Batalla
de Zama -S II: Roma contra Cartago
Un
siglo más tarde de la conquista de Alejandro el imperio macedonio no sobrevivió
en manos de sus generales.
Emergen
dos nuevas potencias: la
Península de Italia y la costa africana.
Cartago
como Venecia, Inglaterra y los Países Bajos era una potencia comercial,
dinámica y económica. Los cartaginenses fueron fenicios del lejano Oriente en
el norte de África. Pueblo de mercaderes y marinos.
Las
guerras Púnica se desarrollan en tierra y mar. Roma finalmente vencerá a
Cartago, pero por tierra se habían impuesto Aníbal con sus elefantes.
Escipión
contra Aníbal Este último cruza Galia y los Alpes. Los romanos se asustan y
huyen. Aníbal, como en las dos batallas precedentes, no persigue al enemigo.
Pasan 15 años en diferentes campos de batalla.
Aníbal
alinea a sus elefantes. Los romanos se organizan en tres líneas según la edad.
El arte de su guerra es la capacidad de lanzar una serie de ataques en oleadas
al enemigo. Hacer frente a los embates y volver a cargar. Escipión crea
espacios con el fin de soportar la carga de las decenas de elefantes.
La
diferencia entre los dos ejércitos rivales es colosal. Escipión aprende de los
fracasos anteriores y copia la táctica de Aníbal. Lo que Napoleón logró en cortos plazos, Roma
lo alcanzará en un largo plazo.
Aníbal
no desea destruir Roma; su objetivo es desmantelarla. Quiere obligar a los
pueblos romanos a asociarse a Cartago. Le inflige pérdidas importantes para que
abandone el combate y poder reducir a la nada la capacidad militar de los
romanos y terminar con su expansión. Su objetivo no era conquistar sino
aniquilar. Allí su error de estrategia que llevará a la derrota de Cartago y
abrirá las puertas al imperialismo romano.
Hattin. S XIII verano de 1187
Cristianos, templario, hospitalarios y francos contra musulmanes sarracenos (Saladino)
Carlos
Martel -732- pone fin al avance musulmán en Europa Septentrional. La Victoria de Talas (751)
sobre los chinos les permite dominar Asia central sin hostigarlos.
Dos
grandes civilizaciones adhieren al Islam: Persia e India, sin tener entre ellas
buenas relaciones. Tensiones entre
hititas y sunitas y más luchas
dinásticas saturan la historia.
Después
de los árabes y de los persas, los turcos abrazan la fe musulmana (no los
mongoles). Bizancio actúa como protector de la cristiandad; la suerte de Europa
está ligada a Constantinopla.
Los
francos -en 1453- imponen el sitio en esta ciudad, con la 4ta Cruzada:
Europa asciende mientras Constantinopla
se derrumba.
Al
final del S XI se debilita el Imperio
Romano de Oriente y se origina La guerra santa entre Europa y el Cercano
Oriente por más de dos siglos.
Junto
a la toma de Jerusalén le sucede esta batalla célebre y trágica entre Saladino
y Guido de Lusignan. Gran torpeza de los francos, que pierden Jerusalén.
Fin
del Siglo XI, entusiasmo por recuperar La Tierra Santa en
Occidente. Profecías del milenio; desarrollo cultura en occidente. La
invocación del Papa a La
Guerra Santa y su repercusión sorprendió incluso al
Pontífice.
Bizancio
se debilitaba en manos de los turcos. La muralla bizantina protegía al
cristianismo, aunque aun se mantiene cuatro siglos.
I Cruzada 1092; el objetivo: tomar Jerusalén.
II Cruzada 1145. Participa Luis VII y
su Mujer Leonor de Aquitania y el Emperador del Sacro Imperio Romano,
Conrado. Fracaso total.
III Cruzada
1189 Respuesta a la batalla
de Hattin. Reyes de Francia junto al rey, Felipe Augusto, e Inglaterra, con Ricardo Corazón de León, estratega y
capitán excepcional luchan en oposición a Saladino. Este último tiene 48
años; reúne el control de Egipto, Siria, Alta Mesopotamia y Palestina. Luchar
contra los francos es su objetivo y reconquistar los territorios que ocupan.
Protege a Egipto, amenazado por ellos. Los bizantinos y sicilianos dan la seguridad al comercio entre Egipto y
Siria; es el único camino sin pasar por tierras cristianas. No desean que los francos
accedan al mar ni a los lugares santos
de Arabia.
Después
de la toma de Aleppo, en 1183, que le otorga el control de Egipto y Siria
pensará en los Estados cristianos de Oriente. Debe combatir a los francos en
nombre de Dios para borrar el pecado con el cual mancharon Tierra Santa.
Saladino
pelea hace décadas con Gengis, Tamerlán, Babur y Pizarro. Lidia con infinitos
peligros. Es un gran jugador de ajedrez, ama el arte y la poesía. Se impone
como el último defensor del Islam.
Causa de la guerra
El
imperio bizantino sufre una gran derrota y no podrá ayudar a los francos. Fue
el triunfo del Islam. El hecho más relevante de Oriente es la caída de
Jerusalén.
Saladino
pelea contra el ejército de Balduino IV,
que no participa de la batalla. De niño
tuvo lepra; es débil, muere a los 24 años. Tienes dos hermanas pero rige la ley
sálica. Fue un gran soberano, un magnífico militar y un buen administrativo,
digno rival de su enemigo. Las luchas intestinas, lo agotan: necesita descanso;
ya no mueve sus miembros y pierde la vista. La sucesión lo obsesiona. Guillermo
de Mont T. se había casado con Sibila, la hermana mayor del rey. Pero enferma y
muere, dejando un niño a su viuda, quien sucederá al Balduino. Después de su muerte llega el
debacle a su reino. La viuda se enamora de Guido de L, un joven caballero no
muy digno, seductor, inteligente,
intrigantes, amoral y con carácter: encarna los valores negativos
de su época. Guido se casa con Sibila.
Saladino
desea acabar con los francos para siempre. Ordena clavar en picas las cabezas
de los enemigos, con horror de Raimundo. La principal fuerza de los franceses
son los templarios y los hospitalarios. Raimundo de Trípoli abandona a
Saladino. Los ejércitos cristianos son
productos de la guerra occidental de la Edad
Media. Se intenta abatir al adversario con la infantería y con ayuda de la caballería. En Oriente, el
combate es una lucha a muerte. El soldado cruzado es rudo, resistente. Posee
una malla con anillos que se calentaba con el calor y dejaban pasar las flechas;
una armadura metálica que no dejaba lugar para moverse; largas espadas que
generaban mucha pérdida de energía. Se deshidrataban por la lucha y a causa de
la armadura de metal. Alimento y agua era lo más importante.
Los
jinetes arqueros musulmanes son sedentarios. Soportan una vestimenta más
liviana, típica de las estepas.
Saladino
tiene bajo su mando a un cuerpo de élite y a los turcos y a los mamelucos, todos musulmanes. Tiene una
caballería más ligera, más adecuada a la estepa. Conocen el arte de desarticular al enemigo dividiéndolo y luego huyen, en medio del
caos. Manejan la lanza y el sable; son excelentes arqueros, a distancia.
Arrojan proyectiles antes de avanzar. Son sutiles, se concentran en los puntos
débiles del enemigo. Es una postura ofensiva.
Occidente cuenta con los templarios y hospitalarios
dedicados a la causa militar y religiosa.
Atacan con la caballería sin medir las consecuencias; la retirada era
una traición para ellos. Su postura es defensiva.
Los
mamelucos incendiaba el campo de batalla. El aire era irrespirable y
complicaba mayormente a la infantería. Los cristianos sufrían el fuego y el
sol. Batirse en retirada estaba prohibido.
Un
trozo de la cruz nunca se recuperó. Los francos, agotados, renunciaron.
Saladino mata a Reinaldo y perdona a Guido, afirmando que “un rey no mata a
otro rey”.
Batalla de Ayn
Yahut año 1260 S XIII
Permitió a Saladino el control sobre los mamelucos después de haber avasallado a los francos.
Tribus
mongoles y Mamelucos pelean. El amo es Gengis Khan.
Oleada
de conquistas al oeste ruso, China, Irán, Irak y Siria, al sur que impone su
poder en el centro: (la suerte salvó a Japón)
Las
hordas se detienen a su muerte. Los pueblos de Asia Central logran el imperio
más grande de la historia: (el imperio inglés es más vasto geográficamente). Están
armados con corazas lana y lanzas de caucho; son jinetes y arqueros con sables.
Se
intenta obligar a huir al enemigo, no cercarlo. El arco mongol era de gran
precisión, sólido y flexible. Los jinetes tienen uno grande y otro pequeño, con
flechas que tiran a la distancia a caballo o de a pie. Avanzan, no retroceden.
Es imposible huir por la formación, sin caer presas de pánico.
Sienten
culto por sus ancestros; Conocen de memoria siete generaciones. La estepa impide un gran ejército.
Los
cristianos no participan de la guerra entre mongoles y mamelucos, pero apoyan a
los últimos, que se encontraban en debilidad frente a los mongoles. Eran mamelucos reclutados de la aristocracia que
buscaban los mejores dirigentes educados; jóvenes esclavos separados de su
familia. No eran musulmanes, pues prohíben la esclavitud. Eran principalmente
turcos y beduinos expulsados al este por los mongoles y también europeos del Cáucaso y de los
Balcanes. Su educación se basaba en el arte de la guerra, en la práctica del
sable, la lanza, montar a caballo, el tiro, estudio de estrategias y de
religión. Eran militares dedicados a la guerra defensiva, más similar a Esparta
que al mongol; a sobrevivir más que a expandirse. Buscan el centro de la acción,
que sostienen los dos flancos, con tropas auxiliares.
El
mameluco es de batallas cortas, de pocas horas; recurre al rival con
estrategias, lo acorrala en un espacio y lo restringe. Lanzan flechas antes de
avanzar.
Al
morir Saladino, los mamelucos siguen siendo una tropa de élite.
San
Luis se asocia a éstos para quebrar el poder de Egipto.
Batalla de Lepanto
El
hombre ideal para conducir la flota cristiana era Don Juan de Austria, medio hermano
de Felipe II. Joven, bello, de escasos
26 años, se reúne en Mesina con los barcos de la Liga. Duda sobre
el
modo de atacar: ¿ofensiva, defensiva?
Finalmente se decide: acercarse a la flota enemiga antes de abrir fuego.
Debe ir al encuentro del enemigo por Corfu. Divide la flota en tres escuadras y
él navega por el centro.
Septiembre
1571. El tiempo no los acompaña. Se dirige a Lepanto donde se encuentra la
flota enemiga. En una hora de combate, los turcos son anulados. El flanco
derecho queda fuera de combate. Los arcabuces definen el combate. Alí Pachá
muere; ponen su cabeza en una pica. Los
navíos turcos caen uno tras otro; neutralizadas las galeras turcas son remolcadas
por la Liga
(formada por España, Venecia y el Vaticano) y liberan a los galeotos, mientras
ahora ocupan sus lugares los turcos prisioneros. La Liga es inferior del lado
izquierdo por donde se enfrenta Doria. Se lo acusa de rehuir la batalla y
alejarse. Esto estiró tanta el ala derecha que la rompió. Algunos barcos no
siguieron a Doria y se unieron al centro con don Juan.
Alí
acabó con la flota de Doria. Fue la mayor pérdida para los cristianos. Caen
quince galeras por esta causa que mancilla la victoria de la
Liga. Alí , el renegado huye con su escuadra
y regresa
a
Argel; años más tarde recupera Túnez en manos españolas y será quien
reconstruye la flota turca. La batalla de Lepanto duró cuatro horas: España
perdió cuatro o cinco veces menores hombres que los turcos. Mientras festejaban
en los barcos, don Juan vio avecinarse una tormenta que ponía en serio peligro
las naves. Hizo sonar la sirena y partieron de inmediato a refugiarse lo cual salvó la flota que de otro modo hubiera sido
aniquilada por la tormenta.
El
Pontífice quería homenajear a Don Juan con la rosa de oro y darle un principado
o hacerlo virrey. Felipe II se negó y lo encerró en Flandes, en un conflicto
interno religioso donde no pudiera lucirse ni hacerle sombra.
Un
año más tarde Chipre cae de nuevo en poder de los turcos. Si hubiera
quedado él como virrey no habría
sucedido. Se deberá esperar a los EE UU con Jefferson en el S XIX para eliminar
a los corsarios de las costas de África del norte.
Don
Juan muere de fiebres, desolado, injustamente castigado en Flandes, sin ayuda
de su hermano, el rey. Felipe temía que emprendiera una travesía a Inglaterra,
salvará a María Estuardo, se casara con ella y terminará teniendo más poder que
España.
España
no obtuvo ventajas de la victoria; diez
y siete años más tarde, La
Armada Invencible fue
destruida por Isabel I de Inglaterra, en medio del Canal de la Mancha e Inglaterra pasó a
ser la dueña de los mares. El recuerdo de Lepanto hizo menos doloroso el
recuerdo de esta derrota.
Para
el Papa la primera y la última cruzada de Lepanto cierra su lugar en la
historia; su poder político declina, más
potencias protestantes se fortalecen y
el Vaticano pierde el apoyo de sus aliados.
Batalla del río Moscova
Entre el Emperador Alejandro I y
Napoleón
Borodino, esa pequeña ciudad perdida en
la inmensa Rusia será en una brutal
carnicería del ataque frontal entre dos
ejércitos que se arrojan el uno sobre el otro, bajo el bombardeo de la
artillería y, cuyo fin, pese a las inmensas pérdidas, será incierto, aunque
decisivo. Cada país se tendrá por
victorioso, aunque la duda quedó para la historia.
El ejército francés era conducido por el general
Napoleón. El ruso era conducido por Kutúzov.
Fue un suicidio colectivo, donde fracasa el Emperador y su gran Ejército, un
momento decisivo para Bonaparte y donde su estrella- en el cenit de su gloria-
comenzó su declive. Trafalgar -en 1805- aseguró el dominio de los
mares a Inglaterra y dejó al Emperador las conquistas por tierra.
La campaña a Rusia puso fin a su
expansión: Napoleón invadió las estepas rusas con 450.000 soldados, de los
cuales 370.000 eran franceses; en total sumaron
600.000 según alguna fuente, entre polacos, prusianos, de Baviera,
Sajonia y Austria; había 30.000 artilleros con 1.400 piezas, 70.000 jinetes y
330.000 soldados de infantería.
Meses más tarde se salvarán solamente 25.000 soldados cabizbajos, muertos de hambre
y de frío, destruidos por las inclemencias del tiempo. El francés no puede
sufrir largas privaciones en un clima desfavorable como era Rusia. “El invierno
hará la guerra por nosotros” dijo Alejandro I, nieto mayor de Catarina la Grande. Además peleaban
en su tierra.
Curiosamente nadie aplastó al enemigo;
no hubo estrategia genial como en Austerlitz. El clima fue el factor primordial
y el invierno se adelantó esa temporada. La soberbia de Napoleón lo minimizó.
Pensó alcanzar Moscú antes de declararse
el invierno y poder así vencer a los rusos. Bonaparte era el amo de Europa:
sólo le faltaba vencer a Inglaterra y a Rusia.
Pero tampoco fue el invierno que hizo trizas a
La Gran Armada ,
porque antes de alcanzar Rusia, el ejército fue diezmado por el tórrido calor,
el polvo más las lluvias torrenciales y el lodo para pasar a temperaturas extremas con el gélido viento, la nieve y el hielo. No
llevaban la ropa adecuada, (como piel de
cordero).
Los caballos rusos están preparados
para esos avatares; poseen una resistencia a toda prueba; sus cascos con
herraduras especiales les permiten desplazarse sobre el hielo y soportan los
cambios climáticos.
De 430.000 efectivos llegaron 235.000 hombres
y en Borodino sólo cuentan con 130.000
soldados, (un cuarto de las tropas iniciales). Alejandro tiene a su disposición
120.000 hombres, casi la misma cantidad que su enemigo, pero en mejor estado
físico y moral. El Gran ejército era el modelo moderno, veloz y eficaz; el ruso
era la encarnación del Antiguo Régimen, torpe y pesado, pero la geografía tiene
sus caprichosos cambios climáticos. El ejército francés se debilitó mucho por
venir de climas más templados y, lo que
debió ser una guerra a corto plazo -por las distancias y el rigor del
invierno- sufrieron una derrota ejemplar.
Alejandro, al recibir la noticia del avance del enemigo, sintió miedo y
se preocupó: decide entonces abandonar
el sitio donde se halla y ganar la batalla con el pueblo, no con sus ejércitos.
Cada tanto se enfrentan para disuadir al Emperador francés de continuar la campaña, pero Napoleón está obsesionado
con llegar a Moscú y sueña ver sus puertas abiertas y lograr una victoria. Habrá una batalla, que tampoco se define
aunque será dura ya que Kutúzov posee
sentido común y astucia.
Los primeros días primaverales le pareció
el tiempo ideal. Luego -pensó Bonaparte- marcharían velozmente a fin de obligar
a los rusos a una lucha decisiva y destruir al adversario en poco tiempo.
Rusia se preparó para una guerra de
desgaste; en ningún enfrentamiento
quería ser aniquilado; cuentan con la distancia y los miles y miles de Km.
una trampa como el gélido invierno, que
siempre los ayudó.
Borodino está a 120 Km. de la capital;
es una vasta llanura con pequeñas colinas, atravesada por un río que desemboca
en el Moscova, con múltiples arroyos que
crean obstáculos. Días antes, los franceses ganaron una batalla donde murieron
entre 10.000 y 12.000 soldados, la mayoría rusos.
250.000 soldados estaban listos para el
enfrentamiento, en partes casi iguales. La lid
comienza al amanecer y finaliza a las cuatro de la tarde. Los rusos
perderán una batalla pero Napoleón, la guerra.
Otra ola de frío y lluvia se abate contra sus hombres; al alba, el Emperador tiene fiebre, migraña y
duerme mal. Se decide por una pelea frontal, no con el movimiento envolvente
que planeó en un principio. El calor, la fiebre, la humedad, la falta de
alimentos y sus hombres agotados hacen que los cosacos ataquen a los franceses, con su moral decaída por la pérdida de muchos soldados.
Los franceses están dispuestos en un
plano cóncavo envolvente, mientras el ruso es un arco convexo replegado, que lo
dejará pasar a la ofensiva. El horror de hombres sin miembros, agonizando entre
el barro y la sangre, con los caballos muertos a su alrededor, con el ruido y
el humo que los enceguece. A las cinco y
media el Emperador ordena disparar la
primera salva de artillería del lado derecho. La batalla es muy violenta, poco
común en esa época. Los rusos pretendían neutralizar los tanques para luego
pasar a la ofensiva con la infantería, que provocaría la matanza de los jinetes a caballo. Al principio, los franceses tienen la
iniciativa, los rusos logran
recuperarla, aunque los franceses encierran a los rusos en un semicírculo, una ventaja que
no podrán competir jamás: la artillería tiene un papel preponderante. El príncipe Eugenio logra tomar Borodino luego
de grandes pérdidas e instalar una
artillería. Ambos ejércitos sufren pérdidas importantes.
El combate no deja respiro y la fatiga es general, sumada a los muertos.
Los soldados rusos retroceden, pero los
franceses logran a media tarde abrir una brecha. Los rusos están aniquilados;
los franceses perdieron un millar de soldados. La victoria se confirma del lado de Francia. Kutúzov comprende que no podrá revertir la situación.
Napoleón no elimina al enemigo, como pide
Ney porque el Emperador prefiere actuar con prudencia. Por sentirse mal, Napoleón se
mantuvo en la retaguardia: en el frente ¿hubiera cambiado su actitud? La Guardia
entra para proteger las tropas, al
anochecer rechaza el pedido de Murat, que insiste en sorprender al enemigo que
cruza el río Moscova con la caballería. Bonaparte, que puso en riesgo todo para
emprender esta campaña, a último momento no se asegura la victoria total:
inmenso error político, psicológico, más
que estratégico. No sabe si Kutúzov
volverá a enfrentarlo y aspira a entrar en la capital sin mucha dificultad: se
equivoca; llega Kutúzov y el Zar decide
sacrificar Moscú. Se evacua la
ciudad (más de 200.000 ciudadanos que morirán de hambre y de frío en los
bosques cercanos a la capital) y el
gobernador ordena prenderle fuego al
alba a Moscú. Cuando Napoleón, durmiendo en
el palacio, en la cama del Zar despierta ve fuego por todos lados. La ciudad está en
llamas.
El frío es de 16º a 18º bajo cero; miles
de caballos mueren y soldados. Sin
caballería, sin artillería, sin transporte, sin municiones, con hambre, descorazonados,
no supo comprender los peligros que entrañaban vencer a los rusos y llegar a
Moscú. Borodino fue una victoria de
corto alcance. Será una victoria sobre el rival derrotado pero por esa victoria de corto alcance terminó
por perder el Imperio. Napoleón aclaró que “la naturaleza lo venció”; su idea
de invadir Rusia fue el error mayor que
lo llevó a la catástrofe y a su primera abdicación.
Ciento treinta años después, Alemania
sufriría el mismo clima glacial de Rusia, en Stalingrado, que fue el inicio de la derrota de Hitler en la II Guerra Mundial.
Bibl: B. Arnaud, Las batallas que cambiaron la historia, Edit, el Ateneo, 1ra edición, mayo de 2016
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