía española, pues Carlos  nació y se educó en Flandes.

L Ju 

   Juan murió a los diez y nueve años; Margarita de Austria, hija del Emperador           Maximiliano  y hermana de Felipe el Hermoso,  estuvo casada con el heredero español y   tuvo un parto prematuro, luego de quedar viuda. 

Partió hacia Flandes; se casó por segunda vez y -después de unos años de felicidad- su marido murió. Su padre, Maximiliano le otorgó el título de gobernadora de los Países Bajos, además de   confiarle la educación del futuro emperador, Carlos y de  tres de sus hermanas.

(En Francia reinaba Luis XII).

Los dos grandes logros de los reyes de Castilla y Aragón fueron la conquista de Granadala conquista de América por Colón, en 1492. Europa puso su mirada en España y sus conquistas, convirtiéndose en una  gran potencia.  Su grave error fue la Inquisición, sugerida por el sacerdote Torquemada, confesor  de la reina, que terminó en  feroces matanzas de inocentes.

Juana se casó a los diez y siete años  con Felipe el Hermoso, duque de Borgoña;  tenía diez y ocho años, era bello, excelente bailarín, seductor, deportista, amante de la caza, de  las mujeres, de la bebida y de los juegos de cartas.  Su padre, Maximiliano de Austria, se había casado con María de Borgoña, -única hija de Carlos el Temerario, que le dejó en herencia los Países Bajos y Borgoña-. María murió en un accidente mientras andaba a caballo; se llevó una rama por delante. Maximiliano quedó viudo, con dos hijos y muy triste. Felipe el Hermoso  y  Margarita de Austria

Juana y Felipe quedaron tan flechados al conocerse que no pudieron esperar cuarenta y ocho horas y acudieron a un cura para que los casara para poder tener relaciones esa misma tarde. La química fue enorme; todos los libros coinciden en este aspecto.

Felipe  y Juana, duques de Borgoña vivían entre Gante, Bruselas, Lovaina, Brabante, Ostende y Borgoña: era una de las cortes más ricas y lujosas. Flandes dominaba el comercio por tierra y por mar. Castilla, en comparación era austera, sencilla y humilde.

Juana adoraba a su marido y lo celaba de continuo; siendo un joven gallardo lograba conquistar a las damas  de la corte fácilmente.

Felipe y Juana tuvieron seis  hijos -dos varones  y cuatro niñas-. 

Unos hablaban francés y flamenco y otros, castellano. Cuatro vivían en Flandes; los otros dos crecieron en España y hablaban castellano. Sólo se vieron muchos años después.

La relación con su marido era excelente en el lecho nupcial, pues era el único momento en donde era dócil y  sumisa: la química era excepcional; veía al varón, no al hombre. 

La condición psíquica de Juana empeoraba por los  celos frente a su marido casquivano. Se pasaba días sin hablar, sin moverse ni comer. En sus ataques de furia y desesperación  todos huían de su cercanía pues podía herir a quien se aproximaba.  Echó a las damas de su corte, salvo una vieja anciana y fea, por temor a las conquistas de su marido.

La condición psíquica de Juana empeoraba frente a su marido casquivano. Su marido  no podía con sus rabietas, gritos, y su constante negativas de firmar papeles para vengarse,  porque le era infiel. Juana vivía embarazada y en ese tiempo no se tocaba a una mujer  por miedo a que sufriera un aborto.  Juana en un acceso de celos  le marcó la cara a una joven mora con un par de tijeras y le cortó el pelo, además de los rasguños y heridas.

Juana se lavaba  el pelo varias veces por día, signo preocupante. Felipe  quería quitarle las cautivas moras que estaban en su corte, diciendo que le enseñaban malos hábitos.

Juana viajó a España junto a su marido. Acababa de dar a luz una niña y viajaron  porque -al ser  la heredera-  debía recibir la obediencia de sus súbditos. Pero  su marido  se aburría en esa corte tan austera, se llevaba mal con los españoles, no hablaba su lengua y le encantaba beber y el lujo;  dio  como excusa que lo necesitaban en Flandes; partió con la excusa de asuntos urgentes. Sin embargo, se quedó varios meses en una ciudad de Austria, donde se divertía en su ambiente natal.

Juana, de nuevo encinta, se quedó en España, pues su madre Isabel de Castilla estaba segura que el viaje sería muy largo y peligroso para una mujer embarazada. Aquí nació su segundo hijo varón, Fernando, que vivió con sus abuelos maternos, los reyes católicos, desde ese momento.  

Cuando  Felipe  le envió una carta, donde la invitaba a  regresar junto a él, Juana de inmediato deseó marcharse. Como  su madre se encontraba afuera y no la dejaron partir, se quedó dos noches en plena tormenta, lluvia y un frío helado, amarrada a la reja, que le impedía ir en busca de su marido. Llegó su madre que, con caricias y palabras tiernas, la pudo convencer de entrar al castillo: dos días habían pasado. 

Juana era la tercera en línea de sucesión. Al morir Juan, el único varón, y su hermana mayor, Isabel,  Juana pasaba a ser la heredera de España, América, Flandes, Austria y parte de Alemania. María, otra hija de los reyes de España,  se casó con Manuel de Portugal, el marido de su hermana Isabel, muerta muy joven de parto.  María tuvo  varios hijos, entre ellos una hija bellísima, Isabel de Portugal, que se casaría con Carlos V: Carlos e Isabel eran primos hermanos del lado paterno como del lado materno.

Años más tarde es elegido emperador del Sacro Imperio Romano, título que deseaban también Francisco I, en Francia, y Enrique VIII, en Inglaterra, mayores que este jovenzuelo  sin experiencia, que hablaba francés, y muy mal castellano.

Carlos  V de Alemania y I de España, a sus escasos diez y seis años toma el poder como rey de España y comienza la lucha por ser  nombrado emperador, lo cual consigue a sus 25/26 años. Carlos V vivió de guerra en guerra protegiendo sus tierras heredadas. Gastó la mayor par e las riquezas que llegaban de América en este empresa. Cansado y decepcionado, en 1555 abdicó a favor de su hijo, Felipe II, que entre guerras en diferentes lugares  y al mismo tiempo hizo que  España declinara paulatinamente  con el mal  manejo de su hijo Felipe III y  su nieto, Felipe IV.

 Cristina Bosch blogspot.com.ar

 

CARLOS V Y FELIPE II

 

La Alemania medieval tenía un sentimiento nacional,  basado en su gran pasado. Maximiliano I era el último príncipe de la dinastía de los Habsburgo y también el último caballero dotado de una personalidad atrayente. Reunía en su corte a escritores, sabios, artistas y músicos. Como buen caballero, voló en ayuda de su novia, María de Borgoña, hija del duque Carlos el Temerario; el duque de Borgoña le pidió que lo socorriera  contra el rey  Luis XI de Francia. Vestido de oro y plata, con una diadema de perlas, hizo su entrada en la ciudad flamenca de Gante. Nunca se vio un príncipe tan agraciado. El casamiento fue celebrado. Su larga vida estuvo plagada de aventuras, aunque nada comparado al encuentro con la corte de Borgoña; allí encontró la elegancia y el espíritu caballeresco. Era  feliz, adoraba a su mujer y no la dejaba nunca. Iban juntos a cazar, organizaban torneos, daban fiestas magníficas. Él le enseñaba alemán; como ella hablaba  flamenco no tuvo dificultades  y ella le enseñaba  francés.

El idilio duró pocos años; en una cacería, María se cayó del caballo y murió unos días más tarde. A Maximiliano le costó muchísimo recuperarse; fue una pérdida tremenda. Nunca olvidó esos años de juventud.  

Su gran  deseo era ser proclamado emperador del Sacro Imperio Romano y lo logró. Fue un hombre moderno, un político preocupado por agrandar su país, aunque sin el dinero necesario. Contribuyó al despertar renacentista, ensamblado con el fin de La Edad Media.

Maximiliano y María de Borgoña  fueron los  padres de Felipe el Hermoso, quien se casó con Juana la Loca, padres a su vez de Carlos V.  Juan, el hijo mayor y el nieto de pocos meses  de los Reyes Católicos habían muerto; la hija mayor también, por lo cual el trono de España lo heredaba Juana; Felipe murió  y Juana lo lloró desconsoladamente, viajando junto al féretro de su amadísimo marido. Por su problema psíquico y porque no le daba el poder a su padre de reinar hasta su muerte, fue encerrada en Tordesillas y  Carlos V pasó a ser rey de España, emperador de Alemania a los diez y seis años y emperador de Austria, al morir Maximiliano, además de sus posesiones en Los Países Bajos y  en América, Nápoles, Sicilia más las colonias de América. 

 

Primera mitad del  S XVI

 

Maximiliano de Austria muere. Los príncipes electores debían reunirse en Frankfurt para elegir al nuevo emperador. Maximiliano aumentó el poder de los Habsburgo y no escatimó esfuerzo para que la corona imperial quedara en su familia.

Al morir su hijo, Felipe el Hermoso, su nieto Carlos V lo heredó; nació en Gante y fue criado por su tía, Margarita de Austria. Maximiliano había cedido a esta hija  al delfín de Francia, pero diez años más tarde regresa virgen, repudiada y humillada. El heredero francés la abandonó por otra duquesa de mayor dote. La casa de Austria negoció una nueva boda de Margarita con Juan de Castilla, heredero  de los Reyes Católicos. Fue un matrimonio feliz, pero a los veinte años quedó viuda con una gran fortuna.  Por tercera vez la cede su padre al duque de Saboya y éste también muere  de una pulmonía pocos años después.

 A esta mujer - joven y bella- su padre le confió el gobierno de los Países Bajos; fue enérgica como gobernante y al mismo tiempo se consagró a la educación de su sobrino, el futuro emperador de España y de sus hermanas. Carlos hablaba en francés con su tía;  fue un  pupilo no sobresaliente, aunque  con ideas firmes; no cambiaba de opinión, si creía tener razón.

Cuando tenía  seis años, muere su padre y a la muerte de su abuelo materno,  Fernando de Aragón, su madre Juana debía heredar el trono;  al estar mentalmente enferma, la corona pasa a su hijo, en el año 1516. Heredó un inmenso imperio: Los Países Bajos y Austria, de su abuelo paterno;  Castilla, Aragón, Nápoles y  Sicilia, más las  colonias en América.

Los nobles lo recibieron con desconfianza: no hablaba español, lo cual los humillaba. Se opusieron a los tributos exigentes del monarca y el mayor descontento fue cuando fue nombrado emperador en Fráncfort,  porque temían que no se ocupaba de los intereses de España. Con gran amargura los españoles lo vieron partir en 1520 hacia Alemania y recibir la corona imperial, tan deseada por Francisco  I  y Enrique VIII.

En el viaje se encontró con el rey de Inglaterra  para examinar la situación europea. Carlos y Enrique firmaron un pacto de  ayuda, si Francia los atacaba.  Partió hacia los Países Bajos, mientras Enrique VIII se encontraría en Francia con el rey.

De Flandes partió a Alemania para ser coronado como príncipe electo, 

 

Carlos  V y Felipe II tenían  momentos de gran acción y momentos de abulia. Carlos  tenía siempre la boca abierta y un mentón hacia afuera; era tesonero y testarudo; habían heredados ciertos rasgos psicológicos de la enfermedad de Juana, que los heredó de su abuela materna. Pero el peor fue  don Carlos, hijo mayor de Felipe II, que fue encerrado, pues tramaba asesinar a su padre: murió a los cinco meses de estar en prisión. 

El padre de Fernando vivía y reinaba en Aragón. Le cedió a su hijo el titulo de rey de Sicilia y príncipe de Aragón. Había perdido varias posiciones, entre ellas Nápoles y Fernando luchó durante años por conquistarlas contra el rey de Francia. 

Isabel y Fernando conquistaron la Alhambra y luego  Granada, último bastión de los infieles. El dinero de los judíos los ayudó  a armarse pero cometieron la peor de las injusticias. Luego de haberles pedido el dinero, los católicos persiguieron a los herejes, los cuales seguían profesando su religión a escondidas, los echaron de su reino, sin poder llevar ni dinero, ni plata ni oro ni joyas. Fueron quienes socorrieron a los reyes para la conquista de Granada y de la Alhambra. Fue un acto cruel e injusto.

Al  poco tiempo de la conquista,  comenzó La Inquisición con Torquemada. Una época triste para España, que no debió existir jamás, con torturas para extraer confesiones a los judíos convictos al principio, a los moros después y finalmente exilarlos, pero sin poder llevarse el dinero ni joyas. En el camino los asaltaban y les quitaba sus  pertenencias y violaban a las mujeres.  

Colón se asomaba con su descubrimiento a América, sus frutas exóticas e indígenas atados con grillos.

España aumentó sus riquezas de modo considerable, pero los dramas de la familia se sucedieron en pocos años. Murió Juan, el heredero, dejando a su mujer preñada, Margarita,  hermana de Felipe el Hermoso; Margarita  tiene un aborto natural, causado por pena de quedarse viuda. Al poco tiempo  Juan de Portugal  e Isabel, -hija de los reyes Católicos- tienen un hijo, pero ella muere en el parto; el heredero de Castilla y de Portugal muere a los pocos meses e Isabel de derrumbó, sin reponerse de los golpes del destino. Se entera de que su hija Juana de Borgoña, casada con Felipe el Hermoso tiene problemas mentales   aumentados por los celos que le provocaba su marido con otras damiselas. Su hija María se casa con el viudo  de su hermana Isabel para conservar Portugal. Era el rey Manuel.

Isabel no pudo soportar tanta amargura por la muerte de sus hijos y la heredera Juana, debilitada mentalmente, heredera del reino que con tanto esfuerzo forjado.  Murió en Medina del Campo, en la  década de sus cincuenta años.

Fernando sigue peleando. Busca guerras lejos de su patria y peleas con Francia, que era un ejército invencible.

Juana  es encerrada  en un propiedad, abandonada y en mal estado, por orden de su padre, el cual quería gobernar hasta que Carlos tuviera la edad suficiente; ella se negó a firmar el acuerdo. Su  padre, furioso, la encierra luego de la muerte de su marido en Tordesillas, húmeda y gélida.


LA CONTRARREFORMA

 

Se encontraron para la primera Dieta. Carlos V conoció a Lutero, un fraile, que osaba afirmar que los católicos estaban errados. Lutero se mostró obstinado y el emperador juró nunca más escucharlo, adoptando la decisión irrevocable de no aceptar sus puntos de vista. Al día siguiente, leyó su declaración a los príncipes alemanes y se mostró  consciente de sus deberes, como jefe de los cristianos. Lutero fue tratado como un hereje; al emperador jamás le interesó su doctrina. Católico acérrimo, arriesgó su vida y los bienes del tesoro  en defensa de la religión  de sus antepasados. El pontífice y los príncipes católicos aprobaron  la Dieta, junto al emperador, con los cambios de la reforma y la reorganización de la Inquisición -el régimen de terror, impuesto en España por los Reyes Católicos-.