lunes, 23 de enero de 2023

España musulmana

             

España musulmana

La conquista de España y el Emirato en el S VI

 

El fin del califato señaló la caída de la autoridad con graves consecuencias para la región, dejando el país en un estado caótico del cual nunca se repuso.  Andalucía  logró su apogeo bajo el poder de dos califas. El primero fue Abad-al-Harman III; el segundo fue su hijo Halan II,  junto a su lugarteniente.

Los califas fueron  testigos de una época  de prosperidad y de cultura en arte y en Letras.  Fue una potencia importante que admiraron  por sus logros militares, su  riqueza y su cultura, que llegó a su máximo esplendor  y apogeo musulmán en el Mediterráneo en el S X y XI. Mientras el primer califa  logró la unidad  entre los diferentes pueblos, confió en los soldados mercenarios  para la defensa de su protección. Su hijo, Halan II, siguió la misma política pero  al dejar a su chambelán Almanzor en poder de   los asuntos de estado, este  manipuló al califa y encima trajo soldados bereberes que desnivelaron el equilibrio social, aumentando las tensiones. Los cultos andaluces, con un  gran sentido de identidad, se sintieron menospreciados por los beneficios de los bereberes. Almanzor  pudo controlar  la situación pero, a su  muerte, quedaron los resabios; comenzaron  las diferencias y el caos  que duraron siglos a favor de los cristianos del norte y se afirmaron hasta la Conquista.

 

Tensiones socio religiosas

La causa del declive fueron étnicas: visigodos, semitas y árabes. Andalucía fue conquistada por los bereberes, árabes y una minoría cristiana que, con las inmigraciones se duplicaron. Los árabes atrajeron a su  religión a gran parte de la población cristiana y judía,  totalmente arabizados  pero fieles a su religión.  Se unificaron de acuerdo a la lengua y sus hábitos: musulmanes unidos por el Islam, no musulmanes, moros y mudéjares o moriscos vivían  en buenos términos con los cristianos.

Los musulmanes

Vivían  bajo la clase gobernante desde el siglo VIII a principio del S XI Convivían pacíficamente social, económica y políticamente en mayor parte por la unión de los nativos casados con concubinas o esclavas, aunque fracasaron en no poder formar un conjunto unido por la competencia, el individualismo y la envidia. Algunos se unían a los bereberes o a los cristianos en contra de los árabes.

Desde su origen hubo conflictos y rivalidades. La división entre norte y sur no dejó que se uniera y formaron  un bloque  que los llevó desde la tensión social a sangrientos episodios.

El odio desde Siria entre las diversas tribus pasó a Andalucía y  arruinaron la relación de los árabes con los recientes conquistadores.

Estallaron los antiguos conflictos en estas tierras. Tras momentos de luchas hubo otros de paz entre grupos de árabes desconformes  y sublevados. La clase dominante de Córdoba buscaba reclutas no árabes para proteger a su gente y al ejército Lear para defender al país.

Los beréberes 

Fueron la oleada que conquistó la península. No se integraron jamás; tenían diferentes étnicas, tomando las montañas, mientras los árabes  se asentaron en los valles.  Siempre fueron tribales tanto bajo los omeyas  como también en los reinos de los taifas.

Tenían lazos en común con los árabes debido al Islam y también por la lengua arábiga. Vivían los grupos en fricciones. En el norte eran inquietos y los andaluces eran independientes y buscaban querellas.

De Damasco llegó un ejército para sofocar la rebelión de los beréberes, pero fueron vencidos, lo cual hizo que se rebelaran en conflictos sangrientos.

Cuando gobernaron los almorávides y almohades el influjo de los beréberes siguió siendo importante,  hasta la caída de Granada. Imitaron a los árabes en la lengua y la religión: había poetas, literatos y eruditos.

Eran musulmanes de ascendencia española: sus padres eran musulmanes árabes o bereberes, unidos con españoles en tiempos de la Conquista adoptaron el Islam. Se sentían orgullosos de la herencia española; eran tan devotos como los muladíes. De origen étnico diferente, imitaron la vestimenta y lengua árabe, los nombres y genealogías. Ambos eran la columna vertebral de Andalucía en la vida religiosa, política e intelectual. Eran más religiosos que los + árabes. De ellos salieron sacerdotes, jueces, secretarios visires, militares, historiadores y teólogos y filósofos.

Había descontento contra la aristocracia árabe. Consideraban que eran explotados por la política musulmana, que preferían antes de los bereberes y árabes.

Esclavos del norte de España, Francia y Alemania y los países del Este de Europa eran comprados por mercados pequeños  que asimilaron la lengua y la fe; pronto ascendieron a consejeros y jefes militares. Tuvieron fortunas y dominios y  terminaron siendo odiados por los árabes. Permanecieron fieles a los omeyas al final de su dinastía. El gobernante   los apartó del poder y los reemplazó por los bereberes.

Los no musulmanes      

Eran una minoría en el Imperio Islámico. Cristianos y judíos se unieron a la corriente central de la Sociedad islámica y terminaron por ser arabizados; casi no se distinguían de los musulmanes.  Se les protegió de la ley religiosa, basado en el Corán. Podían practicar sus religiones por tener su jurisdicción, gobernar, pactar sus casamientos, divorciarse, tener sus leyes de alimentos y arreglar sus asuntos familiares y civiles. Podían trabajar en lo que deseaban. Pagaban una contribución territorial, a cambio de protegerlos. No debían hacer propagando de su religión, tener armas ni ser testigos. No podían construir nuevas iglesias y sinagogas ni ocupar puestos oficiales, pero no siguieron estos mandatos en la praxis.  Varios puestos fueron ocupados por judíos y cristianos.  No fueron perseguidos al comienzo.

En el S VIII un califa piadoso promulgó un edicto donde todos sin tomar en cuenta la raza o el origen eran iguales y no debían pagar impuestos; solo exigía impuestos a judíos y cristianos y restringían su libertad de moverse.

El Islam se mantuvo fiel en la tolerancia entre todos los países musulmanes, incluido en Andalucía. Los judíos tuvieron una buena relación con los árabes y cultivaron sus capacidades al máximo.

En el S VII y VIII los judíos se fueron a Siria, Palestina, Egipto y España. Recibieron a los árabes como libertadores y dejaron de ser perseguidos por la iglesia dominante.

Vivieron en armonía con los musulmanes. En el S X se arabizaron durante dos siglos;  vivieron en la edad de oro de la literatura judía, escrita en árabe y hebreo. Incluso la lengua hebraica desarrolló su gramática y vocabulario usando el árabe como modelo.

S VII -VIII

Los judíos de Andalucía de la península ibérica sufrieron restricciones bajo los visigodos por ayudar a los conquistadores que seguían hacia el norte. Encontraron alivio bajo el Islam y tuvieron importancia en la vida política,  económica e intelectual. Se ayudaron mucho hasta la Inquisición española. Los que pudieron huir del fanatismo se escaparon a Marruecos, Túnez, Argelia, Egipto y Turquía donde vivieron siglos sin ser molestados.

En España como en el resto de los países árabes, los judíos conservaron su religión pero asimilaron su cultura y hábitos.

Los  conversos al Islam o devotos de su fe fueron arabizados,  estando presentes en el Imperio. Usaron el árabe para expresar y adoptar sus tradiciones y saber. Escribieron la primera gramática hebraica científica en árabe, usando su gramática árabe como modelo.

Los poetas de esta religión crearon la poesía neo hebraica, tomando  como modelo el contenido de su poesía, donde elogiaban el vino, las mujeres y las canciones.

En filosofía y medicina  usaron esa lengua para expresarse: el saber era su orientación intelectual; los eruditos  hablaban en  ese idioma.  Los judíos y musulmanes se ocupaban de filosofía y  ciencia.

Europa estaba en un estado de letargo y estos propagaron el pensamiento árabe  por Europa. Conocían  el hebreo y el latín y  traducían obras al latín, protegidos en España y Sicilia por los cristianos.
La transmisión del conocimiento árabe ayuda  al surgimiento europeo.
   

Los mozárabes

Fueron un pueblo  nativo que aceptó  la conquista musulmana. Parte de los cristianos, bajo el influjo arábigo de su lengua y su cultura, se convirtió al Islam.  Pagaban un tributo a cambio de protección.

Los judíos tenían sus principios tribunales y podían ejercer su religión sin problema y tener sus propios monasterios. Vivían en armonía cada uno en sus barrios. Los mozárabes tenían jueces que conocían las leyes musulmanas  y el derecho. Tenían un gobernador o “conde” que actuaba de intermediario con el gobierno central. Se destacaron en Córdoba, Sevilla, Granada, Murcia, Valencia, Toledo y Zaragoza; vivían en pueblos, dedicados a la agricultura; conservaban los nombres árabes y sus costumbres y en épocas de crisis política y económica  se rebelaban de la autoridad musulmana.  Algunos mozárabes negaban a Mahoma para ganar el cielo, instigados por el clero.

Se unieron a los muladíes, sublevándose con el gobierno central.

Los mozárabes lucharon en los ejércitos musulmanes contra el norte. Se destacaron en la vida social, económica, política e intelectual.  Se unían en matrimonio con los musulmanes, aunque siguieran cada  uno  practicando su religión. Los mozárabes tuvieron un papel capital en el intercambio sociocultural.

En el S X vivían en paz bajo el dominio musulmán en la época de los dos grandes taifas más conocidos  tuvieron influjo en la vida de Andalucía en la artesanía, construcciones y literatura. Les gustaba la lengua, su cultura y las ciencias  árabes.

En el S XI hubo  tolerancia entre cristianos y musulmanes pero desde el principio del S XI, con Andalucía desintegrada, los mozárabes junto al resto fueron víctimas del caos y el desorden de la ley. La relación entre ellos sufrió un cambio. El cistianismo del Norte se interpuso   entre los mozárabes y musulmanes, logrando que reine la desarmonía entre ellos bajo los reino de taifas, deteriorando su buena relación. La intolerancia religiosa los separaba y los obligaron a vestirse de modo particular para diferenciarse de los musulmanes, aunque también  estos sufrieron represiones.

Los moros y los mudéjares

En el S XI, con la caída de Toledo en 1085, muchos musulmanes vivían bajo el yugo cristiano, recibiendo el nombre de moros; en general se usaba este apodo con los beréberes mientras los demás eran prácticamente puros.

Después de la Reconquista, quienes  tuvieron que convertirse al cristianismo fueron llamados moriscos, fieles a su religión.

A los mudéjares  se le permite quedarse hasta 1492 que fue la Conquista de Granada.

Los mudéjares y  los mozárabes estaban sometidos a los cambios de la epoca. Al inicio pudieron vivir en tierras cristianas pero pagando un impuesto. Los cristianos se favorecieron por su capacidad en el comercio pero, con el tiempo, descollaron también en la industria, la agricultura, arte y arquitectura. Tenían libertad de practicar su culto, sus costumbres y gobierno local. Con los años  olvidaron su lengua natal, su herencia, su culto y  costumbres hasta que terminaron siendo expulsados.

La Inquisición

Desde el S VII al S XI las relaciones entre ambas religiones fueron buenas pero se fueron deteriorando, llegando a ser intolerables. Los motivos fueron religiosos, económicos y políticos y acabaron en el S XV con la expulsión y exterminio del pueblo entero, en nombre de la Fe cristiana.

El árabe o musulmán fue siempre menospreciado como un ser sensual e inferior. Era considerado una amenaza con su harem repleto de bailarinas; un hombre obeso, laxo y corrupto  que les robó una gran parte de sus tierras durantes ocho siglos. Los Reyes Católicos se opusieron al Islam con energía.

Pero hubo siglos  en el cual se toleraban los musulmanes, los islamicos y los cristianos. Aún con la caída de Toledo y pese a las guerras  se llevaban bien.

 

Alfonso VI conquistó Toledo

 

El más poderoso gobernante cristiano  le exigió tributos. Alfonso X fue rey de los tres credos religiosos  que convivían pacíficamente en su reino.

El Cid vivió con ellos y halló refugio, cuando fue exiliado por Alfonso VI. Cuando conquistó Valencia, los apoyó y fue comprensivo con sus problemas. El clero presionaba para que se levantaran contra los judíos y los musulmanes con el fin de demostrar que la fe de Cristo era la verdadera. Los musulmanes perdieron terreno ante los cristianos del norte y por ser en ese entonces un gobierno débil. Su situación se volvió precaria.

Por primera vez apareció en España la intolerancia, junto con los beréberes en el sur y los monjes de Cluny en el norte. La vida de los mozárabes pasó a ser vulnerable en tierras musulmanes y empeoró cuando el gobierno almohade expulsó a todos los que no desearon convertirse.

 

En el S XI España sufrió  presiones internacionales. La  Primera Cruzada se convirtió en un interés político; no tenían un compromiso con los musulmanes de Andalucía. Cuando se conquistaba una ciudad, la iglesia insistía en que las propiedades fuesen confiscadas y los ciudadanos debían morir o ser prisioneros. El Pontífice prohibió a los cristianos relacionarse con los musulmanes. Debían llevar ropas especiales para reconocerlos. Era despreciado todo lo que era mahometano.

Granada

Último bastión de la Reconquista, el mismo año que Colón descubrió América -1492-

El siglo XI fue desastroso para los musulmanes en España como en el resto del Mediterráneo; fue el inicio del derrumbe del poder musulmán en Iberia.

 La primera cruzada en 1098 fue impulsada por el papa Urbano II..

El éxito llegó al centro del mundo islámico en Siria,   Palestina; los musulmanes estaban desmembrados políticamente y corrían varios peligros externos.

El S XI fue in crescendo en occidente y alteró el siglo anterior. La reconquista continuó. Los reyes se convirtieron en tributarios de Fernando y de su hijo ALfonso VI, quienes llegaron hasta Sevilla y Granada.  Fernando tomó  Toledo en 1085 lo cual desestabilizó el equilibrio de las fuerzas peninsulares. El destino de Andalucía estaba decidido hacía tiempo. Las tropas de los catalanes, franceses, normandos y otros aparecieron en las guerras entre cristianos y musulmanes.

La orden religiosa de Cluny intervino en los temas españoles y avivó las pasiones de la religión. La orden recibió ayuda papal, creció y tuvo impacto en las costumbres de los reyes.

También los comerciantes de Pisa, Génova y otras ciudades  -hostiles a los musulmanes en el S X- atacaron Cerdeña y otras colonias paganas, llegando con éxito a Túnez.  Los Normandos eran poderosos entre los musulmanes de Sicilia dividida. Algunos pequeños jefes pidieron socorro a los bizantinos y africanos del norte pero no tuvieron interés. 

Finalmente pidieron ayuda a Roger Guiscard de Calabria para que los salvasen de los enemigos quien aceptó y de ese modo tomaron un gran número de ciudades. Fue el inicio de la conquista normanda que duró hasta 1091 y

puso fin al poderío musulmán en la isla.

 

EL CABALLERO CRISTIANO

La nación comprende el presente, el pasado y el futuro. Es un estilo de vida que muestra a los españoles en su conducta, un símbolo español es el Quijote y Sancho Panza y otro sería el Cid Campeador, don Rodrigo Ruiz Díaz de Vivar.

El caballero cristiano es noble, hidalgo, orgulloso, tenaz, trabajador y hasta terco. Es religioso, tiene voluntad y su Honra y Honor no debe ponerse en duda. Es concreto pero idealista, jamás snob ni kitsch, sobrio y nunca ostentoso. Si tiene fortuna no habla de ella; nunca es servil.

Es el paladín que arregla entuertos; era ley del caballero cristiano no someterse a ningún código.  Se inclina frente a Dios y acata sus designios. No es mezquino, sí austero y sencillo.

El símbolo de su arquitectura es EL Escorial en piedra lúgrubre y un estilo sobrio. Forma parte de un convento unido al los aposentos reales, por donde el rey  enfermo y envejecido con gota y sifilítico oía misa desde su lecho.  El espíritu religioso predomina en casi nulas estatuas paganas, sí muchas en madera cromáticas, arte que se expande por los Países Bajos tierras que pertenecían al imperio español y en América del Sur por su colonialismo.

Cuando no está de acuerdo sabe expresarse bien y defiende sus ideas en cuanto a religión. Siente desprecio por la muerte pues la vida la toma como un tránsito para llegar a unirse con Dios.

Altivo, jamás habla de su riqueza ni de sus títuulos los acepta sin ostentación. Prefiere ser humilde que servil.  En Fuenteovejuna de Lope de Vega lo registra la magistralmente.

Es consciente de su dignidad no de sus posesiones. Se siente llamado a cumplir una misión. Se guía por sus palpitos y no es calculador. No se deja impresionar por el ideal de los demás.Prefiere las relaciones reales que las formales, que finalizan siendo abstracciones que no le interesa.

No se inclina frente a la autoridad. No codicia bienes ajenos, no conoce el rencor. Es hispánico no reconoce lo que no coincide con su norma.

Su lado crítico es no mosrarse dispuesto a admirar la superioridad artística, literaria o científica. Su arte lo refleja un Greco, un Quijote, Quevedo, huye de lo falso de lo no auténtico.

 

 

 

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